El ‘gurú’ español que entrenó a Federer y fabricó a la nueva generación USA en el tenis: “Allí tenían una tierra batida verde rarísima, pedí traer tierra de Italia”

Actualizado Lunes, 2 junio 2025 - 22:52

Recuerda la NBC que aquel 1996 fue el año de 'La Macarena'. Desde entonces Estados Unidos no había tenido más de un tenista en cuartos de final de Roland Garros. De Jim Courier y Pete Sampras a Francis Tiafoe y Tommy Paul, el rival de Carlos Alcaraz este martes (20.15 horas, Eurosport y Max). Un éxito que tiene detrás a un español, José Higueras, que entrenó precisamente a Courier, Sampras o Michael Chang, que luego trabajó con Roger Federer y que acabó su carrera desarrollando un programa para resucitar al tenis yankee. De allí salió la generación actual, con otros como Ben Shelton o Taylor Fritz, jugadores que conoce muy bien.

«Fue un proyecto que duró más de 10 años. Hice más de un millón de millas, estuve en todos los estados. Me llamó Patrick McEnroe, hermano de John, que era director técnico de la Federación, insistió mucho y al final acepté», recuerda a EL MUNDO, jubilado en Idaho desde hace dos años, quien llegó dos veces a semifinales aquí en París, en 1982 y 1983, y a ser número seis del ranking mundial.

Otra vez hay estadounidenses triunfando en tierra batida, ¿Cómo lo ha conseguido?
Cuando empecé en 2008 el sistema en Estados Unidos se basaba en el conocimiento de entrenadores que estaban muy mayores. Todo estaba anticuado. Sinceramente, era un desastre. Nosotros queríamos impulsar un tenis más moderno y, entre otras cosas, incluimos la tecnología. Soy español, veo el tenis como un español, y sabía que necesitaban trabajar la táctica. Hasta entonces, su entrenamiento era físico y de técnica de saque y les faltaba un juego organizado, completo, más golpes. Cuando Shelton en octavos hacía alguna dejada ante Alcaraz, yo pensaba: 'Eso es cosa mía' Antes las dejadas no existían para ellos.
¿Construyó en Estados Unidos muchas pistas de tierra batida?
En Estados Unidos se juega poco en tierra y sigue siendo así, pero necesitaban un mínimo. Antes tenías unas pistas de tierra verde que eran rarísimas. Cuando la Federación construyó su Campus Nacional en Orlando pedí ocho pistas de tierra batida de verdad, que importaron de Italia. También contratamos entrenadores extranjeros para que aportaran otra visión del juego. En los primeros años hubo reticencias, pero todo cambió en 2015 cuando Tommy Paul ganó la final del Roland Garros junior a Taylor Fritz. Muchos empezaron a creer.
Ese proyecto le hice dejar de entrenar a Roger Federer después de que ganara el US Open de 2008.
Se lo dije al día siguiente de la final, sí. No era por dinero porque realmente ganaba menos, era por romanticismo. El tenis ha sido muy bueno conmigo y con mi familia y pensé que el proyecto de la Federación era una manera de devolver algo. Podía ayudar a más gente, a decenas de miles de personas. Era un romántico, quizá un poco gilipollas. El desarrollo del programa fue un trabajo muy duro porque el país es muy grande y tenía que cambiar su mentalidad. Comparado con eso, entrenar a un jugador es comerte un helado.

EFE

A Federer, además, tampoco se le tendría que enseñar mucho.
Obviamente. Si trabajas con un principiante puedes aportar más, pero con un jugador tan bueno te tienes que centrar en los detalles. Ellos ya saben muchísimo y si te llaman es para aprender algo nuevo, algo distinto, no para que les digas lo que ya saben. Antes hablábamos de las dejadas de Shelton, te cuento una anécdota con Roger. Un día estábamos viendo un video y le dije: 'Roger, en todo el partido no has hecho una dejada de derechas'. Él me dijo que con su derecha quería ser agresivo y le respondí: '¿Y qué hay más agresivo que una dejada?'. Si nunca haces dejadas, el rival te espera desde el fondo y estás dejando de utilizar una arma muy potente. A partir de entonces empezó a hacer más dejadas de derechas. Esos detalles son los que buscan los mejores.
¿Observa cosas de Federer en algún jugador actual?
Para mí Roger era un jugador único, por cómo sentía el juego, por la habilidad que tenía, pero Alcaraz hace cosas que hacía él. Nadie lo puede negar. Alcaraz juega al tenis como yo lo interpreto, me encanta ver sus partidos. El problema es que en el circuito no hay muchos que jueguen así. La tecnología ha cambiado mucho el tenis, especialmente los cordajes. Cuando se jugaba con cordajes de tripa, si le pegabas mal, la bola iba increíblemente mal. Necesitabas mucho tacto. Ahora los cordajes de filamentos ayudan a que la pelota se quede en pista y se tira de fuerza en demasiadas ocasiones.
¿Qué recuerda de sus dos semifinales en Roland Garros?
Yo era una paparra de mucho cuidado, lo devolvía todo. Lo primero que recuerdo es que si hacía un punto increíble me aplaudían tres personas y si fallaba, aplaudían 5.000. Rafa ha ayudado mucho al recibimiento de los españoles en Francia, pero antes era muy distinto. Los franceses... Mi juego era muy de tierra batida, jugaban muy atrás, demasiado, y sólo cuando me vine a vivir a Estados Unidos en 1980 abrí la mente. Empecé a sacar más fuerte, a ser más ofensivo. Curiosamente eso me hizo jugar mejor en Roland Garros. A Borg no le podía ganar, pero a Wilander y Vilas les podía pelear el triunfo. Igualmente me faltaba juego, no sé qué hubiera pasado si me hubiera ido antes de España.

