Carles Coll, un campeón mundial de natación que da clases particulares a 80 euros la hora: "Es guay ayudar a otros a mejorar"

Carles Coll, un campeón mundial de natación que da clases particulares a 80 euros la hora: “Es guay ayudar a otros a mejorar”

Ir a nadar paseando junto a una muralla romana ya es un privilegio, pero este verano los socios del Club Natació Tarraco tenían otro: a su disposición, como profesor de técnica, Carles Coll, el mejor nadador español en la actualidad. Durante varias semanas en agosto, el vigente campeón del mundo en piscina corta de los 200 metros braza ofrecía sus conocimientos en clases particulares a 80 euros la hora o 50 euros la media hora. Fue un exitazo. Nadadores y triatletas de la zona de Tarragona llegaron a formar grupos para atender a sus explicaciones y no le quedó ni un hueco libre en la agenda. Hubo muchas preguntas específicas, pero también algunas personales: «¿Necesitas estar dando clases particulares?»

«La verdad es que no lo hice por lo económico. Había competido en el Mundial, estuve de vacaciones con un amigo por Indonesia y, al volver a casa, tenía unas semanas libres. A nadie le va mal ganar un poco de dinero, pero las clases me sirvieron sobre todo para volver al agua y compartir todo lo que sé sobre natación. Me parecía guay resolver dudas, dar consejos, ayudar a otros a mejorar», comenta Coll en conversación con EL MUNDO desde Blacksburg, una pequeña ciudad de Virginia, en Estados Unidos, adonde ya ha vuelto a entrenar para prepararse para el año que viene.

El espectáculo del último Mundial

Recientemente graduado en Nutrición en la Universidad de Virginia Tech, hace unos meses valoró otros futuros posibles, como irse a entrenar a Australia, pero en el último Mundial confirmó que la mejor opción era seguir en Virginia a las órdenes del entrenador español Sergi López. En el campeonato más importante, en la final de los 200 metros braza, Coll salió a un ritmo por debajo del récord del mundo y así se mantuvo durante media prueba, aunque al final se desfondó y llegó el último. El resultado no fue el mejor. Pero las sensaciones, ¡guau!

«Ahí aprendí que ya estoy en el top mundial. Ahí vi que, puliendo algunos detalles, puedo ganar cualquier competición. De aquí a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 me centraré completamente en la natación para intentar ganar una medalla. Aunque ya no estudio, sigo entrenando con el mismo equipo universitario, sigo con Sergi y sigo haciendo el mismo tipo de entrenamientos. Es el camino que me funciona», reconoce Coll, que en 2024 ya había ganado el oro en la misma prueba en piscina corta, la hermana pequeña de la natación.

Al acabar sus estudios en la universidad de Virginia Tech, ¿no valoró regresar a España?
La verdad es que no. En España sólo se puede mantener el alto nivel en un Centro de Alto Rendimiento y no me veo entrenando en un sitio así. Ya lo hice entre los 15 y los 17 años y sería como volver a la adolescencia. Hay varios motivos por los que España no consigue montar más grupos de natación de alto nivel, y uno de ellos es que, a los 18 años, hay que elegir entre natación y estudios. No se puede compaginar. Si no me hubiera ido a Estados Unidos, yo también lo habría dejado. Es lo normal.

Progenitores en la piscina

Los éxitos de Coll nacen en un pasado anterior a su propio nacimiento. Ahora recibe los consejos de López, que fue bronce en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 en su misma prueba, los 200 braza, pero antes ya contaba con asesores expertos. Su padre, Adolf Coll, fue velocista: llegó a nadar en la final del relevo 4x100 estilos del Mundial de 1991 junto al propio López, Martín López Zubero y Josele Ballester, y su madre, Mireia Martí, era especialista en espalda. Por ellos Coll se lanzó a la piscina en el Reus Ploms y el Tarraco antes de pasar por el CAR de Sant Cugat y emigrar a Estados Unidos.

Cuenta que durante algunos años el fútbol le tentó, pero que la mayor amenaza para su carrera fue realmente un problema en los escafoides que le obligó a pasar por quirófano poco después de llegar a Virginia. Aquello le dejó sin la posibilidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, por ejemplo, aunque tras la rehabilitación recuperó el tiempo perdido. Ya cuenta con varios récords de España, medallas internacionales y, a la espera de Hugo González, es el líder de la selección para este ciclo olímpico. Menudo currículum para un profesor de clases particulares.

WADA lanza 'Operación Puncture' para investigar la filtración sobre dopaje de nadadores chinos

WADA lanza ‘Operación Puncture’ para investigar la filtración sobre dopaje de nadadores chinos

Actualizado Jueves, 30 octubre 2025 - 23:08

La Agencia Mundial Antidopaje (WADA) confirmó que investiga una filtración sobre la investigación que resultó en la exoneración de 23 nadadores chinos que dieron positivo por un fármaco cardíaco prohibido antes de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021.

