Jessica Pegula culmina la revolución 'nepo baby' en el US Open: padre multimillonario, los entrenadores de las Williams y unos viajes en el metro

Jessica Pegula culmina la revolución ‘nepo baby’ en el US Open: padre multimillonario, los entrenadores de las Williams y unos viajes en el metro

En la línea 'W' Jessica Pegula empezaba su aventura. Estaba en el metro, sí, y no sólo eso, estaba en el metro de Nueva York. En Queensboro Plaza se atrevía con un transbordo y culminaba su viaje en la línea 7. Había ido de su hotel en Manhattan a las pistas del US Open en Queen's en transporte público y el trayecto merecía reels de Instagram y preguntas de los periodistas. El acontecimiento no era tal porque Pegula fuera tenista, la sexta del ranking mundial, finalista este sábado del Grand Slam ante la bielorrusa Aryna Sabalenka (22.00 horas, Movistar).

El periplo en el subway era sorprendente porque Pegula es rica. Es muy rica. Es muy, muy, muy rica. Según Forbes, su padre, Terrence Pegula, es uno de los 500 más ricos del mundo y su patrimonio se eleva hasta los 7.700 millones de dólares. Por ejemplificar, la familia disfruta del superyate Top Five de 50 metros de eslora, con nueve tripulantes y amarre en las Bahamas.

Las ventajas y las lesiones

Desde pequeña Pegula disfrutó de ventajas como las dos academias de tenis que su familia posee en Nueva York y Florida o las clases a las órdenes de los mejores entrenadores del mundo -de Nick Bollettieri a David Nainkin, ambos ex técnicos de las hermanas Williams-, aunque también tuvo que pelearlo. Después de su paso por la Universidad de Pittsburgh, a los 21 años debutó en un Grand Slam, precisamente en el US Open, pero justo después sufrió dos lesiones casi consecutivas en el tobillo y la cadera. Tenía 22 años, la licenciatura de Periodismo y la vida resuelta. Lo podría haber dejado y hoy sería directiva en alguna de las empresas gasísticas y petroleras de su padre o en alguna de sus franquicias deportivas, los Buffalo Bills de la NFL, los Buffalo Sabres de la NHL o los Buffalo Bandits de la NLL de lacrosse. Pero prefirió seguir intentándolo.

A los 25 años volvió a jugar las fases finales de los Grand Slam, la temporada siguiente ganó su primer título WTA, el WTA 250 de Washington, y poco a poco fue construyendo una carrera que este verano, a sus 30 años, vive su clímax. En las últimas semanas ha sido campeona del WTA 1000 de Canadá, finalista del WTA 1000 de Cincinnati y ahora finalista del US Open. Gane o pierda, el próximo lunes será la número tres del mundo por detrás sólo de Iga Swiatek y de la propia Sabalenka, su rival por el título en Nueva York.

"No viajo en limusina"

Tan bueno es su momento que hace unos días se permitió reivindicar su figura. Como hizo hace unos meses Emma Navarro, otra hija de multimillonario en el Top 10 de la WTA, Pegula se defendió de quienes la critican por las facilidades que tuvo para convertirse en profesional. «Para mí es molesto, la verdad. La gente piensa que tengo un mayordomo y que me trae en chófer a los partidos. O que vuelo en aviones privados y me muevo con mi limusina. No es así. La gente puede pensar lo que quiera y a veces me divierte, pero realmente es molesto. Yo no vivo así. Quizá les gustaría que hiciese esas locuras, pero no las hago», se defendía Pegula que también atacó a quienes piensan que su padre dirige su trayectoria.

