Ruud vence a Draper en una excelente final y gana en Madrid su primer Masters 1000

Ruud vence a Draper en una excelente final y gana en Madrid su primer Masters 1000

En el tercer juego del tercer set, que se fue por encima de los diez minutos, Casper Ruud creó tres opciones de rotura. Las soluciones esgrimidas por Jack Draper para salir de un serio apuro hablan a las claras de su amplitud de recursos y de su temple en instantes delicados: derecha invertida, saque-red y saque directo. Ardía el partido. Tras desahogarse con su box, el británico reaccionó bien a la pérdida del primer parcial, en el que sacó para hacerlo suyo. El noruego también encajó como correspondía que se escapase el segundo, cuando viajaba con viento de cola.

La combatividad y el acierto de ambos protagonistas gestó una excelente e incierta final del Masters 1000 de Madrid, que pendió de un hilo casi hasta la última pelota. Ganó Ruud, pero a nadie le habría sorprendido que lo hiciese su dignísimo oponente. El noruego sí convirtió la rotura en el quinto juego, botín definitivo hacia el título más importante de su carrera. Ganó por 7-5, 3-6 y 6-4, en dos horas y 29 minutos.

A los 26 años, con tres finales del Grand Slam perdidas y otras dos en torneos de esta jerarquía, renace para conquistar su decimotercer título, decimosegundo en su hábitat natural. Este lunes será séptimo del mundo. Draper, reciente campeón en Indian Wells, ya se había garantizado ingresar en el top 5. Con sólo 23 años, tiene sobrados argumentos para mantenerse en la élite.

Dubitativo inicio

Ruud tropezó de forma inesperada en su segundo turno de servicio. Mal asunto ante un jugador como Draper cometer dos dobles faltas consecutivas y concederle ventaja casi recién iniciado el partido. Lejos de sentirse intimidado en su primer envite por un título sobre esta superficie, Draper hacía lo que bien sabe hacer. Su crecimiento ha sido casi exponencial en pocos meses.

Nada parecía indicar que iba a perder en dos ocasiones consecutivas su servicio, y con ellas el primer set. Buena parte de responsabilidad en lo sucedido la tuvo Ruud, afilado con el saque y a la hora de restar, con un plus de agresividad en relación al tenista en ocasiones algo previsible.

Al igual que sucedió el pasado año, cuando Andrey Rublev superó a Felix Auger-Aliassime, Madrid tuvo una final que se salía del guion. Ausente Carlos Alcaraz por lesión, titubeante de nuevo Alexander Zverev, que venía de hacerse con el título en Múnich, y sumido en el profundo otoño de su carrera Novak Djokovic, que se despidió de entrada, el torneo había ido perdiendo los nombres más sugerentes para el público, caso también de Holger Rune, que decidió bajarse pronto en previsión de lo que viene.

Ruud golpea de derecha ante Draper.

Ruud golpea de derecha ante Draper.AFP

La extensión de los Masters 1000 de Madrid y Roma a dos semanas invita a que los máximos candidatos al título en Roland Garros ponderen sus energías. Incluso cuando Rafael Nadal podía con todo, la exigencia física y mental no era la misma para los tenistas. Habrá que irse acostumbrando a que los mejores no estén necesariamente en las rondas finales de la gira de arcilla que precede a París.

Cuestión de menor importancia si se alumbran finales como la de este domingo. Draper, entero para igualar a un set gracias al break en el séptimo juego, batalló hasta el límite. Pero esta vez a Ruud no se le iba a escapar la ocasión de engalanar su estimable hoja de servicios. Culminó con una derecha paralela y cerró en blanco con su servicio. Lo celebró sobrio, sin aspavientos, con la templanza que le distingue.

Boris Becker: “La cárcel me hizo un hombre mucho mejor de lo que era. Fue el despertador que necesitaba para cambiar”

Actualizado Miércoles, 30 abril 2025 - 15:52

Saludar a Boris Becker (Leimen, 1967) impresiona. Pese a que los años y las dificultades de los últimos tiempos han dejado huella física, sigue siendo un gigante y temes que, como Obélix a los legionarios romanos, te sacuda en el aire de arriba a abajo al estrecharte la mano en el hotel Palace de Madrid, donde se aloja como parte de la Academia de los Premios Laureus. El fuerte carácter del joven rebelde que revolucionó el tenis en 1985, cuando ganó Wimbledon con sólo 17 años, asoma al intentar indagar en su vida personal, que incluye diversos escándalos y un paso por la cárcel en 2022. Pero cuando se relaja el ogro no es tal.

El alemán, ganador de seis Grand Slam y ex número 1 del mundo, ha rehecho su vida y ha recuperado el amor por su deporte, con el que mantuvo una relación complicada. "Estoy muy ocupado, que es justo lo que necesitaba. Tengo varios proyectos alrededor del tenis y estoy muy involucrado en la televisión, tanto como comentarista como en la comedia. En cuanto al resto del tiempo, he aprendido a ser más discreto y proteger mi privacidad, que es algo que no siempre supe hacer", explica ante mi sorpresa.

¿Comedia? ¿Está haciendo monólogos?
No, no [risas]. Pero tengo un buen sentido del humor, puedo ser bastante gracioso y ahora me invitan a bastantes programas cómicos y concursos. Disfruto de poder ser yo de un modo más libre.
¿Se ha reconciliado entonces con el tenis? Triunfó tan joven que dio la sensación de que se hartó de él antes de cumplir los 30.
Al final me retiré con 32, pero es cierto que los últimos años ya no disfrutaba como antes. Tras dejarlo, durante un par de años no quise saber nada del tenis, me aparté lo más lejos posible porque ya había tenido bastante. Necesitaba una ruptura radical durante un tiempo. Luego, con 35 o 36, descubrí el lado televisivo del tenis, mucho más relajado, y me reconcilié con él poco a poco. Ahora vuelvo a quererlo.

