Jaume Munar estalla contra el público de Roland Garros: “Es el más molesto del mundo, un auténtico circo”

Actualizado Jueves, 29 mayo 2025 - 18:51

Hasta en siete ocasiones Jaume Munar había sido eliminado en segunda ronda en un Grand Slam, su tope, su muro, y en esa misma estancia se descubrió este jueves en mitad de una trampa. En la Suzanne Lenglen, la segunda pista de Roland Garros, seguramente la más ruidosa por la cercanía de sus 10.068 asientos, no sólo se enfrentaba a un tenista francés, Arthur Fils, también se enfrentaba a un tenista joven, impetuoso, emocional. Si las cosas le iban mal, reclamaba los gritos del público. Y, al final, claro, el partido acabó como el rosario del aurora.

Munar estuvo eliminado, luego clasificado y si acabó fuera del torneo con un marcador de 7-6 (3), 7-6 (4), 2-6, 0-6 y 6-4 fue por el ambiente. El mallorquín, apadrinado por Rafa Nadal desde su adolescencia, alumno de su academia, perdió los dos primeros sets en el tie-break, aprovechó después las supuestas molestias en la espalda de Fils para hacerse con los dos siguientes y en el último se desconcentró. Con Fils recuperado de sus dolores, que realmente parecían calambres, cedió su último saque entre gritos de los aficionados franceses que nunca le concedieron silencio.

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Pese a su carácter afable, una hora después, en la rueda de prensa posterior al partido, seguía enfadado. "Que animen al otro me parece perfecto, pero es una falta de respeto absoluta no parar de cantar, gritar tonterías e interrumpir constantemente. Aquí está el público más molesto y forofo del mundo, pesa demasiado la bandera", comentó de entrada, quien más tarde añadió: "En Nueva York y Australia entienden el deporte de otra manera. Pueden animar mucho y tener un sentido del espectáculo, pero nunca faltan el respeto a los jugadores. En este torneo, es necesario que la gente se calme un poquito porque esto es un auténtico circo".

Munar, además, cargó contra Fils y su estrategia para ser atendido cuando posiblemente no lo merecía: "Era una supuesta lesión de espalda, pero estoy convencido de que sufrió calambres. En ese caso, no podría haber sido atendido. Además, le he visto bebiendo jugo de pepinillo en los últimos parciales, así que está claro lo que ha ocurrido".

Su derrota se añadió a la desdicha de Alejandro Davidovich, que cayó ante Jiri Lehecka por 6-3, 3-6, 6-1 y 6-2, para dejar a Carlos Alcaraz solo en el cuadro español. Un registro negativo que pudo haber sido histórico: desde 1981 siempre ha habido como mínimo tres representantes -entre hombres y mujeres- en tercera ronda. Pero Jessica Bouzas y Paula Badosa salvaron la situación. Bouzas, que ya había llegado a tercera ronda el año pasado en Wimbledon y US Open, venció a Robin Montgomery por 6-4, 4-6 y 7-5. Y Badosa se rehízo de unas décimas de fiebre para remontar a Elena-Gabriela Ruse por 3-6, 6-4 y 6-4.

La polémica en Roland Garros entre jueces de línea y Inteligencia Artificial: ¿Por qué los sensores fallan más en tierra batida?

Actualizado Miércoles, 28 mayo 2025 - 22:47

En su debut en Roland Garros, Novak Djokovic hace una dejada y el juez de línea grita: «¡Out!». La bola se ha ido fuera. El juez de silla advierte la marca de la pelota sobre la tierra batida, baja a asegurarse y rectifica a su colega: ha botado sobre la lateral, ha entrado dentro. El rival afectado, Mackenzie McDonald, se queja, el árbitro da explicaciones, Djokovic interviene y se desata una discusión. ¿Fuera o dentro? La escena es tan típica que los aficionados ni atienden, pero en realidad debería sacar todos sus cámaras e inmortalizar el momento: quizá nunca más vuelva a ocurrir.

Roland Garros es el último torneo grande que renuncia a la tecnología de arbitraje y mantiene sus jueces de línea, aunque no por mucho tiempo. La Galia está acorralada. El Grand Slam francés recibe presiones para adaptarse a los tiempos y entregarse al llamado Electronic Line Calling Live (ELC Live), la evolución del Ojo de Halcón. 18 cámaras que siguen la bola y, en sólo una décima de segundo, generan con Inteligencia Artificial una imagen en 3D para avisar si va fuera. ¿Cómo resistir al avance? Pues hay motivos. Y de todo tipo.

La petición de Djokovic

«Nuestra voluntad es mantener a los jueces de línea el mayor tiempo posible. Pero son los jugadores los que deciden. Si mañana vienen y nos dicen por unanimidad que no jugarán sin la tecnología tendremos que ceder a sus exigencias», reconocía el presidente de la Federación Francesa de Tenis (FFT), Gilles Moretton, que remataba: «Pero, de momento, eso no pasa. Los jugadores no han expresado una única opinión».