AFP

¿Por qué se fue a vivir a Estados Unidos estando aún en activo?
Porque mi esposa es de aquí y porque en España me machacaron. Entre 1979 y 1980 sufrí una hepatitis B que tardaron mucho en diagnosticarme y en 1980 jugué una Copa Davis en Valencia contra Alemania Occidental. Estaba flojo de piernas, no me encontraba bien, perdí los dos partidos y nos eliminaron. La prensa me sacrificó, me pegaron unos palos gordísimos. Llegué a casa, estaba mi madre llorando y dije: 'Se acabó'. Fue feo. Pero sé qué algún día volveré a España.
¿Cómo empezó en el tenis?
Nací en Diezma, un pueblo de Granada, en un cortijo donde trabajaba mi padre, que era mulero, se encarga de las mulas. No teníamos ni agua ni luz ni nada y cuando yo tenía seis años nos marchamos a Barcelona en busca de una vida mejor. El hijo de una vecina jugaba al tenis y yo no sabía ni qué era, pero a los nueve años empecé a trabajar de recogepelotas en el Real Club de Tenis de Barcelona. Éramos niños pobres, nos pagaban dos pesetas y media la hora. Pero así empecé. A ver tenis, a jugarlo. Los de mi generación, Santana, Orantes, Antonio Muñoz, veníamos del mismo sitio, de muy abajo.

Roland Garros ya tiene a su cenicienta: Boisson, la 361 del mundo, sin sponsor, llega a cuartos en su debut

Actualizado Lunes, 2 junio 2025 - 16:27

"Aux armes, citoyens. Formez vos bataillons. Marchez, marchez. Qu'un sang impur abreuve vos sillons". Ya era hora. Este año el público de Roland Garros ya había cantado 'La Marsellesa' después de éxitos menores, como la victoria de Arthur Fils ante Jaume Munar en segunda ronda, pero llevaba muchas ediciones sin entonarla por una gesta de verdad. Lois Boisson lo hizo posible este lunes. ¿Lois Boisson? Sí, Lois Boisson. Una tenista desconocida para el gran público y para el aficionado experto, la número 361 del ranking mundial, una debutante en Grand Slam se clasificó para cuartos de final después de derrotar a Jessica Pegula, la número tres del mundo, por 3-6, 6-4 y 6-4. Le espera ahora Mirra Andreeva, pupila de Conchita Martínez, y lo tendrá más difícil, pero su historia ya está escrita. París ya tiene su cenicienta.

Ninguna francesa ha jugado la final desde Mary Pierce en 2000, ninguna ha disputado semifinales desde Marion Bartoli en 2011. ¿Y si lo consigue? Para acabar de comprender el alcance nacional de la oportunidad de Boisson sólo hace falta un último dato: Amélie Mauresmo, mito en Francia, actual directora de Roland Garros, nunca pasó aquí de cuartos.

Y todo gracias a una invitación. Cada año el Grand Slam francés convida a muchas de sus jugadoras a la fiesta y la amplía mayoría acaban eliminadas en primera ronda. Este año nueve francesas empezaron el torneo y sólo tres ganaron algún partido. Boisson fue una de ellas, pero el duelo con Pegula parecía su techo. Había vencido a su compatriota Elsa Jacquemot, otra wildcard, a la ucraniana Anhelina Kalínina e incluso a la belga Elise Mertens, número 22 del mundo, pero derrotar a la tercera favorita era otra cosa. Los nervios le atenazaron hasta que empezó a soltar su potentísima derecha y a jugar con la presión de Pegula. El último set fue un intercambio continuo de bolas de breaks. De hecho en el punto final la estadounidense pudo romper el saque a Boisson hasta en cuatro ocasiones, pero perdonó para caer eliminada.

Dos patrocinadores en un día

"No sé muy bien qué decir. No esperaba jugar así, pensaba que tenía alguna opción remota, pero era muy difícil", confesó después del encuentro la joven francesa de 22 años, muy tímida, a preguntas de Alizé Cornet, otra histórica del tenis de su país, que nunca superó los octavos de final en Roland Garros. "Sólo puedo decir que gracias a todos por este ambiente", acabó Boisson y recogió sus cosas para marcharse.

Thibault CamusAP

Ahí estaban dos bolsas de raquetas, una Babolat y la otra Technofibre, sus zapatillas Adidas y sus camisetas Asics. La número 361 del mundo no tiene sponsor, aunque eso cambiará después de Roland Garros como ya se ha podido empezado a ver. En los tres primeros encuentros jugó sin publicidad alguna en su equipación, pero este lunes, ante Pegula, apareció con dos logos en su camiseta: la cadena de hoteles Hyatt y el portal inversor XTB.

Boisson venía del peor momento de su carrera después de romperse el año pasado el menisco y el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Nacida en Dijon, hija del jugador de baloncesto Yann Boisson, que llegó a disputar la Euroliga con el Asvel, su evolución despegaba la primavera pasada con su primer título, el WTA 125 de Saint-Malo, cuando se lesionó de gravedad. "Este es el camino que la vida me ha dado, ¡ahora es hora de que la disciplina me lleve de vuelta a la cima!", anunció entonces y no le faltaba razón: la disciplina le ha llevado a la cima.

