El Real Madrid se da una alegría y tumba al líder en París

El Real Madrid se da una alegría y tumba al líder en París

Actualizado Martes, 17 diciembre 2024 - 23:38

La visita a la pista del líder de la Euroliga se saldó con el tercer triunfo a domicilio de la temporada para el Real Madrid, que firmó en el Adidas Arenas su actuación más completa del curso. Facundo Campazzo (19 puntos, seis asistencias) y Walter Tavares (10 puntos, 14 rebotes, tres tapones) acabaron con la resistencia del Paris Basketball, que hasta ese momento sólo había inclinado una vez la rodilla como local. [Narración y estadísticas (85-96)]

Tras la debacle ante el Zalgiris, Chus Mateo dejó fuera de la convocatoria a Xavier Rathan-Mayes y sin un solo minuto a Serge Ibaka. Una pequeña revolución para este grupo tan necesitado de rearme anímico. La baja de última hora de TJ Shorts, que venía promediando 19,3 puntos y 7,9 asistencias, supuso otro alivio para la defensa blanca, que venía haciendo aguas desde septiembre.

Pese a la ausencia del base, el equipo de Tiago Splitter amenazó desde el perímetro gracias a la inspiración de Maodo Lo (30 puntos, siete asistencias), indetectable durante los primeros minutos. Tras el intercambio de golpes, el Madrid empezó a hacerse sentir gracias a la intensidad de Andrés Feliz y Usman Garuba, estandartes de la segunda unidad, tan fuera de onda en las últimas semanas.

La frescura de Hezonja

El Paris Basketball se sostenía gracias a los triples de Nadir Hifi (16 puntos al descanso), pero el vigente subcampeón replicaba con algo más que consistencia. Al control de los tableros (49 rebotes, 18 más que el rival) había que añadir la frescura de Mario Hezonja (17 puntos). Un balón de oxígeno para el genio croata, otro de los señalados ante Fenerbahçe y Zalgiris.

Con ocho triples al descanso, el Madrid lucía un aspecto más jovial, mientras los franceses sólo reunían acciones aisladas. Aun así, con un triple de Hifi, el Madrid sintió otra vez el vértigo a 3:31 para el final (78-80). Entonces, un 2+1 de Campazzo, un triple de Hezonja y el acierto desde el tiro libre de Gabriel Deck hicieron añicos cualquier atisbo de remontada.

No hubo opción para la fatalidad, como ante el Maccabi o el Asvel. El Madrid pudo disfrutar de un desenlace tranquilo, mientras los 8.000 espectadores daban por perdido el liderato, que pasa ahora a manos del AS Mónaco. El equipo de Vassilis Spanoulis, reciente sustituto de Sasa Obradovic, rinde visita el jueves al WiZink Center.

El fervor y Nikola Mirotic

El fervor y Nikola Mirotic

Actualizado Domingo, 15 diciembre 2024 - 18:15

Cuando acabó el Barcelona-Olimpia Milán el viernes, en el programa posterior en Movistar+, el vigente seleccionador nacional Sergio Scariolo definió a Nikola Mirotic: "Se puede ser un gran competidor si tener ese punto de HdP". Tales letras mayúsculas no se referían a los apellidos de este columnista, si no como bien barruntan, aludía a la condición de ferocidad extrema que parece que tiene que ir irrevocablemente asociada a los grandes deportist

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El Barça colapsa ante el Olimpia Milán y cae por tercer partido consecutivo en el Palau

El Barça colapsa ante el Olimpia Milán y cae por tercer partido consecutivo en el Palau

Actualizado Viernes, 13 diciembre 2024 - 23:10

El Olimpia Milán, liderado por Zach Leday (33 puntos, cuatro rebotes, ocho faltas recibidas), deshilachó al Barça con un parcial de 5-30 en el tercer cuarto, decisivo para un choque marcado por el regreso de Nikola Mirotic (19 puntos). El alero fue ovacionado por su antigua afición, que despidió con pitos a su equipo tras la tercera derrota consecutiva en Euroliga en el Palau. [Narración y estadísticas (81-94)]

