Hankuk, la escuela donde se fabrican medallas olímpicas: "Adriana Cerezo mostró que el alto rendimiento no está reñido con la salud"

Hankuk, la escuela donde se fabrican medallas olímpicas: “Adriana Cerezo mostró que el alto rendimiento no está reñido con la salud”

Al final de un estrecho pasillo al que hay que llegar obligatoriamente descalzo, una niña de 11 años grita como poseída mientras ejecuta eléctricas patadas al cuerpo del oponente. Jesús Ramal la observa con orgullo y atención. Podría ser la nueva Adriana Cerezo, que también llegó con 11 años a este santuario escondido en San Sebastián de los Reyes, cuando ella se encontraba en plena crisis de ansiedad competitiva, en un mar de dudas que pronto se resolvieron: a la semana se subió a un avión rumbo a Finlandia para convertirse en poco tiempo en la perla del taekwondo español, inesperada medalla de plata en Tokio con sólo 17 años, ambición de oro en París dentro de unos meses.

En el gimnasio Hankuk la energía es contagiosa. Deambulan jóvenes sonrientes que bromean y se abrazan y que al cabo se transforman en fieros púgiles a las órdenes de Ramal y de Suvi Mikkonen, la presidenta, la otra clave de esta fábrica de talentos, la ex taekwondista olímpica finlandesa que junto a Jesús ideó un proyecto que ya es referente mundial. «Aquí si no eres campeón de Europa, realmente estás fuera de lugar. En el último campeonato de España, de las ocho categorías femeninas, el club ganó seis. Eso nunca ha pasado», presume el entrenador, que a los próximos Juegos acudirá con dos claras opciones de medalla al Grand Palais de los Campos Elíseos, la de Adriana, por supuesto («si está bien, es imparable»), y la de Viviana Marton, una de las gemelas (Luana, campeona del mundo, se quedó a las puertas en el reciente Preolímpico europeo de Bulgaria que ganó su hermana en la categoría de -67 kilos); dos húngaras nacidas en Tenerife que son la viva imagen de la ambición. En París, Viviana competirá por la Hungría de sus padres, pero después ambas lo podrían hacer por España.

Pero hay más, sobre todo futuro. Está Marta Calvo (hermana de Eva, medallista de plata en Río 2016). Están Iker Abad y Jesús Fraile, campeones de Europa sub 21. Y Elsa Hernández, Lena Moreno, Laura Rodríguez, Sofía García... «La idea es que todo explosione en el 2028. Apuntamos alto». Un grupo de élite en el que tienen el apoyo de cuatro entrenadores, cuatro fisioterapeutas, un departamento de medicina, un preparador físico, un entrenador mental, un nutricionista... «Esto es algo distinto. Es como una familia, pero lo más profesional posible. Buscando ayudas para crecer, para crear una cultura del deporte y del esfuerzo. Eso es complicado, ni muchos centros de alto rendimiento lo tienen», pronuncia Cerezo. «Se ha creado una estructura. Queremos que se sientan profesionales. Y queremos seguir avanzando con patrocinios, mecenazgos... Hay una enorme motivación y un ambiente enriquecedor. Y se lo pasan bien», remarca el gurú Ramal, un entrenador hecho a sí mismo, que heredó el club que fundó el gran maestro coreano Han Seon Moon en 1977, el pionero de la introducción de este arte marcial en España (Hankuk significa Corea en coreano).

Y que forjó su método junto a Mikkonen, su pareja, con la que acudió a los Juegos de Londres (diploma) y de Río. Trabajó 11 años para el Comité Olímpico de Finlandia, como seleccionador, acumulando experiencias. «Allí estaba el centro de investigación, con fisiólogos, nutricionistas, muchos profesionales... Eso abrió un mundo a Jesús», cuenta Suvi, que reivindica una filosofía: «No nos da miedo soñar a lo grande. Esto es algo más que un club. La base es cuidar la salud de los deportistas. Que cuando llegue el resultado, si es que llega, que sea con alguien sano y fuerte, que sea positivo en su vida. Es decir, que no haya sufrimiento en el proceso, que cuando ellas y ellos miren atrás piensen que lo han disfrutado. Los que ganan el oro son los que fluyen, los que disfrutan».