Algunos como Djokovic han pedido que Roland Garros dé el paso que dieron el US Open y el Open de Australia en 2020 y que dará Wimbledon este mismo 2025. «Estoy a favor de la tecnología. Es más precisa y ahorra tiempo. Ha habido muchas ocasiones en las que los jugadores han chocado con un juez de línea» comentaba sin especificar que varias de esas ocasiones las protagonizó él, como aquel pelotazo en el US Open de 2020. Pero otros tenistas han defendido que se mantenga la presencia de los árbitros en las pistas del Bois de Boulogne. «Las dos opciones son buenas, pero en tierra batida prefiero que haya jueces porque se puede valorar el bote de la bola, dialogar con el árbitro», respondía Alcaraz este miércoles a pregunta de EL MUNDO. «La precisión de la tecnología no es la misma en tierra batida. No estoy seguro de que esté totalmente perfeccionada en esta superficie, añadía el francés Ugo Humbert y abría el debate.

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En raras ocasiones el ELC Live ha recibido quejas en los torneos de pista dura en los que se utiliza -la primera prueba fue en las Next Gen ATP Finals de 2017-, pero sobre arcilla ha generado malestar. El hecho de que la pelota deje una marca visible sobre la superficie siempre invita a la reclamación. Pero hay más razones. En tierra batida, la pelota se mancha, eso dificulta la correcta calibración del sistema, y hay más errores.

La foto de Zverev

En el Mutua Madrid Open, en su partido ante Alejandro Davidovich, Alexander Zverev protestó por un bote que el sistema señaló como dentro mientras la marca estaba claramente fuera. Para mostrarlo al mundo, llegó a sacar su teléfono, hacerle una foto y colgarla en Instagram. Ante el evidente fallo, la ATP se vio obligada a investigar lo ocurrido y aceptar que el ELC Live tiene «un margen de un milímetro de error». «Un mismo tiro puede dejar marcas diferentes dependiendo de las condiciones de la superficie, como la humedad, la densidad del suelo y cuándo se barrió la cancha por última vez», reconoció entonces Ali Nili, responsable de los árbitros del circuito, que luego sacó pecho: «Este año se ha utilizado el ELC Live en seis torneos de tierra batida, con 486 partidos, más de 75 000 puntos y más de 300.000 botes. Sólo en 76 casos un jugador cuestionó la marca, con pocas controversias».

En la eliminación de los jueces de línea también hay que contar con un posible fallo del sistema, que obligaría a cancelar los partidos, y con los puestos de trabajo que se perderían. En este Roland Garros hay 320 jueces, la amplía mayoría locales. La FFT defiende que muchos se convertirán en jueces de silla y que, sin ese paso intermedio, es posible que el tenis se quede sin árbitros. De momento Roland Garros resiste, pero el avance de la tecnología, con todo lo que conlleva, parece imparable.

Alcaraz ofrece su magia a una Chatrier infantil y ya está en tercera ronda de Roland Garros

Actualizado Miércoles, 28 mayo 2025 - 16:17

En una esquina de la segunda grada de la pista Philippe Chatrier, arriba del todo, hay una clase de segundo o tercero de Primaria. Son unos 20 niños y niñas y todos llevan petos fosforitos para no perderse: unos van de naranja y otros, de amarillo. Llegaron andando a primera hora desde una escuela cercana, la Denfert-Rochereau, y aprovechan que mañana es festivo en Francia, Jueves de Ascensión. No paran. Es lo que les toca, no paran.

Hay uno rubio que después de cada punto de Alcaraz levanta los dos brazos y grita "¡Allez, Carlos!" y en todo el partido Alcaraz suma muchos, muchos puntos, concretamente 121. Ocupan toda una fila y los dos del final, los que están más lejos del profesor, no paran de empujarse. De vez en cuando incluso cae un puñetazo. El caso es que todos alucinan. Hay algunos concentrados en el juego, otros sólo miran de vez en cuando, pero todos flipan con Alcaraz y su magia.

A mediados del tercer set, el español, ya vencido, llega a una bola imposible, conecta un pasante paralelo por fuera de la red y los críos no pueden más que abrir la boca. "¡Oh!", entonan todos. Luego preguntan: "¿Eso vale?". El público francés se ha quedado tan anonadado que no lo celebra hasta que el propio Alcaraz mira al tendido, levanta los brazos y reclama su aplauso. Desde el primer punto hasta el último, los niños parisinos disfrutan de la Carlos Alcaraz Experience; cuando se van a casa, ya tienen un nuevo ídolo.