España es la escuela del tenis mundial y eso tiene una contra: "Cuestan mucho dinero, para los españoles son prohibitivas"

España es la escuela del tenis mundial y eso tiene una contra: “Cuestan mucho dinero, para los españoles son prohibitivas”

«Tuve la suerte de aprender de la cultura española en mi formación. En España aprendí a ganar partidos, ya sabes, a encontrar diferentes maneras de ganar. Todo el mundo es muy competitivo allí y no servía sólo conocer la técnica», define el australiano Alex de Miñaur, el número nueve del ranking mundial, que pasó su adolescencia en Alicante, modelado en el Club de Tenis 40-15. Su caso puede parecer excepcional porque su madre es española, pero no lo es.

En el presente Roland Garros hasta 30 tenistas extranjeros se han formado en academias y clubes de todo el país, especialmente a orillas del Mediterráneo. De los rusos Andrey Rublev y Karen Khachanov que se criaron en el 4Slam Tennis de Barcelona al chino Bu Yunchaokete, que habla castellano con acento porque se formó en el Club Nazaret de Jerez. De la filipina Alex Eala, perla de la Rafa Nadal Academy, a la egipcia Mayar Sherif, que se prepara en el Club de Campo de Elche. Casper Ruud, Grigor Dimitrov, Alexei Popyrin, Zheng Qinwen, Olga Danilovic, Daria Kasatkina, Elina Avanesyan... La lista es larga, más si se le suman los 11 representantes españoles en el torneo. Hay una buena cantera en Estados Unidos, jóvenes de nivel entre Francia e Italia, pero España es el epicentro de la formación en el tenis mundial. ¿Por qué?

ANNE-CHRISTINE POUJOULATAFP

«Todo empezó hace 20 o 30 años en Barcelona, con las academias que había allí, y ahora se ha extendido a todo el Levante y Baleares. Al principio la mayoría de alumnos que llegaban venían de otros países de Europa, especialmente del este, pero luego hubo un boom de tenistas chinos. También tenemos alumnos de Sudamérica o del norte de África, pero China seguramente sea el país que más apuesta por la formación aquí. Ahora mismo tenemos ocho becados por ellos», expone Iñaki Etxegia, CEO de la Ferrero Tennis Academy de Villena de la que salió Alcaraz, que pone sobre la mesa el principal motivo del éxito: «Lo que más valoran es el ecosistema».

"España es el lugar perfecto"

«Hay varios elementos que hacen que España sea el lugar perfecto para aprender a jugar a tenis. Desde la calidad de los entrenadores, que están muy bien pagados, a las increíbles instalaciones de las academias pasando por el clima. Pero al final todo se basa en el nivel que hay aquí. Durante todo el año hay competiciones y, en apenas una o dos horas de coche, cada semana te puedes enfrentar a chicos o chicas de tu edad que son buenísimos. Eso no pasa en otros lugares», analiza Alfredo Sarriá, coordinador de la Carlos Alcaraz Academy de Murcia.

Según la Federación Española de Tenis (RFET), en España hay unos 10.000 entrenadores titulados, 15.000 pistas de tenis, 1.300 clubes y, sobre todo, más de 2.300 competiciones anuales. En 2024 se disputaron 193.000 partidos oficiales en todo el país. Cada año se organizan 15 torneos Challenger, 41 torneos ITF, 25 torneos ITF juniors y hasta ocho circuitos nacionales juveniles. De hecho actualmente el más famoso tiene nombre ilustre, el Rafa Nadal Tour by Santander, donde participa, por ejemplo, Jaime Alcaraz, hermano pequeño del número dos del mundo.

Toda esa marabunta de encuentros fomenta la fama mundial de las escuelas que con el tiempo se han especializado para cubrir cada detalle de la formación de los tenistas. Antes eran clubes pequeños; ahora son pueblos con todo lo necesario. La Rafa Nadal Academy de Manacor ocupa 76,400 metros cuadrados y su subdirectora general, Maribel Nadal, explica la razón: «Tener en un mismo centro deportivo 45 pistas, centro médico, residencia, restauración y un colegio internacional americano permite a los alumnos combinar sus estudios con el desarrollo de su carrera tenística. Hay que pensar que en la academia tenemos a niños y niñas a partir de 12 años y hacemos todo lo posible para que se sientan como en casa».

RAFA NADAL ACADEMY

"Falta trabajo gubernamental"

Pero hay un reverso de ese renombre internacional que tiene la escuela española: los de casa. En este Roland Garros sólo queda un español, Alcaraz, que cada vez tiene menos compatriotas entre los 100 primeros del ranking mundial. Mientras subía el nivel de las academias también subía su precio y ahora los cerca de 5.000 mensuales que cuestan no están al alcance de la amplia mayoría de familias españolas. «Es la connotación negativa de tanto éxito. Las academias ahora son prohibitivas y si tienen jugadores nacionales son porque les becan. De alguna manera también son un reclamo. Entrenar con el mejor junior de España es atractivo para un ruso o un chino», considera Sarriá, de la Carlos Alcaraz Academy, que todavía atiende mayoritariamente a alumnado español -no tiene colegio internacional, por ejemplo-, pese a que trabaja en su expansión.

