Un Madrid sin rumbo naufraga ante el Fenerbahçe

Un Madrid sin rumbo naufraga ante el Fenerbahçe

Actualizado Jueves, 5 diciembre 2024 - 23:04

El sexto y último triple de Nigel Hayes-Davis, con el reloj casi a cero, soliviantó a la afición del WiZink, que despidió al Real Madrid con algunos pitos tras su octava derrota en 14 jornadas de la Euroliga. Dos días después de su derrota en el último segundo en Villeurbanne, los blancos naufragaron sin remedio ante el equipo de Sarunas Jasikevicius, liderado por el ex alero del Barça, autor de 33 puntos. [Narración y estadísticas (70-82)]

Por segundo año consecutivo, el equipo de Estambul se llevó el triunfo del WiZink, ahondando en la crisis del Madrid. Tras un arranque esperanzador, los locales volvieron a ofrecer un nivel muy pobre. No sólo a la hora de mostrar una mínima competitividad defensiva, sino a nivel anímico. Al triunfo en el Palau, después de dos prórrogas, le siguen estos tres tropiezos consecutivos (Joventut, Asvel y Fenerbahçe).

Del 20-12 con el que se cerró el primer cuarto, gracias a algunos destellos de Sergio Llull y Facundo Campazzo, se pasó a un parcial de 4-20, cerrado con un triple de Nicolo Melli. Las dudas volvían a acechar al vigente subcampeón del torneo, con el rumbo cada día más perdido.

Tortura y desesperación

De los vestuarios asomó el Madrid con cierto empaque, apretando para fortificar su aro auxiliado por Walter Tavares. El pívot no solo cerró la puerta de los suyos, sino que además encadenó seis puntos seguidos. Aun así, acabó recuperando la compostura el Fenerbahçe hasta tal punto que, de manera silenciosa y desprovisto de arabescos innecesarios, acumuló un 0-9 para lograr una renta de 13, la mayor del enfrentamiento, a la media hora (47-60, m.30).

No frenó ahí la tortura ya que el cuarto decisivo se inició con un triple de Hayes-Davis, quien durante toda la tarde dio la sensación de encontrarse en el patio de su casa, haciendo diana con una fluidez pasmosa. Las circunstancias adversas no hicieron que el Madrid bajara los brazos. De hecho, por momentos amagó con acercarse y dejó un par de mates de bella factura, especialmente uno de Mario Hezonja de espaldas.

Pero así como el curso pasado daba la sensación de que el equipo era capaz de remontar en cualquier situación, por muy mal que pintase, en este el panorama es completamente opuesto, dejando incluso imágenes de desesperación como la del propio Hezonja, expulsado tras dos técnicas consecutivas. El Fenerbahce, con oficio, cerró un triunfo merecido y aumentó las dudas de un rival que cada vez preocupa más.

Campazzo y Tavares reinan en la agonía del Palau y el Real Madrid se impone al Barça tras dos prórrogas

Campazzo y Tavares reinan en la agonía del Palau y el Real Madrid se impone al Barça tras dos prórrogas

La primera victoria a domicilio de lo que va de Euroliga tuvo que ser en el Palau, lugar de resurgir para el Real Madrid, de encontrarse consigo mismo en esta temporada de vaivenes, dudas y derrotas. En una batalla agónica, insoportablemente igualada, que se resolvió en la segunda prórroga, Campazzo y Tavares lideraron la resistencia blanca para un triunfo que pretender ser resorte. [90-97: Narración y estadísticas]

Pudo el Madrid con toda la pujanza del Barça, con Jan Vesely y Kevin Punter, con el agotamiento y con su propias incógnitas. Sobrevivió a un encuentro que le parecía esquivo, con un triple de Campazzo (18 puntos, 10 asistencias) que forzó el primer tiempo extra. Y en el trance, tirando de orgullo y de esos dos jugadores sobre los que construir un imperio, acabaron traspasando la crisis a lo de Joan Peñarroya, que ahora enlazan tres tropiezos seguidos en Europa.

Hubieran sido siete derrotas ya para el Madrid, las mismas que durante toda la temporada pasada en Euroliga. Pero supo pelear sin brillantez y sin alegría, avanzar en el fango que propuso con su energía defensiva y su querencia por el rebote ofensivo el Barça y, al cabo, tomar un poco de aire. Hace 20 años que la Final Four no se queda sin al menos un equipo español y la sensación, hoy por hoy, es que eso puede volver a suceder este curso. Porque, pese a lo intenso del segundo clásico del curso, ninguno anda para fiestas. Lo demostraron en el Palau, una noche de miedos, de equipos que buscaban el resorte del que escapar de su grisura.

