Una incapaz Bélgica se va también al ‘cuadro de la muerte’ y se enfrentará a Francia en octavos

Actualizado Miércoles, 26 junio 2024 - 20:04

El 'cuadro de la muerte' de la Eurocopa tiene un nuevo invitado. La Bélgica de De Bruyne, Lukaku y compañía ha empatado contra Ucrania (0-0), ha terminado segunda de su grupo y se enfrentará a Francia en los octavos de final, yendo por el lado de España, Alemania y Portugal. Rumanía termina líder y se medirá a uno de los mejores terceros dentro de la teórica zona 'débil' de los cruces. En un Grupo E surrealista, los cuatro equipos han empatado a puntos y las posiciones se han repartido por la diferencia de goles, siendo Ucrania la eliminada.

En una decisión sorprendente, Rebrov sentó a Mudryk y Zinchenko, futbolistas del Chelsea y el Arsenal y los nombres más importantes del vestuario ucraniano. Y lo salió bien. Su equipo, más rústico, más físico, más agradecido en el esfuerzo, fue mucho más sólido que en su debut contra Rumanía, donde cayó con contundencia por 3-0.

Ucrania dominó a Bélgica, que sólo respiró cuando Doku y De Bruyne tuvieron el balón. Sin la pelota en sus botas, los de Tedesco sufrieron para razonar. Los ucranianos presionaron la salida de balón de Tielemans y Onana, físicos pero erráticos en el pase, y asumieron la posesión del duelo cuando pudieron, siempre con el peligro de los despistes a su espalda.

En el 6, De Bruyne, el mejor del partido por parte de los belgas, trazó un pase al hueco a Lukaku que el delantero no acertó a rematar con claridad, rozando la bota con la pelota y quedando ésta en las manos de Casteels.

A partir de ahí el duelo fue de Ucrania, que veía cómo en el otro partido Eslovaquia se adelantaba a Rumania. Los de Rebrov eran terceros en ese instante y los belgas segundos. Parecían contentos.

El duelo entró en el terreno de la calma. Muchos toques en el centro del campo pero poca claridad a la hora de llegar a puerta. Nadie quería cometer un error y nadie tenía las ideas para llegar a la portería rival. Todo quedaba en manos del otro partido.

El gol de penalti de Rumanía para empatar su choque contra Eslovaquia eliminaba a los ucranianos y devolvía a los rumanos de la última a la primera posición del grupo, así de loco estaba todo. Fue un punto de inflexión para Ucrania. Tomaron algunos riesgos más y Yaremchuk no estuvo fino al darle un pase de la muerte a Dobvyk en su mejor acercamiento.

El descanso llegó con empate en los dos duelos y con Ucrania fuera del torneo. Necesitaba más. Mucho más. Pero fue Bélgica la que dio un paso adelante. Con los resultados así, los de Tedesco terminaban segundos y se enfrentaban a Francia en octavos de final. Otro 'coco' más para el 'cuadro de la muerte'. Y claro, nadie quiere a Mbappé y compañía por muchas dudas que hayan dejado en estos tres partidos.

De Bruyne y Doku comenzaron a echarse al equipo a la espalda. El centrocampista filtrando balones y el extremo rompiendo en velocidad. Pero ni así. Una pared entre ambos terminó en un pase de la muerte al que no llegó Lukaku, otra vez poco preciso en sus decisiones.

El delantero del Inter tuvo otra oportunidad unos minutos después. De Bruyne le encontró al espacio y el atacanta encaró a la defensa, pero terminó rematando flojo y raso, fácil para Trubin.

La entrada de Carrasco dio algo de ideas al ataque, pero Trubin evitó el intento del ex del Atlético tras una pared con Lukaku. Bélgica era incapaz y el cansancio después de tres partidos en pocos días comenzó a hacer efecto.

Rebrov se dio cuenta y realizó un triple cambio. Stepanenko, Malinovsky y Vanat aportaron fuerza y calidad para que Ucrania creciera en el partido y peleara el mantenerse en la Eurocopa. Con Bélgica fallando contraataques, Dovbyk dispuso de un par de acercamientos, pero no estuvo fino al definir, Malinovsky casi sorprende a Casteels con un gol olímpico y Sudakov, en el 91, tuvo la ocasión más clara al superar a varios rivales y plantarse dentro del área para batir al portero. Su disparo, demasiado centrado.

De Bruyne terminó perdiendo tiempo al lado del banderín de córner, Bélgica aceptó que su camino en el torneo pasa por Francia en octavos y Ucrania se despidió de una Eurocopa complicada a nivel deportivo y emocional.

El bostezo eterno de Inglaterra lleva a Eslovenia a sus primeros octavos en una Eurocopa

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 23:12

Qué poco ofrece Inglaterra. Nada por aquí, nada por allá. Puede estar todo su talento sobre el césped que son incapaces parecer un equipo. Tiene los mejores ingredientes Southgate pero no logra ligar la salsa. No lo hizo ante Serbia, les salvó Bellingham, tampoco ante Dinamarca y Eslovenia, muy seria y capaz de dar un par de sustos, volvió a desnudarles para meterse como tercera en octavos.

A los ingleses la camiseta de favoritos les queda grande. Caminan sobre el césped como si eso fuera suficiente. La primera carrera eléctrica de Foden llegó a los 20 minutos y Saka no tuvo ni una. Además, se enredan en una movilidad que los confunde. El extremo del City y Bellingham se estorban cuando acuden al centro y de eso ni siquiera se aprovecha Trippier para cabalgar en la banda. Y, por si esto no fuera poco, se empeñaban en frivolidades cuestionables incluso para un club con la maquinaria engrasada. Por eso no carbura.