La agencia defendió su decisión de exonerar a los nadadores por dopaje. Afirmó que había acordado con las autoridades antidopaje chinas que las muestras de los nadadores estaban contaminadas.

La existencia de la investigación por parte de China y la AMA se había mantenido en secreto antes de que el periódico 'The New York Times' y la emisora alemana ARD informaran sobre ella el año pasado.

ARD informó el miércoles que la agencia quiere identificar a la persona que alertó a los medios de comunicación sobre la investigación. El movimiento es inusual porque la AMA fomenta y depende de los denunciantes para erradicar el dopaje.

Günter Younger, director de Inteligencia e Investigaciones de la AMA, confirmó que había lanzado la Operación Puncture para conocer sobre la filtración, pero negó que estuviera buscando a la persona que dio la alerta.

"No estamos persiguiendo al denunciante", dijo Younger a los periodistas en un evento de medios en Londres. "Lo que queremos intentar averiguar es cómo ocurrió la filtración y cuál fue la motivación de la misma"

Younger destacó las fuertes protecciones de la agencia para los denunciantes y dijo que era política no revelar investigaciones en curso para proteger a aquellos que puedan ser acusados injustamente de uso de drogas.

Dijo que creía que la filtración tenía motivaciones políticas y buscaban evitar que eso volviera a suceder, pero no haría nada que pusiera en peligro al denunciante.

El caso de la natación china ha sido un punto de controversia en el deporte y la WADA ha sido criticada por atletas, organismos rectores del deporte y grupos dedicados a combatir el uso de drogas para mejorar el rendimiento.

Entre los mayores críticos han estado los líderes antidopaje y autoridades en Estados Unidos, cuyo gobierno se ha negado a pagar su cuota anual a la WADA, que supera los 3,6 millones de dólares.

McIntosh y Marchand, la reina y el rey de la piscina de los Mundiales de Singapur con Zidi como princesa

McIntosh y Marchand, la reina y el rey de la piscina de los Mundiales de Singapur con Zidi como princesa

Fin de fiesta en el final de la fiesta, o en la fiesta final, en Singapur. Fin de fiesta, fiesta final con los relevos femeninos 4x100 estilos, resueltos con un récord del mundo a cargo de Estados Unidos (3:49.34). Luego iremos con ello.

Antes, en los 400 estilos, en la prueba individual, Léon Marchand se llevó su segundo oro y Summer McIntosh, su cuarto. El francés fue tan superior (4:04.73) que no necesitó acercarse a su récord del mundo (4:02.50) para abrumar a Tomayashi Matsushita (4:08.32) e Ilia Borodin (4:09.16).

Después de su récord en los 200 estilos, había, claro, levantado la consiguiente expectación añadida. Pero menos de la suscitada por McIntosh y... Yu Zidi, la muñequita de porcelana china de 12 años. Los aficionados imparciales, por simpatía-empatía paterno-materno filial, estaban con ella. Fue por tercera vez cuarta y se vuelve a casa con un bronce en relevos. No hay precedentes y será difícil que haya consecuentes.

McIntosh (4:25.78), al igual que Marchand, tampoco necesitó aproximarse a su plusmarca (4:23.65) para aplastar a Jenna Forrester y Mio Narita, ambas con 4:33.26, que compartieron la plata. Se va de Singapur con cuatro oros y un bronce. Es la reina del Campeonato, por encima incluso de Katie Ledecky (dos oros y un bronce).

Los 50 libres femeninos fueron el triunfo de la suma especialización. Como en el caso de los masculinos, con un Cameron McEvoy que sólo apareció por Singapur para disputar esos 50, Meg Harris no aterrizó más que para lo mismo. Australia se apuntó en esa prueba un par de oros con el mínimo esfuerzo y el máximo fruto posibles. Harris (24.02) dio buena cuenta de las chinas Qingfeng Wu (24.26) y Yujie Cheng (24.28), con unas diferencias muy amplias para tan corta distancia.

Lo mismo que, en los 50 espalda masculinos y los 50 braza femeninos. Éxito de los rusos "neutrales" Kliment Kolesnikov con 23.68, su segunda mejor marca, tras su récord del mundo, y Pavel Samusenko, con 24.17. El mismo registro que Pieter Coetze. Hubo asimismo dos platas y sonó el himno de World Aquatics, no el hermoso, grandioso de Rusia, heredado de la Unión Soviética.