De hecho, años atrás le reclamó espacio, que dejara de aconsenjarle, porque el tenis no tiene mucho que ver con la NFL o la NHL y su experiencia como propietario de una franquicia es muy diferente a la experiencia de un deportista. Eso sí, en el presente US Open, Pegula reconocía que el viaje en metro era una novedad para ella, una de las muchas pruebas que está introduciendo para intentar mejorar su juego. Mi representante se reía porque rechacé un buen coche, pero en coche tardo más y llego con ganas de vomitar. En metro es más fácil, aunque tenga que andar 20 minutos desde mi hotel», aseguraba.

Billie Jean King e Ilana Kloss: "En 1970 nos plantamos para cambiar el tenis sin importar el precio"

Billie Jean King e Ilana Kloss: “En 1970 nos plantamos para cambiar el tenis sin importar el precio”

En las vitrinas de Billie Jean King (Long Beach, Estados Unidos, 1943) brillan sus 12 títulos de Grand Slam entre 1966 y 1975, pero también debería aparecer impresa y enmarcada una copia de la lista Forbes de deportistas mejor pagadas en 2023. Entre las 10 primeras hubo nueve tenistas. Si Iga Swiatek recibió el año pasado más de 10 millones de euros en premios fue gracias a la lucha que King empezó en 1970, que llevó a la formación del circuito WTA y que acercó el tenis a una igualdad económica que todavía es utópica para el resto de deportes.

Ahora, junto a su mujer, la también exjugadora Ilana Kloss (Johannesburgo, Sudáfrica, 1956), King quiere dar lustre a la Billie Jean King Cup by Gainbridge, la antigua Copa Federación, que se celebrará en Málaga del 13 al 20 de noviembre, justo antes de la final de la Copa Davis. Desde Nueva York, donde ambas residen y disfrutan del desenlace del US Open, atienden a EL MUNDO por videollamada.

El año pasado la final de la Billie Jean King Cup fue en Sevilla y este año será en Málaga. ¿Por qué vuelve a España?
Kloss. Antes de que nosotras nos involucráramos la Federación Internacional de Tenis ya tenía un acuerdo para que la Copa Davis y la Billie Jean King Cup se disputaran en Andalucía. De hecho, nuestro torneo junior también se jugará allí, en Córdoba. No participamos del acuerdo, pero realmente disfrutamos de Sevilla y tenemos muchas ganas de ir a Málaga.

King. Es cierto, había un acuerdo, pero a mí me encanta España. He estado muchísimas veces pese a que perdí muchas veces contra España en los años 90, cuando yo era capitana de Estados Unidos en la Copa Federación. Me encanta la gente, cómo vivís la vida y muero de ganar por ir a Málaga este año.

¿Creen que en España se valora el deporte femenino como se merece?
King. Yo he disfrutado mucho jugando en España, me he sentido valorada, pero siempre he pensado que Arantxa Sánchez-Vicario y Conchita Martínez no fueron tan apreciadas como se merecían. Con dos estrellas tan grandes, en los años 90 pensaba que el tenis femenino viviría un boom en España, que se convertiría en una potencia mundial y no pasó así. Se sigue hablando más de deporte masculino y sé que hay lucha en muchos ámbitos. El año pasado estuve en la final del Mundial de fútbol femenino que ganó España, me hice una foto con el equipo y seguí de cerca el escándalo. No quisiera entrar ahí, pero sí me gustaría decir que espero que vengan muchas niñas a ver la Billie Jean King Cup a Málaga y que eso les anime a jugar a tenis.

Kloss. Las figuras de Arantxa y Conchita son muy importantes para el tenis y nosotras, en la Billie Jean King Cup, lo tenemos muy en cuenta. Conchita ya fue la directora el año pasado y su ayuda fue muy, muy útil para el torneo. España ha disfrutado de grandes campeones, como Juan Carlos Ferrero, Rafa Nadal o ahora Carlos Alcaraz, pero también debe valorar a sus campeonas.

King. De hecho, creo que el equipo español puede hacer grandes cosas en la próxima Billie Jean King Cup. Paula Badosa está jugando muy bien otra vez, ha vuelto de su lesión y la veo feliz. Ha trabajado muy duro, se ha dejado la vida y ahora me parece una tenista muy peligrosa.