Para saber más

En realidad, su plan de vida no era dedicarse al tenis, era sólo un hobby antes de ir a la universidad.
Así es. Por fortuna, provengo de una familia con una tradición intelectual y académica y mis padres no querían que me convirtiera en deportista. Preferían que fuera abogado, médico o arquitecto, como mi padre, pero a veces la vida decide por ti. Desde niño era muy bueno jugando al tenis y esa es la verdadera razón por la que acabé dedicándome a ello. No porque lo deseara o lo persiguiera, sino porque mi talento me guió hacia allí y yo me dejé llevar.
Ganó su primer Wimbledon con 17 años, sigue siendo el campeón masculino más joven de la historia, y ya no hubo vuelta atrás.
Nada, ya fue imposible. Afortunadamente, entonces no existían las redes sociales. Imagina un joven alemán casi desconocido ganando dos Wimbledon seguidos con 17 y 18 años… Fue un shock para mí. Mi vida y mi mundo ya fueron una locura así, pero ahora hubieran sido absolutamente insoportables.
Su juventud, su imagen y su estilo de juego le convirtieron de inmediato en una estrella del rock
Era un tenista muy espectacular. Jugaba con una potencia que nadie más tenía entonces, fue el primer power player. Obviamente, ahora ese tipo de tenis es normal, pero en mi generación el estilo era otro, más de toque y finura. Fui el primero que servía, restaba y metía la derecha con esa violencia. Además era muy fuerte físicamente. Todo eso era nuevo y me hizo llamar aún más la atención.
En Alemania no había tradición, nunca antes un tenista alemán había ganado un Grand Slam, y de golpe aparecieron a la vez Steffi Graf y usted y lo convirtieron en una potencia.
Es una historia fantástica. Steffi y yo éramos del mismo barrio. La conocí cuando ella tenía siete años y yo nueve. Teníamos el mismo entrenador y nos hicimos amigos, fuimos creciendo juntos sin pensar que podía pasar lo que pasó después y en 1989 nos encontramos ganando los dos Wimbledon a la vez. Fue increíble. De golpe en Alemania sólo se hablaba de un deporte al que cinco años antes nadie hacía caso. Fue un cambio tremendo. Es muy difícil hablar de tu propio éxito, eso se lo dejo a los demás, pero es evidente que fuimos muy influyentes. Cuando pienso en cómo era en aquellos años veo a un chico muy potente, muy joven, inocente incluso, que intentaba seguir siendo auténtico en una situación muy poco normal. Creo que esas son las características que la gente asigna a Boris Becker.
Fueron unos años fabulosos en los que coincidieron su generación (Edberg, Wilander), la anterior (McEnroe, Lendl) y la siguiente (Agassi, Sampras). ¿Fue la Edad de Oro del tenis?
Yo no diría eso por respeto a los demás, pero desde luego fue una de las mejores. Supongo que la otra etapa que viene a la cabeza es la de Federer, Djokovic y Nadal. Esa fue la mejor generación de la historia porque tiene a los tres GOAT (greatest of all time, los mejores de la historia), lo que pasa es que la distancia entre ellos tres y el siguiente era muy grande, sólo perdían entre ellos. Nosotros éramos diez del máximo nivel. También habrá quien diga que lo que pasaba es que estos tres eran tan buenos que hacían parecer peores al resto de lo que eran [risas]. De todos modos, ganar un partido de tenis siempre es difícil. Extremadamente difícil.
Es un deporte extremadamente exigente a nivel mental, quizás el que más.
Es muy demandante, un trabajo muy duro. En el tenis no hay pretemporada, jugamos en serio durante todo el año y es el único deporte en el que no tienes ni un momento para esconderte. Tienes que jugar el primer punto y el último. En baloncesto puedes pedir el cambio, en fútbol dices que te duele la rodilla y ahorras esfuerzo un par de jugadas o vas ganando 3-0 y el partido está acabado aunque quede media hora. En el tenis, no. Si te desconectas lo más mínimo, un 5-1 se convierte en un 5-5 en un instante. Tienes que acabar siempre el último punto. Mentalmente es durísimo. El único que se le parece es el golf porque son los dos únicos deportes que no se juegan contra el tiempo sino contra el marcador. Rory McIlroy es el mejor, ha tardado 14 años en ganar el Masters y casi se le escapa cuando ya lo tenía. En eso golf y tenis son similares. Un golpe al agua o una doble falta lo cambian todo
Fue entrenador de Novak Djokovic de 2014 a 2016. ¿Es posible elegir entre él, Federer y Nadal?
Les llamo los tres GOAT por algo, cada uno ha sido el más grande a su manera. Si tuviera que explicar su importancia histórica diría que Djokovic es el más exitoso, Federer el más popular y Nadal el más temido. Si te tocaba Rafa en Roland Garros sabías que no había nada que hacer. Vencerle allí ha sido el único imposible de un deporte donde todo es posible.
Carlos Alcaraz tiene ahora el papelón de ser el sucesor de Nadal.
Esa es una presión muy difícil de llevar porque Rafa sólo hay uno y sólo lo habrá. Dicho esto, Carlos está dejando su propia huella a su manera. Aún es muy joven y lo mejor está por llegar, pero es imposible adivinar cuánto tiempo se va a mantener en la élite un tenista. Deseo que Carlos juegue 10 o 15 años más porque para mí es el tenista más excitante del mundo ahora mismo, pero los españoles, sobre todo los periodistas, tenéis que ser cuidadosos y no juzgarle tan duramente cada vez que pierda un partido porque es un jugador muy diferente al que era Nadal. Carlos tiene más talento natural, pero el corazón de Rafa no lo ha tenido ni lo va a tener ningún otro deportista de la historia. Carlos es fantástico, Novak [Djokovic] y Roger [Federer] son leyendas, pero Rafa estaba a un nivel diferente de competitividad. Si en un torneo veías que te cruzabas con Nadal… Buena suerte, amigo.
Becker posa en el hotel Palace de Madrid como embajador de los Premios Laureus.