Alcaraz también canta

Este miércoles en un ambiente de verbena en París, con mucha juventud en las gradas de la Chatier, Alcaraz venció en segunda ronda al húngaro Fabian Marozsan por 6-1, 4-6, 6-1 y 6-2 y la victoria fue casi lo de menos. De hecho, quien observe el marcador e incluso lea alguna estadística, como sus nueve bolas de break no convertidas, podrá pensar que fue un partido peliagudo para él, pero todo lo contrario.

En su regreso a la central después de debutar en la Suzanne Lenglen, el español sintió la bola como propia, disfrutó con la raqueta, dibujó golpes de artista. Marozsan ayudó con su gusto por la dejada, un recurso que utilizó hasta en 24 ocasiones, pero Alcaraz puso mucho de lo suyo. Hubo algunos despistes, como esa ruptura inicial que le costó el segundo set, y alguna tarea pendiente, como rematar esas opciones de 'break', pero pelillos a la mar. Para las siguientes rondas, como la próxima, ante el ganador del duelo entre Giovanni Mpetshi-Perricard y Damir Dumhur, ya hay que contar con el Alcaraz más jugón.

"¡Popopopopopopo!", cantó Alcaraz antes de abandonar la pista, después del partido, sabiendo leyendo el ambiente. "¡Olé!", le respondieron, como no podía ser de otra manera. "Me encanta jugar aquí", aseguró después de analizar el partido: "En el primer set me he encontrado genial, con mucha confianza, pero en el segundo Fabian ha empezado a jugar muy agresivo, tomando muchos riesgos. Me ha costado volver a mi juego, pero en el tercer y cuarto set lo he conseguido".

Serena Williams, Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2025

Actualizado Miércoles, 28 mayo 2025 - 12:35

Tarde o temprano tenía que llegar. Serena Williams, seguramente la mejor tenista de la historia, ganadora de 23 Grand Slam, recibirá este octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo su Premio Princesa de Asturias de los Deportes. Retirada de las pistas en 2022, entregada ahora a sus negocios y a la crianza de sus hijas Olympia y Adira, la estadounidense será galardonada por sus muchos méritos, entre los que también se encuentran sus 319 semanas como número uno del ranking WTA o sus cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos.

Su nombre aparecerá en la lista del Premio después de Carolina Marín, escogida el año pasado, y otros cuatro tenistas, tres mujeres, Martina Navratilova (1994), Arantxa Sánchez Vicario (1998) y Steffi Graf (1999) y un hombre, Rafa Nadal (2008). Será la quinta premiada procedente de Estados Unidos tras Carl Lewis (1996), Lance Armstrong (2000 y mantiene el galardón), el maratón de Nueva York (2014) y Lindsey Vonn (2019).

"Considerada una de las mejores tenistas de la historia con un palmarés deportivo incuestionable, ha logrado 73 títulos individuales, entre ellos 23 Grand Slam y 4 oros olímpicos. Además de su extraordinaria carrera deportiva y su mentalidad competitiva, Serena Williams ha sido siempre una firme defensora de la igualdad de género y de oportunidades entre hombres y mujeres en el deporte y, en general, en la sociedad", proclamó el jurado del Premio Princesa de Asturias de los Deportes en su fallo.

El comité, presidido por otra premiada, la nadadora paralímpica Teresa Perales, deliberó este martes y este miércoles después de recibir 30 candidaturas de 13 nacionalidades entre las que destacaron "aspirantes con grandes historias, además un importante palmarés por sus trayectorias deportivas".

Su decisión es una apuesta por mantener el equilibrio entre la exposición internacional del galardón en sus inicios y el reconocimiento al deporte nacional, que se repite en los últimos tiempos. Las selecciones de fútbol y de baloncesto -con Iker Casillas, Xavi Hernández y los hermanos Gasol como repetidores-, José María Olazábal, Javier Gómez Noya, Carlos Sainz o Perales o Marín habían transformado la naturaleza de la distinción que con Eliud Kipchoge hace dos años o Williams ahora mantiene sus raíces.

Junto a Perales, el jurado estuvo integrado por Teresa Bernadas, Carlos Carpio, Joaquín Folch-Rusiñol, Vicente Jiménez, Santiago Nolla, Jennifer Pareja, Edurne Pasabán, Samuel Sánchez, Sitapha Savané, Alberto Suárez, Joan Vehils, Theresa Zabell y Paloma del Río como secretaria.

Alejandro Davidovich: “Antes decidían por mí, no era mi vida; ahora hago lo que me gusta y nadie me juzga”

Actualizado Martes, 27 mayo 2025 - 22:51

En Roland Garros sólo hay dos salas de prensa así que el resto se improvisan. Con jardineras y plafones, basta un micrófono y unas sillas para que los tenistas, normalmente los menos conocidos, contesten unas cuantas preguntas. Allí, en la temporal sala 3, aparece Alejandro Davidovich y su ronda acaba rápido. Pocos medios le interpelan. Está entre los 30 mejores del mundo y ya en segunda ronda, donde mañana se enfrentará a Jiri Lehecka, pero a sus 25 años sigue siendo un tenista por descubrir, un outsider, un secundario.