Volvió a sonar tras los 4x100 estilos, récord de Europa (3:26.93). La rabiosa celebración de los NAB (Neutral Athletes B) al borde del agua tuvo mucho de reivindicación política. La ceñuda expresión de Lifintrev, Prigoda, Ainaxov y Kornev en la ceremonia de premiación contuvo también bastante de protesta muda. Que le pidan cuentas a Putin. Por otra parte, Marchand contribuyó a la plata de Francia.

Ruta Meilutyte (29.55), nacida ya en una Lituania independiente de la Unión Soviética, no reivindicó nada a estas alturas. Se limitó a sacarles medio mundo a Qanting Tang (30.03) y a Benedetta Pilato (30.14), y a celebrar su cuarto oro mundialista consecutivo.

Otro triunfador del Campeonato ha sido el tunecino Ahmed Jaouadi. Ya vencedor de los 800, se apuntó también los 1.500 (14:34.41) con un ataque seco, si cabe definirlo así en una piscina, en los últimos metros que acabó con la resistencia de un ambicioso Sven Schwarz (14:35.69). El plusmarquista mundial, Bobby Finke, tercero (14:36.60), también se rindió en el último momento.

Y vamos con los 4x100 estilos femeninos. Un duelo directo entre EE.UU y Australia por el triunfo particular y el general. Empatados a ocho oros en el cómputo de metales, quien ganase coronaría también a su país. Regan Smith, Kate Douglass, Gretchen Walsh y Torri Huske auparon a las barras y estrellas a la cumbre del medallero. Frente a una actuación discreta de los hombres, las mujeres USA han llevado en Singapur el peso principal del equipo y contribuido fundamentalmente al conjunto éxito final.

Carles Coll nada primero la mitad de la final de 200 braza, a ritmo de récord mundial, pero paga el esfuerzo y acaba octavo

Carles Coll nada primero la mitad de la final de 200 braza, a ritmo de récord mundial, pero paga el esfuerzo y acaba octavo

Carles Coll, en los 200 braza, distancia en la que es campeón del mundo en piscina corta, hizo soñar durante más o menos un minuto a la natación española. Salió a «muerte». O todo o nada. Viró primero por los 50 por debajo del récord del mundo. También por los 100, a un ritmo parecido. Luego ya pagó el esfuerzo. Y fue nada. Terminó octavo. Séptimo a la postre por descalificación de uno de los rivales, con su segunda mejor marca de siempre: 2:09.44, sólo inferior a su récord español de las semifinales: 2:08.49.

El oro fue, por la apartada calle 8, para Haiyang Qin (2:07.41), ya ganador de los 100. Ippei Watanabe, el japonés, amarró por los pelos la plata (2:07.70) por delante del neerlandés Caspar Corbeau (2:07.73). Qin no se acercó a su récord del mundo (2:05.48). Pero, por otra parte, buena prueba -seguimos resistiéndonos a decir «carrera»- con cuatro hombres por debajo de 2:08. También, cuarto, quedó por debajo de esa frontera uno de los máximos favoritos, Kiril Pigoda, el ruso «neutral». Los rusos están compitiendo como NAB (Neutral Athlets B). Los NAA son los bielorrusos, también sancionados por su apoyo a Putin.

Entrenado por Sergi López

Coll estará contento a medias. O a medias disgustado, según se quiera interpretar ese séptimo puesto. En el pasado Mundial se quedó a un puesto de la final. En Singapur, aparte de dar un paso adelante, resolvió una papeleta que lo amenazó hasta última hora. Estuvo a punto de no viajar. No le llagaba el visado desde Estados Unidos, donde reside y entrena bajo la égida de Sergi López, bronce olímpico en Seúl88 y finalista en el Mundial de Perth91. Ni siquiera pudo disputar los 'trials' españoles. Su historial hizo que la Federación Española lo repescara. Validó la marca mínima establecida por World Aquatics y realizada por Carles en las TYR Pro Swim Series, en Sacramento, a primeros de abril.

No repescó, en cambio, a Hugo González, el campeón mundial en vigor de los 200 espalda. Hugo, decepcionante en los Campeonatos nacionales (fuera de la final de los 100 espalda y tercero en la de 200) no mereció el billete para estar en Singapur. Ha sufrido las consecuencias de la depresión post-olímpica, su mudanza de Estados Unidos a Tarrasa y el cambio en los sistemas de entrenamiento.

Récord de Europa en 200 espalda

Por consiguiente, su figura sobrevoló la piscina cuando los nadadores se lanzaron al agua en esos 200 espalda. Todos ellos habían batido sus respectivos récords nacionales en las rondas previas. Todos menos Hubert Kos, campeón olímpico, el gran representante, junto a Kristof Milak, de la natación húngara, una vieja y querida potencia. Y fue precisamente Kos quien se llevó el título. Y no sólo con récord de Hungría, sino de Europa: 1:53.19 y cuarto mejor registro de todos los tiempos.