Eslovenia apostaba por no equivocarse y lanzar a Sesko en cuanto pudiera, pero tenía sometidos a vigilancia extrema al veloz citizen y al goleador del Real Madrid, engrisecido. Este blanco no le está dando alas. A Saka no hizo falta porque su propio equipo lo neutralizó durante muchos minutos.

Los primeros remates fueron para los eslovenos. Armó una contra Stojanovic, forzando a Walker y el primer remate fue de Sesko. Se esforzaba Kane en alejarse del área arrastrando a su central, pero nadie ocupaba ese espacio. Inglaterra colapsaba con facilidad por más que Southgate hubiera renunciado al experimento Alexander-Arnold para escudar a Declan Rice con Gallagher. Mascaba el seleccionador chicle sentado en el banquillo y tomando notas.

Si detecta los errores, en el ejercicio de corregirlos su labor es deficiente. Mientras los Three Lions se entretenían en taconazo absurdos en la frontal del área y se encerraban en la trampa, Eslovenia, a la que un punto le podía dar para estar en octavos. A un centro de Janza estuvo a punto de llegar Sporar y, de perseguirlo, llegó un pase el espacio a Sesko que obligó a resolver a Pickford antes de echarle una bronca a Stone.

Impotencia que llevaba a Bellingham a apresurarse en cada pase y que sólo inquietó a Oblak con una falta escorada que Foden quiso poner a la escuadra, demasiado blanda para que el meta del Atlético no la atrapara. También se lanzó en plancha Harry Kane a embocar un centro de Trippier, pero el capitán no llegó. No está teniendo su torneo. En general, nadie en la selección inglesa.

Con efervescencia saltó al campo en el segundo tiempo, ya sin Gallagher y con un Mainoo aplaudido por la grada. Las burbujas, la explosividad, no duró ni cinco minutos. Encerraron a los eslovenos para nada. Hasta tres balones puso al área en la misma jugada Bellingham para que sólo el último lo cazara Saka en una peligrosa chilena que le costó la amarilla. La falta de entendimiento no sólo se vio en ataque, también apareció en defensa. Se escapó Sporar a buscar un balón en largo a la espalda de Guéhi, que le agarró de la camiseta para evitar que encara a Pickford. Estuvo más atento Walker en que su compañeros no fuera el último defensor, y por tanto no fuera expulsado, que en frenar al atacante esloveno.

A los dos equipos les valía el empate para estar en octavos como primero y tercero, pero no parecían querer firmar las tablas. Al menos Inglaterra. No le servía para recuperar el respeto perdido. Metió al campo Southgate a Cole Palmer y probó romper la igualdad Declan Rice con un disparo que se perdió rozando la meta de Oblak.

A ese órdago respondió Matjaz Kek buscando la pólvora de Ilicic, el goleador que ha vuelto a la selección tres años después de que la pandemia, que sufrió en el epicentro de Bérgamo defendiendo la camiseta del Atalanta, le dejara una herida emocional que le llevó a apartarse del fútbol. Anoche, en Colonia junto al resto de su selección, hizo historia. Eslovenia, el país del presidente de la UEFA, Alexander Ceferin, estará por primera vez en octavos. Inglaterra, mientras, necesita despertar ya de esta siesta ya demasiado larga.

Los nervios de Francia camino del cuadro de la muerte: “Interpretáis el fracaso como queréis”

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 22:29

«¿El cuadro de la muerte? A mí me gusta jugar ese tipo de partidos contra grandes equipos. Me da igual», contestaba ayer Eduardo Camavinga a este periódico en la zona mixta del Signal Iduna Park. A su lado, los periodistas franceses resoplaban pensando en su futuro más inmediato. En octavos esperan a Rumanía, Bélgica, Ucrania o Eslovaquia; en cuartos se podrían cruzar con Portugal y en semifinales con España o Alemania. El fútbol es así de caprichoso y castigó con dureza el fracaso de Francia ante Polonia, incapaz de ganar a un equipo eliminado y dejando en bandeja el liderato del grupo a la sorprendente Austria.

«Es un fracaso», repetían los compañeros galos que volvían de la sala de prensa. «¿Cómo no va a ser un fracaso?», insistían. Resulta que unos segundos antes, Didier Deschamps había analizado con calma el segundo puesto de su selección. Con demasiada calma, convirtiendo el entorno galo en un polvorín. «Vosotros interpretáis la palabra 'fracaso' como queréis», había contestado a los periodistas. «No estoy frustrado. Logramos nuestro primer objetivo, aunque no consiguiéramos el puesto que queríamos», insistía, ante la sorpresa generalizada en la sala. La Francia subcampeona del mundo superada por Austria.

«No estoy decepcionado, sinceramente. Hicimos lo que teníamos que hacer. Lo intentamos hasta el final. Estábamos en un grupo difícil. Somos segundos y Austria acabó primera. Una nueva competición comienza». Deschamps hiló una serie de tópicos catastróficos en el anális del encuentro, donde quedó contento por «la cantidad de ocasiones que hemos generado».

En su alineación hubo dos novedades. La entrada de Mbappé tras su golpe en la nariz y la salida de Griezmann. «Se está adaptando a la máscara, tiene la visión un poco limitada por ella», dijo sobre el nuevo delantero del Madrid. Sobre el rojiblanco fue más contundente: «¿Por qué fue suplente? Porque soy el entrenador. No tenéis que interpretar nada».