«Debemos ser críticos. En España falta trabajo gubernamental, inversión de las federaciones, un programa específico para ayudar a los chavales. Hay mucho nivel, pero la mayoría no se plantean llegar a ser profesionales porque la formación cuesta mucho dinero y es más accesible aceptar una beca de una universidad de Estados Unidos. Es un problema grave», remata Etxegia, de la Ferrero Tennis Academy, en el epicentro de la escuela mundial de tenis llamada España.

Alcaraz resiste ante Shelton para avanzar a cuartos de Roland Garros y deja un ejemplar gesto de deportividad

Alcaraz resiste ante Shelton para avanzar a cuartos de Roland Garros y deja un ejemplar gesto de deportividad

Dejó escrito David Foster Wallace aquello de que "el tenis es ajedrez en movimiento", pero qué ajedrez puede haber cuando un tipo coge la raqueta, golpea la bola y la envía al otro a 230 kilómetros por hora. No sirve tramar con los peones, tampoco avanzar con los alfiles, ni tan siquiera arremeter con la reina. Únicamente funciona agarrar el tablero y lanzarlo al otro a la cabeza para que caiga redondo del castañazo.

Carlos Alcaraz sufrió este domingo un duelo de esos, una batalla en el estricto sentido de la palabra, explosiones, estruendos, dolor, sangre, y si sobrevivió fue porque supo estar tranquilo en su trinchera. Sólo salía cuando tenía que salir. Su rival, el estadounidense Ben Shelton, coetáneo suyo, tiene uno de los saques y una de las derechas más potentes del circuito y, pese a jugar en tierra batida, había peligro. Después de tres horas y 14 minutos de juego, venció por 7-6(8), 6-3, 4-6 y 6-4 y cruzó a cuartos de final de Roland Garros donde le espera un adversario diferente, Tommy Paul. También yankee, muy yankee, granjero en Nueva Jersey en sus ratos libres, su juego es mucho más curvilíneo. Quizá esta vez habrá "ajedrez en movimiento".

Desde el mismo calentamiento de la mañana, Alcaraz se parapetó para contrarrestar el servicio súbito de Shelton. Esta semana, por azar, él y su equipo han descubierto a un sparring francés, Enzo Couacaud, que "le pega duro", como dice su entrenador Juan Carlos Ferrero, y a las once de la mañana ya estaba en la pista 2 sacando y sacando y sacando para que el español pudiera restar. "Estoy reventando, no puedo más", le confesaba Couacaud a su técnico, pero Alcaraz necesitaba más. Horas más tarde, ya en la pista Philippe Chatrier se encontró con lo mismo, pero todavía a más velocidad.

El estilo de juego de Shelton lo transportó de París a Melbourne o a Nueva York, a una pista sobre cemento, y tuvo que superar el ‘jet lag’. "Hoy, mucha paciencia", le reclamaba Ferrero y mucha paciencia tuvo. La estadística dice que apenas un 10% de los intercambios superaron los nueve golpes; la mayoría no pasaron de los tres o cuatro golpes iniciales. Además, al contrario que en otras ocasiones, esta vez Shelton no cayó en excesivos errores no forzados, así que la serenidad era obligatoria. "Tenía que calmarme, que mantenerme calmado. En algunos momentos me enfadaba conmigo mismo, pero pensaba: 'Relájate, Carlos, que si no será peor", admitió después Alcaraz.

JULIEN DE ROSAAFP

Su gesto deportivo

Los minutos decisivos, aquellos que decantarían tanta guerra, iban a llegar y lo hicieron pasada la hora de juego. Hubo dos ratos memorables: es obligado a regresar al partido para volverlos a ver. El primero fue el tie-break del primer set. La forma inglesa, 'tie-break', rotura de empate, no dice nada, pero la castellana muerte súbita evoca a lo que se disputaba esta vez: todo o nada. Si perdía, Alcaraz entraba en un laberinto del que costaría salir; si ganaba, cielo despejado. Pese a su habilidad en estos casos, el español empezó con el paso torcido, con un 4-1 en contra, y así continuó hasta plantarse frente al abismo. Tres bolas de set en contra defendió. Tres bolas de set salvó, una de ellas con una de esas voleas a contrapié tan suyas.

El éxito en el primer set invitaba a Shelton a la rendición, pero no fue así. Hasta el final siguió, siguió y siguió. En el arranque del segundo set, el estadounidense volvió a tener oportunidades, entonces cinco bolas de break, y las desaprovechó de nuevo. En ese juego, precisamente, hubo un detalle de deportividad de Alcaraz. Después de un intercambio largo, salvó una pelota lanzando su raqueta al aire y ni el juez de silla ni Shelton se percataron. El punto era para el español. Pero avisó de lo ocurrido y lo perdió, como debía. Luego, en el tercer set, la lucha de su rival tuvo premio, pero Alcaraz supo resolver más tarde.

"Era esencial ganar ese primer set, si no el partido hubiera sido mucho más duro. Estoy contento de mantener el nivel pese a haber perdido ese tercer set", analizó el actual número dos del mundo, que también valoró su confesión al árbitro: "Podía no haber dicho nada, pero me hubiera sentido culpable. Si sé que he hecho algo ilegal, tengo que decirlo para ser honesto. El deporte debe ser así, hay que ser justo con tu rival y con uno mismo"

La rendición de Paula Badosa en Roland Garros: “Estoy muy lejos de mi nivel”

Actualizado Sábado, 31 mayo 2025 - 16:07

Aparece Paula Badosa en la sala de prensa de Roland Garros con un look Jordan que demuestra que no está para nada. Fuera hace calor, casi 30 grados de temperatura y el bochorno previo a una tormenta, pero ella lleva una chaqueta roja acolchada y un gorro negro calado hasta los ojos. No quiere muchas preguntas, si fuera por ella no respondería a ninguna. Su fragilidad es patente, más cuando le acompaña a la sala su equipo por si necesita apoyo, por si acaso.