«Me da igual. No estoy al tanto si la gente me conoce más o menos. Obviamente, si hago un gran resultado, si llego a las rondas finales, habrá más aficionados siguiendo mis partidos», comenta en conversación con EL MUNDO un tenista que en los últimos meses lo ha cambiado todo: su entrenador y el resto de su equipo, su manager y hasta su lugar de residencia. De su Málaga, donde nació, hijo de padres rusos, a Montecarlo, donde vive ahora. «¿Tenemos tiempo?», pregunta cuando se le cuestiona por el motivo de tan drástica transformación.

Tenemos tiempo.
Desde hacía unos años yo ya veía que siempre hacía lo mismo, las mismas rutinas, los mismos errores, los mismos aciertos, y ya no disfrutaba del tenis. Mi nivel no mejoraba, estaba estancado. Mi entrenador de toda la vida, Jorge [Aguirre], me dijo que si me iba de Málaga no seguiría conmigo así que no me atrevía a dar el paso. Pero el año pasado, después del Mutua Madrid Open, me decidí. Pasaron cosas personales, hubo cosas en mi equipo que no me gustaron y pensé que era el momento de cambiar.
¿Qué ocurrió?
Algún día se revelará, pero prefiero no hacerlo ahora.
¿Cómo se construye otra vida?
Es muy difícil. El mayo pasado empecé a entrenar con [Fernando] Verdasco y estuvimos varios meses juntos, pero él vive en Doha y la logística era complicada. Me quedé con David Sánchez, con quien ya había trabajado, y buscamos otro entrenador, que finalmente fue Félix [Mantilla]. Como me marché a vivir a Montecarlo también tuve que hacer una búsqueda de nuevo fisio y nuevo preparador físico. Fueron meses de mucho estrés fuera de la pista.
¿Por qué se fue a Montecarlo?
En Málaga me faltaba gente para entrenar y en Mónaco viven muchos de los mejores tenistas del mundo. Nos conocemos todos, tenemos todos los números de teléfono y sabemos quién está cada semana por allí. Es muy fácil cuadrar agendas para un entrenamiento y, si no se puede, también hay muchos juniors de nivel. Me alquilé un apartamento y me lancé al cambio. Decidí escoger yo mismo mi camino.
¿Antes no lo hacía?
Antes decidían por mí, ahora decido yo. Antes no era mi vida y ahora sí lo es. Hago lo que me gusta y nadie me juzga por lo que hago. Estoy tranquilo, estoy feliz y estoy en paz conmigo mismo. No tengo malos pensamientos a mi alrededor. Cuando voy a entrenar, doy el máximo y si ese día es un 70%, doy el 70%.

Los sacrificios del tenis

A raíz del documental de Alcaraz, hablamos estos días de lo mucho que exige el tenis.
No he visto el documental. El tenis es un trabajo que te cuida y te da mucho. Pasas mucho tiempo fuera de casa, no ves a tu familia o tus amigos, pero al final es un trabajo más. Serán unos pocos años y, cuando me retire, ya podré hacer lo que quiera en la vida. Es un sacrificio, pero también lo son otros trabajos y duran mucho más tiempo. Hace unos años yo también luchaba un poco con eso, pero cuando lo entiendes lo ves de otra manera. Irme a Mónaco me ha abierto mucho la mente en ese sentido, me he entregado más al tenis, ha cambiado mi visión de la vida.
Ha vuelto a estar entre los 30 mejores del mundo. ¿Cuál es su techo?
Lo veremos este año. Todos los años hacía un pronóstico de cómo acabaría y en éste no lo he hecho. Me gustaría acabar en el Top 10, pero todavía queda mucha temporada por delante. Nunca he entrado en el Top 20 y ya sería un gran paso. Para mí la Race es más importante que el ranking y ahí voy bien [decimocuarto].
«Estás jugando el mejor tenis de tu vida», le dijo Alexander Zverev en el Mutua Madrid Open después de que llegara a cuartos de final en Montecarlo. ¿Tiene razón?
No te sabría decir, pero estoy siendo constante. No tengo altibajos, juego más regular. Es un elogio, aunque entiendo que Zverev no me había visto jugar en meses y por eso dijo eso. Aquí, en Roland Garros, tengo que centrarme en seguir avanzando rondas y trabajar mi momento. Todos están jugando muy bien, están 'on fire' y será difícil.
Hace unos meses explicaba que se había aficionado a la lectura.
Bueno, no te voy a mentir, sigo viajando con los libros, pero ya no los leo. Ahora estoy en una etapa muy de Play Station. He traído el Fortnite y el FIFA y juego a uno de los dos.

Djokovic vence en primera ronda y lidera una revuelta en la central de Roland Garros: “Fermer le toit!”