El grupo de Joan Peñarroya, diezmado por las bajas de Nico Laprovittola, Chemezie Metu, Raul Neto y Alex Abrines, sumó así la quinta derrota en los últimos seis partidos de Euroliga ante un rival directo, que ya suma nueve triunfos, uno más que los azulgrana. Pero en el 'día Mirotic', que no pisaba el Palau desde el 18 de junio de 2023, el mejor fue Leday, que con su 4 de 4 en triples y su superioridad física en la pintura dejó en evidencia a la débil defensa local.

El Barça arrancó con bien pie, gracias a un juego coral -con siete asistencias en los primeros 10 minutos-, lo que le permitió situarse con de ocho puntos de ventaja al final del primer cuarto (24-16) gracias a un triple final de Darío Brizuela, de vuelta tras su lesión en el psoas. En el segundo cuarto se igualó la contienda. Mirotic regresó a pista y castigó a Joel Parra, ya fuera en el poste bajo o desde el perímetro, mientras que los triples empezaron a entrarle al Milán de la mano de Armoni Brooks y Leday.

Dinamita desde el triple

Pese a ello, el bloque de Ettore Messina nunca se puso por delante antes del descanso. Y cuando el Barça, acertado desde el perímetro, andaba desnortado en ataque, apareció el imprevisible Justin Anderson con cinco puntos para dar aire a su equipo, que llegó a la pausa con una ventaja de tres (43-40).

En la reanudación, ambos equipos endurecieron las defensas. A Mirotic le costaba encontrar el aro, lo dio aire al Barça, muy intenso atrás, que llegó a gozar de una renta de nueve puntos (55-46, min.25) gracias a la aportación de Tomas Satoransky y un triple de Juan Núñez.

Pero la tranquilidad le duró al equipo de Peñarroya lo que tardaron los lombardos en dinamitar el tercer cuarto desde la línea de 6,75 metros. Los triples de Fabien Causeur, Leday -en dos ocasiones-, Shavon Shields y Neno Dimitrijevic impulsaron al conjunto lombardo, que en cinco minutos y 25 segundos encadenó un escandaloso parcial de 5-30, que dejó al Barça periodo con una desventaja de 16 puntos (60-76). Un abismo ya imposible de recuperar, pese a los fogonazos de un irregular Kevin Punter (21 puntos).

Un Real Madrid desquiciado: expulsión de Chus Mateo y paseo del Zalgiris en el WiZink

Un Real Madrid desquiciado: expulsión de Chus Mateo y paseo del Zalgiris en el WiZink

Dzanan Musa y Mario Hezonja aguardaron en mitad de la pista el chaparrón de la enésima derrota, conversando como si supieran de qué se trata, qué es lo que no funciona en este Real Madrid que les debe pertenecer. La sensación es ahora de equipo quebrado, sin alma y sin solución. El Zalgiris, ese rival habitualmente propicio, fue también demonio, de pesadilla en pesadilla hasta el hundimiento: hay que mirar muy abajo para encontrar a los blancos en la tabla de clasificación. [83-92: Narración y estadísticas]

Fue una noche de pura frustración. De protestas y técnicas, de Chus Mateo expulsado en el tercer cuarto. Pero, sobre todo, fue una noche de completa inferioridad ante el rival. Los lituanos dominaron cada resquicio del duelo, baloncestístico y mental. Arrollaron en la primera mitad impulsados por el acierto y la calidad de Lonnie Walker y ni sufrieron en la segunda entregados a Sylvain Francisco. Lo peor, de largo, es la sensación de aceptación del fracaso: la pitada de las tribunas del WiZink fue mínima tras la tercera derrota seguida, la novena en lo que va de curso europeo. Lo nunca visto.