Antes ha sido eliminada en tercera ronda por Daria Kasatkina con un 6-1 y 7-5 y otra vez se marcha de París sin haber jugado los partidos decisivos. Queda lejos ya aquel 2021 en el que disputó los cuartos y, tan joven que era, se anunció como una futura campeona. Su lesión en la espalda sigue martirizándola.

TERESA SUAREZEFE

«Físicamente estoy muy lejos del nivel al que quiero estar. No llego a las bolas como quiero, no estoy explosiva, me falta mucho. Supongo que en un rato veré la diferencia, pero ahora mismo la decepción es muy grande. Siempre he tenido mal perder», arrancó la actual número 10 del mundo después de un encuentro en el que le pudo el desánimo.

La maldita lesión de espalda

Después del Open de Australia de este año en el que fue imparable y jugó el mejor tenis de su vida, la maldita fractura de estrés en la cuarta vértebra lumbar volvió a quebrarla y llegaba con la confianza destrozada. Se había perdido casi toda la gira de tierra batida, fuera de Madrid, fuera de Roma, y apenas había podido jugar un partido entero en Estrasburgo.

«Antes del torneo ya reconocí que venía así, que no tenía expectativas, y haber jugado aquí tres partidos me lo tomo como un logro», confesó Badosa que en las dos primeras rondas había derrotado a Naomi Osaka y Elena-Gabriela Ruse. Ante Kasatkina, llegó eliminada a la preciosa pista Simone Mathieu y salió eliminada. Su entrenador, Pol Toledo le reclamaba optimismo y su pareja, Stefanos Tsitsipas, insistía en animarla, pero no había manera. Sólo a mediados del segundo set, Badosa quiso autoconvencerse y peleó hasta que la volvió a derrotar el desánimo. Hace no tanto, hubiera ganado a Kasatkina, tiene armas para hacerlo, pero este sábado no era el día.

Christophe EnaAP

«No es el nivel que me esperaba, pero felicidades a Daria, es una buena jugadora en tierra», analizó Badosa. Kasatkina, nacida en Rusia y nacionalizada australiana tras renegar del Gobierno de Putin por su políticas anti-LGTB y la invasión de Ucrania, se formó en el CMC Competición de Barcelona y expuso el clásico estilo de juego español, tan clásico que ya apenas existe en la élite. Su táctica era clara: devolver una bola, y la siguiente, y la siguiente.

La esperanza en la recuperación

Para ganar, Badosa tenía que ser más agresiva que en los últimos tiempos, acortar los intercambios y no lo hizo. Su adversaria le plantó delante un muro: si sumaba más golpes ganadores, ganaría y si acumulaba más errores no forzados, perdería. El balance, al final, fueron 26 winners por 41 fallos, no hubo duda. «Ella no es tonta, sabía que yo no estaba bien, que llegaba tocada y ha hecho un partido muy físico», analizó Badosa que jugará los WTA 500 de Berlín y Eastbourne para intentar estar mejor en Wimbledon.

El año pasado por estas fechas, la española arrastraba los mismos problemas y acabó la temporada en clara progresión, con el título en el WTA 500 de Washington y semifinales en los WTA 1000 de Cincinnati y Pekín. Para hacerlo, eso sí, tuve que infiltrarse en varias ocasiones y esperar que el remedio surgiera efecto. «Ahora quiero jugar más, pero también debo vigilar con la espalda. Es difícil encontrar el equilibrio», reconoció antes de marcharse, con la chaqueta roja cerrada, el gorro negro calado y pocas ganas de hablar más.

Una Badosa rendida cae ante Kasatkina en tercera ronda de Roland Garros

Actualizado Sábado, 31 mayo 2025 - 12:53

La visera azul marino Nike apenas dejó ver sus ojos. Cabeza baja, casi siempre cabeza baja. Paula Badosa llegó eliminada a la preciosa pista Simone Mathieu y salió eliminada. La rusa-australiana Daria Kasatkina la derrotó en tercera ronda por 6-1 y 6-4 en una hora y 33 minutos de juego. Otro año será Roland Garros. Quizá uno en el que todo salga bien, que se marchen los dolores, que los catarros se mantengan lejos, que la maldita bola quiere entrar.

"Tengo que ser realista: no tengo expectativas aquí", reconoció en la previa y con ese espíritu había poco que hacer. Su entrenador, Pol Toledo le reclamaba optimismo y su pareja, Stefanos Tsitsipas, insistía en animarla, pero no había manera. Sólo a mediados del segundo set, con otra remontada épica en el horizonte, Badosa quiso autoconvencerse y peleó hasta que la volvió a derrotar el desánimo.

Después de un final de 2024 en el que fue imparable y jugó el mejor tenis de su vida, Badosa volvió a sufrir dolores de espalda en la reciente gira de tierra batida y eso le destrozó la confianza. Hace no tanto, hubiera ganado a Kasatkina con suficiencia, tiene muchas armas para hacerlo, pero este sábado no era el día.