Es otro de los discípulos en Texas de Bob Bowman. Ya lo reflejamos cuando, bronce, compartió podio con Léon Marchand y Shein Casas en los 200 estilos. Los tres 'Bowmans boys'. Magnífico también el sudafricano Pieter Coetze, ya campeón en los 100, segundo con récord de área, de África (1:53.36). El francés Yohann Ndoye-Brouard, también tercero en los 100, se hizo con el bronce (1:54.62). Es junto a Shaine Casas o Josh Liendo, y, en mujeres, Simone Manuel, uno de los escasos nadadores negros de máximo nivel. La Medicina y la Sociología siguen dándole vueltas al asunto.

En los 200 braza femeninos, Kate Douglass y Evgenyia Chikunova se enzarzaron en una pelea en la que las demás no tuvieron ni voz ni voto. Chikunova, recordwoman mundial, quedó sorprendida por el ritmo inicial de la estadounidense. No reaccionó, pensando tal vez que Kate iba demasiado aprisa. Así era. Todavía marchaba a los 150 metros por debajo del récord del mundo. Entonces, en el último largo, se juntaron la fatiga de la estadounidense y la furiosa reacción de la rusa, más fresca. Creó incertidumbre. A Douglass, sin embargo, le dio para ganar con 2:18.50, segunda mejor marca de todos los tiempos y, obviamente, récord de Estados Unidos. Fue el triunfo de la valentía frente a la cautela.

Marrit Steenbergen no dio opción a Mollie OCallaghan y Torri Huske en los 100 libre. Retuvo el título con 52.55 ante la australiana (52.67), oro en los 200, y la estadounidense (52.89). No peligró el récord mundial de Sarah Sjöström (51.71). La sueca es una de las figuras ausentes del Campeonato. Espera su primer hijo para este mismo mes de agosto.

Los estadounidenses, ellos y ellas, cosa extrañísima, siguen sin ganar un relevo. Han perdido densidad en algunas de las modalidades. En los 4x200 libre masculinos, no pasaron del cuarto lugar, a pesar de que Luke Hobson fue el único de los 32 nadadores que bajó del 1:44. Gran Bretaña, con un cuarteto más compacto y Duncan Scott como líder, atrapó el oro con 6:59.84. Bajar de siete minutos es un gran registro. China, con Zhanle Pan, se ganó la plata (7:00.91) con justicia y con justeza ante Australia (7:00.98).

Estados Unidos encabeza el medallero del Mundial con cinco oros. Los mismos que Australia. Pero Estados Unidos acopia 20 medallas por 13 de los aussies. En esta ocasión los metales menos preciosos hacen la diferencia.

Yu Zidi se hace con un bronce en el 4x200 libre en los Mundiales de Singapur con sólo 12 años

Yu Zidi se hace con un bronce en el 4×200 libre en los Mundiales de Singapur con sólo 12 años

De pronto, y de modo doblemente indirecto, Yu Zidi se convirtió, a sus 12 años, en la medallista más joven de la historia en un Campeonato del Mundo. En la última prueba de la jornada, los relevos 4x200 libre, China (7:42.99) acabó en tercer lugar detrás de Australia (7:39.35) y Estados Unidos (7:40.01). Dado que Yu había participado en la semifinal, obtuvo oficialmente el derecho a recibir un metal doblemente indirecto por eso, por colectivo y por estar ella ausente en el envite definitivo. Pero si China estaba en el podio es porque Yu había contribuido a ello.

Mollie OCallaghan, que cerró el cuarteto australiano, y ya campeona en la prueba individual, se colgó otro oro. Katie Ledecky, que se peleó sin fruto con ella, pugnando por un imposible agarró con la plata su medalla número 29 en un Campeonato del Mundo. Abrumador.

Volvemos a Yu Zidi. Fue un gran día para la infantil sirena. Al comienzo de la jornada, en la final de los 200 mariposa, se quedó de nuevo, como en la de los 200 estilos, en la cuarta posición. No consiguió franquear la frontera que separa la nobleza de la realeza, pero su actuación está contribuyendo al recuerdo que permanezca del Campeonato. Aún le quedan los 400 estilos. Será difícil que, a su tierna edad, no acuse el esfuerzo. Pero quién sabe.

Summer McIntosh, la vencedora, estaba disgustadilla, a pesar de su tercer oro. Quería batir el plastificado récord de Liu Zige (o Zige Liu, que nunca sabemos muy bien dónde colocar los nombres y los apellidos chinos) que data de 2009 (2:01.81). Realizó 2:01.99. Regan Smith (2:04.99) y Elizabeth Dekker (2:06.12) ni la vieron. Yu Zidi (2:06.43) no acabó lejos de la australiana.