Becker posa en el hotel Palace de Madrid como embajador de los Premios Laureus.

¿Piensa a menudo en sus días de gloria?
No. Yo no vivo en el pasado. No creo que mis victorias y mis derrotas tengan ninguna importancia a día de hoy. Vivimos en 2025, no pierdo el tiempo viendo un viejo partido de tenis. Es más, a veces los fans o los periodistas me preguntan por finales y ni las recuerdo. Me ha costado encontrar mi sitio en mi vida después del tenis, he cometido errores, lo he pasado mal y ahora estoy feliz. Quiero pensar y hablar sólo del hoy y del futuro.
Le pregunto algo que es parte de su pasado, pero sigue vigente. Su primer matrimonio, con Barbara Feltus, les convirtió en un símbolo como una de las parejas interraciales más famosas del mundo. Sufrieron ataques de todo tipo.
Sí, fue así. Soy muy cuidadoso con no hablar de mi vida privada y un matrimonio es vida privada, así que a ver cómo te respondo. He tomado decisiones familiares que han tenido repercusión pública, pero que a mí me parecen absolutamente normales porque soy ciego al color de la piel. Tengo hijos de raza mixta y veo que sufren las mismas cosas que sufría su madre. Creía que habíamos aprendido del pasado, pero por desgracia no es así. Como sociedad cometemos los mismos errores que hace 20, 40 o 60 años. Es muy decepcionante. La pregunta es por qué.
Vale, ¿por qué?
Sin ponerme muy político, creo que la calidad de los políticos actuales no está a la altura de los que teníamos hace 40 años cuando se creó una gran Europa. En Alemania, por ejemplo, había una gran conciencia de que lo que había sucedido en nuestro pasado no podía repetirse y, sin embargo, aquí estamos con un partido de extrema derecha [AfD] sacando millones de votos. Y no es sólo en Alemania, son muchos los países occidentales que no han aprendido de los errores del pasado y vivimos un momento peligroso en ese sentido. Sinceramente, crecí teniendo la esperanza de que haríamos un mundo mejor que el de nuestros abuelos y acabaríamos con todo este tipo de movimientos, pero me equivoqué. Estamos de nuevo en el mismo punto.
En 2022 pasó ocho meses en la cárcel por alzamiento de bienes. ¿Aprendió algo en prisión o eso es un tópico y, sencillamente, fue una experiencia terrible?
Es una etapa de la que prefiero no hablar en detalle, pasé miedo a veces y pagué mis errores, pero siempre he aprendido mucho más de mis derrotas que de mis victorias. Me pasó en el tenis y me ha pasado en la vida. También con la cárcel. Cuando tienes tanto éxito tan joven como tuve yo, das por hecho que siempre te va a ir bien, que eres invulnerable. Y no lo fui. Tuve que aprender que la mayoría de la gente no gana, que la vida es difícil. Así que tener una derrota tan dura como ir a prisión fue el despertador que necesitaba para cambiar. Me hizo un hombre mucho mejor del que era antes de entrar.
Durante esos años anteriores, su vida privada y sus problemas económicos fueron carnaza para los tabloides. ¿Cómo navegó aquellos tiempos?
Mal. Tuve una pérdida total de privacidad que no le desearía ni a mi peor enemigo. Fueron años muy difíciles para mí, vivir así es insoportable. Fue una pesadilla, pero al final es parte del proceso y ahora estoy en paz con la vida. Todo lo que me sucedió no deja de ser consecuencia de mis éxitos. Si no hubiera ganado Wimbledon a los 17 años, si no hubiera sido número 1 del mundo, si simplemente hubiera sido un tenista promedio no habría sufrido todos esos problemas. Son las dos caras de una misma moneda y ahora lo asumo, pero he pasado momentos en los que sólo quería desaparecer.
¿Volvería a pagar ese precio?
Sí, porque yo jugaba para ganar y gané mucho. No siento resentimiento hacia mi pasado, al contrario. Miro mi vida con mucho orgullo. Ha sido intensa, no sabía que se podían vivir tantas cosas en 57 años. Tras un tiempo, el tenis se convirtió en algo aburrido porque sabía exactamente lo que tenía que hacer para ganar. Una vez que lo has hecho una y otra y otra vez, ya no hay misterio, me aburrió y quería probar cosas nuevas. Y eso hice. En unas acerté y en otras me equivoqué gravemente, pero tuve experiencias que nunca pensé que podría tener y todavía estoy por aquí para enseñar a mis cuatro hijos sin que tengan que aprender de los libros de texto. Pueden preguntar a su padre cómo es la vida y se lo puedo explicar todo. Lo bueno y lo malo. Ha merecido la pena.
La organización reembolsará el importe de las entradas a los perjudicados por el gran apagón