Kasatkina, nacida en Rusia y nacionalizada australiana después de renegar del Gobierno de Putin por su políticas anti-LGTB y la invasión de Ucrania, se formó en el CMC Competición de Barcelona y expuso el más clásico estilo de juego español, tan clásico que ya apenas existe en la élite. Su táctica era clara: devolver una bola, y la siguiente, y la siguiente, y la siguiente. Para ganar, Badosa tenía que ser más agresiva que en los últimos tiempos, acortar los intercambios y no lo hizo.

Su adversaria le plantó delante un muro : si sumaba más golpes ganadores, ganaría y si acumulaba más errores no forzados, perdería. El balance al final fueron 26 'winners' por 41 fallos, no hubo duda. En el primer set la diferencia fue abismal y en el segundo hubo reacción, remontó una bola de break en contra, pero le faltaba esperanza para llegar más allá.

Alcaraz huye de su pesadilla y ya está en octavos de Roland Garros: “Hoy no he disfrutado”

Actualizado Sábado, 31 mayo 2025 - 00:06

Nunca había sido abucheado Carlos Alcaraz en Roland Garros. Quizá por su aura de campeón, quizá por su juego vistoso, quizá por un cariño heredado de Rafa Nadal, siempre había sido aplaudido, alabado, incluso querido. Pero este viernes llegó su primera bronca. "¡Buuuh!", atronaron las gradas de la Philippe Chatrier cuando, al principio del cuarto set, el español se desesperaba y chutaba una pelota. "¡Carlos, cojones!", gritaba un español para rematar la escena. Luego habría reconciliación, vaya si la habría, porque la reprobación no era gratuita, era necesaria.

Alcaraz revivió este viernes la pesadilla que le llevó este mismo año a perder los cuartos de final del Open Australia ante Novak Djokovic. Otra vez un adversario que sufre una lesión, otra vez el frío en las piernas por la espera, otra vez la incertidumbre. Demasiadas preguntas: ¿Está bien? ¿Puede jugar? Como le pasó ante ‘Nole’ en enero, ante Damir Dzumhur en tercera ronda de Roland Garros, el español desconectó en el parón para que su adversario fuera atendido y lo pagó caro. Para los días que vendrán, como los octavos de final del domingo ante Ben Shelton, ya tiene una hora más de esfuerzo en el cuerpo. Al final ganó, por 6-1, 6-3, 4-6 y 6-4, pero del susto se acordará. Porque volvió a pecar de inocente. Porque jugó con fuego y se quemó.

En la primera media hora, mucho antes del rarísimo desenlace, su adversario estaba frustrado, abría los brazos en busca de un milagro: era imposible. Con una buena derecha, velocidad y carácter, a Dzumhur le faltaban argumentos para dominar los intercambios y Alcaraz volaba. Con la inercia de su excelente actuación en la segunda ronda ante Fabian Marozsan, en el primer set todo lo que hacía rebosaba fuerza y precisión, especialmente los saques, pero en los dos siguientes fue bajando el nivel. Ahora una mala decisión, ahora un fallo inesperado. Con el público nocturno -y por lo tanto especialmente animoso- de la Philippe Chatrier celebrando todo logro de Dzumhur, el español se apagó.

En el segundo set ya concedía algunas opciones de 'break', pero en el tercero, después del parón médico reclamado por el bosnio, ¡puf!. "¡Mueve las piernas!", se gritaba a sí mismo mientras mantenía cierta discusión con su equipo. Recuperado de sus dolores, Dzumhur cambió su estilo de juego, asumió más riesgos, golpeó más profundo y le funcionó. Su primera rotura de servicio le valió para ganar el tercer set y la segunda para liderar el cuarto. Al final, Alcaraz supo centrarse, salir del agujero en el que estaba, remontar y pasar a la siguiente fase.

"Hoy no he disfrutado, hoy he sufrido", aceptó al acabar el encuentro, cuando analizó: "Por eso los partidos de Grand Slam son tan difíciles. Necesitas estar concentrado durante más de dos horas. En los dos primeros sets me he encontrado muy bien, pero después me faltaba la energía".

En octavos se encontrará con Ben Shelton, su primer adversario de peso, el número 13 del ranking mundial. En sus dos enfrentamientos previos, Alcaraz ha vencido sin mácula, pero el estadounidense llega esta vez en buena racha en tierra batida después de haber alcanzado la final del ATP 500 de Múnich.

Jessica Bouzas, la sorpresa en Roland Garros y el truco para sobrevivir en todos los Grand Slam: “No se achica nunca”

Actualizado Viernes, 30 mayo 2025 - 18:22

Aparece Jessica Bouzas en la Suzanne Lenglen, la segunda pista de Roland Garros, un recinto enorme donde caben más de 10.000 espectadores, y sonríe. No es una sonrisa nerviosa ni mucho menos. Sonríe como quien sabe que va a disfrutar y va a hacer disfrutar. La sonrisa del jugón, que decía Andrés Montes. Sólo tiene 22 años y está en su segunda participación en el torneo, pero se lo goza. Por eso es la única acompañante española de Carlos Alcaraz y Paula Badosa en el torneo; entre los dos cuadros ya no quedan más representantes, sólo ella. Por su ranking, la número 68 del mundo, es una sorpresa, pero al mismo tiempo no lo es tanto.