¿Si ganaran Arantxa y Conchita ahora serían más valoradas de lo que lo fueron en su época?
King. Posiblemente. Las cosas están cambiando, las deportistas empiezan a ser más valoradas. Cada vez hay más mujeres muy conocidas y eso es importante para que las niñas tengan referentes. Pero falta más apoyo de todos los estamentos, que lo tengan más fácil. Las mujeres deben recibir la misma ayuda que los hombres en el deporte porque cuando eso pasa las mujeres empiezan a ganar y son un orgullo para toda la sociedad. Cuando España ganó el Mundial de fútbol femenino todo el país estaba emocionado. Luego el escándalo llenó los titulares, pero no hay que olvidar la emoción que se vivió antes.
El tenis es el deporte que reparte más premios entre las mujeres con diferencia. ¿Cómo lo consiguieron hace más de 50 años?
King. Diría que hubo dos años cruciales. El primero fue 1970 cuando nueve tenistas firmamos un contrato con Gladys Heldman por sólo un dólar y nos convertimos en profesionales. Sabíamos que nos iban a sancionar, pero nos plantamos al precio que fuese, hicimos lo que teníamos que hacer. Y el segundo fue 1973. Creamos la WTA, logramos la igualdad de premios en el US Open y todo cambió. También creo que fue importante aquel año mi partido contra Bobby Riggs porque lo vieron 90 millones de personas y sirvió para cambiar la mente de muchas personas y sus corazones.
¿Creen que el tenis femenino está en un buen momento?
Kloss. Por supuesto, es un momento increíble. Es un gran espectáculo y creo que la próxima Billie Jean King Cup será apasionante. Las dos jugamos la Copa Federación muchos años atrás y sabemos que es una competición especial porque juegas para tu país. Será nuestro segundo año en la organización y estamos trabajando muy duro para que todo vaya bien.

King. Estamos empezando a crear el proyecto que queremos. Realmente queremos ayudar para que mejore el tenis femenino, para que haya más niñas que jueguen, para que nuestro deporte crezca. Tiene que ser mucho más grande de lo que es, queremos crear más estrellas.

Un mal partido de Paula, pero un excelente regreso

Actualizado Martes, 3 septiembre 2024 - 22:12

Quedémonos con el formidable verano de Paula Badosa, con su vertiginoso salto en el ránking y una nueva manifestación de su resiliencia para salir adelante tras sus persistentes problemas físicos. Tratemos de olvidar el mal partido de este martes y de encontrar atenuantes a lo sucedido. Emma Navarro, más sólida y estable, menos errática, manejó mejor las emociones y se clasificó para las semifinales del Abierto de Estados Unidos.

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Paula Badosa ha encajado todas las piezas

Actualizado Lunes, 2 septiembre 2024 - 23:12

Paula Badosa vuelve a demostrar que sabe superar obstáculos. Jugadora de grandes momentos, las lesiones le han detenido a menudo. Ahora se encuentra en una situación poco menos que idílica: fuerte, segura, competitiva y estable, después de cambios frecuentes dentro de su equipo. Hubo de hacer frente a una decisión difícil, como fue renunciar a los Juegos Olímpicos para mejorar su ránking en torneos de menor jerarquía. Cuando el servicio le funcio

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El mal perder de la kazaja Putintseva y su desprecio a una recogepelotas que indigna al mundo del tenis

El mal perder de la kazaja Putintseva y su desprecio a una recogepelotas que indigna al mundo del tenis

Actualizado Lunes, 2 septiembre 2024 - 10:00

El tenis siempre ha sido un deporte muy mental. Muchos partidos se ganan o pierden por la fortaleza de cabeza y el saber gestionar los momentos duros. No es tarea fácil, y la frustración aparece en aquellos que no saben dominar este aspecto del juego. Las reacciones son muy variadas: gritos, pelotazos, raquetazos contra el suelo... Pero lo que nunca se había visto es el gesto de desprecio que la kazaja Putintseva tuvo con una recogepelotas.