Actualizado Martes, 27 mayo 2025 - 17:17

Hubo algo de revolución francesa en un cántico: "Fermer le toit!". En la Philippe Chatrier, la pista central de Roland Garros, este martes al mediodía caía una lluvia ligera, hacía bastante frío y molestaba el viento. Los jugadores, Novak Djokovic y Mackenzie McDonald, no podían ni lanzar la pelota al aire para sacar y los aficionados se abrigaban con todo lo que habían traído en busca de confort. Todos los presentes estaban a disgusto. ¿Todos? No. En el palco, se repartían unas mantas blancas muy gruesas y las autoridades parecían cómodas. Entonces empezó a sonar la revuelta. "Fermer le toit! Fermer le toit!", pedía el público, es decir, "¡Cerrad el techo!".

El juez de silla, Damien Dumusois, y los responsables de la organización del torneo hacían oídos sordos, pero entonces fue Djokovic quien alzó la voz. Y a él sí había que escucharle. En su estreno en París, el serbio se quejó a Dumusois de las dificultades para jugar al tenis y el árbitro requirió a sus superiores. En la pista central empezaron a aparecer responsables, entre ellos, Remy Azemar, el jefe de los jueces de la Federación Francesa de Tenis y en un principio aguantaron sin techo.

Thibault CamusAP

Roland Garros es un torneo al aire libre y las normas indican que para que se juegue ‘indoor’ las condiciones deben ser considerablemente adversas. Sólo si la lluvia impide el juego se puede autorizar el despliegue de la cubierta de la pista. Con 3-2 en el primer set en el marcador, Djokovic insistió e insistió para que le hicieran caso, pero no hubo manera. Volvieron las protestas, "Fermer le toit!" e igualmente la organización se mantuvo en su postura de mantener el cielo a la vista. Sólo minutos después, cuando la lluvia aumentó un poco más, Azemar autorizó el cierre y 12 minutos después la Philippe Chatrier ya tenía su tejado.

Para entonces, eso sí, el partido ya estaba decidido. La polémica despistó a McDonald que justo después del parón cedió por primera vez su servicio, perdió el primer set y se vio condenado a remontar ante Djokovic. Una misión imposible. El estadounidense, un jugador salido de su circuito universitario, carecía de golpes que pudieran intimidar al ganador de 24 Grand Slam y lo que consiguió fue a base de lucha y dejadas, muchas dejadas. Al final, Djokovic ganó por 6-3, 6-3 y 6-3 y se enfrentará el jueves en segunda ronda al vencedor del duelo entre Corentin Moutet y Clément Tabur. Entonces, seguramente, no volverá a haber revolución francesa.

Mats Wilander, tres veces campeón de Roland Garros: “Yo también salía con mis amigos, como Alcaraz”

Actualizado Lunes, 26 mayo 2025 - 23:39

Mats Wilander (Växjö, Suecia, 1964) no para en Roland Garros. Ahora entrevista a la española Jessica Bouzas después de su victoria en la Suzanne Lenglen; ahora corre hacia el puesto de comentarista de Eurosport y Max, que emite todo los partidos del torneo; ahora se fotografía frente a la Philippe Chatrier con unos aficionados que le cuentan que estuvieron presentes en su último título, el tercero, en 1988. Está en su salsa; está feliz. A sus 60 años, desciende a saltos las escaleras que bajan a la sala de prensa y, en conversación con EL MUNDO, reconoce que se siente aún en plenitud.

«Mentalmente soy un veinteañero. El año pasado cumplí 60 y fue muy importante para mí porque ya he vivido más que mi padre. Mi padre murió en 1990 a los 59 años y yo pensaba que era un anciano. Para mí tener 60 años y sentirme así es todo un éxito», cuenta y, tan metido en el papel de analista como está, empieza rápido a hablar sobre Carlos Alcaraz, Jannik Sinner y lo que vendrá.

¿Lloró durante el homenaje a Rafa Nadal?
Fue emocionante para todos. Hay que destacar que lo que hizo Nadal aquí en París, ganar 14 veces, fue único y no sólo en el tenis. Puedes buscar en cualquier deporte y te apuesto a que no hay nadie que haya dominado tanto como Rafa aquí, en Roland Garros. Es inhumano, es imposible.
Entonces, no se imagina a un Alcaraz con los mismos títulos.
Es injusto colocarle en esa comparación y él tampoco debería hacerlo. Ha ganado cuatro Grand Slam con 22 años, pero para llegar a los números del 'Big Three' tendría que seguir a este ritmo hasta 2037 o 2038. ¿Te imaginas a ti mismo en 2038? Es una trampa para él.
¿Alcaraz se parece en algo a usted?
Lo único en lo que nos parecemos es que él también es un tipo tranquilo, que quiere vivir dos vidas, la vida de un tenista y la vida de un joven normal que sale con sus amigos. En eso, nos parecemos. En la pista, en nada. Carlos se controla más y es mucho mejor en términos de tenis, de técnica, de golpes. Me gusta su estilo, pero como tenistas somos distintos.
Si el Wilander de los años 80 se enfrentase a él, ¿Cómo le ganaría?
En el vestuario. Me pasaría meses haciendo pesas, poniéndome fuerte para intimidarle y que no quisiese jugar contra mí. Ahora en serio: mi mejor yo no habría ganado a Carlos. Los tenistas de hoy son mucho mejores de lo que éramos los tenistas antes. Es otro deporte. Lo único que podría haber hecho es jugar sin errores y esperar a que él fallase.

