El nuevo Isco y el sueño de la primera final europea del Betis: "Quería este desafío, con rendimiento y liderazgo"

El nuevo Isco y el sueño de la primera final europea del Betis: “Quería este desafío, con rendimiento y liderazgo”

Cuatro Champions, tres Ligas, un Copa del Rey y un puñado de Supercopas lucen en el palmarés de Isco Alarcón, pero fueron éxitos casi de otra vida, en los que no siempre tuvo una participación decisiva. Por eso sueña con ganar la Conference League con el Betis, lo que pasa por estar de Breslavia el día 28 de mayo dejando en el camino a la Fiorentina. Ése es el reto que tiene «engorilado» al nuevo Isco: llevar al equipo que le resucitó a su primera final europea.

En él confía ciegamente un beticismo que le recibió con cierto escepticismo tras su polémico paso por el Sevilla pero al que se ha metido en el bolsillo. Es un estandarte fuera del campo, pero sobre todo su liderazgo lo ejerce en el césped. Con 11 goles y ocho asistencias desde diciembre, el malagueño está viviendo «una segunda juventud» a los 33 años y puede que el segundo momento más dulce de su carrera. Hay que remontarse a su segunda temporada en el Real Madrid, la 16/17 bajo las órdenes de Zidane, para encontrar una incidencia similar. Fue entonces cuando Sergio Ramos e Iker Casillas le apodaron 'Magia', un título que lleva tatuado en el bíceps.

En esta resurrección hay dos factores esenciales: su propio convencimiento y el de Manuel Pellegrini. Con el chileno explotó en el Málaga hace 12 años, en una temporada en la que marcó 12 goles y seis asistencias. «Me lo quise llevar al Manchester City, pero se metió el Real Madrid», confesaba el Ingeniero, un entrenador que, como valora Isco, «sigue apostando por esa figura del mediapunta». «Es mi padre futbolístico», no duda en proclamar.

Cambio físico

Pese a esta fe, Pellegrini quizá no hubiera convencido al Betis para firmarlo en el verano de 2023 si no fuera por la transformación que vivió el jugador. En 2022 sale del Real Madrid para firmar por el Sevilla por expreso deseo de Lopetegui, que antes de acabar la primera vuelta es cesado. Un encontronazo con Monchi provoca que se active su salida al Unión Berlín en el mercado de enero, pero el acuerdo se rompe el último día, el 31 de enero y se queda sin equipo.

Isco se vuelca entonces en una transformación física que ya había comenzado como sevillista. Fueron meses de largas sesiones de entrenamiento en el gimnasio y sobre el césped en las instalaciones que le cedía el CD San Fernando o en el jardín de su casa. No se permitió un respiro y se convirtió en un jugador más rápido: cuatro segundos cada 100 metros. Ese recurso hizo que su magia indiscutible con el balón aflorara con más intensidad.

Isco y Pellegri, durante una reciente rueda de prensa.

Isco y Pellegri, durante una reciente rueda de prensa.EFE

Ni el Betis, que el firmó en el verano de 2023, lo esperaba. Por eso le ofreció un año de contrato con opción a otro si jugaba un mínimo de 45 minutos en 25 partidos. Pellegrini, sí: «Cuando hablé con él me di cuenta de que quería este desafío y lo demostró, no solo por su rendimiento futbolístico, sino porque se involucra en la parte física y de liderazgo».

Apenas seis meses después, convertido en estandarte del equipo, el club le amplió el contrato hasta 2027. Incluso parecía que se le podían abrir las puertas de la Eurocopa de Alemania. Pero en mayo se rompió en peroné en un partido ante Las Palmas. Para entonces llevaba 9 goles y siete asistencias, cifras que no alcanzaba desde 2018.

En septiembre, tuvo que volver a pasar por quirófano y eso le ha llevado a perderse las 15 primeras jornadas de Liga y toda la fase de grupos de la Conference. Volvió a jugar el pasado 7 de diciembre, ante el Barça y en enero ya era titular indiscutible. Isco se ha hecho más fuerte, ha encontrado su lugar perfecto en el mundo y vuelve a disfrutar. "Ojalá hubiese venido antes", reconoce un jugador. Un ciclo de vida que quiere cerrar llevando al Betis al primer título europeo.