El algoritmo de Chus Mateo demanda energía, actitud y acierto para volver a resolver problemas y ganar partidos, para ser la receta del éxito de hace no tanto. En vez de eso, el equipo se envuelve en la capa de incertidumbre y depresión, se autoconvence de su pujanza perdida (tan evidente que esa plantilla perdió mucho más que ganó este verano...), y se refugia en la paciencia, en lo largo del camino. Pero verse a finales de diciembre tan abajo, lejísimos de la cabeza de la Euroliga, no ayuda ni al colectivo ni a los señalados.

Y este Madrid que sólo ha ganado un partido a domicilio (en Barcelona tras dos prórrogas), se comprueba ahora sufriendo con cualquiera, perdiendo en la cancha del Asvel, o 19 (35-54) abajo en un ratito con el Zalgiris. Rivales que eran 'victoria' segura. Como para pensar en la Final Four.

Chus Mateo, camino del vestuario tras su expulsión.

Chus Mateo, camino del vestuario tras su expulsión.Kiko HuescaEFE

A Mateo se le ha agotado hasta el comodín de las lesiones. Con toda la plantilla al completo (Hugo González se quedó fuera de la convocatoria), afrontó al Zalgiris de Andrea Trinchieri -una de las revelaciones, la mejor defensa del torneo- tras dos derrotas seguidas en Europa interrumpidas el domingo por el alarde liguero ante Unicaja. Un espejismo. Ni atisbo de reacción, de algo que cambie el rumbo de la mediocridad, que propicie un despegue del que cada vez hay más dudas de que vaya a llegar antes de que sea demasiado tarde.

La puesta en escena fue aterradora. Si Walker IV acaparaba los focos, en el descanso ya acumulaba 21 puntos. No sólo era el talento del ex NBA que fue pretendido por el Madrid, era la actitud que tenía enfrente, una desidia defensiva que el Zalgiris aprovechaba para pasearse en el WiZink: el peor equipo ofensivo se marchó al descanso con 54 (una lluvia de triples) en su casillero ante un Madrid desencajado. Errores flagrantes, protestas, técnicas y sólo Llull asomando a base de orgullo.

Sin reacción

Ya el Efes hace unos días se zampó al Madrid en el Palacio en otra primera mitad para olvidar que ni la reacción posterior pudo tapar. Para remontar hay que creer, principalmente en uno mismo. Y a la vuelta, pese al 8-1 de salida, otra vez la desesperación, que se tradujo en la enésima técnica, en la expulsión de Chus Mateo y en un marcador que no menguaba pese a que Musa intentará ponerse la capa de súper héroe. En cuanto se sentaron Campazzo y Tavares, todo era fango.

Y ahí el Madrid se enredó como un elefante, lento, sin ideas, sin esa chispa que transformaba el Palacio en un lugar donde todo podía ocurrir. Ya no hay magia. Los blancos son un grupo en el diván que ni reacciona a las banderillas: dos triples más de los lituanos y la clase de Francisco hicieron arrojar la toalla. Otra noche para olvidar.

Siempre nos quedaba París

Siempre nos quedaba París

Actualizado Domingo, 8 diciembre 2024 - 17:43

Anhelo del baloncesto europeo y referencia cinematográfica alterada. Paris Basketball es líder de Euroliga: Tiago Splitter mejor entrenador de otoño, muchos directivos no intuyeron que podía serlo. TJ Shorts es el base, líder y proyecto de MVP, con sólo 1,75 metros juega tan rápido que cuando tira no le da tiempo a los rivales a saltar. Sólo sacan de fondo. Cerca de Trocadero hay otras torres haciendo baloncesto muy serio. Los parisinos han descu

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Un Madrid sin rumbo naufraga ante el Fenerbahçe