Desde bien pronto parecieron dos equipos maniatados, las defensas por encima de las osadías. El Madrid amaneció centrado, con Rathan-Mayes con las pilas puestas ante Punter y dos triples para una primera ventaja que fue un espejismo (8-17). Porque la segunda unidad del Barça abusó de un Andrés Feliz que no está para nada y la noche se dio la vuelta enseguida (31-25), justo en el momento en que Raulzinho Neto debutó de azulgrana: el primer balón que tocó fue un triple desde la esquina.

Justin Anderson

Cuando el panorama lo definen los recelos y la igualdad, nadie como Vesely, con su sabiduría y agresividad infinita, dueño de la escena. Es capaz de mirar a los ojos a Tavares y eso pocos lo consiguen. Firmó una primera parte estupenda.

Barça y Madrid siguieron cabalgando de la mano, con pequeños arreones que no iban a ningún sitio. Hezonja anotó los 12 primeros puntos blancos tras el descanso (15 en total en el cuarto), pero la segunda unidad de Peñarroya, eminentemente española (Núñez, Brizuela, Parra...), funcionaba con solvencia.

Tavares lucha por un rebote en el Palau, ante el Barça.

Tavares lucha por un rebote en el Palau, ante el Barça.Enric FontcubertaEFE

Cuando ambos se plantaron en la recta de meta, como dos ciclistas que se tantean, al Madrid de repente se le aparecieron todos sus fantasmas. Y Punter, agazapado y bien defendido hasta esa hora de la verdad. Ocho puntos en tres minutos del ex de Partizan encarrilaron lo que parecía el triunfo, aunque Campazzo, en sus tejemanejes mutuos con Justin Anderson, empujón incluido, le silenció con un triple para llevar el partido a la prórroga (Jabari falló después). Ahí siguió la simetría, insoportable, ahora un Punter contra Campazzo-Tavares, muchos nervios y situaciones inverosímiles, incluso arbitrales, que desembocaron en el segundo tiempo extra.

Y ahí, como dos púgiles en el round 15, valió la conexión Campazzo-Tavares, partido monstruoso -el pívot acabó con 24 puntos y 18 rebotes- de ambos para una victoria que quizá valga más de lo que parece.

Un pequeño alivio ante el colista: el Real Madrid reacciona sin alardes ante el Alba

Un pequeño alivio ante el colista: el Real Madrid reacciona sin alardes ante el Alba

Era alivio o crisis, un respiro o más nubes negras. Fue lo primero, pero sin alardes. El Real Madrid, el de las cuatro derrotas en los últimos cinco partidos de Euroliga, resolvió la papeleta sin apuros ante el colista Alba. Un festival ofensivo en el que, sin embargo, quedó el borrón de una primera mitad en la que los de Chus Mateo olvidaron el pilar de la defensa. [98-84: Narración y estadísticas]

El Madrid recuperó, antes de lo previsto, a Dzanan Musa. Con lo que ya sólo resistía en la enfermería Garuba. Y, como para cambiar la inercia negativa, introdujo cambios en el quinteto, con Rathan-Mayes y Hugo González de inicio y Hezonja al cuatro. Pero no fue el equipo con colmillo ni fluidez que pretendía.

Fue un equipo otra vez indolente e inseguro. Que avanzaba a arreones ante un rival muy débil, tan plagado de bajas como osado en el WiZink, creciéndose el Alba (con su gurú Aíto en primera fila) según comprobaba que el rival no le tumbaba. Los alemanes, con el talento Procida desatado, anotaron 55 puntos (nueve triples) en la primera parte. A mitad del segundo acto asestaron un parcial de 2-15 a un Madrid pasivo, que las veía venir y contestaba sólo en ataque.

Rathan-Mayes, defendido por Procida.

Rathan-Mayes, defendido por Procida.JUANJO MARTINEFE

Hace unos días el Efes sacó los colores también en el Palacio y era una situación insostenible. Así que volvió el pie al acelerador, la energía a impulsos. Y con otro parcial (19-4), con Campazzo ya a tope (otro recital) y Rathan-Mayes anotando como se espera de él, gozó el Madrid de su primera ventaja cómoda. El Alba se había dejado en los vestuarios su acierto y el partido, con muy poquito del Madrid, empezaba a morir.