De Gea, el "extraterrestre" amante del pádel que deslumbra tras un año parado: "Nunca pensé en retirarme"

De Gea, el “extraterrestre” amante del pádel que deslumbra tras un año parado: “Nunca pensé en retirarme”

"Empecé en España, me formé en Manchester y disfruto en Italia". Ese fue el mensaje que David De Gea (Madrid, 1990) publicó en redes sociales después de dejar una actuación para el recuerdo con la Fiorentina, su nuevo equipo, ante el todopoderoso Milan. El portero no sólo atajó dos penaltis, a Theo Hernández y a Abraham, sino que de un pase largo suyo se originó la jugada del gol de la victoria para su equipo ante los rossoneros. Era la primera derrota milanista en los últimos cinco partidos.

Hay que destacar la última parte del mensaje del guardameta, "disfruto en Italia". Especialmente, teniendo en cuenta que David De Gea viene de un año de inactividad después de abandonar la disciplina del Manchester United en 2023, equipo que le sustituyó por el camerunés André Onana, un portero que fue muy cuestionado en sus inicios en los red devils.

Así, tras no llegar a un acuerdo con el United para renovar, De Gea se quedó sin equipo y, en un principio, no tuvo prisa en encontrarlo. Los primeros meses fueron de tomarse un respiro hasta que el gusanillo del fútbol volvió a meterse en el portero. Entonces, comenzó su preparación para volver a los terrenos de juego.

Recurrió a las instalaciones del Altrincham FC, club de la quinta división inglesa, cuya localización no quedaba lejos de su residencia en Manchester. Lo hizo con un preparador especializado recomendado por Richard Hartis, ex entrenador de porteros del Manchester United. Y también llegó a utilizar las infraestructuras de la Real Federación Española de Fútbol en Las Rozas así como algunas en Illescas, población donde residió cuando era pequeño. Los entrenamientos específicos los combinaba con el pádel, deporte del que es muy aficionado. "No he jugado, pero no he estado parado. Sabía que volvería un día y que tenía que volver a competir al máximo nivel", manifestó el portero.

Pese a la intensidad de sus sesiones, pasaban los mercados y De Gea seguía sin equipo. Se especuló con la posibilidad de Estados Unidos, concretamente el Inter de Miami de Leo Messi, y también con que podría decidirse por Arabia, de donde tenía ofertas del Al Nassr de Cristiano Ronaldo o el Al Shabab de Yannick Carrasco. Pero nada se concretaba.

467 días

La carrera futbolística de De Gea, a día de hoy, tras pasar por las manos de la agencia española de representación, YouFirst, con la que no terminó bien, y por las de Jorge Mendes, la maneja su abogado y amigo José Carlos Bouzas. Así que ambos esperaban la "oferta perfecta", según expresó el futbolista y llegó antes del cierre de la ventana de este verano, la tercera en la vida sin equipo de David De Gea. Habían pasado 410 días desde que dejó el United y 467 desde su último partido oficial, la derrota de FA Cup de 2023 ante el City de Guardiola.

"Tomé la decisión de tener un año para mi, pero no quería retirarme y por eso he seguido entrenando. Cuando llegó la oportunidad de la Fiorentina, un equipo, una ciudad y unos aficionados increíbles, fue una decisión muy fácil", expresó el propio De Gea en su presentación con el equipo viola.

Muchos de ellos acudieron en masa a la presentación del portero con su equipo. Uno sostenía una pancarta en la que se leía: "Podría parar el Titanic". Y De Gea les ha devuelto el cariño con una actuación de "locura" que ha dado la vuelta al mundo. "Extraterrestre", le han llamado los comentaristas del club al portero madrileño. La actuación, podría haber sido aún más internacional, si el portero del Girona, Paulo Gazzaniga, no hubiera elegido el mismo día para parar no dos sino tres penaltis en el partido ante el Athletic Club.

Anécdotas aparte, a De Gea le queda mucha cuerda a sus 33 años. Un portero que, pese a los rumores, dijo esto en su presentación: "Nunca pensé en retirarme, pero era difícil encontrar motivaciones tras jugar en el Manchester United". Los red devils seguirán siendo el equipo de su corazón, pero mientras, le toca seguir disfrutando del fútbol y haciendo disfrutar. "En mi primer entrenamiento, uno de los porteros jóvenes me dijo que era un sueño compartir cancha conmigo", reveló el guardameta. Más si mantiene este nivel.