La jornada era golosa, con todas estas mujeres y con un par de hombres en liza: Léon Marchand y David Popovici. Y de lo goloso, implícito en todo lo atractivo, a lo glorioso, sobreentendido en todo lo triunfal, Marchand aplastó, bueno, ahogó a sus rivales. No batió el récord del mundo, pero realizó la segunda mejor marca de la historia (1:53.68), sólo superada por su récord en las semifinales. Shaine Casas (1:54.30) se acercó al tope estadounidense, hasta ayer mundial, de Ryan Lochte (1:54.00). Hubert Kos (Hungría) fue un bronce lejano (1:55.34). Los tres son discípulos de Bob Bowman, el muñidor de Michael Phelps.

Popovici, en los 100 libre, también cumplió los pronósticos y, también realizó la segunda mejor marca de todos los tiempos. Nadando como siempre, más conservador al principio y huracanado después, se plantó en unos 46.51 sólo superados por los 46.40 de Zhanle Pan (o Pan Zhanle, ya saben), eliminado en las semifinales. Jack Alexy también bajó de los 47 segundos (46.92). No así, un poco sorprendentemente, Kyle Chambers (47.17). Popovici es el rey de la velocidad. Participará asimismo en los 50, que le vienen algo cortos para su manera de nadar. Pero sus oros en los 100 y los 200 lo acreditan de sobra.

EEUU a velocidad de crucero

Doblete USA en los 50 espalda femeninos con Katharine Berkoff (27.08) y Regan Smith (27.25), muy amenazada por la china Letian Wan (27.30). Estados Unidos, superado el virus gastrointestinal que afectó al equipo, está alcanzando su velocidad de crucero.

Satisfacción española. Carles Coll se convirtió en el primer compatriota en acceder a una final, la de 200 braza. Y de qué manera, con el quinto mejor tiempo (2:08.49) de los elegidos. Batía de ese modo, de paso, el lejano primado de poliuretano de Melquíades Álvarez: 2:09.69 desde 2009. Carles nadó de modo muy regular (y regulador) en su semifinal. Dobló en primer lugar por los 50. En segundo por los 100. Y en tercero por los 100 para concluir también tercero. Dio la impresión de controlar la distancia y el cronómetro. De no emplearse a fondo.

Yu Zidi, la nadadora que a sus 12 años rompe una barrera infranqueable desde 1936

Yu Zidi, la nadadora que a sus 12 años rompe una barrera infranqueable desde 1936

La aparición de una niña de 12 años, la china Yu Zidi, en el gran escenario de la natación ha causado un impacto general que, en su difusión, ha llegado incluso a gente no interesada en el deporte. O particularmente en la natación. Y suscitado una reflexión o demandado una información acerca de los límites cronológicamente inferiores de la biología, allí donde el organismo humano se encuentra aún en sus primeras etapas de formación.

El deporte es, por encima de todo, una actividad física y, como tal, muy exigente. Mucho más practicado a máximo nivel. Cierto que existen deportes más propensos que otros a la precocidad. Es evidente que no se puede ser campeón mundial de boxeo o ganar el Tour en edades adolescentes. Otros deportes, como la gimnasia o la propia natación, según razones analizadas por la medicina, admiten con frecuencia la existencia de juventudes extremas en sus filas y sus éxitos. Especialmente en el caso de las mujeres, que se desarrollan antes y gozan de algunas características, como la flexibilidad, ventajosas respecto a las de los hombres.

En natación, Michael Phelps e Ian Thorpe, por ejemplo, estaban a altísimo nivel a los 15 y 16 años. Como bastantes mujeres, por otra parte, y nunca a la altura de algunas de ella. Pensemos en la australiana Shane Gould (Shane Gold), la única mujer que ha reunido todos los récords de estilo libre. En los Juegos Olímpicos de Múnich72 tenía 15 años y conquistó tres oros, una plata y un bronce. Y a los 16 se retiró.

La alemana oriental Rica Reinisch también contaba 15 años cuando conquistó el oro en los 100 y los 200 espalda, y en los 4x100 estilos, en los Juegos de Moscú80. Es verdad que no estaban las americanas. Pero no es menos cierto que, en las tres pruebas, se alzó el récord del mundo. Y en los 200 se lo arrebató a la estadounidense Linda Jezek. También se retiró a los 16 después de permanecer hospitalizada con inflamación crónica de ovarios a causa del bombardeo de esteroides a que había sido sometida durante la pubertad. Ante el peligro de quedar estéril, abandonó las piscinas.

De entre las nadadoras en activo, Katie Ledecky tenía esos mismos 15 años cuando fue campeona olímpica en Londres'2012. Y Summer McIntosh ya despuntaba a los 14. Tenían 14 la australiana Sandra Anne Morgan, la inmortal húngara Kristina Egerszegi y la japonesa Kyoko Iwasaki cuando fueron campeonas olímpicas. Morgan, en los 4x100 libre en Melbourne56. Egerszegi, en 200 espalda (y subcampeona en 100) en Seúl88. También ganaría en Barcelona92 y Atlanta96. En Barcelona, además, los 100. Iwasaki se coronó en Barcelona en los 200 braza.