Las gemelas Marton, durante un entrenamiento.

Las gemelas Marton, durante un entrenamiento.ANGEL NAVARRETE

Y el paradigma de todo eso fue y es la sonrisa de Adriana. Aquella niña que conquistó a todo un país en Tokio, avanzando de ronda en ronda, de paliza en paliza, hasta la final cuando nadie la esperaba todavía, talento adolescente. Allí perdió contra la tailandesa Panipak Wongpattanakit por un detalle y lloró de rabia y pidió perdón y emocionó a toda España. «La primera vez que la vi, pensé: 'Es una bestia'», rememora Jesús de su pupila, a la que el retraso de los Juegos a causa de la pandemia le hizo llegar a Tokio con la edad justa, la más joven de toda la expedición nacional. «Adriana nos subió mucho, la gente nos empezó a prestar más atención. Sobre todo por la forma en que lo hizo. Su sonrisa contrastaba con todo el asunto Simon Biles, que estaba sucediendo a la vez. Demostró que el alto rendimiento no está regañado con la salud, ni física ni mental», expone Ramal, que reivindica: «La niña no apareció, tenía una base atrás. En el 2019 hizo 69 combates, con 68 victorias y una derrota. 18 campeonatos, 17 oros y una plata...». «Yo a Tokio no iba a probar, iba a ser campeona olímpica. Estaba flotando», recuerda Cerezo, a la que en el Hankuk International School todos llaman 'La Bicho'.

Cuando le preguntan por su secreto, el madrileño Jesús sonríe y se explaya. Y sigue reflexionando sobre la salud física y mental de sus deportistas, la «neurociencia aplicada al deporte». «Muchas veces yo soy el primero que presiono y tengo dudas de dónde están los límites. La línea es fina y difícil. Hay que cuidarles, es un trabajo holístico. Si tienen exámenes, si han tenido un problema personal... Todo hay que tenerlo en cuenta. Una microlesión te puede parar una semana. Y vas mejorando cuanto más puedes entrenar. Por eso es mejor bajar un poco y estar siempre óptimos», explica y hace hincapié en la parte lúdica, la diversión como pilar, los «entrenos agradables»: «Cuanto mayor es la exigencia, mejor te lo tienes que pasar».

Varios deportistas del Hankuk, en acción durante un entrenamiento.

Varios deportistas del Hankuk, en acción durante un entrenamiento.ÁNGEL NAVARRETE

Ramal se apoya en su experiencia y en sus viajes, en el mindfullness -«meditar no como monjes budistas horas y horas; es simplemente parar 10 minutitos. Porque no sabemos parar, con los móviles, las redes sociales...»-, en lecturas y documentales motivacionales que comparte con sus alumnos para «meter en su mente mensajes positivos». Porque los quiere, sobre todo, poderosos, «empoderados». «Mi objetivo es que salgan de aquí cada día como si hubieran hecho el mejor entrenamiento de su vida. Que el entreno sea el mejor momento del día: preparo todo para ir al gimnasio, donde me voy a expresar libremente. Y que en cada patada que den, les vaya la vida en ello», describe con entusiasmo.

«¿Cuándo has entrado que has notado?», interroga Jesús al periodista. «Energía». «¡Eso! Eso lo ve un rival y piensa: 'Esto es algo más'. Por eso he adaptado, por ejemplo, la haka de los All Blacks a nuestro calentamiento, para que sea una activación pura. Aplico aspectos de muchos deportes».

Sin los veteranos, el Madrid sufre más de la cuenta aunque asegura el factor cancha en Berlín

Sin los veteranos, el Madrid sufre más de la cuenta aunque asegura el factor cancha en Berlín

Tantas veces no se aprecia lo que aportan los que ya estuvieron allí, los intangibles de los 'veteranos', el ADN competitivo único de tipos como Rudy Fernández, Sergio Rodríguez y Llull -fundamentales también en la última Euroliga-, ausentes en Berlín, huérfano el Madrid de sus líderes y un tanto a la deriva durante más de media hora ante el último clasificado. Sin nada en juego, con seis derrotas consecutivas, con bajas como las de Procida y Spagnolo, el equipo de Israel González compitió mucho más de lo previsto y sólo sucumbió en la orilla. Un triunfo poco alentador en cuanto a sensaciones para Chus Mateo, pero tan rico en lo deportivo: sella el factor cancha en cuartos de final y deja casi amarrado el primer puesto (de principio a fin) en la temporada regular. [79-86: Narración y estadísticas]