La polémica acción se produjo durante el partido del US Open entre Putintseva y la italiana Paolini, subcampeona este año de Roland Garros y Wimbledon. La kazaja, con el marcador en contra, decidió quedarse mirando a una recogepelotas mientras ésta le daba bolas y ella no se dignaba a cogerlas. Un feo gesto, inédito en el mundo del tenis.

La recogepelotas, que hacía su trabajo, no pudo más que continuar lanzándole bolas a la kazaja, que le hacía pequeños gestos indicándole que quería pelotas, para luego ignorar a la chica y coger las bolas del suelo.

No fue por el karma, aunque bien podría haberlo sido, pero Putintseva perdió claramente el partido por 6-3 y 6-4, y lo que es más importante, perdió el apoyo de muchos aficionados, que ya incluso en la pista le recriminaron su actitud con la recogepelotas.

Las redes sociales tampoco perdonan el feo gesto de la tenista, que ha sido duramente criticada por muchos usuarios. "Irrespetuosa", "desagradable", "detestable", "maleducada"... son algunos de los calificativos que Putintseva se ha ganado a pulso en opinión de muchos internautas. Algunos han pedido incluso que se le prohíba participar en el próximo US Open.

Carlos Alcaraz y el complicado reto de ganar sin ganas: "Es su trabajo y no puede tener tantos descansos como querría"

Carlos Alcaraz y el complicado reto de ganar sin ganas: “Es su trabajo y no puede tener tantos descansos como querría”

Elegido por los dioses que reparten el talento y ahora ya maestro de todos los golpes, el desafío de Carlos Alcaraz en los próximos días, en los próximos meses y en los próximos años no es mejorar un determinado aspecto técnico, ni tan siquiera leer mejor la táctica. A los 21 años, con cuatro Grand Slams en sus vitrinas, ya ha demostrado que en sus mejores días es casi imposible derrotarle; si acaso puede hacerlo un rival de altura de Novak Djokovic en misión histórica, como pasó en los Juegos Olímpicos de París. Pero en la extensa carrera que le queda por delante a Alcaraz se le presenta un reto que es más difícil, mucho más difícil, que sacar más fuerte, golpear a la línea o ajustar más una dejada.

Hay un aspecto casi sobrehumano que diferencia a las leyendas de los mejores, a aquellos tenistas que celebran más de 10 títulos 'grandes' de los que no los tienen: ganar sin ganas. A su edad se le presume una hambre infinita, una voracidad violenta, pero no deja de ser una persona, un joven, un chaval como cualquier otro.

CHARLY TRIBALLEAUAFP

Y no es difícil entender que después de ganar Roland Garros y Wimbledon de forma consecutiva y de alcanzar una final olímpica necesite más descanso que tres días en barco por Mallorca con su hermano mayor, Álvaro, y un par de amigos.

Su peor partido en un Grand Slam

"He estado jugando muchos partidos en los últimos meses, con Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos, pero no quiero ponerlo como excusa. Me tomé un descanso después de los Juegos que posiblemente no fue suficiente, pero también debo aprender de ello. Quizá soy un jugador que necesita parones más largos para afrontar los torneos importantes. Tengo que reflexionar sobre ello", comentaba este jueves después de caer en segunda ronda del US Open contra el neerlandés Botic van de Zandschulp por 6-1, 7-5 y 6-4.

Desconectado, desganado y desacertado vivió su peor partido en un Grand Slam, aunque no fue más que la confirmación de su crisis. En las entrañas de Roland Garros, mientras se disputaban los Juegos, ya se le veía hastiado de la rutina de la competición -los partidos, los entrenamientos, los calentamientos, las entrevistas, los estiramientos, las comidas...- y en la gira estadounidense sólo ha acentuado ese cansancio. De la raqueta rota en el Masters 1000 de Cincinnati a la desazón este jueves en la Arthur Ashe.