El año pasado ya llegó a tercera ronda en Wimbledon y en el US Open. Sus resultados en torneos pequeños son muy modestos, este año lleva 12 victorias y 12 derrotas, sólo tiene un título WTA -el año pasado, en el WTA 125 de Antalya-, pero en las grandes citas, ¡ay, en las grandes citas!

«Le encantan las pistas grandes y más si juega contra una de las mejores del mundo. Se nota que vale para esto. En partidos así, es valiente, es agresiva, es cuando saca su mejor tenis», analiza Anabel Medina, ex capitana española de la Billie Jean King Cup que ha compartido con Bouzas entrenamientos y concentraciones y que ahora la ve llegando a la segunda semana en París. Este sábado se enfrenta a la estadounidense Hailey Baptiste en tercera ronda (no antes de las 13.30 horas, Eurosport y Max), una rival con un ranking parecido y un tenis parecido al suyo, y si vence, en octavos de final, se mediría a la vencedora del duelo norteamericano entre Madison Keys y Sofia Kenin.

FRANCK FIFEAFP

«Tiene una tercera ronda agradable y margen para ganar más partidos. Es increíble cómo se crece en estos escenarios, no se achica nunca y eso le beneficia. Ganar en los Grand Slam te da más puntos y te ayuda económicamente, pero también aumenta tu repercusión e incluso tu nombre en el circuito. Las rivales te respetan más si eres capaz de ganar aquí», cuenta Carla Suárez, actual capitana española de la Billie Jean King Cup y analista para Eurosport y Max.

"La alegría que no se ve a otras"

Bouzas, de Vilagarcía de Arousa, amante de los caballos, futbolista de niña, es tenista por su padre, que le animó a probar el tenis en el Club de Tenis O Rial, y por su madre, que le acompañó cuando sólo tenía 13 años a vivir junto a la Academia de David Ferrer en La Nucía. Allí destacó como junior y empezó a visitar torneos Futures, tanto que en poco menos de dos años, entre 2021 y 2023, ganó 11. Luego vino el profesionalismo y su actual éxito en los Grand Slam, aunque todavía busca la constancia fuera de ellos.

«Es una jugadora que puede llegar a más porque tiene mucha potencia, mucha fuerza, pese a no ser muy grande [mide 1,70 metros]. Tira muy duro tanto de derecha como de revés y defiende muy bien», analiza Medina. «Fuera de la pista le caracteriza una alegría que no se ve a otras jugadoras. Sabe cuando diferenciar el momento del cachondeo y el momento del trabajo, pero es una persona con la que siempre te lo pasas bien. Con ella siempre hay risas y eso en el tenis profesional, con tanta tensión, es muy bueno», finaliza Suárez, que la hizo debutar el mes pasado con España en la victoriosa eliminatoria previa de la Billie Jean King Cup ante Brasil y República Checa.

La "revolución" de la raqueta que une a Nadal y Alcaraz: bordes aerodinámicos y un cordaje "como neumáticos de lluvia"

La “revolución” de la raqueta que une a Nadal y Alcaraz: bordes aerodinámicos y un cordaje “como neumáticos de lluvia”

«Recuerdo cuando lo conocí, él tenía 15 o 16 años. Ya le habíamos firmado un contrato internacional a los 12 años, que era algo inusual. Con muchos jóvenes llegamos a acuerdos locales, les suministramos raquetas durante la temporada, pero a él ya se le veía algo más, algo especial. No podíamos pensar que iba a ganar 14 veces Roland Garros, pero destacaba en su categoría. Me explicó que llevaba jugando con nuestras raquetas desde los nueve años por influencia de Carlos Moyà, que también las utilizaba». En una casa a unos metros de Roland Garros, la casa Babolat, Eric Babolat, tataranieto del fundador de la marca francesa con su apellido, explica a EL MUNDO un detalle olvidado del legado de Rafa Nadal en el tenis.

Presente en el homenaje del pasado domingo, el CEO reconoce que de su figura quedan los recuerdos, las enseñanzas, los valores, pero añade que también queda una cosa que se puede tocar, que sigue en las manos de los actuales tenistas. Antes de Nadal se utilizaban un tipo de raquetas, ahora se utilizan otras. «Rafa revolucionó el tenis y, en consecuencia, su material», proclama Babolat y añade la explicación: «Cuando llegó, la mayoría de tenistas golpeaban lo más recto y paralelo al suelo posible. Él hacía lo contrario, mover la bola de arriba abajo. Nos tuvimos que poner a trabajar para adaptarnos».

EM

Según se muestra en el museo de la Rafa Nadal Academy, la primera raqueta que utilizó fue una Prince, pero a los nueve años empuñó su primera Babolat. En el mítico Petits As de 2000 venció con una Babolat Pure Drive, que fue con la que debutó como profesional tres años más tarde, la misma raqueta que habían utilizado Moyà o Álex Corretja. Funcionaba, claro, pero necesitaba algo más.

"Pedía más y más efecto"

«Pedía a los ingenieros más y más efecto. Hasta ese momento un golpe con top spin era un recurso defensivo, pero Rafa lo convirtió en un ataque. Para ayudarle creamos una raqueta nueva llamada Aero, con una aerodinámica especial para él», rememora Babolat y señala las diferencias entre una y otra raqueta. A simple vista parecen iguales, pesan más o menos lo mismo, pero son totalmente distintas: entre otros detalles, la clásica Pure Drive tiene los bordes planos y la Aero los tiene redondeados. Eso permitía a Nadal cortar el viento y acelerar más sus golpes, es decir, «más y más efecto». Pero su «revolución» no acabó ahí.