Porque el Real Madrid sigue siendo líder, bien lejos el resto, aunque la noche en el Mercedes Benz Arena, donde en dos meses se disputará la Final Four, no fuera para presumir. Sin el trío de veteranos y también sin Musa, en el tercer partido a domicilio de los cinco que va a encadenar, los blancos sólo resolvieron en la recta de meta, sin alardes, casi por pura inercia, impulsados por lo que fue su resorte toda la noche en Berlín: el rebote ofensivo.

Si había que reforzar sensaciones, la visita al colista no fue el lugar adecuado. El Madrid, tan pleno en Bolonia y Málaga, despejando dudas y esquivando baches, fue un espejismo de plenitud en Alemania. Un equipo a arreones, desganado por momentos, sorprendido en otros ante la osadía del Alba. Mediado el tercer cuarto, perdía de 13 (51-38), sin haber aprendido la lección de una gris primera mitad.

Rebote ofensivo

Así que otra vez se tuvo que poner manos a la obra, reaccionar en defensa, encomendarse a Hezonja y pasar el apuro. Era la segunda vez que tenía que remontar, esta vez con un parcial de 1-14, también Yabusele decisivo en la anotación y Tavares en la pintura (aunque sólo anotara una canasta). Un resurgir clave para no pasar más sudores y para no salir con la cara colorada de Berlín.

Ya el amanecer no presagió nada bueno. Los cinco primeros minutos fueron una antología del disparate, un ratito para frotarse los ojos. Tras el 9-2 de arranque, el Madrid se pasó un buen rato en 'área' contraria. Lanzaba y fallaba y atrapaba el rebote ofensivo (hasta siete). Una absurda sucesión. Erró sus 10 primeros triples (cuatro de ellos Campazzo), la mayoría completamente liberados. Y cuando se quiso dar cuanta iba 10 abajo (15-5).

Alocén y Abalde le dieron el primer alivio, un parcial de 2-14 entonces, pero el Alba siguió valiente, con su ritmo endiablado y sus triples (cuatro Matt Thomas, tres Olinde...). Y el dominio de otro gigante: Koumadje dejó una de las acciones de la temporada, un mate brutal ante Poirier. Y los alemanes, algo tiernos, sólo sucumbieron cuando, en los últimos minutos, se vieron con opciones reales de tumbar al Madrid, al líder.

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Canadá, Australia, Doncic o Antetokounmpo... el complicadísimo camino de España si se clasifica para los Juegos

Canadá, Australia, Doncic o Antetokounmpo… el complicadísimo camino de España si se clasifica para los Juegos

Se podría concluir que las circunstancias no están siendo amables con la selección española de cara a los próximos Juegos de París. Porque no sólo es que vaya a tener que clasificarse en un enredado Preolímpico en Valencia el próximo mes de julio. Si saca el billete, se encontrará en Lille (allí se juega la primera fase) un grupo realmente complicado.

El sorteo, celebrado este martes en The Patrick Baumann House of Basketball en Mies Suiza -con las leyendas Penny Taylor y Carmelo Anthony conduciendo el evento-, deparó tres probables rivales a cada cual más difícil para los de Sergio Scariolo. Porque el condicionante (el ránking FIBA) esta vez le jugó una mala pasada a España. Al ser segunda, no podía quedar encuadrada ni con EEUU ni con Alemania en la primera fase. Evitó a esos dos 'cocos', pero se encontró con otros.

Si gana en la Fonteta de Valencia (del 2 al 7 de julio en un torneo en el que sus rivales serán Angola, Líbano, Bahamas, Finlandia y Polonia), en los Juegos se las verá con Canadá (revelación y bronce en el último Mundial) y con Australia, viejo rival. Además de con el ganador del torneo Preolímpico que se disputa en El Pireo de Atenas y en el que son claramente favoritos la Eslovenia de Luka Doncic y la Grecia de Giannis Antetokounmpo. Avanzan hacia las medallas los dos primeros de los tres grupos y los dos mejores terceros.