Durante el partido, de hecho, señalaba a su equipo con gestos que su cabeza no funcionaba, que no había manera de recuperar su nivel. Está agotado y requiere un tiempo. En las próximas semanas ha prometido su presencia en la fase de grupos de la Copa Davis, la Laver Cup, el ATP 500 de Pekín, el Masters 1000 de Shanghai, un torneo de exhibición en Arabia Saudí, el Masters 1000 de París-Bercy, las ATP Finals y las finales de la Davis, pero raramente seguirá ese plan. Al fin y al cabo la temporada pasada ya le pasó algo parecido, ya intentó jugarlo todo y sufrió dos meses para el olvido.

El ejemplo del 2023

Después del US Open, Alcaraz desconectó, olvidó su juego y llegó a encadenar tres derrotas seguidas, lo nunca visto, para olvidarse del número uno del ranking ATP y acabar el 2023 con las peores sensaciones Como explicaba su equipo a EL MUNDO, después de unas vacaciones ya se presentó a la pretemporada con la mejor de las predisposiciones y así construyó el camino que le llevó a este verano glorioso, pero aquella racha ya señaló un punto débil.

CHARLY TRIBALLEAUAFP

El propio Alcaraz lo trabajó con su psicóloga, Isabel Balaguer, y lo asumió como una de sus tareas pendientes. "Debo crecer en 2024. Darme cuenta que la temporada sigue hasta noviembre. He trabajado con un profesional que me ha ayudado en ello", declaraba el español en México, donde pasó parte del invierno. En esos mismos días su entrenador, Juan Carlos Ferrero, incidía en esa misma consideración y le pedía más: "Tiene que aprender que la temporada es larga, que es su trabajo y no puede tener tantos descansos como le gustaría. Si quiere ser el mejor tiene que actuar como el mejor y ser profesional todo el año". Ganar sin ganas, el desafío que debe afrontar Alcaraz en los próximos días, en los próximos meses y en los próximos años.

Djokovic se hunde ante Popyrin y se despide del US Open en la tercera ronda

Djokovic se hunde ante Popyrin y se despide del US Open en la tercera ronda

Actualizado Sábado, 31 agosto 2024 - 07:18

Solo un día después de la eliminación de Carlos Alcaraz, el US Open sufrió este viernes otra conmoción con la partida de Novak Djokovic, eliminado en la tercera ronda por el australiano Alexei Popyrin. Nada pudo hacer el actual campeón del 'grande' neoyorquino, sobrepasado por un Popyrin que ocupa la posición 28 de la ATP y que firmó una victoria mayúscula por 6-4, 6-4, 2-6 y 6-4 en tres horas y 19 minutos.

Sin el serbio, número 2 del mundo, y sin Alcaraz (3), que cayó el jueves en segunda ronda, Flushing Meadows tiene nada más que a un campeón en competición tras solo cinco días de torneo: el ruso Daniil Medvedev (5), que venció en la Gran Manzana en 2021.

La derrota del balcánico, tetracampeón en Nueva York, impedirá además que pueda conquistar su 'grand slam' número 25 para desempatar con Margaret Court (24) como el tenista con más títulos de 'grandes' de la historia.

Tampoco podrá igualar a Roger Federer, Pete Sampras y Jimmy Connors, que tienen el récord con cinco títulos del Abierto de EEUU en la 'era open'. Además, 2024 será el primer año desde 2017 en que Djokovic no gana un 'grand slam'. Incluyendo también a Rafa Nadal y Roger Federer, 2024 será el primero desde 2002 sin un 'grande' para el 'big three'.