Un Madrid sin rumbo naufraga ante el Fenerbahçe

Actualizado Jueves, 5 diciembre 2024 - 23:04

El sexto y último triple de Nigel Hayes-Davis, con el reloj casi a cero, soliviantó a la afición del WiZink, que despidió al Real Madrid con algunos pitos tras su octava derrota en 14 jornadas de la Euroliga. Dos días después de su derrota en el último segundo en Villeurbanne, los blancos naufragaron sin remedio ante el equipo de Sarunas Jasikevicius, liderado por el ex alero del Barça, autor de 33 puntos. [Narración y estadísticas (70-82)]

Por segundo año consecutivo, el equipo de Estambul se llevó el triunfo del WiZink, ahondando en la crisis del Madrid. Tras un arranque esperanzador, los locales volvieron a ofrecer un nivel muy pobre. No sólo a la hora de mostrar una mínima competitividad defensiva, sino a nivel anímico. Al triunfo en el Palau, después de dos prórrogas, le siguen estos tres tropiezos consecutivos (Joventut, Asvel y Fenerbahçe).

Del 20-12 con el que se cerró el primer cuarto, gracias a algunos destellos de Sergio Llull y Facundo Campazzo, se pasó a un parcial de 4-20, cerrado con un triple de Nicolo Melli. Las dudas volvían a acechar al vigente subcampeón del torneo, con el rumbo cada día más perdido.

Tortura y desesperación

De los vestuarios asomó el Madrid con cierto empaque, apretando para fortificar su aro auxiliado por Walter Tavares. El pívot no solo cerró la puerta de los suyos, sino que además encadenó seis puntos seguidos. Aun así, acabó recuperando la compostura el Fenerbahçe hasta tal punto que, de manera silenciosa y desprovisto de arabescos innecesarios, acumuló un 0-9 para lograr una renta de 13, la mayor del enfrentamiento, a la media hora (47-60, m.30).

No frenó ahí la tortura ya que el cuarto decisivo se inició con un triple de Hayes-Davis, quien durante toda la tarde dio la sensación de encontrarse en el patio de su casa, haciendo diana con una fluidez pasmosa. Las circunstancias adversas no hicieron que el Madrid bajara los brazos. De hecho, por momentos amagó con acercarse y dejó un par de mates de bella factura, especialmente uno de Mario Hezonja de espaldas.

Pero así como el curso pasado daba la sensación de que el equipo era capaz de remontar en cualquier situación, por muy mal que pintase, en este el panorama es completamente opuesto, dejando incluso imágenes de desesperación como la del propio Hezonja, expulsado tras dos técnicas consecutivas. El Fenerbahce, con oficio, cerró un triunfo merecido y aumentó las dudas de un rival que cada vez preocupa más.

Campazzo y Tavares reinan en la agonía del Palau y el Real Madrid se impone al Barça tras dos prórrogas

Campazzo y Tavares reinan en la agonía del Palau y el Real Madrid se impone al Barça tras dos prórrogas

La primera victoria a domicilio de lo que va de Euroliga tuvo que ser en el Palau, lugar de resurgir para el Real Madrid, de encontrarse consigo mismo en esta temporada de vaivenes, dudas y derrotas. En una batalla agónica, insoportablemente igualada, que se resolvió en la segunda prórroga, Campazzo y Tavares lideraron la resistencia blanca para un triunfo que pretender ser resorte. [90-97: Narración y estadísticas]

Pudo el Madrid con toda la pujanza del Barça, con Jan Vesely y Kevin Punter, con el agotamiento y con su propias incógnitas. Sobrevivió a un encuentro que le parecía esquivo, con un triple de Campazzo (18 puntos, 10 asistencias) que forzó el primer tiempo extra. Y en el trance, tirando de orgullo y de esos dos jugadores sobre los que construir un imperio, acabaron traspasando la crisis a lo de Joan Peñarroya, que ahora enlazan tres tropiezos seguidos en Europa.