Al seleccionador galo le gusta ser irónico en sus respuestas. Casi rozando el vacile. La realidad es que es la primera vez desde que Deschamps es seleccionador que su equipo queda segundo en la fase de grupos. La última vez que el combinado galo no había liderado la fase antes de ir a octavos había sido en la Eurocopa de 2012, con Laurent Blanc en el banquillo.

En los pasillos de Dortmund, Camavinga, suplente ayer otra vez, admitía que «nos levantaremos». «Tenemos un gran equipo, está claro que no hemos estado del todo bien en estos partidos, pero lo más importante es que hemos asegurado la clasificación para la siguiente fase», reflexionó.

Francia se enfrentará ahora a su propia revancha en los octavos de final. En la Eurocopa de 2021 cayó en esa ronda ante Suiza, en penaltis, con Mbappé fallando el último, cuando era la gran favorita para levantar el título. En 2016 perdió en la final contra Portugal, en 2012 no pudo con España en cuartos de final, en 2008 ni siquiera superó la fase de grupos y en 2004 perdió en cuartos. Suma 24 años sin levantar la copa.

El fútbol europeo mira al Este y a los Balcanes: récord de selecciones en la Eurocopa, finales, torneos...

El fútbol europeo mira al Este y a los Balcanes: récord de selecciones en la Eurocopa, finales, torneos…

La Eurocopa es más Eurocopa que nunca este verano, siempre que entendamos el torneo como la máxima representación deportiva, pero también social, del continente. Un continente amplio que no sólo da la cara al Atlántico y al Mediterráneo, sino que mira de frente al Mar Negro y se expande más allá del Danubio. La Unión Europea ha pasado de seis a 27 países desde su creación y el Campeonato Europeo de fútbol lo disputan desde 2016 24 selecciones, el triple que las ocho que lo jugaban en 1984. Ese año, Rumanía representó a Europa del Este en el torneo. Fue la única de las ocho, el 12% del total. Ahora son ocho de las 24, el 33%.

La presencia de Eslovaquia, Georgia, Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía, Ucrania y Turquía en esta edición es el resumen de las últimas décadas y de cómo Europa y su fútbol han crecido hacia el Este, aunque las diferencias sean todavía gigantes. Esto, junto a la participación de cuatro selecciones de los Balcanes (Albania, Croacia, Eslovenia y Serbia), habla de un torneo que pone el foco en países tradicionalmente escondidos a nivel futbolístico, más pendientes de conflictos internos o fronterizos que del balón.

La Eurocopa de 24 equipos llegó en 2016 por insistencia de Platini, expresidente de UEFA, y aunque sigue recibiendo críticas de los nostálgicos de aquellos torneos cortos con ocho grandes selecciones, la realidad es que el nivel de los países más débiles en Alemania está siendo extraordinario. Rumanía tiene la plantilla menos valiosa del torneo pero venció a Ucrania, compitió contra Bélgica y esta tarde se juega los octavos de final contra Eslovaquia. Su vestuario vale 92 millones de euros, la mitad que futbolistas como Bellingham, Mbappé o Foden, pero está brillando.

Lo mismo que Albania, la segunda menos valiosa, que ha perdido por la mínima ante Italia y España y ha empatado a Croacia. Eslovenia, Eslovaquia, Georgia, Hungría y República Checa completan la lista de plantillas con menos valor y todas pueden meterse todavía en octavos.

Los intereses de la UEFA en ampliar el número de equipos en la Eurocopa son evidentes, como los de la FIFA en los Mundiales. Más partidos en directo, más horas de televisión, más dinero y más Federaciones nacionales, cuyo voto cuenta igual que las grandes, contentas. Y aquí llega una de las claves.

El final de la URSS y de Yugoslavia ha tenido una influencia lógica y capital en la política europea pero también en el fútbol. Es simple. De repente, UEFA y FIFA se encontraron con más federaciones, más selecciones y más dinero a repartir. La ampliación era cuestión de tiempo. «Si mantienes la reducción en el número de equipos haces que el fútbol no evolucione en muchos países. Y mi deber como presidente de UEFA es que el fútbol se desarrolle en toda Europa», defendía Platini en 2011.

El ímpetu de la organización ha sido gigante. La UEFA fijó como sedes de la Euro de 2012 Polonia y Ucrania, la edición de 2021 llegó a Azerbaiyán, Hungría, Rusia, Rumanía y la de 2032 será compartida entre Italia y Turquía. Además, en los últimos años la final de la Champions ha aterrizado en Estambul o Kiev, la de la Europa League en Budapest, Bakú o Varsovia y la de la Conference League en Tirana o Praga.

Las instalaciones, eso sí, siguen siendo el principal problema. «Diría que es la mayor diferencia entre los países de Europa occidental y los del Este», admitía en una entrevista con este periódico Peter Gulacsi, portero de Hungría. Muchas de ellas quedaron en la ruina tras la caída de la URSS y Yugoslavia y han tardado años en ser reformadas. La llegada de competiciones oficiales de la UEFA es la excusa para darles un lavado de cara o construir nuevas. Es lo que hará en Albania y Serbia, que planean organizar de forma conjunta la Euro sub'21 de 2027. Todo mientras en Alemania sigue la tensión entre ellos, con insultos, amenazas, denuncias y sanciones deportivas y económicas.

De ese avance en las instalaciones y de la paz social dependerá, en parte, el siguiente salto competitivo de estas selecciones. El éxito de Croacia en la última década ha sido tan notable como único para los Balcanes y en los últimos 30 años sólo un país de Europa del Este, República Checa en 1996, ha jugado la final de la Eurocopa. Los checos, en 2004, y Rusia, en 2008, se quedaron en semifinales.