Hay que remontarse también a 2017 para encontrar la última vez que Djokovic no alcanzó los octavos de final de un 'grand slam': fue en el Abierto de Australia, donde perdió en la segunda ronda y en cinco sets contra el uzbeko Denis Istomin.

Aún más lejos hay que viajar en el tiempo para hallar la última vez que Nole sucumbió en la tercera ronda del US Open: fue en 2006 y contra otro australiano, Lleyton Hewitt.

A sus 37 años, Djokovic viene de redondear un palmarés de leyenda con el oro olímpico en París 2024, pero a Nueva York ha llegado muy justo de físico, con la gasolina bajo mínimos y sin haber participado en ninguno de los torneos previos de la gira norteamericana de verano.

Para saber más

Además, en todo el 2024 solo ha disputado tres torneos en pista dura, que es la superficie del último 'grande' del año, y todos ellos ocurrieron en el primer trimestre del año: la United Cup (por equipos), el Open de Australia (eliminado en semifinales por Jannik Sinner) e Indian Wells (fuera en tercera ronda ante el también italiano Luca Nardi).

En cambio, Djokovic tenía esta noche al otro lado de la red a un Popyrin que llegaba de haber sellado su mayor éxito hasta el momento hace tan solo dos semanas y media: el título de Montreal, que supuso el primer Masters 1.000 de su vitrina.

Un Popyrin inolvidable

Con todo ello, Popyrin, imperial este viernes, dominó con mano firme los dos primeros sets en la sesión nocturna del Arthur Ashe Stadium frente a un Djokovic que no logró ni un solo 'break' en esas dos mangas y que acabaría el encuentro con 14 dobles faltas.

Pese a lo crítico de la situación, para el serbio era, de alguna forma, territorio conocido, ya que en 2023 y también en tercera ronda en Nueva York perdió los dos primeros sets ante su compatriota Laslo Djere y acabó remontando el partido tirando de épica.

¿Más motivos para el optimismo? En sus tres precedentes ante Popyrin, dos de ellos este mismo año y también en 'grandes' (Abierto de Australia y Wimbledon), terminó cantando victoria.

La reacción de la tercera manga fue ilusionante con tres 'break' para Djokovic y un set en el bolsillo por la vía rápida cuando peor pintaban las cosas. El cuarto set fue una pelea magnífica, con Djokovic y Popyrin intercambiando derechazos mientras el público del Arthur Ashe disfrutaba del show.

El momento clave de la noche llegó con 2-2. En un juego larguísimo de Djokovic al saque, Popyrin se inventó un trueno impresionante con la derecha y su grito, tras conseguir el 'break', se escuchó en cada rincón del estadio.

Poco más duró la resistencia de Nole mientras que Popyrin metió la directa para cerrar un triunfo gigantesco y dejar vacío y en busca de heredero el trono del US Open.

Alcaraz, perdón al público de Nueva York, los gestos a Ferrero y una confesión: "Siento que he dado pasos hacia atrás a nivel mental y no entiendo por qué"

Alcaraz, perdón al público de Nueva York, los gestos a Ferrero y una confesión: “Siento que he dado pasos hacia atrás a nivel mental y no entiendo por qué”

Queda en el recuerdo la imagen de Carlos Alcaraz saliendo a hombros de la Arthur Ashe cuando en 2022 se proclamó campeón del US Open con sólo 19 años como quedará su imagen marchándose hundido este jueves después de caer en segunda ronda ante el neerlandés Botic van de Zandschulp. Llevaba tres años sin perder tan pronto en un Grand Slam, pero su pena no venía de la derrota. A veces llega, el deporte es así. Alcaraz se lamentaba por la imagen que había ofrecido hasta el punto de llegar a pedir perdón al público de Nueva York por su juego y, sobre todo, por su actitud. En algún torneo menor, incluso algún Masters 1000, había sufrido alguna desconexión parecida, pero nunca se le había visto tan descentrado en una plaza grande.