El 2 de marzo, en los trials, la estadounidense Anita Nall había batido por dos veces, una por la mañana y otra por la tarde, el récord del mundo de la prueba. Tenía 15 años. El 21 de julio, seis días antes de la final olímpica, cumplió 16. E Iwasaki... 14. Sigue siendo la nadadora más joven en conquistar un oro en los Juegos (Nall fue tercera a tres centésimas de la plata, la china Lin Li). A su regreso a casa, a Numazu, en la Prefectura de Shizuoka, la homenajearon 70.000 personas.

Portentos adolescentes

Bien. Tenemos portentos adolescentes ganando medallas a los 14 y 15 años. Pero Yu Zidi, ¡por favor!, tiene 12, una diferencia enorme a esas edades en cuanto al desarrollo integral del cuerpo (y la mente). Y no cumple los 13 hasta octubre. Rompe los más madrugadores esquemas. ¿Hay precedentes? Sí. Uno. Inge Sorensen, una niña danesa que, con 12 años y 24 días (sólo 25 días antes, menos de un mes, tenía 11), accedió al bronce en los 200 metros braza en los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936. La medallista de plata, la alemana Martha Geneger, contaba 14 años. Pero Sorensen, repitámoslo, 12.

Continúa siendo la nadadora más joven en conquistar una medalla olímpica. Fue campeona de Europa en Londres, en 1938 y la primera nadadora en bajar de los tres minutos en los 200 braza. La Segunda Guerra Mundial cortó su carrera. Se casó con un ingeniero, Janus Tabur. Tras el conflicto, emigraron a Sudáfrica, a Canadá y Estados Unidos. Murió en Nueva Jersey en 2011, a los 86 años. En su país era conocida como Lille henrivende Inge, la pequeña adorable Inge.

La irrupción de Zidi

Yu Zidi no ha ganado aún ninguna medalla. Pero, por acudir a referencias orientativas, y aunque los tiempos cambian a toda velocidad, con su marca en Singapur en los 200 estilos (2:09.21) hubiera sido quinta en los Juegos de París y en los de Tokio. Cuarta en los de Londres y tercera en los de Pekín. Por descontado, habría ganado en Atenas con, por ende, récord del mundo. Los tiempos cambian en la natación a velocidad de vértigo. Pero 200 metros siguen siendo 200; y el agua, agua.

En teoría, a Yu le aguardan muchas medallas, a no ser que la precocidad, por extrema, vaya en detrimento del futuro, incluso del cercano. El inminente es que, en este Singapur perplejo, ya se metió también en la final de los 200 mariposa. Con la octava marca, pero en la final, donde todo es difícil y nada es imposible. Le quedan en su cargado programa, mucho más para una niña, los 400 estilos. Yu Zidi mueve al asombro absoluto y a la total expectación. Ningún hombre ha nadado a los 12 años más rápido que ella.

Récord mundial de Marchand y de España para Hoek en Singapur

Actualizado Miércoles, 30 julio 2025 - 15:32

Cayó en el Campeonato, en las semifinales de los 200 metros estilos, el primer récord del mundo a manos del mejor, del más completo nadador del planeta Tierra, del planeta Agua: Léon Marchand. No lo batió. Lo desintegró. Devorando el agua en 1:52.69, una marca "disparatada", mandó al baúl de los recuerdos, por no decir, por respeto, al desván del olvido, el registro de 1:54.00 que Ryan Lochte mantenía desde 2011.

De una sola tacada, el francés se ha saltado las matemáticas, amerizando en 1:52 sin pasar por el 1:53. Si decimos que, probablemente, estamos ante la marca más valiosa de la natación, no exageramos.

Pararíamos aquí, emocionalmente saciados, si no tuviéramos que contar que Luca Hoek rompió por dos veces el récord nacional de los 100 libre. Primero en las series, con 48.23. Más tarde, en la semifinal, con 48.04. Era, con diferencia, con 17 años, el más joven de los semifinalistas.

Le sacan tres años los dos "monstruos" de la disciplina, los dos últimos plusmarquistas mundiales: David Popovici y Zhanle Pan, veinteañeros, pero no ya adolescentes. Hoek, enormemente ambicioso, sin miedo ni complejos, pasó primero en su semifinal por los 50 metros. Acusó el esfuerzo y no pudo sostener en envite. Terminó en la decimocuarta posición general. El corte para el acceso a la final se produjo en 47.64. Luca aún está algo lejos. Pero se halla en camino.