Y eso que Andrés Feliz, en los descansos de Campazzo, se empeñó en mostrar una versión horrible. No así Ibaka, especialmente entonado en ataque, la puntilla a un duelo desangelado (seis jugadores blancos por encima de la decena de puntos), demasiado plácido como para sacar conclusiones, que al menos le sirvió al Madrid para escapar de los puestos más bajos de la tabla a la espera de la próxima cita, el jueves en el Palau ante el Barça.

El Real Madrid toca fondo: también pierde en casa ante un Efes que llegó a ganar por 27

El Real Madrid toca fondo: también pierde en casa ante un Efes que llegó a ganar por 27

Fue una noche amarga de principio a fin en el WiZink, aunque en mitad de toda la derrota ante el Anadolu Efes hubiera unos minutos de euforia, un espejismo camino de una remontada que no fue. Porque era realmente complicado, porque todo lo anterior había sido una herida demasiado profunda. La primera derrota en casa, que deja una grave nota a pie de página (el Madrid fue perdiendo de 27...), hurga en la herida de un equipo que no sabe lo que es ganar a domicilio, que no recupera el aliento en esta Euroliga que le comprueba tan extrañamente hundido. [64-74: Narración y estadísticas]

No sirvió ni la heroica, ni el empeño de Campazzo. No hubo remontada como punto de inflexión ni éxtasis final. Sí una derrota que hace pensar en los defectos de un equipo que no consigue fluir, que se quedó en 64 puntos y malísimas sensaciones. Tan fuera de sí como Llull o el propio Campazzo al final, rostros de la impotencia.

La noche en el WiZink había estado marcada por el retorno de Vincent Poirier, por el emocionante recibimiento a quien dejó huella en sus tres temporadas de blanco formando una pareja única de pívots con Tavares. Y por el recuerdo del duelo de las cuatro prórrogas del curso pasado el día de Reyes. Pero también por el horrible arranque del Madrid (4-19, dos canastas en nueve minutos, 10 triples fallados...), deseperado por el errático amanecer de Hezonja (y después de Rathan-Mayes, que ya ni volvió tras un golpe en la frente...) y por el dominio de Darius Thompson.

Desastre

Prolongado el desastre en el segundo acto, donde todo lo que podía salir mal era aún peor para un Madrid irreconocible. Fallaba y fallaba triples, con una desidia asombrosa en su baloncesto, sin nadie que pusiera orden ni cordura ante un Efes sin Larkin que se paseaba en el WiZink. Al poco de cometer la tercera falta Tavares, Elijah Bryant alargó una máxima para frotarse los ojos (18-45). Lo nunca visto en el Palacio.

Llull, ante el Efes en el WiZink.

Llull, ante el Efes en el WiZink.JUANJO MARTINEFE

Tocaba la épica. Y eso suele ser como música para los oídos del Madrid. Resurgir de los abismos, apelar a la locura, presión a toda cancha, Campazzo revolucionando el juego (junto a su compinche Deck) y Hezonja reconciliándose con las tribunas. Es un jugador el croata capaz de hacerse odiar y enamorar en un mismo partido, de sacar de quicio o de levantar de la butaca. Acertó al octavo triple y luego culminó un mate tremendo a aro pasado. Estaba en su salsa y el Efes empezaba a temblar (45-54).

Había encajado apenas 11 puntos en el tercer acto, pero el trabajo estaba a medio hacer por el Madrid. El 0-5 de salida puso aún más fuego, aunque el Efes se rehízo mínimamente para alargar lo que ahora era su agonía. Llull erró el tiro libre que hubiera igualado la noche (62-63, min 36) y Derek Willis se convirtió en el elemento inesperado en la fiesta con un triple clave y sus agresivas defensas sobre Tavares. Beaubois lo puso todavía más difícil (62-69 a falta de 2:23) y Hezonja y Campazzo erraron después. La remontada se quedó en nada, en la primera derrota en casa, en todas las malas sensaciones de vuelta, en un equipo sin rumbo.