"Ha sido una lucha contra mí mismo, contra mi mente. En el tenis necesitas estar lo más tranquilo posible para pensar bien durante el partido. Hoy he sentido muchas emociones que no he sabido controlar. Estaba en una montaña rusa: en algunos puntos estaba arriba y en otros abajo. Si quiero conseguir grandes cosas no puedo jugar así. Debo mejorar, tengo que aprender sobre ello", confesaba Alcaraz, nuevamente muy autocrítico después de una derrota. Como sucedió al caer en cuartos de final del Open de Australia ante Alexander Zverev, el español se castigó por no saber redirigir la situación y apartó el cansancio como razón de su desdicha.

"He estado jugando muchos partidos en los últimos meses, con Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos, pero no quiero ponerlo como excusa. Me tomé un descanso después de los Juegos que posiblemente no fue suficiente, pero también debo aprender de esos. Quizá soy un jugador que necesita parones más largos para afrontar los torneos importantes. Tengo que reflexionar sobre ello", comentaba después de un revolcón con consecuencias. El objetivo que apuntaba para este final de temporada, alcanzar el número uno del ranking ATP que ocupa Jannik Sinner, ya está imposible y al final del US Open verá hasta dónde cae en la lista. Con Alexander Zverev aupado al número dos, Alcaraz incluso podría terminar como el cuarto del mundo si Novak Djokovic o Daniil Medvedev son los campeones en Queen's.

La comunicación con su equipo

En todo caso, la preocupación ahora de Alcaraz debe ser rehacer su calendario y recuperar el camino hacia la victoria. Ante Van de Zandschulp fue inefectiva incluso la ayuda de su equipo, siempre tan cercano. Pese a la presencia de todo el conjunto, como es habitual en los Grand Slam, el español no encontró la solución en los ánimos de su entrenador, Juan Carlos Ferrero, o de su agente, Albert Molina. Al contrario de lo que sucede normalmente, en muchos momentos del partido Alcaraz evitaba mirarles y establecer comunicación con ellos. Su apagada gestualidad sólo demostraba muchas ganas de marcharse de la pista.

"No es la primera vez que me siento así. Y siempre que me pasa digo lo mismo: que debo pensar en ello y que debo aprender sobre ello. No lo estoy haciendo y ese es el problema. Siento que he dado pasos hacia atrás a nivel mental y no entiendo por qué. No puedo volver a sentar aquí y volver a decir eso si realmente no aprendo a gestionarlo, si no puedo cambiar durante los partidos, si no sé cómo crecerme cuando me siento así", reconocía Alcaraz que al finalizar el encuentro fue más rápido que nunca. Casi de medianoche en Nueva York, de los vestuarios a la sala de prensa apenas tardó un cuarto de hora y poco después ya estaba saliendo de las instalaciones del US Open para pasar su última noche de hotel antes de volver a España.

"Él [por Van de Zandschulp] ha jugado muy bien, ha jugado un tenis realmente bueno. Pensaba que me daría más puntos, no puntos gratis, pero pensaba que cometería más errores. No lo ha hecho y eso me ha confundido. No he sabido manejarlo y no he podido aumentar mi nivel. ¿Qué puedo decir? No me he sentido bien golpeado la bola, he cometido muchos errores y cuando he intentado remontar ya era demasiado tarde", analizaba Alcaraz después de su derrota más dolorosa en un Grand Slam.

Alcaraz desaparece y pierde en tres sets ante el número 74 del mundo en el US Open

Alcaraz desaparece y pierde en tres sets ante el número 74 del mundo en el US Open

Entre el segundo y el tercer set, Carlos Alcaraz caminaba hacia el vestuario y con sólo dos gestos resumía sus problemas a su equipo. Con el dedo índice se señalaba la cabeza. Y luego, con el mismo dedo, anotaba que no. Todavía no había acabado el partido, pero ya estaba fuera del US Open: desconectado, desanimado, desganado. En su peor actuación en un Grand Slam, Alcaraz perdió ante el neerlandés Botic van deZandschulp, el actual número 74 del mundo, por 6-1, 7-5 y 6-4 y se despidió de Nueva York en segunda ronda.