Hubieran sido siete derrotas ya para el Madrid, las mismas que durante toda la temporada pasada en Euroliga. Pero supo pelear sin brillantez y sin alegría, avanzar en el fango que propuso con su energía defensiva y su querencia por el rebote ofensivo el Barça y, al cabo, tomar un poco de aire. Hace 20 años que la Final Four no se queda sin al menos un equipo español y la sensación, hoy por hoy, es que eso puede volver a suceder este curso. Porque, pese a lo intenso del segundo clásico del curso, ninguno anda para fiestas. Lo demostraron en el Palau, una noche de miedos, de equipos que buscaban el resorte del que escapar de su grisura.

Desde bien pronto parecieron dos equipos maniatados, las defensas por encima de las osadías. El Madrid amaneció centrado, con Rathan-Mayes con las pilas puestas ante Punter y dos triples para una primera ventaja que fue un espejismo (8-17). Porque la segunda unidad del Barça abusó de un Andrés Feliz que no está para nada y la noche se dio la vuelta enseguida (31-25), justo en el momento en que Raulzinho Neto debutó de azulgrana: el primer balón que tocó fue un triple desde la esquina.

Justin Anderson

Cuando el panorama lo definen los recelos y la igualdad, nadie como Vesely, con su sabiduría y agresividad infinita, dueño de la escena. Es capaz de mirar a los ojos a Tavares y eso pocos lo consiguen. Firmó una primera parte estupenda.

Barça y Madrid siguieron cabalgando de la mano, con pequeños arreones que no iban a ningún sitio. Hezonja anotó los 12 primeros puntos blancos tras el descanso (15 en total en el cuarto), pero la segunda unidad de Peñarroya, eminentemente española (Núñez, Brizuela, Parra...), funcionaba con solvencia.

Tavares lucha por un rebote en el Palau, ante el Barça.

Tavares lucha por un rebote en el Palau, ante el Barça.Enric FontcubertaEFE

Cuando ambos se plantaron en la recta de meta, como dos ciclistas que se tantean, al Madrid de repente se le aparecieron todos sus fantasmas. Y Punter, agazapado y bien defendido hasta esa hora de la verdad. Ocho puntos en tres minutos del ex de Partizan encarrilaron lo que parecía el triunfo, aunque Campazzo, en sus tejemanejes mutuos con Justin Anderson, empujón incluido, le silenció con un triple para llevar el partido a la prórroga (Jabari falló después). Ahí siguió la simetría, insoportable, ahora un Punter contra Campazzo-Tavares, muchos nervios y situaciones inverosímiles, incluso arbitrales, que desembocaron en el segundo tiempo extra.

Y ahí, como dos púgiles en el round 15, valió la conexión Campazzo-Tavares, partido monstruoso -el pívot acabó con 24 puntos y 18 rebotes- de ambos para una victoria que quizá valga más de lo que parece.

Un pequeño alivio ante el colista: el Real Madrid reacciona sin alardes ante el Alba

Un pequeño alivio ante el colista: el Real Madrid reacciona sin alardes ante el Alba

Era alivio o crisis, un respiro o más nubes negras. Fue lo primero, pero sin alardes. El Real Madrid, el de las cuatro derrotas en los últimos cinco partidos de Euroliga, resolvió la papeleta sin apuros ante el colista Alba. Un festival ofensivo en el que, sin embargo, quedó el borrón de una primera mitad en la que los de Chus Mateo olvidaron el pilar de la defensa. [98-84: Narración y estadísticas]

El Madrid recuperó, antes de lo previsto, a Dzanan Musa. Con lo que ya sólo resistía en la enfermería Garuba. Y, como para cambiar la inercia negativa, introdujo cambios en el quinteto, con Rathan-Mayes y Hugo González de inicio y Hezonja al cuatro. Pero no fue el equipo con colmillo ni fluidez que pretendía.