Volviendo a Marchand, recordemos que su récord se ha producido en una semifinal. Que pueda mejorarlo aún más en la final se ha convertido en una de las grandes preguntas para una de las grandes respuestas de la competición.

Summer McIntosh da buen inicio a su plan de cinco medallas de oro en Singapur

Summer McIntosh da buen inicio a su plan de cinco medallas de oro en Singapur

Incluso sin Ariarne Titmus, en barbecho postolímpico, el primer gran duelo de los Campeonatos, los 400 libre femeninos, entre Katie Ledecki y Summer McIntosh, tuvo enorme interés, pero ningún color. La joven y gentil canadiense, de todavía 18 años (cumplirá 19 en agosto), nadando en conserva, aplastó (3:56.26) a la estadounidense, que con 3:58.87 cedió la plata a la china Li Bingjie (3:58.21).

McIntosh ha empezado con el mejor pie su ambicioso proyecto de cinco oros individuales. Poco después entró en la final de los 200 estilos, sacando de foco a las demás. Entre la expectación general, la párvula china Yu Zidi, de 12 años, una de las atracciones de los Campeonatos, también accedió a la final. No así Emma Carrasco.

A diferencia de McIntosh, en la prueba masculina de los 400 libre, Lukas Maertens, plusmarquista mundial y campeón olímpico, la gran estrella de Alemania, sufrió para doblegar (3:42.35) al australiano Sam Short (3:42.37).

Pueden existir alegrías dentro de las decepciones. Y viceversa. En la decepción de los relevos masculinos 4x100 libre, eliminado el equipo con 3:14.34, Sergio de Celis en la primera posta, la que valida la marca individual, proporcionó la alegría de batir el récord de España. Rebajó en una centésima (48.24) el reciente tope de Luca Hoek. Aquí tenemos, dentro del Mundial, una interesante pugna local a resolverse en el lance individual. Sobre todo, teniendo en cuenta, además, que Hoek nadó su tramo en menos de 48 segundos.

Parte del equipo estadounidense, sin especificar los nombres, fue víctima de una intoxicación alimentaria durante su concentración, previa al Mundial, en Tailandia. Las secuelas, en forma de "gastroenteritis aguda", según fuentes de la delegación americana, explicarían las incomparecencias de Torri Huske en los 100 mariposa (luego nadó los 4x100 libre, pero se hundió en los segundos 50) y Claire Wenstein (400 libre). También aclararía la clara y temprana eliminación, también en los 400, de Luka Mijatovic. No pudimos ver a la perla adolescente USA, que, a sus 16 años, ha superado las marcas de 14, 15 y 16 de Michael Phelps e Ian Thorpe.

Con Huske mermada y en ausencia, probablemente también intoxicada, de Gretchen Walsh, cedió el oro Estados Unidos (3:31.04) a Australia (3:30.60) en esos 4x100 libre. Y el extraño cuarteto masculino USA, quizás también alterado por la intoxicación, sólo pudo ser bronce tras Australia, con un imperial relevo final de Kyle Chalmers en menos de 47 segundos, e Italia.

España suma su tercer oro mundial con Iris Tió y Dennis González en dúo mixto

España suma su tercer oro mundial con Iris Tió y Dennis González en dúo mixto

Actualizado Viernes, 25 julio 2025 - 07:12

La natación artística española siguió haciendo historia en los Mundiales de Singapur y conquistó su tercera medalla de oro en la ciudad asiática, tras la victoria que cosecharon este viernes Dennis González e Iris Tió en la final de la rutina libre del dúo mixto.

Un triunfo que permitió a España igualar, a falta de la disputa de la final de la rutina acrobática por conjuntos, a número e oros a las todopoderosas China y Rusia, tradicionales potencias hegemónicas de este deporte. Pero es que la llegada a finales del pasado agosto de la entrenadora Andrea Fuentes parece haber dado un nuevo impulso al equipo, que se ha marcado como objetivo en este ciclo olímpico tutear a China y Rusia por la victoria.

Una ambición que ejemplifican como pocos Dennis González, que el pasado domingo se convirtió en el primer nadador masculino en subir a un podio mundialista en una prueba por equipos, e Iris Tió que suma ya tres medallas de oro en estos campeonatos.

La mejor combinación posible para doblegar al ruso Alexandr Maltsev, que contaba por triunfos sus actuaciones en Singapur y que buscaba su cuarto oro en la ciudad asiática formando pareja en esta ocasión con Olga Platonova.

Equipo Neutral B

Para ello, la pareja rusa, que compite en estos Mundiales bajo la denominación de Equipo Neutral B, no dudo en retrotraer a jueces y espectadores a la década de los ochenta con enérgico ejercicio bajo los acordes de la banda sonora de la película Flashdance. Una rutina plagada de dificultades técnicas, como atestiguaron los 148,5938 puntos que lograron en la ejecución, que pareció destinar a Maltsev y Platonova a la victoria tras instalarse en la primera posición con una nota total de 323,4428 unidades.