La organización reembolsará el importe de las entradas a los perjudicados por el gran apagón

Mientras las pistas, cinco habilitadas para poner el torneo al día, tomaban temperatura, la conversación era recurrente entre algunos de los aficionados que volvieron a acercarse a la Caja Mágica, en esta ocasión sin los severos percances del día del gran apagón. Hasta los de bolsillo más profundo, que se dejaban ver por las tiendas de lujo del área comercial, habían pasado más de un mal rato para regresar a casa. "Fueron momentos de mucha incertidumbre, sin saber qué hacer, hasta que milagrosamente logramos tomar un taxi. Eso sí, nos costó un dineral", comenta a quien esto suscribe Marisa, una señora de mediana edad que acaba de salir del stand de una popular marca de vinos.

Se demoró una hora la apertura de las puertas al público y el inicio de la comprimida jornada, que arrancó a los 12 de la mañana con un intenso programa. "Salimos de aquí a las ocho de la tarde, hasta que pudimos dejar todo medianamente en orden, pero hoy ya todo bien. Felizmente ya pasó. De la vuelta a casa ni te cuento", nos dice una empleada de seguridad que prefiere no revelar su nombre.

El torneo, huérfano ya de tenistas españoles y privado de Carlos Alcaraz desde que se bajó antes del inicio para cuidar su cuerpo de cara a Roland Garros, afrontó este lunes el trance más complicado desde que comenzó a disputarse en el Rockódromo de la Casa de Campo en 2002, en aquella edición que se quedó sin final por la baja de Jiri Novak, que no pudo medirse con Andre Agassi.

Si bien hace cinco años no se disputó debido a la pandemia, esta vez se trató de un derrumbe energético imprevisto que obligó a la toma rápida de decisiones.

Quienes contaban con entradas para la jornada diurna de este lunes debieron conformarse con los partidos de Gauff y Andreeva, además del encuentro inconcluso de Dimitrov. Quienes las tenían para la sesión de noche se quedaron sin nada. Las entradas no podían ser válidas para este martes porque para esta jornada ya estaba todo vendido y se hubiera duplicado el aforo. La organización comunicó a las tres de la tarde de este martes que todos los espectadores que hubiesen adquirido cualquier tipo de localidad recibirán el reembolso íntegro del dinero en la misma tarjeta con la que realizaron la operación. Quienes efectuaron el pago en efectivo deberán ponerse en contacto con [email protected].

El Mutua Madrid Open, parado por culpa del apagón: sin partidos, sin zona VIP y sólo algunos tenistas entrenando

El Mutua Madrid Open, parado por culpa del apagón: sin partidos, sin zona VIP y sólo algunos tenistas entrenando

La caída del sistema eléctrico que ha afectado a toda España poco después del mediodía de este lunes ha provocado la suspensión también del Mutua Madrid Open, cuya jornada había arrancado a las 11 de la mañana. En el momento del apagón se disputaba en la pista Manolo Santana el partido entre Dimitrov y Fearnley que el búlgaro estaba a punto de ganar (6-4 y 5-4 cuando se paró).

El torneo, el evento más importante que se disputa en España estos días, ha visto cómo otra media docena de partidos también se han tenido que parar. Fuentes del evento confirman que la actividad deportiva se reduce a estas horas a varias sesiones de entrenamiento que se disputan en las pistas exteriores y que no requieren de ningún tipo de tecnología.

El restaurante de la zona VIP se ha cerrado, y ahí sólo funciona la terraza. Para el público en general sí hay varios puestos de comida funcionando, pero las tiendas también han tenido que cerrar. Como el resto del país, la organización está a la espera de que vuelva el suministro eléctrico para recuperar la normalidad.

Por suerte no ha habido que lamentar ninguna circunstancia adversa en el momento de producirse el apagón.

Badosa se retira de Madrid justo antes de saltar a la pista

Badosa se retira de Madrid justo antes de saltar a la pista

Fue hace justo dos años, durante el WTA 1000 de Roma, cuando Paula Badosa conoció el dolor que le atormentaría durante meses, que le vuelve a atormentar ahora y que posiblemente le atormentará en el futuro cuando deje el tenis. ¿El diagnóstico? Una fractura por estrés en la vértebra L4. Una tortura que le empujó a la retirada, que remendó con muchísimo tratamiento y que ahora vuelve a pararla. Este viernes se retiró del Mutua Madrid Open justo cuando iba a salir a la pista para enfrentarse en segunda ronda a Veronika Kudermetova.

En su entorno explican que lo intentó todo para estar en la Caja Mágica, que volvió a infiltrarse esta semana y que esperó un milagro hasta el último momento, pero que en el calentamiento comprobó que no podía competir. "Quiero informarles que, lamentablemente, no podré jugar el Mutua Madrid Open. He hecho todo lo posible hasta el último momento porque saben lo emocionada que estoy de jugar en casa, pero está siendo una lesión complicada. Espero estar pronto al cien por cien", señaló Badosa en redes

El año pasado, después de horas y horas de masaje, de varias infiltraciones y de cambiar completamente su dieta para evitar inflamaciones -ya no come gluten ni lácteos-, había visto la luz. En el WTA 1000 de Madrid de 2024, precisamente, tocó fondo con su derrota ante Jessica Bouzas y su salida del Top 100 del ranking mundial, pero a partir de Roland Garros todo cambió. Mientras el dolor estuvo difuminado, llegó a cuartos de final en el US Open, ganó en el WTA 500 de Washington y alcanzó las semifinales en los WTA 1000 de Cincinnati, Pekín y en el Open de Australia de este 2025. Es más, el mes pasado volvió a situarse entre las 10 mejores del mundo. Pero justo entonces volvió el calvario.