Europa del Este llama a la puerta de la Unión Europea, pero también de su fútbol.

El increíble viaje de Jesús Navas, el ‘superabuelo’ de la selección: “¿Y tú, qué sentías en esos momentos?”

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 22:01

Brilla el sol en Donaueschingen y brilla el sol en la selección española, invicta, imbatida, en la primera fase de la Eurocopa, algo que hasta ahora sólo logró Italia en la pasada edición (y fue campeona). Descansados los titulares, la noche ante Albania dejó una frase definitoria de lo que es este grupo y de quien es, pese a su extrema, y eterna, timidez, el líder espiritual. «Desde un pisotón que me han dado en el minuto uno he tenido dolor en el pie, pero Carvajal tenía amarilla y hay que aguantar».

Jesús Navas (Los Palacios, Sevilla, 38 años), el cuarto jugador más veterano de la Eurocopa, el más veterano en participar con España en una fase final, resumió, sin querer, su propio papel en esta selección. «Estoy aquí para lo que haga falta». Y lo que haga falta es lo que haga falta. No hay persona ahí dentro que despierte más cariño en el grupo que él. Porque todos tienen la sensación de que es imposible ser más humilde y más buena persona, siendo, como es, campeón del mundo y campeón de Europa, y siendo, como es, ganador de la Premier, de dos Copas inglesas, de dos Copas del Rey, de dos Copas de la UEFA... Obviando la Liga de Naciones, es el único que en la concentración sabe lo que es ganar.

«Los chicos me preguntan que cómo fueron las horas previas a la final del Mundial, que cómo lo celebramos... Y a mí se me ponen los pelos de punta», explicaba él mismo en un encuentro con la prensa antes de viajar a Alemania. «Me preguntan porque saben mi trayectoria y yo trato de ayudarles», cuenta alguien que, por ejemplo, es mayor no ya que Lamine Yamal, sino que el padre de Lamine Yamal. En un grupo con tanto niño, Jesús es el 'superabuelo' de la selección. Pero volvamos al golpe.

Reconocimiento

Aguantar hora y media jugando al fútbol para preservar al compañero que es titular en tu puesto de que vea otra tarjeta amarilla es una muestra inequívoca de que el papel de Navas en este grupo va mucho más allá de lo que haga en el campo, que no es poco, porque los centros de Navas no los produce ningún otro. Luis de la Fuente, antes de irse del Düsseldorf Arena y sin que nadie le preguntara, se dirigió a los periodistas: «Quiero dejar aquí mi reconocimiento a un hombre como Jesús Navas, el jugador español más veterano en participar en una fase final de un gran campeonato. No sabéis lo importante que es para el grupo», dijo. Y se fue.

Esta segunda oportunidad en la selección llega después de un periplo que no ha sido fácil. Navas, deslumbrante aparición en el Sevilla de Caparrós (2003/2004), tenía un problema: los ataques de ansiedad cada vez que se separaba de sus padres y su hermano mayor le trajeron problemas en una concentración de la sub'20 y en otra del Sevilla. Monchi lo puso en manos de los psicólogos del club, «y con perseverancia y con ayuda consiguió superarlo», recuerdan hoy desde su entorno, donde resaltan la figura de Fernando Hierro, director deportivo de la Federación, hombre clave para que aterrizara en la absoluta (Del Bosque estaba empeñado en ello). Hierro usó un hombre de su confianza, Antonio Fernández, como nexo entre él y Navas. Tras muchos meses de trabajo y paciencia, en una reunión en el Parador de Córdoba, octubre de 2009, Navas lo dijo: «Estoy preparado».

Navas aplaude a la afición española en Düsseldorf.

Navas aplaude a la afición española en Düsseldorf.AFP

Desde entonces, 54 partidos y cinco goles en dos periodos. Desde 2009 hasta marzo de 2014, cuando dejó de venir con España, y desde marzo de 2019, cuando regresó con Luis Enrique, hasta hoy. «Para él la selección es especial. En esos cinco años lo pasaba mal cada vez que no estaba en una convocatoria», explica alguien que le conoce desde hace muchos años, que sabe de su pasión por su mujer y sus dos hijos, de su profundo sentimiento religioso y de su bondad. La última prueba es aceptarle al Sevilla aguantar jugando hasta diciembre para intentar seguir siendo lo único fiable que tiene hoy la hinchada de Nervión.

Eso será a la vuelta de una Eurocopa donde su papel va creciendo. Cuarto jugador más veterano del torneo, Navas sigue aquí su mantra de cuidarse «como un juvenil». Cuando se retire, por cierto, tiene pinta de seguir en el Sevilla en un cargo representativo al que falta ponerle nombre definitivo en los próximos meses.

Sorpresa: Francia no puede con Polonia y viaja al lado del cuadro de España, Alemania y Portugal

Sorpresa: Francia no puede con Polonia y viaja al lado del cuadro de España, Alemania y Portugal

Francia necesitaba ganar a una Polonia ya eliminada y sólo pudo empatar. Es la triste realidad de un equipo con miles de dudas, incapaz de superar a un rival inferior, ni siquiera con la vuelta de Mbappé ni con su gol de penalti. Firmó las tablas Lewandowksi, también de pena máxima, y los galos viajan ahora al lado del cuadro de España, Alemania y Portugal. Se medirán al segundo del E en octavos y a los lusos, si ambos ganan, en cuartos, dejando para semifinales, si llegan, a españoles o alemanes.