Ni así se dejaron, sin embargo, intimidar los nadadores españoles que durante todo el curso han encandilado a espectadores de todo el mundo con su sublime interpretación de la rutina El desamor. Un ejercicio que no ha dejado de dar alegrías a Dennis González e Iris Tió, que al ritmo del Babe I'm gonna leave you de Led Zeppelin se ha impuesto no sólo en tres etapas de la Copa del Mundo, incluida la Superfinal disputada en la ciudad china de Xian, además de coronarse campeones de Europa.

Competiciones en las que la pareja española fue mejorando cada vez más y más su nota, una progresión que González y Tió no estaban dispuestos a ver truncada este viernes en Singapur, donde nadaron como nunca.

El júbilo de los campeones, tras conocer la nota de los jueces.

El júbilo de los campeones, tras conocer la nota de los jueces.EFE

Una emocionante interpretación que no dejó indiferente a nadie y, mucho menos, a los jueces, como reflejaron los impresionantes 188,7500 puntos, la nota más alta de todos los finalistas, que los españoles lograron en la interpretación artística.

Sentimiento al que Dennis González e Iris Tió unieron una precisión en la ejecución, que permitió a la pareja española compensar la menor dificultad de sus elementos, para contabilizar una puntuación total de 323,8563. Apenas cuatro décimas de punto -0,4125- que el dúo ruso, pero suficiente para arrebatar el oro a Maltsev y Platonova, que debieron conformarse con la medalla de plata con nota final de 323,4428 unidades.

Bronce para Gran Bretaña

Completó el podio la pareja británica integrado por Isabelle Thorpe, plata en los Juegos de París en el dúo femenino, y Ranjuo Tomblin, que se colgaron el bronce con un total 322,0583 puntos con una rutina brillante rutina plagada de riesgos.

Con el triunfo logrado en la final del dúo libre mixto la natación artística española contabiliza, a falta de la disputa de la final de la rutina acrobática por conjuntos, un total de ocho metales en la ciudad asiática, tras ganar tres oros, dos platas y tres bronces.

Una cifra inexplicable sin el concurso de Iris Tió, de 22 años y la nueva estrella del equipo español, que suma ya seis metales en Singapur, tres de ellos de oro, tras imponerse en la finales del solo libre y del dúo libre femenino, además de la victoria lograda este viernes junto con Dennis González.

Lilou Lluis e Iris Tió conquistan el oro en la final del dúo libre de natación artística, la séptima medalla en la disciplina

Lilou Lluis e Iris Tió conquistan el oro en la final del dúo libre de natación artística, la séptima medalla en la disciplina

Actualizado Jueves, 24 julio 2025 - 16:19

Dijo la seleccionadora nacional, Andrea Fuentes, cuando llegó al cargo, en septiembre del año pasado, que este curso sería de transición para la natación artística española, pues el objetivo real son los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028. Sin embargo, la explosión del equipo ha llegado antes y en este Mundial de Singapur las medallas se multiplican.

Lilou Lluis e Iris Tió hicieron sonar ayer de nuevo el himno español tras colgarse la medalla de oro en la final de la rutina libre del dúo femenino con una nota de 282,6087 puntos. La pareja española, que ya cerró en primera posición la ronda preliminar, aventajó en 3,8850 a las italianas Enrica Piccoli y Lucrezia Ruggiero, que lograron la plata con una puntuación de 278,7137. Completó el podio la dupla rusa integrada por Mayya Doroshko y Tatiana Gayay, que logró la medalla bronce con un total de 277,1117 puntos. La sonrisa no se va de la piscina.

Con el triunfo logrado en la final del dúo libre la natación artística española contabiliza un total de siete metales en la ciudad asiática, tras ganar dos oros, dos platas y tres bronces.

Lilou Lluis e Iris Tió, en la final de este jueves

Lilou Lluis e Iris Tió, en la final de este juevesNg Han GuanAp

Una cosecha inexplicable sin el concurso de Iris Tió, de 22 años, que suma ya cinco preseas en Singapur, incluidos dos oros, el que logró el pasado martes en la final del solo libre y el conquistado ayer. Sin embargo, la cosecha no ha terminado. Hoy se disputa la última de las finales de natación artística en la que España, si nada raro pasa, sumará la octava medalla.

El equipo selló ayer su clasificación para la final de la rutina de acrobacias con la segunda mejor nota de todos los participantes. Tan sólo se vio superado por China, que, con su impresionante ejercicio 'El alma de los Guerreros de Terracota', cerraron la ronda preliminar primera.