Fue un equipo otra vez indolente e inseguro. Que avanzaba a arreones ante un rival muy débil, tan plagado de bajas como osado en el WiZink, creciéndose el Alba (con su gurú Aíto en primera fila) según comprobaba que el rival no le tumbaba. Los alemanes, con el talento Procida desatado, anotaron 55 puntos (nueve triples) en la primera parte. A mitad del segundo acto asestaron un parcial de 2-15 a un Madrid pasivo, que las veía venir y contestaba sólo en ataque.

Rathan-Mayes, defendido por Procida.

Rathan-Mayes, defendido por Procida.JUANJO MARTINEFE

Hace unos días el Efes sacó los colores también en el Palacio y era una situación insostenible. Así que volvió el pie al acelerador, la energía a impulsos. Y con otro parcial (19-4), con Campazzo ya a tope (otro recital) y Rathan-Mayes anotando como se espera de él, gozó el Madrid de su primera ventaja cómoda. El Alba se había dejado en los vestuarios su acierto y el partido, con muy poquito del Madrid, empezaba a morir.

Y eso que Andrés Feliz, en los descansos de Campazzo, se empeñó en mostrar una versión horrible. No así Ibaka, especialmente entonado en ataque, la puntilla a un duelo desangelado (seis jugadores blancos por encima de la decena de puntos), demasiado plácido como para sacar conclusiones, que al menos le sirvió al Madrid para escapar de los puestos más bajos de la tabla a la espera de la próxima cita, el jueves en el Palau ante el Barça.

El Real Madrid toca fondo: también pierde en casa ante un Efes que llegó a ganar por 27

El Real Madrid toca fondo: también pierde en casa ante un Efes que llegó a ganar por 27

Fue una noche amarga de principio a fin en el WiZink, aunque en mitad de toda la derrota ante el Anadolu Efes hubiera unos minutos de euforia, un espejismo camino de una remontada que no fue. Porque era realmente complicado, porque todo lo anterior había sido una herida demasiado profunda. La primera derrota en casa, que deja una grave nota a pie de página (el Madrid fue perdiendo de 27...), hurga en la herida de un equipo que no sabe lo que es ganar a domicilio, que no recupera el aliento en esta Euroliga que le comprueba tan extrañamente hundido. [64-74: Narración y estadísticas]

No sirvió ni la heroica, ni el empeño de Campazzo. No hubo remontada como punto de inflexión ni éxtasis final. Sí una derrota que hace pensar en los defectos de un equipo que no consigue fluir, que se quedó en 64 puntos y malísimas sensaciones. Tan fuera de sí como Llull o el propio Campazzo al final, rostros de la impotencia.

La noche en el WiZink había estado marcada por el retorno de Vincent Poirier, por el emocionante recibimiento a quien dejó huella en sus tres temporadas de blanco formando una pareja única de pívots con Tavares. Y por el recuerdo del duelo de las cuatro prórrogas del curso pasado el día de Reyes. Pero también por el horrible arranque del Madrid (4-19, dos canastas en nueve minutos, 10 triples fallados...), deseperado por el errático amanecer de Hezonja (y después de Rathan-Mayes, que ya ni volvió tras un golpe en la frente...) y por el dominio de Darius Thompson.

Desastre

Prolongado el desastre en el segundo acto, donde todo lo que podía salir mal era aún peor para un Madrid irreconocible. Fallaba y fallaba triples, con una desidia asombrosa en su baloncesto, sin nadie que pusiera orden ni cordura ante un Efes sin Larkin que se paseaba en el WiZink. Al poco de cometer la tercera falta Tavares, Elijah Bryant alargó una máxima para frotarse los ojos (18-45). Lo nunca visto en el Palacio.

Llull, ante el Efes en el WiZink.

Llull, ante el Efes en el WiZink.JUANJO MARTINEFE

Tocaba la épica. Y eso suele ser como música para los oídos del Madrid. Resurgir de los abismos, apelar a la locura, presión a toda cancha, Campazzo revolucionando el juego (junto a su compinche Deck) y Hezonja reconciliándose con las tribunas. Es un jugador el croata capaz de hacerse odiar y enamorar en un mismo partido, de sacar de quicio o de levantar de la butaca. Acertó al octavo triple y luego culminó un mate tremendo a aro pasado. Estaba en su salsa y el Efes empezaba a temblar (45-54).