Deschamps sentó un fatigado Griezmann y dio entrada a un animado Mbappé, deseo de actuar después de su golpe en la nariz. Por un lado, el cuadro francés agradeció la aparición de su gran estrella, pero por otro hecho en falta las virtudes del rojiblanco a la hora de conectar al centro del campo con los delanteros. Francia, que había mejorado su juego durante buena parte del duelo contra Países Bajos, volvió a sufrir en el inicio ante Polonia.

Lenta e imprecisa en el pase, sólo alguna arrancada de Dembélé provocaba algún miedo en la defensa rival. En el 10, el extremo del PSG llegó a línea de fondo y puso un pase atrás que Theo Hernández remató de primeras para que Skorupski se luciera.

A la contra, Polonia triangulaba rápido y creaba situaciones de peligro, aunque no el suficiente para superar a Maignan. Urbanski tuvo un remate claro en el 17, pero el portero del Milán estuvo rápido.

Por la izquierda, Zalewski pasaba por encima de Koundé mientras llegaban noticias del otro partido del grupo. Gol de Austria para ponerse primera, Francia seguía segunda y necesitaba marcar. Dembélé, sólo delante del portero tras una contra liderada por Kanté, estrelló el balón en el portero.

Un parón para hidratarse sirvió a Mbappé para hablar con Deschamps y reactivar a sus compañeros. Francia, después de un pequeño susto tras un cabezazo de Lewandowski, cambió por completo. Centró sus esfuerzos en la banda izquierda, junto a Theo, Barcola y Mbappé, y Polonia lo pasó realmente mal en los últimos minutos de la primera parte.

Mbappé aprovechó su conexión con Barcola y tuvo dos ocasiones claras llegando a línea de fondo y plantándose delante de Skorupski, pero el portero desvió ambas a córner, amargándole la tarde y el liderato del grupo a Francia.

Tras el descanso, Polonia acusó el cansancio y lo poco que se disputaba en el duelo, y Francia creció en los espacios, con Mbappé intentando de todas las maneras marcar su primer gol en el torneo y encontrándose de nuevo con Skorupski.

En el 55, la jugada clave. Dembélé encaró a Kiwior en el lateral del área y éste le derribó dentro. Penalti claro y gol de Mbappé tras superar, por fin, a Skorupski definiendo al palo izquierdo del portero.

El 1-0 llegó justo después del 1-1 de Países Bajos ante Austria y justo antes del 1-2 de los centroeuropeos contra los de Koeman. Es decir, Francia se ponía primera de grupo y evitaba el lado del cuadro de España, Portugal y Alemania. Sólo tenía que aguantar.

Pero la tarde tenía mucho más preparado. Los de Deschamps perdonaron el 2-0 durante gran parte del segundo tiempo. Barcola, Griezmann, un pase de la muerte de Theo Hernández al que no llegó nadie, Mbappé sólo ante el portero y la envía a sus manos... Y Polonia cumplió el dicho, haciendo pagar a Francia sus errores y dándole la vuelta al grupo.

En el 75, Swiderski se internó en el área y cayó derribado. El colegiado Guido no señaló nada, pero el VAR le hizo acudir a la pantalla: penalti claro de Upamecano, que le dio una patada en el tobillo al polaco. Más drama en Dortmund, porque en ese mismo momento Depay marcaba para Países Bajos y empataba el duelo ante Austria, un caos.

Si Lewandowski marcaba el penalti, Francia pasaba a ser segunda de grupo. Maignan adivinó su intención, pero según el árbitro se adelantó, así que el delantero del Barça tuvo un segunda oportunidad. Ahora sí: gol. Y al minuto, gol de Austria, que se ponía líder mandando a Países Bajos al tercer puesto.

Francia parecía estar en shock y Polonia tuvo varios acercamientos peligrosos más, hasta que los galos reaccionaron y comenzaron su asedio final sobre la meta de Skorupski. Centros desesperados y disparos en mala posición para no conseguir nada. El lado del cuadro de España es ahora el lado de la muerte.

La mutación de Ferran Torres con España: un zurdazo a 96 km/hora y los mismos goles que Zarra

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 12:15

Ferran Torres necesita ser feliz en el campo para convertirse en uno de los jugadores españoles más voraces. Con la selección, lo es. Su mutación se hace evidente en partidos como el de Albania que cerró la fase de grupos de la Eurocopa con España como líder de su grupo, con la portería a cero y cinco goles a favor. El último supone para el extremo valenciano empezar a hacer historia.

En los 44 partidos que lleva disputados como internacional ha marcado 20 goles, los mismos que Telmo Zarra. "Es un orgullo, y lo que tengo es hambre de más", aseguraba tras recibir el trofeo al mejor jugador del partido. Apenas lleva tres semanas con la camiseta de España y ya marcó en el amistoso ante Andorra y para derrotar a la correosa Albania aprovechó una asistencia de Dani Olmo para sacar un zurdazo ajustado a la base del poste que, según los datos de la UEFA, fue a una velocidad de 96 kilómetros por hora. El gol de Ferran fue un obús que abre su cuenta en la Eurocopa después de haber marcado sólo once tantos con el Barça en todas las competiciones disputadas esta temporada. "Las cosas me van bien en la selección y siempre he dicho que quiero estar entre los máximos artilleros", admite sin pudor.

¿Qué le pasa a Ferran cuando se pone la camiseta nacional? Ni él mismo lo sabe. Desde que debutó ante Ucrania en la Nations League de 2020, su crecimiento, primero con Luis Enrique y ahora con De la Fuente, sólo lo han frenado las lesiones. "No sé lo que me pasa, pero defender a mi país es especial. Cuando me pongo esta camiseta, siento que juego por mi familia. Por ellos, para mí siempre es especial meter un gol", aseguró.