«Babolat nació como una empresa de cuerdas. El tenis se inventó en 1874 y mi tatarabuelo, Pierre Babolat, inventó el cordaje para raquetas en 1875. Ahora celebramos nuestro 150 aniversario. Si la raqueta es el chasis, el cordaje es el motor y, por eso, para Rafa, lanzamos un cordaje especial muy innovador llamado RPM Blast. En lugar de ser cilíndrico, liso, como antes, es hexagonal, tiene textura, como un neumático de lluvia. Eso le permitía dar más efecto aún», detalla Babolat, que destaca que las innovaciones creadas para Nadal ahora son aprovechadas por los mejores tenistas del mundo.

BABOLAT

Carlos Alcaraz, que hoy se enfrenta en tercera ronda a Damir Dzumhur (20.15 horas, Eurosport), utiliza una raqueta Aero, al igual que otros en el Grand Slam como Holger Rune o Arthur Fils. Garbiñe Muguruza, también tenista de Babolat, utilizaba en cambio una Pure Drive, aún la preferida por quienes buscan más potencia. Diferenciarlas es fácil: la Aero es negra y amarilla y la Pure Drive, negra y azul.

"No nos pide grandes cambios"

«Es muy curioso que justo cuando acababa la carrera de Nadal aparecería Alcaraz, con quien tenemos una relación muy parecida. Cuando empezaba a jugar, fue a una tienda de Murcia con su padre y le recomendaron una Babolat. Luego firmó el primer contrato con nosotros en 2013, es decir, cuando tenía 10 años. Trabajamos juntos para encontrar siempre el balance perfecto de su raqueta, pero no nos pide grandes cambios como los que hicimos con Rafa. Está contento y le están yendo las cosas muy bien con el material actual», finaliza Babolat que valora su relación con España desde que patrocinaba a sus mejores tenistas en los años 90 hasta el boom del pádel.

Hace 20 años, Babolat empezó a fabricar raquetas de pádel a petición de su delegación en España y ahora cuenta con una sede en Barcelona, una fábrica en Sant Fruitos de Bages, una estrella como Juan Lebrón y un futuro de opciones en todo el mundo: «El crecimiento está siendo exponencial. Creo que en 10 años habrá más jugadores de pádel que jugadores de tenis».

Jaume Munar estalla contra el público de Roland Garros: “Es el más molesto del mundo, un auténtico circo”

Actualizado Jueves, 29 mayo 2025 - 18:51

Hasta en siete ocasiones Jaume Munar había sido eliminado en segunda ronda en un Grand Slam, su tope, su muro, y en esa misma estancia se descubrió este jueves en mitad de una trampa. En la Suzanne Lenglen, la segunda pista de Roland Garros, seguramente la más ruidosa por la cercanía de sus 10.068 asientos, no sólo se enfrentaba a un tenista francés, Arthur Fils, también se enfrentaba a un tenista joven, impetuoso, emocional. Si las cosas le iban mal, reclamaba los gritos del público. Y, al final, claro, el partido acabó como el rosario del aurora.

Munar estuvo eliminado, luego clasificado y si acabó fuera del torneo con un marcador de 7-6 (3), 7-6 (4), 2-6, 0-6 y 6-4 fue por el ambiente. El mallorquín, apadrinado por Rafa Nadal desde su adolescencia, alumno de su academia, perdió los dos primeros sets en el tie-break, aprovechó después las supuestas molestias en la espalda de Fils para hacerse con los dos siguientes y en el último se desconcentró. Con Fils recuperado de sus dolores, que realmente parecían calambres, cedió su último saque entre gritos de los aficionados franceses que nunca le concedieron silencio.

DIMITAR DILKOFFAFP

Pese a su carácter afable, una hora después, en la rueda de prensa posterior al partido, seguía enfadado. "Que animen al otro me parece perfecto, pero es una falta de respeto absoluta no parar de cantar, gritar tonterías e interrumpir constantemente. Aquí está el público más molesto y forofo del mundo, pesa demasiado la bandera", comentó de entrada, quien más tarde añadió: "En Nueva York y Australia entienden el deporte de otra manera. Pueden animar mucho y tener un sentido del espectáculo, pero nunca faltan el respeto a los jugadores. En este torneo, es necesario que la gente se calme un poquito porque esto es un auténtico circo".

Munar, además, cargó contra Fils y su estrategia para ser atendido cuando posiblemente no lo merecía: "Era una supuesta lesión de espalda, pero estoy convencido de que sufrió calambres. En ese caso, no podría haber sido atendido. Además, le he visto bebiendo jugo de pepinillo en los últimos parciales, así que está claro lo que ha ocurrido".

Su derrota se añadió a la desdicha de Alejandro Davidovich, que cayó ante Jiri Lehecka por 6-3, 3-6, 6-1 y 6-2, para dejar a Carlos Alcaraz solo en el cuadro español. Un registro negativo que pudo haber sido histórico: desde 1981 siempre ha habido como mínimo tres representantes -entre hombres y mujeres- en tercera ronda. Pero Jessica Bouzas y Paula Badosa salvaron la situación. Bouzas, que ya había llegado a tercera ronda el año pasado en Wimbledon y US Open, venció a Robin Montgomery por 6-4, 4-6 y 7-5. Y Badosa se rehízo de unas décimas de fiebre para remontar a Elena-Gabriela Ruse por 3-6, 6-4 y 6-4.