El Barça se sostiene en la montaña rusa de Belgrado

El Barça se sostiene en la montaña rusa de Belgrado

Actualizado Miércoles, 13 noviembre 2024 - 21:07

El Barça salió líder de Belgrado tras firmar una exhibición ofensiva ante el Partizan que le llevó a una máxima ventaja de 23 puntos mediado el tercer cuarto (42-65) y recuperarse de un colapso mental y de juego que casi le cuesta el partido. Kevin Punter (18 puntos) y Jabari Parker (17 puntos, siete rebotes) lideraron las operaciones para el equipo de Joan Peñarroya, que hace unas semanas salió también victorioso del temible Belgrade Arena. [Narración y estadísticas (79-87)]

Y eso que arrancó mejor el equipo de Zeljko Obradovic, gracias a su acierto inicial en el triple y unos buenos minutos en ataque de Carlik Jones que abrieron una brecha de 10 puntos (21-11, min.6). La irrupción de Juan Núñez al inicio del segundo cuarto recuperaría la fluidez ofensiva para su equipo, que se ponía por delante con un 2+1 de Jan Vesely (25-26, min.12).

A partir de ahí, el Barça fue un vendaval, con una defensa que ahogaba la ofensiva balcánica para correr sin piedad. Así llegaron los triples de Parker (13 puntos en la primera mitad), los mates de Chimezie Metu y una última penetración sobre la bocina de Darío Brizuela que culminaban un parcial de 3-18 para el 35-49 en el descanso.

Desde el tiro libre

El Barça seguiría abriendo brecha tras la reanudación, con cinco puntos de Kevin Punter, ídolo local durante tres temporadas y MVP del mes de octubre en la Euroliga. Obradovic, obligado a parar el partido en dos ocasiones (42-65, min.25), parecía ocupado simplemente en evitar el bochorno ante su afición.

El Partizan acumulaba pérdidas y errores en el lanzamiento exterior (0/7 de Gabriel Lundberg en tiros de campo) pero su rival entró muy pronto en bonus de faltas y los locales se volvieron a meter en el partido desde la línea de tiros libres. Sterling Brown y Jones sumaban demasiado fácil para los de Belgrado y un triple a tabla al límite de la posesión de Brandon Davies reanimaba a la volcánica afición local.

El triple de Abrines

El encuentro entró en un último cuarto infernal en el que el Barça se fue a un fundido a negro que casi le cuesta la victoria. Justin Anderson y Punter eran los únicos que acertaban en la canasta contraria, mientras que el Partizan empezó a sumar de tres en tres, con Duane Washington, Frank Ntilikina y Aleksej Pokusevski anotando desde los 6,75 y Lungberd metiendo sus cinco primeros puntos para el 79-80 a falta de 1:40.

Pero entonces, apareció de nuevo Punter -máximo anotador del choque con 18 puntos- para sacar su carácter de MVP y también Alex Abrines, autor de un triple desde la esquina para aniquilar definitivamente la reacción local.

Campazzo encuentra aliados: nueve triples entre Rathan-Mayes y Hezonja para vencer a la Virtus

Campazzo encuentra aliados: nueve triples entre Rathan-Mayes y Hezonja para vencer a la Virtus

La sensación es de absoluta 'campazzodependencia', como si en las manos del pequeño base estuviera la única solución de un Real Madrid de arreones, en busca de su identidad y de la propia confianza que le haga despegar en esta temporada de dudas y derrotas a domicilio. De vuelta al refugio del WiZink, donde no sabe lo que es perder, acabó con la Virtus para tomar algo de aire en esta Euroliga que le comprueba, con sorpresa, demasiado descolgado. [98-86: Narración y estadísticas]

Para saber más

El domingo desplumó al Gran Canaria y aunque ante la Virtus de Cordinier (cuya figura ha sonado con fuerza en los últimos días como posible refuerzo) hubo otros nombres propios -los 20 puntos de Hezonja, el dominio de Tavares, los 1.100 partidos para la historia blanca de Sergio Llull y hasta los destellos de Rathan-Mayes y sus cinco tripeles- fue el acelerón en el tercer cuarto de Campazzo (11 puntos y tres de sus nueve asistencias en ese tramo) el que enterró cualquier opción visitante, el que contagió al resto, y aupó a un Madrid necesitado de alegrías y buenas inercias.

Porque no había resultado un amanecer contundente, si es que lo que pretendía Chus Mateo era dar un golpe en la mesa de las incertidumbres que le rodean. Especialmente en defensa, el equipo no lograba contener los puntos sencillos de Cordinier, Shengelia y Clyburn, que anotaban como si no les costara. Menos mal que enfrente estaba Mario Hezonja en uno de esos días: acabó el primer acto con 13 (tres triples) de los 28 puntos blancos.