"Su mayor rival es él mismo"

Hablaba de la vida de un joven normal. ¿Es posible mantenerla y ganar muchos Grand Slam?
Es posible, Carlos ya lo ha hecho. Tiene el talento para conseguirlo. Yo también salía con mis amigos y luego conseguía victorias sobre la pista. Los tenistas son personas y tienen sus caracteres, sus necesidades, sus inquietudes. Alcaraz enfoca el tenis de una manera distinta a Rafa o a Novak y eso es algo muy personal. Veremos con los años si le funciona.
¿Le ve celebrando su segundo Roland Garros consecutivo?
Por supuesto, es el gran favorito. Tiene un rival que se llama Jannik Sinner y otro aún más fuerte que se llama Carlos Alcaraz. A veces no entra en los partidos como debería, eso es cierto. Pero si hacemos la comparación con el 'Big Three', a su edad nadie lo ganaba todo. Federer perdió aquí una vez contra Kuerten en segunda ronda, por ejemplo. En tierra batida, Alcaraz, con los recursos que tiene con su derecha, con su facilidad para hacer dejadas, con su capacidad física... Es muy superior. Además, a cinco sets tiene margen si se despista, no es un problema. Todavía no será un paseo, como lo fue algunos años para Nadal, pero es el favorito.
¿Qué le falta a Sinner?
Sinner llegará a su nivel en tierra batida porque tiene el deseo de mejorar, no se conforma con ser número uno y ganar sobre cemento. Es muy maduro. Eso es importante. De hecho, la final de Roma ya pudo caer para cualquier lado, se decidió en aquel tie-break. Pero ahora mismo necesita aprender a jugar sobre arcilla. Siempre se mantiene sobre la línea, siempre golpea con agresividad y debe encontrar más recursos. En tierra batida no puede atacar tanto porque se expone a errores, debe dar un paso atrás y jugar también desde la defensa.
¿Qué espera de Novak Djokovic?
Tenemos que ser conscientes que este puede ser su último Roland Garros. Cuando pierda la motivación se marchará del tenis y eso puede ocurrir pronto. Necesita ganar algunos partidos aquí y ser competitivo y, luego, creo que su oportunidad llegará en la hierba. En Wimbledon tendrá su mejor opción para ver si puede seguir ganando o no. El torneo de este año en Londres puede ser definitivo para el futuro de Djokovic.

Alcaraz se estrena en Roland Garros con una victoria de oficio ante el engañoso Zeppieri

Actualizado Lunes, 26 mayo 2025 - 14:42

Si su interés en este Roland Garros se centra en las opciones de Carlos Alcaraz puede desconectar hasta la semana próxima. Allí estará, si no fastidia una lesión, en cuartos de final y más allá, mucho más allá. Después del Masters 1000 de Roma quedaban pocas dudas sobre su físico, menos aún sobre su tenis, y este lunes, en su debut en París, quedaron despejadas todas. Ante un rival engañoso, el italiano Giulio Zeppieri, número 310 del ranking mundial con golpes para estar entre los 100 mejores, Alcaraz fue el Alcaraz campeón del año pasado.

Aseguró una victoria rápida por 6-3, 6-4 y 6-2 en una hora y 56 minutos de juego y mostró aquello necesario para dominar el Grand Slam por segunda vez: sus piernas vuelan, su mente también. Parece difícil que los rivales que vienen, como Fabian Marozsan en segunda ronda, le presenten mayores dificultades.

No es que fuera su mejor partido, pero tampoco hacía falta. En los deberes para los días que vendrán, por ejemplo, cierta mejora en su saque, que fue inofensivo. Su juego se mantuvo alrededor del notable, más que suficiente. Las trampas esta vez eran enredarse más de la cuenta, precipitarse o descentrarse y no cayó en ninguna de ellas. En otros torneos, en otros lugares, quizá lo hubiera hecho.

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Zeppieri se presentó como un adversario incómodo, incluso extraño, más siendo zurdo. Pese a su bajísimo ranking, ya se había enfrentado a Alcaraz, ni más ni menos que en unas semifinales, en el ATP 250 de Umag de 2022. Es cierto que entonces el español apenas era un adolescente, pero le consiguió arrebatar un set y complicarle la victoria. Esta vez pretendía lo mismo. Directo en el servicio y ante cualquier bola que se le pusiera delante, Zeppieri buscaba amenazar con sus golpes planos -especialmente con su revés- y que Alcaraz se equivocara. Si olvidaba su juego y entraba al trapo, podía dejarse en la pista unos minutos muy valiosos, pero no lo hizo. El español trabajó los puntos, alargó los intercambios, disfrutó en la red y construyó su triunfo como debía, con un 'break' por set cuando hacía falta.