Algo menos fiero resultó el bombo con la selección femenina, que ya está clasificada. Serbia, China y Puerto Rico serán las rivales de las de Miguel Méndez en la fase, en el Grupo A. El Grupo B estará formado por Canadá, Nigeria, Australia y Francia y el C lo integrarán los combinados de Alemania, Estados Unidos, Japón y Bélgica.

El Real Madrid escapa más líder del Carpena tras una frenética victoria ante Unicaja

El Real Madrid escapa más líder del Carpena tras una frenética victoria ante Unicaja

Se jugaba el liderato en el Carpena y no era baladí aunque resten 10 jornadas y un mundo. Por la mañana había perdido en casa el Barça, por si había alguna duda de que Real Madrid y Unicaja están siendo los mejores equipos de la ACB. Y verdes y blancos brindaron un choque a la altura de las expectativas, de una intensidad tremenda, de idas y vueltas y de hasta un final con cierta polémica, cuando Campazzo robó a Carter en una acción dudosa -"es falta porque querían hacerla", se quejó Ibon Navarro- y Deck sentenció a la contra. Sale más líder el Madrid de Málaga y suma dos triunfos en la carretera (el viernes se impuso en Bolonia) de los que atajan supuestas crisis. [81-87: Narración y estadísticas]

Para saber más

Se desgañitó Málaga entera con esa acción en el filo, porque en ella iban sus esperanzas de un triunfo colosal. Antes había ocurrido de todo en el Carpena, con un Madrid lastrado por sus pérdidas y algo irregular en su consistencia, y un Unicaja todo amor propio, que se repuso de la floja primera parte y que no encontró más triples de Osetkowski ni de ningún otro cuando los necesitó para resolver el thriller. Aunque logró mantener el basket-average, se queda a dos triunfos de los de Chus Mateo en la tabla.

El primer impacto en el Carpena lo asestó un tipo insospechado, siempre tan en la sombra Abalde -Hezonja causó baja-, con la sensación perenne de no alcanzar lo que prometía. Pero en el Carpena sí, bajando la temperatura al envite, tirando de clase y esta vez también de efectividad. Sus tres triples sin fallo aplacaron el ímpetu inicial de Unicaja, contrarrestaron los dos de Osetkowski y equilibraron a un Madrid dominador del rebote.

Sólo dos antideportivas (una a Campazzo y otra a Musa, ambas claras) cortaron el ritmo del equipo de Mateo, como revitalizado tras su visita a Bolonia. Ibon Navarro, pese a la desventaja y la pérdida por lesión temprana de Kendrick Perry, seguía metiendo gasolina al duelo, así se entiende el baloncesto en Málaga, ritmo, agresividad, frenesí. Pero no le llegaban los triples y se vio 11 abajo (21-32), más complicado todo para los locales con Poirier y su dominio de la pintura en cancha. Tras un pequeño arrimón verde, un triple de Campazzo cerró una primera parte eléctrica.

Osetkowski celebra uno de sus triples.

Osetkowski celebra uno de sus triples.ACB Photo

Pero no estaba dicha la última palabra de Unicaja, un grupo orgulloso, que había ganado 19 de los últimos 20 partidos en la ACB, que sueña con lo de 2006, el liderato en la temporada regular, aquel título histórico. Que ya levantó 21 puntos en el WiZink y que a la vuelta le hizo un 12-2, con cuatro triples, dos de ellos de Alberto Díaz, el motor, el corazón. Tres más para Osetkowski, inspiradísimo, un fracontirador en cuerpo de pívot y la respuesta del Musa para una batalla estupenda, una final en mitad de marzo, los dos púgiles a tumba abierta igualados (64-64) para entrar en el cuarto final.

Y ahí siguió todo avanzando en la agonía, con la irrupción de Sima (10 puntos ante Poirier) pero también el rebote ofensivo blanco, que destrozaba las opciones locales. Un triple de Yabusele y un alley-oop de Poirier dejaron al Madrid enfilado en la recta de meta (74-78). Aunque tras el tiempo muerto, un 6-0 verde, la penúltima respuesta, porque el Madrid tenía el golpe sobre la mesa preparado.