En cuartos de final del WTA 500 de México se retiró entre lágrimas, con una mano en la espalda y un temor en mente. Otra vez la misma lesión, otra vez esa maldita lesión. En el WTA 1000 de Indian Wells intentó seguir con el calendario, pero tuvo que retirarse nuevamente y desde entonces no ha vuelto a jugar.

La duda de Roland Garros

Un mes parada, que puede ser más si no está en el WTA 1000 de Roma y, sobre todo, si debe renunciar a Roland Garros. Después de su actuación esta temporada en Melbourne, era considerada como una de las favoritas en París, donde ya disputó unos cuartos de final, pero ahora será suficiente si puede participar.

"Me pasa igual que a Rafa Nadal: ya no recuerdo lo que es jugar sin dolor. Al final, te acostumbras. Mi fisio intenta mitigarlo. Hay días que es más intenso que otros, pero siempre está ahí. Sin embargo, a pesar de todo ello, me apasiona tanto el tenis que, a pesar del dolor, sigo disfrutando en la pista. Sobre todo, cuando tengo delante a alguna rival que me lo está poniendo difícil. La adrenalina hace que me olvide del dolor: solo pienso en ganar", comentaba el pasado miércoles en una entrevista con ‘Yo Dona’. Pese a sus 27 años, la espalda, ese dolor que no cesa, vuelve a expulsarla de las pistas de tenis.

Djokovic se divierte en Madrid mientras huye de la retirada: "Echaba de menos al público español"

Djokovic se divierte en Madrid mientras huye de la retirada: “Echaba de menos al público español”

Aún se divierte Novak Djokovic con una raqueta de tenis. Antes de su debut mañana en el Mutua Madrid Open, se entrena en las pistas exteriores de la Caja Mágica junto al francés Arthur Fils, a quien saca 17 años, y lo vive como un novato. Cuando el joven conecta un buen saque, le felicita; celebra un derecha potente; blasfema después de una dejada horrorosa. Tiene reservada la pista para una hora y media y la utiliza durante una hora y media, ni un minuto menos. «¡Djokovic, Djokovic, Novak, Novak!», le grita un grupo de niños al marcharse, aunque apenas se oye porque al lado juega Tomás Etcheverry ante Hamad Medjedovic -que le hizo un saque por abajo- y los seguidores argentinos no son precisamente silenciosos.

Con 24 Grand Slam en su haber y un oro olímpico, su tesoro más preciado, Djokovic podría estar en cualquier lugar del mundo, haciendo cualquier otra cosa, pero quiere seguir jugando al tenis. ¿Por qué? Porque aún se divierte. «Sigo sintiendo ganas de jugar, la pasión por competir siempre está ahí. Si no tuviera motivación para estar en los torneos, no estaría, habría dejado la raqueta», comentó el pasado lunes después de su llegada a Madrid, aún alejado de los focos.

Todos los ojos sobre él

Hasta que este jueves Carlos Alcaraz anunció su retirada del torneo, Djokovic podía trabajar con tranquilidad. Era leyenda, pero el protagonismo se repartía. Ahora eso ha cambiado. Sin Alcaraz ni Sinner, el Masters 1000 madrileño necesita que el serbio avance rondas para dibujar una fase final atractiva para el público esporádico. Alexander Zverev es el favorito, más después de su victoria reciente en el ATP 500 de Múnich, pero Djokovic es de largo el tenista más famoso. Y el precedente del Masters 1000 de Montecarlo espanta. Allí cayó ante el chileno Alejandro Tabilo en dos sets; si ocurre lo mismo en las gradas y los palcos de la pista central pueden empezar a verse vacíos. Cualquier análisis previo sobre él puede decantarse para un lado o el otro.

A favor del serbio hay que recordar su palmarés, por supuesto, pero también que el año pasado ganó los Juegos Olímpicos de París sobre tierra batida, que en enero ganó a Alcaraz en los cuartos del Open de Australia -luego se retiró en semifinales- o que en marzo fue finalista del Masters 1000 de Miami. En su contra, que este curso ha perdido hasta tres veces en su debut en un torneo -Doha, Indian Wells y Montecarlo- o que en los últimos cinco años sólo ha disputado una edición en Madrid, en 2022.

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«Este año no estoy teniendo buenos resultados, pero el nivel que busco puede llegar en Roland Garros», reconoció sin esconder que su mirada siempre está puesta en los Grand Slam. Otro título ATP sería su título número 100, bonito número, pero la gracia sería celebrar su grande número 25 y así demostrar que también puede derrotar a la nueva generación. Dejar una ristra de partidos antológicos ante Sinner o Alcaraz después de hacerlo ante Federer y Nadal. De hecho, el propio Djokovic nombró su debut en Madrid, en 2009, cuando cayó en semifinales ante Nadal en un encuentro precioso que acabó en el tie-break del tercer set.