Ferran entró en la lista de De la Fuente cuando nadie le esperaba. Se perdió por sanción la ventana de marzo y, con el complicado final del Barça, donde apenas jugó y no marcó -sus últimos goles fueron un doblete al Betis en enero-, nadie esperaba que fuera llamado. Pero el seleccionador lo citó. Eso sí, con un papel diferente al que había tenido antes.

Con Nico Williams y Lamine Yamal, las bandas está cubiertas y el valenciano tiene que esperar su oportunidad. Eso es algo que, por el trabajo de De la Fuente, acepta. "El míster nos tiene a todos enchufados. Somos una familia y vamos a ir partido a partido para poder soñar a lo grande", advirtió.

Navas y Grimaldo

Tan implicado como Ferran están Navas y Grimaldo. El lateral sevillano se convirtió ayer en el jugador más veterano de la historia de la selección en jugar una Eurocopa y se pasó el partido con molestias. "Desde el primer minuto he jugado con el pie derecho así, pero he aguantado porque Carvajal tenía una tarjeta amarilla", confesó absolutamente entregado a la causa común.

Si Navas puso centros, cada balón que Grimaldo llevaba al área era un regalo. "Estoy aquí para ayudar en lo que se necesite", advirtió el lateral del Leverkussen, que no se pica con Cucurella porque son muy buenos amigos. "Le ayudo en todo lo que sea necesario, porque nuestro sueño es ganar la Eurocopa. No queremos ese favoritismo que nos están dando, porque la presión no conduce a nada, pero lo que menos estamos dejando son dudas. El equipo es muy maduro", analizó.

Como explicó Vivian, otro debutante en la Eurocopa, nadie se pone techo: "Sabemos a qué aspiramos y vamos a perseguirlo. Ganar te hace seguir ganando y compitiendo mejor". Tampoco Fermín quiere lanzar las campanas al vuelo. "Confiamos mucho en nosotros y no tenemos equipo A y B. Todos somos el mismo equipo", puntualizó el andaluz, que pese a estar aún en la Eurocopa no aparta su mirada de los Juegos de París.

Las lágrimas de Modric y la teoría de la conspiración croata: “Llevo 5 años hablando de FIFA y UEFA…”

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 09:08

Y ahí estaba Luka Modric, con el premio a MVP del partido en una mano y las lágrimas llenando su rostro. La UEFA quiso homenajear su esfuerzo estregándole el premio a mejor jugador del duelo, pero fue un galardón trampa porque obligaba al croata a pasar por las entrevistas a pie de campo y la rueda de prensa, un suplicio para un futbolista que no quería hablar, sólo deseaba el silencio de rabia de su vestuario.

"El fútbol a veces es cruel y hoy se volvió a demostrar", admitió Modric, que falló un penalti pero se redimió en la jugada siempre para darle una vida extra a su país. "No merecíamos ese gol", dijo, sobre el empate de Zaccagni en el minuto 98. Un gol que provocó el delirio de la minoría italiana en el Red Bull Arena de Leipzig y el shock profundo de la afición croata que llenó las gradas y alentó a su selección como si estuvieran en Zagreb.

"No sé de dónde sacó el árbitro ocho minutos para añadir", se quejaba Modric, en un lamento que fue todavía más contundente en la voz de su entrenador, Zlatko Dalic. "Somos un país pequeño, una Federación pequeña. No se pueden dar ocho minuto de descuento. Eso influyó en el resultado", dijo ante la prensa, antes de deslizar una hipotética teoría de la conspiración. "No sé de dónde sacó el árbitro esos ocho minutos. Hace cinco años que hablo de cómo se comportan la UEFA y la FIFA, pero nadie me ha escuchado. No puede haber ocho minutos de descuento. ¿Cuántas faltas e interrupciones hubo para recuperar ocho minutos?", insistió, declarando que "me duele que nadie nos respete".

Croacia aguantó como pudo el arreón final de Italia, que con tres puntos tenía muchas posibilidades de pasar a octavos como una de las mejores terceras, aunque midiéndose con el líder de un grupo en la eliminatoria. El empate le mete como segunda y se enfrentará a Suiza en la primera ronda. Diferente situación.

En cuanto a los croatas, suman dos puntos y sólo les puede salvar un milagro. Necesitan que Inglaterra gane a Eslovenia por tres goles o más, que República Checa pierda con Turquía, que Georgia derrote a Portugal y que Serbia caiga con Dinamarca. Cuatro resultados. Misión casi imposible.

En los pasillos del Red Bull Arena de Leipzig sólo habló Borna Sosa, que no disputó ningún minuto pero se quedó charlando con los medios con los medios croatas. El resto, salvo Modric por sus obligaciones como MVP, pasó por la zona mixta con la cabeza agachada, la mirada perdida y sin ganas de saludar a nadie. Sólo Budimir, delantero de Osasuna, tuvo una mirada cariñosa con la prensa española. Nada más.

Al micrófono, Modric reconoció que era "un día triste para nosotros y para la selección croata". En la sala de prensa, el centrocampista del Real Madrid recibió el cariño de la prensa italiana: "Sólo quiero aprovechar este momento para agradecerte todo lo que has hecho por el fútbol, no te retires nunca", le dijo un compañero transalpino. "Me gustaría jugar siempre pero llegará un momento en el que tenga que colgar las botas. Seguiré jugando, pero no sé por cuánto tiempo", contestó el croata.