Regresó Tavares a pista y le encontró Campazzo en los cielos cuando se comía la posesión. El propio Campazzo iba a ser protagonista con ese robo polémico a Carter que dejó todo visto para sentencia.

La semana de desenfreno de Markus Howard: 100 puntos y 22 triples en tres partidos

La semana de desenfreno de Markus Howard: 100 puntos y 22 triples en tres partidos

Que Markus Howard es uno de los tipos más geniales que habitan en el baloncesto continental nadie lo discute. No le hace falta ni alcanzar el 1,80 metros para resultar imparable, capaz de armar su lanzamiento desde cualquier rincón del campo ofensivo y a una velocidad de ejecución tantas veces imposible para el defensor. En su segunda temporada en el Baskonia, parece que encuentra además la regularidad en el juego que se le echaba de menos. Aunque lo de sus últimos siete días sobrepase todos los asombros.

La semana de desenfreno del estadounidense con orígenes en Puerto Rico -en su Universidad, Marquette, es el máximo anotador histórico y lideró la NCAA en anotación en la temporada 2020- comenzó el pasado domingo nada menos que contra el Barça. Para vencer a los azulgrana en el Buesa Arena se disparó con 37 puntos y ocho triples (llegó a lanzar hasta 22). El jueves, ya en Euroliga y también en Vitoria, siguió con el show ante el Emporio Armani de Milán: 26 puntos con cuatro de 10 en triples.

Todo redondeado este sábado, sin salir del Buesa, en la visita del Covirán Granada, al que los de Dusko Ivanovic derrotaron (104-88) para seguir en la puja por los puestos de playoffs. El ex de los Nuggets se fue otra vez a los 37 puntos, esta vez con hasta 10 triples (de 14 intentos) para 31 de valoración. Igualó su tope de anotación en Liga Endesa y superó su récord de triples en la competición, donde promedia 18,7 puntos (es el máximo anotador con diferencia). En Euroliga está en 18,5, sólo por detrás de Mike James (19,3).

Los 10 triples de Howard son la tercera mejor marca de todos los tiempos en la ACB, sólo por detrás de Jacob Pullen (12 en 2014) y el legendario Oscar Schmidt (11 en 1994). Según los datos estadísticos de la competición, sus 18 lanzamientos de tres anotados en las últimas dos jornadas solo han fueron superado por el brasileño, que cosechó 19 en dos partidos consecutivos en 1994 (8 + 11).

Markus Howard, tras la victoria ante el Granada.

Markus Howard, tras la victoria ante el Granada.E. OtxoaACB Photo

El Baskonia, por su parte, igualó ante el Granada su tope en Liga Endesa tras quedarse en 19 triples, marca que ha conseguido en cuatro encuentros anteriores. Pero los 35 convertidos en los últimos dos choques se han quedado a uno del récord histórico: 36 sumó UCAM Murcia en las jornadas 23 y 24 de la 2018-19, y 36 encestó el propio club vasco en las Jornadas 28 y 29 del pasado curso.

Desde 1984, cuando se introdujo a la Liga Endesa la línea de tres, hasta el 2021 solo tres jugadores baskonistas habían conseguido alcanzar los ocho aciertos: Igor Rakocevic (2007), Saulius Stombergas (2001) y Velimir Perasovic (1994). En solo dos temporadas en Vitoria, Howard ya lo ha conseguido en cuatro ocasiones.

Van der Poel le brinda un 'Monumento' a Philipsen, que devuelve la Milán-San Remo a los velocistas

Van der Poel le brinda un ‘Monumento’ a Philipsen, que devuelve la Milán-San Remo a los velocistas

Jasper 'Desastre' le llamaban al que hora todos se rinden, el tipo más rápido del mundo. Al velocista que domina, ganador de cuatro etapas y el maillot verde del último Tour, un belga asombroso. El mismo que siempre daba al palo, que en un Tour anterior se había quedado seis veces entre los tres primeros y también en una etapa con final en Dunkerke alzó los brazos al frente del pelotón sin darse cuenta de que Van Aert había ganado un rato antes. Todo eso tan atrás ya. Porque Philipsen cabalga tan seguro de sí mismo que hasta se apunta Monumentos. Se impuso en la San Remo en un sprint ante 12 fuoriclasse para colar su nombre en la batalla entre Van der Poel y Pogacar y para devolver a los velocistas al trono de la Classicissima.