El regreso de Murray

«España es un país al que quiero mucho. He jugado grandes partidos aquí contra Nadal y Alcaraz. He estado poco en los últimos años, pero echaba de menos al público español: conoce muy bien y respeta mucho el tenis», halagó ya en compañía de Andy Murray después de estar separados en Montecarlo. Como parte del acuerdo entre ambos campeones, el escocés no viaja a todos los torneos, sólo a los preacordados a principios de temporada, y aquel no tocaba. En el Principiado Djokovic estuvo acompañado de su hermano pequeño Marko, ex jugador, con el puesto 571 del ranking ATP como cima, que apenas se atrevió a hablar desde el palco. Esta semana está más arropado.

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«Andy también tiene que jugar al golf de vez en cuando», bromeó el ganador de 24 Grand Slam, poco antes de acudir a la gala de los Premios Laureus en Cibeles. Cinco veces Laureus World Sportsman of the Year, esta vez no estaba nominado, pero no quiso perderse el homenaje a Nadal y aprovechó para defender a Alcaraz de las críticas: «No las entiendo. Sé que la expectación aquí es enorme después de Nadal, Moyá, Ferrero... todos han sido números uno del mundo. Pero Carlos tiene 21 años, ha ganado cuatro Grand Slam y muchos torneos. ¿Qué más queréis? Queréis más, pero lo que ha hecho en este periodo es increíble».

Carlos Alcaraz no jugará el Mutua Madrid Open por lesión

Carlos Alcaraz no jugará el Mutua Madrid Open por lesión

Carlos Alcaraz no jugará el Mutua Madrid Open que empezó este miércoles por culpa de la lesión en el aductor derecho que sufrió en la final del Trofeo Conde de Godó, según ha podido confirmar EL MUNDO. Después de días de incertidumbre, el actual número tres del mundo lo anunciará este jueves a las 12.30 horas en una rueda de prensa que tendrá lugar en las instalaciones del torneo. El pasado lunes, Alcaraz se sometió a unas pruebas diagnósticas que confirmaron un pequeño desgarro que exige tratamiento y descanso.

La renuncia a jugar el Masters 1000 madrileño es un duro golpe para el tenista, que se proclamó campeón del torneo en dos ocasiones (2022 y 2023) y todavía guarda la decepción por su eliminación el año pasado en cuartos de final. El problema físico que arrastra, además, pone en duda su participación en el Masters 1000 de Roma que empieza el día 7 de mayo y obliga a reajustar su preparación previa a Roland Garros, que dará inicio justo en un mes.

"Me hice unas pruebas el lunes y estoy a la espera. Pensaba a principios de semana que iba a estar mejor, pero la verdad es que estamos un poco fastidiados físicamente y mañana decidiremos. La participación está en duda, porque también hay que escuchar el cuerpo. Mañana hablamos con el equipo médico. Madrid es de los sitios más especiales en los que juego y voy a hacer todo lo posible para poder estar", explicó Alcaraz este miércoles en el programa 'El Hormiguero', última de las muchas obligaciones que tenía esta semana en la capital de España.

Desde que llegó de Barcelona a primera hora del lunes, el campeón de Grand Slam asistió a la gala de los Premios Laureus en Cibeles, a la presentación del propio torneo en la Caja Mágica, a un evento de 'El Pozo en Callao, al estreno de su documental en Netflix en la Torre Picasso y finalmente, este miércoles, al programa de televisión. En medio de esa vorágine no se entrenó y estuvo en contacto con su equipo para valorar las sensaciones.

La última vez que Alcaraz tuvo que parar de jugar fue precisamente hace un año, también en la gira de tierra batida, cuando renunció a disputar el Masters 1000 de Montecarlo, el Trofeo Conde de Godó y el Masters 1000 de Roma por unos problemas en el antebrazo derecho. Entonces, hizo un sobreesfuerzo para estar precisamente en Madrid y luego encadenó sus triunfos en Roland Garros y Wimbledon y la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de París.

Iga Swiatek: "Las jóvenes sienten que no tienen nada que perder"

Iga Swiatek: “Las jóvenes sienten que no tienen nada que perder”

Otrora inabordable, Iga Swiatek (Varsovia, 2001) llega a Madrid sin un título desde que ganara el pasado año su cuarto Roland Garros y aún en el proceso de metabolizar distintas contrariedades, entre ellas la sanción de un mes por consumo de trimetazidine que, sin afectar a penas a su presencia en las canchas, sí ha devaluado su rendimiento. Este miércoles, la defensora del título atendió a tres medios españoles en la víspera de su debut en el Masters de Madrid, en el que tendrá como oponente este jueves a la joven Alexandra Eala, quien la derrotó recientemente en cuartos de final del WTA 1000 de Miami en su único enfrentamiento previo.

¿Qué ha cambiado de la jugadora que ganó en 2020 su primer Roland Garros?
Entonces nadie esperaba mucho de mí. Ahora es completamente distinto: tengo mis propias expectativas, que también son muy altas desde fuera. Poco a poco, el tenis resulta más complicado, pero el objetivo para mí sigue siendo el mismo, ser una mejor jugadora. Creo que he ganado en confianza, poseo más armas y sé cómo hacer uso de ellas.

El circuito viaja a gran velocidad, con la irrupción de tenistas muy jóvenes que ya han sido capaces de vencerla. Además de su primera oponente en la capital, hay una muchacha de 17 años, Mirra Andreeva, ya séptima del mundo, con quien ha caído en dos de sus tres disputas, la más reciente en semifinales de Indian Wells.