"Ha sido un partido muy solido. La primera ronda de cada torneo nunca es fácil. Y llegar como vigente campeón la hace todavía más difícil. Pero he empezado bien. He intentado estar concentrado en mi tenis, en mi ritmo, y espero jugar mejor en la siguiente ronda", analizó el actual número dos del mundo, que también confirmó que apoyará al PSG en la próxima final de la Champions -en las gradas de la Suzanne Lenglen había varios jugadores, como Achraf Hakimi y Joao Neves- y valoró el éxito de su documental en Netflix: "Muestra mi vida, que es una vida bastante normal. Cuando estoy en casa intento apagar el tenis y vivir como yo mismo, como persona"

Lo que no se vio del homenaje “perfecto” a Nadal: las chuches de su familia, el “¡choca esos cinco!” de su hijo y la broma de Murray con el Real Madrid

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 23:11

Hacía una hora que el homenaje a Rafa Nadal en Roland Garros había finalizado y varios familiares del 14 veces campeón seguían en el palco de la Philippe Chatrier, charlando, riéndose, secándose las lágrimas, compartiendo unas bolsas de chucherías. Tantas celebraciones habían vivido en esos asientos que se resistían a abandonarlos: necesitaban su propia despedida. Allí estaba el tío Toni, a quien su ex pupilo dirigió un especial agradecimiento en su discurso. Allí estaban los primos que tanto enervan a Nadal, según confesó ante millones de personas. Y allí estaban sus padres, más callados que el resto, digiriendo la emoción.

A esas horas, antes de que empezara la sesión nocturna, ya se habían marchado sus abuelas Isabel y María Ana, de 94 y 92 años, que visitaban la pista por segunda vez: la primera fue el año pasado en el último partido en París de su nieto. Demasiado tute para ellas, demasiada emoción, más después del recuerdo de su nieto a sus respectivos maridos, los abuelos.

Caía el sol en París y mientras muchos de los suyos continuaban entre las gradas, Nadal disfrutaba en las entrañas de la pista de la compañía de su hijo y de sus rivales y amigos. El pequeño Rafa Jr. entretenía a su padre, Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray en una escena crepuscular para ellos y para todos. Nos hacemos mayores. El pequeño de dos años y medio lanzó «choca esos cinco» a cada uno mientras Djokovic le premiaba en castellano: «¡Qué fuerte estás!». Luego los cuatro departieron durante unos minutos, Murray bromeó sobre la victoria del Arsenal sobre el Real Madrid en cuartos de final de la Champions -después de la eliminación ya envió un mensaje de Whatsapp al español: «¿Cómo te va la vida, Rafa?»-, se hicieron fotografías para la historia y, pronto, reclamaron a Nadal. Le tocaba un paseillo, un último paseíllo, ante los micrófonos de todo el mundo.

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«Los cuatro hemos demostrado que a pesar de nuestra rivalidad podemos ser amigos. Nuestro legado es ese, que hay cosas más allá de los resultados», agradeció Nadal que después del acto estaba eufórico, pletórico, feliz. Antes, lo confesaba, andaba nervioso porque este tipo de actos no son lo suyo: «Sigo siendo un poco tímido, todavía no me gusta ser el centro de atención, pero lo he disfrutado mucho».

Los nervios de Nadal

El español apareció en el recinto de Bois de Boulogne cinco horas de que empezara el acto y aprovechó la larga espera para comer con la directora de Roland Garros, Amelie Mauresmo, y el presidente de la Federación Francesa de Tenis, Gilles Moretton y repasar con ellos los detalles de lo que ocurriría después. El público se amontonaba por donde pasaba y él regalaba fotografías y autógrafos, pero todavía se le notaba preocupado.

Había preparado unas frases en francés para el público de París y eso le inquietaba. «Gracias Francia y gracias París. Me habéis ofrecido emociones que nunca pude imaginar. Me habéis hecho sentir un francés más», proclamó finalmente, con éxito. Sabía que la organización le guardaba una sorpresa, lo que finalmente fue la placa con su pisada que se quedará sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier, y eso también le agitaba. «Pensaba que era para este año, pero no puedo explicar lo que he sentido cuando me han dicho que era para siempre. Es un honor increíble», aceptó sobre el reconocimiento para toda la vida.