Pero el segundo comenzó con un 0-9 de los italianos. Demasiada desidia. Demasiada descoordinación defensiva y hasta un punto de insolidaridad. Todo eso provocó el run-run en las tribunas y el (enésimo) minicabreo de Hezonja al ser sustituido. Aún así, el Madrid seguía en la brecha: con Hugo González encontró algo más de equilibrio y el acierto desde el perímetro compensaba la sangría recibida.

Shengelia

Shengelia, pura fiabilidad, regresó de vestuarios con ocho puntos de carrerilla, una pesadilla hasta que Campazzo decidió que ya estaba bien de vaivenes. El argentino tocó a rebato y todos le siguieron como se sigue a los líderes, con los ojos cerrados, puro contagio de energía renovada, defensa ahora sí con colmillo y un rival que ya no encontraba resquicios y cedía. Acudieron las transiciones marca de la casa y un triple del Facu coronó un parcial de 15-3 para establecer la máxima (73-60) y aportar la calma necesaria. No está el Madrid para más noches tontas y menos en casa.

El colchón sobre el que empezar a respirar. Tres triples de Rathan-Mayes, en su mejor partido de largo desde que llegó este verano, sentenciaron al comienzo del acto final, con una máxima (96-76) a la que ya ni el prolífico Shengelia ni la clase eterna de Belinelli podían aspirar a remontar. Sin respiro, el jueves acude el Efes, seguramente una prueba más exigente parea este Madrid todavía sin Musa, Feliz ni Garuba.

El Barça se toma cumplida revancha ante el Baskonia

El Barça se toma cumplida revancha ante el Baskonia

Actualizado Viernes, 8 noviembre 2024 - 22:52

El Barça sometió al Baskonia en una noche donde dominó desde el salto inicial, impulsado por la consistencia defensiva, el acierto en el tiro (12/23 en triples) y la intensidad, que le permitió superar en capturas al equipo más reboteador de la Euroliga (35 a 34). [Narración y estadísticas (91-68)]

Con la lección aprendida de la derrota del 20 de octubre en la Liga Endesa (89-93), el conjunto de Joan Peñarroya regresó a la senda de la victoria para seguirá otra jornada en la zona alta de la tabla. Jan Vesely (10 rebotes, 17 puntos y tres triples) y Kevin Punter (15 puntos) lideraron la actuación coral del cuadro azulgrana, mientras Trent Forrest (17) capitaneó la resistencia del Baskonia, que sigue sin ganar a domicilio y, pese a sus 17 pérdidas se resistió a la rendición.

El Barça arrancó mucho más intenso, duro en defensa para aislar a Howard -cubierto por Satoransky y marcado por dos hombres a la salida del bloqueo directo-, atento al rebote para acelerar el juego y certero en ataque para castigar desde la media distancia por mediación de Punter, Vesely y Jabari Parker.

Paso adelante en defensa

El duelo tendía a la igualdad y Markus Howard, con ocho puntos seguidos -máximo anotador al descanso con 11-, apretó el marcador secundado por Forrest (10), ante un Barça fallón y permisivo (32-29, min.15). Saltaron las alarmas en el banquillo local, y Peñarroya introdujo de una tacada a Punter, Parker y Satoransky. El efecto fue inmediato. Con su energía, el checo impulsó el paso adelante en defensa del Barça, que endosó un parcial de 10-0 con la aportación de Darío Brizuela y los tres recién incorporados.

Y en la primera jugada del segundo tiempo, Alex Abrines estableció la máxima ventaja (+15) con un triple más falta adicional, pero ni este revés ni la inspiración de Punter, autor de siete puntos seguidos, doblegaron al Baskonia, que se agarraba al partido gracias a los tapones de Donta Hall, la energía de Tadas Sedekerskis, y los puntos de Chima Moneke y Forrest (62-51, min.30).

Con todo, el crono corría a favor del Barça, que pegó el estirón definitivo al final del último cuarto con dos triples de Vesely y un mate de Justin Anderson al contraataque (76-56, min.34).