¿Qué han traído a la competición estas jóvenes jugadoras?
Son muy diferentes, pero está claro que viene una nueva generación. Me siento un poco vieja, porque yo solía ser la más joven. [Risas]. El juego está cambiando. Son chicas muy seguras de sí mismas, con mucha motivación. Pero esto siempre ha sucedido. Y vendrán más, algo que es bueno para el juego
¿Reconoce en ellas algo de usted a su edad?
Cada historia es distinta. Es difícil de decir porque no las conozco. Seguramente ellas sienten que no tienen nada que perder. Es algo lógico en determinadas etapas de la vida. No creo que haya motivo para comparar.

Andreeva, semifinalista de Roland Garros el pasado año, se vislumbra como una seria candidata a hacerle frente por el título en la próxima edición. "El torneo se disputa dentro de un mes», salda con cierta incomodidad. "Veamos lo que pasa ahora. Está jugando muy bien y progresa con rapidez. Se encuentra en una edad en la que todo sucede muy deprisa".

"He aprendido mucho de mí"

No son tiempos sencillos para Swiatek tras la mancha del dopaje y después de quedar relegada al bronce en los Juegos de París, en su territorio de Roland Garros. "En este último año he aprendido mucho de mí. Creo que soy capaz de volver de cualquier clase de crisis y estar preparada para el futuro".

Acepta el elevado grado de autoexigencia como uno de los fundamentos que le han llevado a alzar cinco títulos del Grand Slam y a estar 125 semanas como número 1 del mundo, lugar que ahora ocupa Aryna Sabalenka, con quien vive la rivalidad más estimulante de esta época. "Soy ambiciosa. Siempre trato de pedirme lo máximo y me meto mucha presión. Me cuesta asumir cuando no estoy al cien por cien o cometo errores". Respecto a la vuelta al techo del circuito, dice: "Estará más al alcance en la segunda parte del curso".

Alcaraz revela en un documental su lucha interna entre ser una leyenda y tener una vida normal: "A Ibiza voy a reventarme"

Alcaraz revela en un documental su lucha interna entre ser una leyenda y tener una vida normal: “A Ibiza voy a reventarme”

«En 2023 ya estaba bastante cansado mentalmente. Era 24/7 pensando en tenis. En el Roland Garros de aquel año perdí con Novak Djokovic en semifinales y mis amigos estaban en Ibiza de vacaciones. Les dije: ‘Ostras, mañana voy para allá’. Lo primero que hice fue hablar con Albert [Molina, su agente] para decirle que me quería ir tres o cuatro días. Y al final me voy y todos [su equipo] saben a lo que voy. Ibiza, no te voy a engañar, es fiesta y salir. Voy allí básicamente a reventarme, no sé si está bien decirlo de esa manera, pero sí, a salir. Cuando tengo algo así lo aprovecho al máximo. Y a la vuelta, claro, gané Queen’s y Wimbledon. No digo que ganase por la fiesta, pero me fueron bien esos días y soy de los que si las cosas van bien, hay que repetirlas», relata Carlos Alcaraz en el documental A mi manera que desde este miércoles está disponible en Netflix.

Desde que en 2022 ganó el US Open con apenas 19 años, alrededor de Alcaraz existe una dicotomía: quiere ser el mejor tenista de la historia y al mismo tiempo seguir siendo el joven extrovertido y familiar que es. Es la ambición y las ganas de estar en casa. La leyenda que no quiere ser esclavo.

Después de seguirle por todos los torneos durante una temporada entera, en el documental de tres capítulos se observa perfectamente esa discusión. Y Alcaraz no duda en reivindicar que solucionarla es posible: puede seguir acumulando Grand Slam mientras come los domingos con su familia -de hecho todavía vive en la casa de sus padres de El Palmar- y sale con los amigos de toda la vida. De ahí el título, A mi manera.

Las escenas junto a Nadal

«Mi sueño ahora mismo es ser uno de los mejores de la historia, sí, sentarme en la misma mesa que el Big Three, sí. ¿En mi cabeza está hacer todo lo posible, lidiar con todo y hacer todo lo posible para ser uno de los mejores de la historia? Ahora mismo no lo sé. He vivido poco. Me queda mucho por vivir. Pongo por delante la felicidad al tener muchísimo éxito. Porque la felicidad ya es éxito. Y no es fácil encontrarla», comenta en un discurso maduro.

NETFLIX

Más allá de la lucha con parte de su equipo, especialmente con su entrenador, Juan Carlos Ferrero, por tener más días de fiesta, en realidad Alcaraz plantea la necesidad de que su ascenso al Olimpo no le cueste la salud mental. ¿Cuántos mitos del deporte, de Diego Maradona a Michael Phelps, de Andrés Iniesta a Simone Biles, cayeron en depresión? Como muestra en el documental, para el ahora número tres del mundo la felicidad está en el pollo al horno de su madre -«Voy a vivir con ella hasta los 50», bromea- y en las noches con los chavales.

La pieza audiovisual está centrada en esa dualidad entre la gloria y la normalidad de Alcaraz, aunque también guarda escenas de valor para el aficionado. Especialmente interesante es el seguimiento de sus Juegos Olímpicos de París y de sus rutinas junto a Rafa Nadal. Como cuando Nadal le muestra a Alcaraz, reciente ganador de Roland Garros, los entresijos de la pista central Philippe Chatrier y éste le contesta: "Tú te conoces esto mejor que yo". Como un partida de parchís a vida o muerte que Alcaraz gana y Nadal se niega a aceptar: "Era a una partida única, a 100 partidos hubiera ganado menos que yo". O como cuando Nadal bromea sobre la actividad de Alcaraz en 'Instagram': "Das likes a todas las tías".