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«Ha sido un homenaje perfecto, no puedo imaginar un día más emocionante que este. Le he dado las gracias a todos los que han participado», anunció y reconoció que últimamente no tiene tanta memoria como antes y de ahí que se dejara un papel de su speech. Cuando le tocaba dar las gracias a su mujer, Mery, descubrió que le faltaba texto y no le quedó más remedio que admitirlo: «Me falta una página, pero no lo necesito». Hubo humor, hubo intriga. Pero en unos segundos, su responsable de prensa, Benito Pérez Barbadillo, dio con el folio extraviado y se lo hizo llegar a través de una voluntaria.

Ahora, ya cerrada la necesidad de su despedida como deportista, le toca buscar nuevas motivaciones, nuevas distracciones, una nueva vida: «No he tocado una raqueta desde que me retiré y ahora mi rutina es que no tengo rutina. No echo de menos el tenis. Estoy bien, estoy feliz. He perdido ese instinto competitivo. Me dedico a cuidar de mi familia y estoy descubriendo qué me motiva».

Roland Garros regala a Nadal la despedida que le faltaba: “Me habéis hecho sentir como si fuera francés”

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 19:51

Vendrán otros tiempos, las vidas se vivirán de otra manera y quedará el recuerdo del ser humano que fue Dios en la tierra, en la tierra batida. Cada día se hace historia en el deporte y hay mucho de hipérbole, más de tópico, pero aparece Rafa Nadal en la Philippe Chatrier y pensar en el futuro es inevitable. ¿Su figura se difuminará cuando pasen las décadas? Parece imposible. En el 20 aniversario de su debut, este domingo, Roland Garros, uno de los cuatro torneos más importantes del planeta, se rindió a los pies del tenista que lo dominó hasta en 14 ocasiones.

Desde la presentación del 'speaker' Marc Maury hasta su salida con su hijo Rafa Jr. a hombros, hubo 48 minutos de honores al español allí donde fue cuestionado durante un tiempo, odiado alguna vez y querido finalmente, amado hasta las trancas. Como ya demostró el año pasado en su último partido, el público francés ha acabado abrazando a Nadal como si fuera propio porque al fin y al cabo es propio; la leyenda que se construyó sobre su arcilla.

Primero, discurso; después sorpresas

El acto empezó con una ovación, como no podía ser otra manera. Los aficionados presentes se vistieron con camisetas marrón tierra batida que había repartido la organización por las gradas -con el emblema ‘Merci, Rafa’ en la pechera- y todos se pusieron en pie para aplaudir durante más de cinco minutos la entrada de Nadal a la pista. Entonces cayeron sus primeras lágrimas, pero habría más.

En un largo discurso, el ex tenista agradeció su apoyo a la afición -en francés-, sus amigos, a sus patrocinadores y a su familia con momentos realmente curioso. Hubo mención especial para su tío Toni, hubo broma a sus primos -"a vosotros no os agradezco nada", se perdió la página con el discurso dirigido a su mujer Mery -"no pasa nada, no necesito la página"- y hubo un sentido recuerdo a sus abuelos fallecidos. En todas las paradas Nadal estuvo a borde del llanto, pero aguantó hasta el cierre. "Me habéis hecho sentir como si fuera francés. Aquí dejó mi corazón y mi alma", finalizó en francés dirigéndose al público, nuevamente conmovido.

Después llegaron las sorpresas de la organización. Primero aparecieron los recogepelotas para aplaudirle, luego todos los responsables del torneos con la misma misión y las gradas se vinieron abajo con el anuncio de sus rivales. Todos los presentes sabían que aparecerían Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray -incluido el propio Nadal-, pero igualmente fue un instante precioso. Después de tanto, después de todo, los cuatro ahí, en la pista, trajeados, repartiéndose abrazos y bromas. "Hemos demostrado que podemos ser amigos pese a ser rivales", proclamó Nadal, que al final recibió un trofeo único y un último honor: una placa con su pisada quedará para siempre en la Philippe Chatrier. En el cierre, el homenajeado dio una última vuelta de honor y se marchó con su hijo en brazos.

La presencia de Gasol o Alcaraz

¿Fue el mejor homenaje posible ? Dirá cada uno. Fue emocionante, fue bonito y fue "sencillo", como él mismo había reclamado a la organización. Desde que le propusieron el acto el pasado diciembre en una visita a su casa en Mallorca, el español había pedido poca fanfarria y apenas hubo. Con toda su familia presente, Nadal sintió el amor de la afición francesa, de familiares, de amigos como Pau Gasol y Carlos Alcaraz y hasta del cielo, que quiso brillar después de horas de lluvia.

París, no hay que olvidarlo, no lo hizo Nadal en su discurso, ya hizo le hizo el mejor homenaje posible concediéndole el último relevo de la antorcha en sus Juegos Olímpicos. Sólo faltaba el tributo de la Philippe Chatrier y fue como tenía que ser. Vendrán otros tiempos, las vidas se vivirán de otra manera y quedará para siempre la historia de Rafa Nadal en Roland Garros, Historia en mayúsculas.