Había encajado apenas 11 puntos en el tercer acto, pero el trabajo estaba a medio hacer por el Madrid. El 0-5 de salida puso aún más fuego, aunque el Efes se rehízo mínimamente para alargar lo que ahora era su agonía. Llull erró el tiro libre que hubiera igualado la noche (62-63, min 36) y Derek Willis se convirtió en el elemento inesperado en la fiesta con un triple clave y sus agresivas defensas sobre Tavares. Beaubois lo puso todavía más difícil (62-69 a falta de 2:23) y Hezonja y Campazzo erraron después. La remontada se quedó en nada, en la primera derrota en casa, en todas las malas sensaciones de vuelta, en un equipo sin rumbo.

El Barça se sostiene en la montaña rusa de Belgrado

El Barça se sostiene en la montaña rusa de Belgrado

Actualizado Miércoles, 13 noviembre 2024 - 21:07

El Barça salió líder de Belgrado tras firmar una exhibición ofensiva ante el Partizan que le llevó a una máxima ventaja de 23 puntos mediado el tercer cuarto (42-65) y recuperarse de un colapso mental y de juego que casi le cuesta el partido. Kevin Punter (18 puntos) y Jabari Parker (17 puntos, siete rebotes) lideraron las operaciones para el equipo de Joan Peñarroya, que hace unas semanas salió también victorioso del temible Belgrade Arena. [Narración y estadísticas (79-87)]

Y eso que arrancó mejor el equipo de Zeljko Obradovic, gracias a su acierto inicial en el triple y unos buenos minutos en ataque de Carlik Jones que abrieron una brecha de 10 puntos (21-11, min.6). La irrupción de Juan Núñez al inicio del segundo cuarto recuperaría la fluidez ofensiva para su equipo, que se ponía por delante con un 2+1 de Jan Vesely (25-26, min.12).

A partir de ahí, el Barça fue un vendaval, con una defensa que ahogaba la ofensiva balcánica para correr sin piedad. Así llegaron los triples de Parker (13 puntos en la primera mitad), los mates de Chimezie Metu y una última penetración sobre la bocina de Darío Brizuela que culminaban un parcial de 3-18 para el 35-49 en el descanso.

Desde el tiro libre

El Barça seguiría abriendo brecha tras la reanudación, con cinco puntos de Kevin Punter, ídolo local durante tres temporadas y MVP del mes de octubre en la Euroliga. Obradovic, obligado a parar el partido en dos ocasiones (42-65, min.25), parecía ocupado simplemente en evitar el bochorno ante su afición.

El Partizan acumulaba pérdidas y errores en el lanzamiento exterior (0/7 de Gabriel Lundberg en tiros de campo) pero su rival entró muy pronto en bonus de faltas y los locales se volvieron a meter en el partido desde la línea de tiros libres. Sterling Brown y Jones sumaban demasiado fácil para los de Belgrado y un triple a tabla al límite de la posesión de Brandon Davies reanimaba a la volcánica afición local.

El triple de Abrines

El encuentro entró en un último cuarto infernal en el que el Barça se fue a un fundido a negro que casi le cuesta la victoria. Justin Anderson y Punter eran los únicos que acertaban en la canasta contraria, mientras que el Partizan empezó a sumar de tres en tres, con Duane Washington, Frank Ntilikina y Aleksej Pokusevski anotando desde los 6,75 y Lungberd metiendo sus cinco primeros puntos para el 79-80 a falta de 1:40.

Pero entonces, apareció de nuevo Punter -máximo anotador del choque con 18 puntos- para sacar su carácter de MVP y también Alex Abrines, autor de un triple desde la esquina para aniquilar definitivamente la reacción local.