Mirra Andreeva, número siete del mundo con 17 años: "En la pista no puedes ser una niña"

Mirra Andreeva, número siete del mundo con 17 años: “En la pista no puedes ser una niña”

Luce aún Mirra Andreeva (Krasnoyarsk, 2007) la inocencia propia de una cría, aún inmune al envanecimiento, la previsibilidad y la impostura que suelen engullir en poco tiempo a quienes establecen una precoz alianza con el éxito. La tenista atendió a EL MUNDO este martes en la Caja Mágica tras participar en un acto con la firma de fotoprotección y dermatología ISDIN para concienciar sobre la importancia de protegerse de los efectos nocivos del sol.

¿Cómo ha cambiado su vida en los últimos meses?
Por supuesto que ha cambiado un poco, pero sigo siendo la misma 'vieja' Mirra. Personalmente no he cambiado mucho, otra cosa es que mi tenis sea más maduro. Mi vida es más o menos la misma.
Se le ve con una sensatez impropia de sus 17 años en la toma de decisiones en pista y en la gestión emocional.
Puedo decir que soy más fuerte de lo que era. He trabajado duro en ello y estoy feliz de que la gente pueda notar la diferencia.
¿Cuenta con un psicólogo en su equipo?
Sí, su nombre es Alexis. Me ayuda mucho a mantener mi centro y a enfrentar de mejor forma las situaciones adversas a las que he de hacer frente en la cancha.
¿Cómo se relaciona con las redes sociales?
Es peligroso, lo he experimentado, así que ahora estoy aprendiendo de mis propios errores y haciendo un uso más razonable de ellas.
¿Qué sabe de jugadoras precoces de los 80 y los 90, como Martina Hingis, Monica Seles o Jennifer Capriati?
He mirado cómo llegaron al éxito y he visto algunos de sus partidos. Desde aquella época han aparecido otras grandes jugadoras adolescentes y el tenis ha cambiado mucho, pero me sirven de referencia e intentaré alcanzar su nivel, sabiendo que son leyendas.
Y también Rusia ha dejado ejemplos relevantes de precocidad, como Maria Sharapova y, con un alcance menor, Anna Kournikova...
Sí, claro. Fueron 'súperpopulares'. Tuve la oportunidad de conocer a Sharapova el año pasado en Wimbledon y estuvimos hablando. Me dio algunos consejos y le pregunté un par de cosas, en especial cómo llevaba la presión y afrontaba los momentos delicados. Sí, me dio algunos consejos, pero no se los voy a contar a usted, me los guardo para mí. [Risas].
¿Es el circuito demasiado exigente, en particular para una mujer tan joven como usted?
Tal vez, pero no lo siento tanto así porque tengo un gran equipo a mi alrededor. Obviamente, he de cumplir con determinados actos que son una obligación para una tenista profesional. En realidad me gusta atender a los medios y participar en otro tipo de actividades promocionales. Me gusta entrenar, me gusta jugar partidos. Todo forma parte de un proceso muy excitante.
¿Le ha llevado el tenis a crecer demasiado deprisa?
Desde luego, porque en la pista tú no puedes ser una adolescente ni una niña. Ahí todo el mundo lucha y todo el mundo quiere ganar. Si no estás lista para ello como una persona madura, no podrás conseguir grandes cosas. Por supuesto que al principio tuve dificultades y necesité aprender cómo eran las cosas. Ahora puedo decir que estoy aprendiendo de mis propios errores y de mis experiencias y que el tenis me ha hecho crecer un poco antes que una niña que va a la escuela y tiene una vida más convencional.
Diría que una de sus virtudes es la facilidad para leer los partidos y sacar provecho de las debilidades de sus oponentes. ¿Lo ve usted así?
Lo intento, con la gran ayuda de Conchita Martínez y otros integrantes de mi equipo. Trato de ver los partidos de mis rivales para conocer sus puntos flacos y sus fortalezas. Pero sola no tendría tanto éxito en eso.
¿En qué partes de su juego cree que debe mejorar más?
Hace poco hubiera dicho que a la hora de desenvolverme en la red, pero lo trabajo bien disputando dobles, algo que también me ayuda a tomar responsabilidades en momentos concretos.
Ya ha derrotado a las dos mejores jugadoras: Aryna Sabalenka e Iga Swiatek. ¿Quién le puso más dificultades?
Cada una presenta desafíos específicos. Iga es una auténtica atleta, pelea cada bola, siempre con un ritmo alto, con mucha intensidad en cada golpe. Aryna es poderosísima y le pega muy duro a la pelota.
Ya tiene una plata olímpica en dobles en los Juegos de París, que ganó junto a su compatriota Diana Shnaider.
Después de la final fue algo horrible, pero pronto nos dimos cuenta del valor de lo que habíamos logrado porque no todo el mundo puede decir que ha ganado una medalla olímpica con 17 años.
¿Cómo se imagina dentro de un lustro?
De lo único que estoy segura es de que seguiré trabajando duro en una pista de tenis. Tal vez ya tenga un par de grandes en el bolsillo; tal vez no tenga ninguno.
Hace unos minutos, medio en broma medio en serio, reclamaba el bote de una bola en un mero peloteo promocional. Parece muy competitiva.
Sí, lo soy. Siempre quiero ganar. No importa que se trate de tenis o de jugar al Uno. Si discuto siempre quiero llevar la razón. Soy así. Desafortunadamente. [Risas].
¿Qué importancia tiene en su carrera su hermana Erika, también tenista?
Hemos compartido mucho. Sin ella no sería quién soy. Le estaré eternamente agradecida