Mendilibar entra en el Olimpo con el Olympiacos, primer título europeo para un equipo griego en la historia

Mendilibar entra en el Olimpo con el Olympiacos, primer título europeo para un equipo griego en la historia

Se puede decir que el fútbol nació en Grecia. Quizás no el deporte como lo conocemos hoy, pero reconoce la FIFA que el Episkyros, palabra que significa defensor, es una de las primeras formas que representan a este juego como se puede ver en un relieve de entre 375-470 a. C.

Pues desde entonces, o mejor dicho, nunca, el fútbol griego había obtenido algún título europeo en lo que a clubes se refiere. El Panathinaikos jugó y perdió una Copa de Europa en 1971. Y la Eurocopa de 2004 sigue siendo el mayor éxito, no pequeño, de este deporte en el país que inventó la democracia.

Ha tenido que venir un entrenador vasco de 63 años, ya de vuelta de muchas cosas, pero con la ilusión renovada de un niño para introducir a Olympiacos en el Olimpo, aunque suene redundante, y de paso introducirse él, Jose Luis Mendilíbar Etxebarria, quizás no por la puerta más grande, pero tampoco por la de servicio.

Mendilibar aplaude a los suyos.

Mendilibar aplaude a los suyos.ARIS MESSINISAFP

Los doce trabajos de Heracles fueron un reto mayúsculo para el semidios hijo de Zeus y la reina mortal Alcmena. Tampoco era pequeño coger al explosivo equipo griego, con tres entrenadores despedidos esta temporada, y clasificarlo tercero en la Superliga Griega y meterlo en la final de la Conference League. Para, tras una durísima final, ganarla.

No fue un camino fácil, como Heracles, Mendilibar tuvo que vencer al León húngaro (Ferencvaros), después terminar con la hidra israelí (Maccabi Tel Aviv) al que tuvo que remontar un 1-4 con un histórico 1-6, después domó al toro turco (Fenerbahce) y acabó con el villano inglés (Aston Villa) hasta llegar a las puertas del Olimpo.

La última prueba era la más complicada. Equipo italiano de (Vincenzo) Italiano pero, por reiterativo que parezca, con buen pie y con poca actitud defensiva. De los cinco medios, el viejo conocido de la afición española, Arthur Melo, ex del Barcelona, era el menos ofensivo de los centrocampistas. Toda una declaración de intenciones. Las puertas del Olimpo primero había que defenderlas y luego conquistarlas.

Así el primer héroe fue Tzolakis, que no resultó portero, sino un muro para impedir a la Fiorentina entrar en ese Olimpo que estaba reservado para ellos. Las manos que sacó a Bonaventura en la primera parte y a Kouame en la segunda, bien valían un título. Luego hay que destacar a Iborra, ese viejo soldado que se apunta a todas las guerras y que tuvo un cabezazo para adelantar a los suyos en el 80.

El éxito esperaba al final del camino, para un entrenador más habituado a evitar descensos que a pelear por títulos, pero la experiencia de Sevilla le permitió las dos cosas y ambas las consiguió. ¿Por qué no repetir éxito? Porque no es fácil. Porque antes que él sólo cinco lo han conseguido.

Los cinco héroes

El primero Nereo Rocco en 1968 (Recopa) y 1969 (Copa de Europa), luego Bob Paisley con el Liverpool en el 76 (UEFA) y en el 77 (Copa de Europa). Giovanni Trapattoni conseguiría los mismos trofeos que Rocco en el 83 y el 84 con la Juventus. Y luego entramos en este siglo y nos encontramos a otro español, Rafa Benítez, que consiguió la UEFA con el Valencia en el 2004 y la Champions en 2005. Por último debemos referirnos a la UEFA de 2003 y la Champions de 2004 del Oporto de José Mourinho. Precisamente, el último entrenador al que venció Mendilibar y al que arrebató la Europa League con el Sevilla el año pasado.

A ese trofeo accederá el Olympiacos gracias a otro héroe del que ya avisó el entrenador italiano en la previa. El peligro es El Kaabi, lo era. Como lo fue Aquiles en Troya. 33 goles en la temporada, 11 de ellos en Conference, 5 en Europa League y 17 en la Superliga griega. El mirmidón marroquí metió a Olympiacos en el Olimpo en el minuto 116 de partido y dejó a la Fiorentina, de nuevo, con la miel en los labios. Segunda final perdida seguida. 63 años han pasado de su último título europeo. Los hados eran griegos.