Otra noche europea para olvidar: el Milan de Causeur pasa por encima del Real Madrid

Otra noche europea para olvidar: el Milan de Causeur pasa por encima del Real Madrid

Fue un Real Madrid raquítico, preocupante, quizá la peor noche que se le recuerda en mucho tiempo. Un colectivo egoísta y desconectado, irreconocible en Milán, donde fue zarandeado por un Armani que tampoco es que estuviera para muchos alardes. Hurgan en su herida los blancos, hundidos en esta Euroliga en la que todavía no saben lo que es ganar a domicilio. [85-76: Narración y estadísticas]

Para saber más

La desesperada victoria del domingo en Murcia, con apenas ocho efectivos de la primera plantilla, no supuso un resorte para un Madrid que sigue en la búsqueda de sí mismo. Recuperó a Ibaka y Rathan-Mayes, pero fue insuficiente ante el Olimpia de Fabien Causeur, ese ex fundamental en los últimos y exitosos años, paradigma de lo que ahora se echa de menos: siempre bandera de la amalgama y el oportunismo, una joya para el vestuario y un talento siempre dispuesto. Con el Chacho de espectador de lujo (el Armani le homenajeó al descanso), los de Ettore Messina, también con bajas clave (Shields, Nebo...) pasaron por encima de un Madrid a la deriva.

Al Milán le costó más de cuatro minutos meter su segunda canasta del partido, un pelín atascado ante la zona (con Ndiaye liberado persiguiendo y desesperando a Mirotic) con la que intentó sorprender Chus Mateo, pero después ya no hubo quien le detuviera. Fue el Madrid el que se paró en seco y en un abrir y cerrar de ojos se vio 10 abajo (26-16). Fue precisamente la irrupción de Causeur la que lo cambió todo en el Medionalum.

Defensa

Igual daba que Mateo devolviera a cancha a Tavares o Ndiaye, su equipo se había quedado petrificado ante el talento de Armoni Brooks y el recién fichado Nico Mannion. Zach Leday, el mejor jugador de Messina, se hizo con la zona y Dimitrijevic era imparable. Y la ventaja se disparó (33-18). La energía desbordaba por un lado y se echaba de menos por el otro. Iba a ser la tónica. Una pequeña reacción liderada por Deck y algunas canastas finales de Ibaka frenaron la sangría antes del descanso.

Sergio Rodríguez, homenajeado por el Armani, su ex equipo.

Sergio Rodríguez, homenajeado por el Armani, su ex equipo.DANIEL DAL ZENNAROEFE

La defensa del Madrid no había sido capaz de ensuciar nada. Y, aunque mejoró algo a la vuelta de vestuarios, no lo hizo en global el equipo, errático, individualista, olvidando tantas veces eso que le hace diferente, la capacidad de un pase más en ataque. Era como querer hacer la guerra cada uno por su cuenta, empezando por Hezonja, pero también un Rathan-Mayes mucho más enchufado, e incluso Campazzo después. La cuarta falta de Tavares tampoco ayudó.

Para colmo, cuando comenzó el acto final al equipo, ya prematuramente desesperado, le acudieron los fantasmas de esos horribles desenlaces que se gasta a domicilio en Euroliga. El Olimpia golpeó con dos triples de Leday seguidos para volver a estirar la ventaja (71-55), para zarandear a un Madrid que era ya un guiñapo, con actitudes sonrojantes como la de Rathan Mayes, con dos pérdidas seguidas cuando el Milan les estaba triturando. Acabó maquillando (llegó a caer por 23) una noche en la que más le vale que hubiera sido la de tocar fondo.

108-60, el demoledor dato que deja en evidencia al Real Madrid

108-60, el demoledor dato que deja en evidencia al Real Madrid

El Wizink, cual arbusto frondoso, escondió los problemas. Cuatro victorias de carrerilla al calor del Palacio, dos en Euroliga ante rivales complicados como Panathinaikos y Estrella Roja y dos en Liga Endesa ante oponentes a priori 'sencillos', Girona y Manresa. Pero la vuelta a la carretera volvió a destapar las carencias. El remozado Real Madrid no se encuentra y ya va un mes de competición. Sigue sin saber lo que es ganar a domicilio.

Para saber más

Cada noche tuvo sus peculiaridades. El tropezón en Múnich sin Hezonja, encajando casi 100 puntos. El de Vitoria sin el sancionado Campazzo. Y esta semana, en Atenas ante un Olympiacos necesitado también y en Belgrado ante un Maccabi que resolvió en la última acción Sabon Lee y con las bajas de última hora de Ibaka y Musa (que se unían a las ya conocidas de Garuba y Andrés Feliz).