Como ya avisó en el Masters 1000 de Cincinnati con aquella raqueta rota y en primera ronda del mismo 'grande' ante el australiano Li Tu, Alcaraz confirmó que está agotado después de una increíble racha veraniega -con los títulos en Roland Garros y Wimbledon y la plata en los Juegos Olímpicos de París- y que necesita un descanso. A los 21 años le sobran piernas y el circuito ATP no para, pero no hay mente que aguante tanta exigencia, tantas emociones, en definitiva, tanto tenis. En las próximas semanas ha prometido su presencia en la fase de grupos de la Davis, la Laver Cup, el ATP 500 de Pekín, el Masters 1000 de Shanghai, un torneo de exhibición en Arabia Saudí, el Masters 1000 de París-Bercy, las ATP Finals y las finales de la Davis, pero sería una imprudencia seguir con el plan. Alcaraz precisa olvidar la raqueta más de dos o tres días.

Este jueves en Nueva York quedó a la vista. A Alcaraz no le falló el tenis porque no hubo tenis. Simplemente no estuvo sobre la pista. Desde el primer set, que perdió en sólo media hora sin conseguir ni un solo golpe ganador, no fue él. Fue un tenista que no quería estar sobre la pista, jugar era un suplicio, competir ya era una quimera.

CHARLY TRIBALLEAUAFP

Sólo en dos momentos del encuentro, Alcaraz amagó con despertar. Unos cuantos "¡Vamos!", un par de golpes suyos, incluso alguna sonrisa. Sucedió al principio del segundo set, cuando devolvió con rabia un break a Van de Zandschulp y al final del tercer set, cuando ya no había marcha atrás. Entonces, con su entrenador, JuanCarlosFerrero, insistiéndole para que lo intentara, Alcaraz empezó a jugar con ironía, por diversión y hasta hubo espectáculo, pero para remontar dos sets se necesita mucho más que eso. Al final el neerlandés cerró la victoria y se llevó la ovación de su vida, la más inesperada.

El acierto de Van de Zandschulp

También lo mereció. Si el nivel de Alcaraz estuvo muy por debajo del habitual, el nivel de Van de Zandschulp estuvo muy por encima. Hace nada, en mayo, después de caer en primera ronda de Roland Garros, el neerlandés de 28 años confesaba que estaba planteándose la retirada porque tenía demasiados días malos. Con un puesto número 22 en 2022 como cima de su carrera, en los últimos meses había caído mucho en el ranking y llegaba al US Open con derrotas clamorosas sobre su espalda, como la que sufrió en su debut en el humilde Challenger de Zug.

Ante Alcaraz, Van de Zandschulp desplegó unos recursos muy superiores a esos resultados. Con contundencia en el saque y la derecha, apostó todo a unas subidas de vértigo a la red y le salió bien. Allí ganó 28 de los 35 puntos que intentó, una constante. Desde el primer punto devolvió al español todos sus golpes, le mareó con dejadas, le superó con globos, en definitiva, completó un gran partido y se mereció el triunfo. Alcaraz este jueves no estaba en condiciones de responderle.

Stefanos Tsitsipas y la desaparición del padre-entrenador en el tenis: "No soy el jugador que era antes"

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"No soy el jugador que era antes. Cuando era joven la adrenalina se me disparaba sobre la pista, mi vida dependía de cómo fuera cada partido. Ahora esas sensaciones han desaparecido y digamos que mi nivel ha bajado", comentaba Stefanos Tsitsipas el pasado martes en una de las salas pequeñas del US Open, con sólo cuatro periodistas escuchando sus palabras. Acababa de perder en primera ronda del Grand Slam estadounidense, otra decepción, la enésima

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