Antes había pasado por el micro de Televisión Española: "Tengo que sentarme a hablar con mi familia y ver qué decisión tomo. Amo Croacia, amo jugar con mi selección, pero no sé, no puedo decir nada todavía", explicó sobre su final en el combinado nacional.

Croacia suma un subcampeonato y dos terceros puestos en los Mundiales, pero en las Eurocopas nunca ha tenido éxito. Es la selección que más victorias ha dejado escapar en el descuento de los partidos (4), según Misterchip. Le marcó Albania en el 95 para empatar a dos en la segunda jornada y le anotó Italia en el 98 para dejarla al borde del precipicio. "Este resultado duele mucho y volverá a doler en los próximos días y en los próximos meses", finalizó Dalic.

Grillitsch, el ’10’ que soñaba con Rivaldo y lidera la revolución de Austria: “El que más me impresiona es Kroos”

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 00:32

En Neunkirchen, un pueblo austriaco de 12.000 habitantes cercano a la frontera con Hungría, nació el número 10 de una de las selecciones revelación de la Eurocopa. Florian Grillitsch lidera el centro del campo del Hoffenheim alemán y de Austria, guiada desde el banquillo por Ralf Rangnick, ideólogo de la factoría futbolística de Red Bull, y desde el vestuario por el lesionado David Alaba, capitán en la concentración. Grillitsch charla con EL MUNDO sobre el torneo, en el que han perdido por la mínima ante Francia y han pasado por encima de Polonia antes de medirse a Países Bajos. En su cabeza, su ídolo Rivaldo, su admiración por Kroos, el año de Xabi Alonso en la Bundesliga, su impresión de Bellingham en el Dortmund, la llegada de Flick al Barcelona...

Austria está sorprendiendo en esta Eurocopa.
Creo que hemos jugado bastante bien desde la fase de clasificación. Hemos mejorado mucho desde la llegada de Ralf. En el pasado también tuvimos buenos resultados, pero ahora estamos mostrando un fútbol realmente bueno. Por desgracia tenemos algunas lesiones como la de David (Alaba), nuestro mejor jugador, pero no tenemos nada que perder. No somos los favoritos, pero creo que no tenemos que escondernos.
Ahora que lo menciona, ¿qué significa Alaba para el vestuario?
Es el jugador más exitoso de la historia de Austria. Creo que nunca habrá un jugador mejor que él, con su calidad, que lo gane todo... No mucha gente ha ganado los tres grandes trofeos con dos equipos diferentes y él lo ha hecho con el Bayern y el Madrid. Lleva siendo profesional desde los 17 años, es nuestro capitán, nuestro líder, nuestro jugador más importante dentro y fuera del campo. Es muy, muy triste que esté lesionado, pero está con nosotros en el día a día. No entrena, pero nos da consejos y está ahí para lo que necesitamos, también para el cuerpo técnico.
Usted volvió este año al Hoffenheim después de unos meses difíciles, primero sin equipo y luego en el Ajax.
El año pasado no tuve un buen año, no jugué mucho. Pero ahora de vuelta en la Bundesliga he jugado bien, clasificamos para Europa y ha estado bien. Para mí ha sido importante para recuperar la confianza.
¿Cómo ha vivido el año del Leverkusen de Xabi Alonso, imbatido en liga?
Fue una locura. 51 partidos sin perder, nosotros estuvimos cerca de ganarles pero marcaron en el descuento (risas). Se lo han merecido, han jugado muy bien en ataque y en defensa y han mejorado mucho. No es suerte, es calidad de los jugadores y del entrenador.
Haaland, Bellingham... ¿Qué tiene la Bundesliga para que exploten tantos jóvenes?
Creo que muchos jóvenes tienen la oportunidad de jugar, mostrarse y dar el salto. Haaland, Bellingham... El siguiente será Wirtz. Hay buenas infraestructuras, buenos campos, estadios... Puede ser un gran trampolín para ir a grandes equipos. Lo más importante es creen en los jóvenes. En el caso de nuestro club, Maxi Beier ha metido muchos goles en su primera temporada y ahora le quieren clubes más grandes. Si eres un jugador joven, la liga está bien para mostrarte, incluso si eres un entrenador joven, mira Xabi.
¿Qué le pareció el salto de Bellingham?
Me sorprendió muchísimo cuando me enfrenté a él en la Bundesliga. Tenía 17 y 18 años, era como un líder, como si tuviera 30 años o algo así. Era una locura. Su toma de decisiones siempre era buena, como si tuviera mucha experiencia. Fue realmente impresionante. Era cuestión de tiempo que se uniera a un gran club.
¿Qué destacaría del fútbol alemán?
Diría que es un fútbol intenso, box to box, hay muchos 'soldados' alemanes en cada equipo, no se cansan, corren hasta el final... Pero la calidad ha mejorado mucho. Este año lo hemos visto con el Dortmund y el Leverkusen, los dos en las finales europeas. La diferencia con otras ligas es la intensidad. Todos le pueden ganar a todos, salvo al Leverkusen este año, claro (risas).
Hay muchos jugadores de la selección de Austria jugando en Alemania. ¿Por qué?
Por la cercanía, por el idioma... Es más fácil adaptarse. Pero también muchos clubes de Alemania miran hacia Austria para atraer futbolistas. A mí me buscaron con 16 años, tienen muchos ojeadores.
¿Quién es su ídolo?
Cuando era niño siempre fue Rivaldo. Luego Ronaldinho, claro, cuando llegó al Barcelona. No tengo un ídolo como tal, pero esos dos eran mis favoritos.
¿Le ha dicho Alaba que pruebe la Liga española?
Honestamente, me gusta mucho. Veo muchos partidos porque creo que encaja con mi estilo de juego. Me considero un jugador técnico cuya virtud es tener el balón. Es mi liga favorita para ver por televisión, la verdad.
¿Qué le parece la selección española?
Tiene muchos jugadores de mucha calidad, muchos de ellos jóvenes, y creo que es uno de los favoritos, por supuesto. Los equipos españoles siempre quieren la pelota y tienen calidad. Pueden marcar en cualquier momento.
¿Qué jugador actual le impresiona más?
Creo que como juega en mi posición, Toni Kroos. Lleva 15 años al máximo nivel, no ha tenido un partido malo en 15 años. Es increíble. Quizás no se ve lo importante que es para el equipo, pero cuando sabes algo de fútbol, sabes lo importante que es. El equilibrio que da, la capacidad que tiene para darle velocidad al juego o para pausarlo... Todo esto es clave, lo que ves y lo que no ves. He visto que se retira. Por una parte lo entiendo pero por otra no, está en su mejor momento, juega en el Madrid, gana casi todos los años la Champions... (Risas). No sé sus razones, pero es su decisión. Para mí fue un shock.
El nuevo entrenador del Barcelona es Hansi Flick, al que usted tuvo como director de fútbol en el Hoffenheim. ¿Qué le parece?
Hansi es una gran persona, muy amable. Hablabas con él y siempre trataba de cuidar a todo el mundo, que es algo importante, no sólo el tener una gran táctica futbolística. Tienes que tener de todo para formar un equipo y él lo tiene. Creo que ganó seis títulos en un año con el Bayern, así que ya ha demostrado lo que puede hacer en un club grande. Creo que encajará muy bien.