Mantiene la calma Chus Mateo. "Nuestro equipo lo intenta, pero no llegamos al objetivo, que es ganar fuera de casa". Habla de impotencia, de querer y no poder, un equipo que también perdió en La Coruña y en Bilbao e incluso en Murcia en la final de la Supercopa Endesa contra Unicaja. Demasiados borrones tan temprano.

"Tenemos que seguir luchando, es un momento en el que debemos mantenernos juntos. Tenemos que seguir peleando, juntos, creyendo. En estos dos partidos fuera de casa, creo que jugamos muy bien durante tres cuartos y medio en ambos", pronunció el técnico, dejando entrever uno de los problemas identificados. Las cuatro derrotas de Euroliga están marcadas por nefastos desenlaces. Sintomático de un equipo en busca de rumbo.

El balance de los cuatro cuartos finales fuera de casa del Madrid en Euroliga es de 108 puntos del rival por 60 del propio. Ya se hundió ante el Bayern, con un inaceptable 33-16. En las tres últimas salidas europeas el Madrid no ha sido capaz de llegar a los 80 puntos. En Vitoria, sin el Facu, encajó un 28-20. Mucho peor esta semana. 23-10 en el Pireo y 24-14 ante el Maccabi. "En los últimos cuartos debemos ser más inteligentes, creo que es cuestión de tiempo porque ahora nos sentimos un poco verdes en estas situaciones", había avisado Hezonja en la previa.

Con un balance de tres victorias y cuatro derrotas, uno de los peores arranques que se le recuerdan en Europa, el Madrid provisionalmente está incluso fuera de los puesto del Play-in (fuera de los 10 primeros). Su porcentaje de triples (34,5%) es de los más pobres y también está lejos de la cabeza en rebotes (11º, 33,4 por partido), dos síntomas de poca competitividad. Su próximo envite, la semana que viene en Milán ante un Armani que sólo ha ganado dos partidos (el último el jueves en el derbi italiano ante la Virtus) no sólo será la oportunidad de romper ese maleficio fuera del Wizink. También parece todo un examen, como el del domingo en Murcia ante el subcampeón de la ACB.

El Barça cede paso a un arrebatador Olympiacos

El Barça cede paso a un arrebatador Olympiacos

Actualizado Jueves, 31 octubre 2024 - 23:22

Al Barça se le apagaron las luces en El Pireo, donde el baloncesto coral del Olympiacos acabó con una racha de cinco victorias consecutivas en la Euroliga del conjunto dirigido por Joan Peñarroya, que, pese a la derrota, se mantiene en la parte alta de la clasificación. [Narración y estadísticas (95-74)]

"Han jugado mejor que nosotros en ambos lados de la pista, con más energía en defensa, en ataque y en rebotes. No hemos controlado el rebote en nuestra zona. Hemos jugado el peor partido de la temporada", admitió el técnico azulgrana. "En esta pista, es necesario jugar al 100%. Si no lo haces es imposible competir contra Olympiacos", añadió, en referencia a las facilidades ofrecidas.

El conjunto griego destrozó las virtudes visitantes. Sin acierto desde la línea de 6,75 metros (4 aciertos de 17 intentos) y muy débil bajo los aros -capturó 24 rebotes por los 40 de su rival-, el Barça, fatigado tras los dos últimos desplazamientos en la pista de Unicaja y Anadolu Efes, siempre fue a remolque.

Circulación hipnótica

Y es que en el Pabellón de la Paz y la Amistad, donde el Olympiacos aún no conoce la derrota, brillaron todas sus estrellas. Evan Fournier (19 puntos) dinamitó el partido en el tercer cuarto, Sasha Vezenkov (18 puntos) confirmó su condición de jugador diferencial y Nikola Milutinov (12 puntos y 8 rebotes) impuso su ley en la zona.

El conjunto de Georgios Bartzokas neutralizó con su rocosa defensa las ansias de correr del Barça, al que le costaba frenar a los griegos, que cocían a fuego lento sus canastas con una circulación de balón hipnótica. De nada sirvieron los 18 puntos de Kevin Punter o las ayudas de Chimezie Metu (12 puntos, siete rebotes).

El Barça no se esforzó para maquillar el resultado en los últimos minutos y acabó perdiendo de 21 puntos. De este modo, los azulgrana finalizan particular 'Tourmalet' con dos derrotas -en Málaga y Atenas- y una victoria en Estambul.