La última tormenta de Oblak: el sueño con Eslovenia perseguido una década y cumplido entre interrogantes

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 00:27

«Hay momentos en la vida en que las cosas no salen como quieres». La resiliencia es una característica de Jan Oblak. A sus 31 años, después de 10 como arquero indiscutible en el Atlético de Madrid y líder de Eslovenia, en esta Eurocopa se está viendo obligado a demostrarlo. Empezando por esta noche ante Inglaterra. O Eslovenia suma o hará las maletas para marcharse de vacaciones.

La espina clavada de su carrera era llevar a su país a una fase final de un gran campeonato y lo ha logrado, aunque ahora no parezca suficiente. Junto al goleador Sesko es el líder, pero está dejando más dudas que certezas, casi como de rojiblanco.

Nada pudo hacer en el derechazo de Eriksen para Dinamarca en la primera jornada y sostuvo al equipo ante Serbia hasta lo que ocurrió en el minuto 95. De manera inexplicable Jovic consiguió un empate en el que Oblak fue protagonista. El veterano guardameta, después de cuajar un buen partido, esperó el saque de esquina dentro de su portería, un error impropio de su experiencia. A bocajarro recibió el testarazo de Jovic solo en el área pequeña, pero, aunque lo hubiera repelido, habría subido al marcador.

68 goles en 54 partidos

Nadie encuentra explicación a qué hacía dentro de los palos, como otras tantas veces esta temporada ha sido cuestionado por sus actuaciones con el Atlético. Esta 23/24 ha sido su peor temporada desde que llegó a Madrid, con 68 goles en 54 partidos.

Pese a ser uno de los héroes de la eliminatoria ante el Inter con dos penaltis atajados y de haber sacado manos salvadoras en muchos partidos de Liga, sus números le relegan a la quinta plaza de los porteros menos goleados. 43 encajó en 38 encuentros y estuvo obligado a hacer más de tres paradas por partido, algo que no le había sucedido nunca en el Atlético.

La debilidad defensiva de la zaga rojiblanca no le ayudó a intentar revalidar el Trofeo Zamora que ha ganado en cinco ocasiones, cuatro de forma consecutiva desde la campaña 15/16 a las 18/19. Después tuvo que esperar una más para volver a ser el guardameta menos batido. Unos problemas cervicales al final de la pasada temporada y la debilidad defensiva del equipo de Simeone le han llevado que sume tres temporada consecutivas muy alejado del trofeo, que nadie ha conseguido seis veces en la historia de la Liga.

«Mentiras desde Madrid»

Eslovenia ha sido su bálsamo esta temporada. Durante la clasificación para la Eurocopa, que sólo han disputado en 2000, mantuvo su portería a cero en ocho de los 19 duelos, aunque en total recibió 17 goles. Ninguno de los otros dos porteros, Igor Vekic del Vejle danés y Vid Velec del Apoel chipriota, le pueden hacer sombra. Precisamente junto a Velec, Kurtic y el renacido Joseph Ilicic son los veteranos pilares de la selección. Y nadie les discute. Ni siquiera los seleccionadores.

El desencuentro en 2018 entre Oblak y el entonces seleccionador Tomaz Kavcic le acabó costando la destitución. «No me habla, lo están engañando y es muy triste. Él dijo mentiras desde Madrid sin hablar conmigo y yo nunca dije nada. Porque Eslovenia le necesita». Y así fue. La Federación eligió al portero, entonces indiscutiblemente entre los mejores del mundo, y despidió al seleccionador horas después de pronunciar esas palabras. Fue entonces cuando cogió las riendas Matjaz Kek, con la lección aprendida.

La proeza buscada durante 24 años de volver a una Eurocopa tiene en Oblak un pilar. Que Eslovenia supere la fase de grupos, algo que no consiguió en el campeonato de Bélgica y Países Bajos, pasa porque el arquero consiga hacer escampar la última tormenta.