Desde 2016 (Arnaud Démare), ningún sprinter puro se imponía en la meta de la Vía Roma de San Remo. Siempre el Poggio, para arriba o para abajo, como juez. Pero el del Alpecin se aprovechó de las circunstancias. De la nula selección en la Cipressa y del trabajo impagable de su compañero Van der Poel, quien incluso sacrificó sus propias opciones de hacer historia -repetir victoria en el primer Monumento por segundo año consecutivo (algo que no se logra desde Erik Zabel en 2001)-, para atajar los zarpazos de Pogacar (incluso el de Mohoric en los últimos kilómetros) para poner en bandeja la victoria a Philipsen.

Y aún así, apenas un tubular le separó de Michael Matthews, con Pogacar tercero. Toda la electricidad para los últimos 20 minutos, seis horas donde aparentemente nada sucede, así es la magia de la Classicissima, donde siete veces reinó Eddy Merckx, donde Óscar Freire lo hizo tres (y nueve veces estuvo en el Top 10).

La clave fue que no hubo tiroteo en la Cipressa, donde apuntaba la estrategia del UAE, la esperanza de Pogacar de otro 'solo' (como en la Strade Bianche hace unas semanas), tan utópicos en la Milán-San Remo. Puso ritmo mortal el debutante Isaac del Toro, pero no hubo continuidad por ninguno de sus compañeros, un grupo demasiado compacto que ni agarrar a los valientes del día -entre ellos Sergio Samitier, que se cayó poco después en una curva- pudieron antes de coronar. Acercarse a los nueve minutos y dejar el pelotón tiritando era el objetivo sobre el papel (el récord seguirá siendo de Colombo y Gontchenkov, desde 1996, 9:19). Pero no hubo forma, para desesperación de Tadej, tan ansioso y tan contenido a la vez.

El podio final de la Milán-San Remo, con Philipsen en el centro.

El podio final de la Milán-San Remo, con Philipsen en el centro.MARCO BERTORELLOAFP

Así que a falta de 15 kilómetros y más de seis horas de esfuerzo, vuelta a empezar, con el grupo enorme entrando por detrás, entre ellos los velocistas, con tan solo ya el Poggio como obstáculo. Y ahí la timidez, el acelerón inútil de Wellens (la impresión es que a Pogacar le faltó equipo), el alarde de Gonzalo Serrano (26º en meta a 35 segundos, el mejor español) y los dos ataques sin premio para Pogacar. El primero, contrarrestado por Van der Poel, Bettiol y Ganna. El segundo, en el que sorprendió justo antes de coronar, no lo pudo rematar en el descenso, donde el propio Van der Poel, Pidcock y el resto pronto le dieron caza. "Estuvo cerca, tenía unas piernas increíbles", confesó después el esloveno.

Así que los 12 elegidos se plantaron en Vía Roma, donde Philipsen escribió su nombre para la eternidad, con un gracias enorme a un compañero de los que no tienen precio. La grandeza del nieto de Poulidor.

La paradoja del Real Madrid: títulos, bache de juego y media plantilla sin renovar

La paradoja del Real Madrid: títulos, bache de juego y media plantilla sin renovar

Avanza marzo, ni mes y medio resta para el cruce de cuartos de la Euroliga, poco más de dos para la Final Four de Berlín y el inicio de los playoffs de ACB. Se acerca la fiesta y el Real Madrid, se podría concluir, se aproxima a ella con traje de etiqueta y brillantina en el pelo. Ganó las dos competiciones oficiales que se disputaron este curso, la Supercopa para abrir boca y la Copa hace sólo unas semanas (ambas en la final al Barça). Es líder con buen colchón en Europa, donde se antoja complicado que nadie le arrebate el primer puesto, mucho menos el factor cancha. Y también en la Liga Endesa, aunque le aceche ese asombroso Unicaja al que se enfrenta el domingo en el Carpena.

Se arrima el Madrid de Chus Mateo aparentemente impoluto a la hora de la verdad, sin lesionados de gravedad tampoco, aunque sólo hace falta mirar un poco más de cerca para observar alguna arruga en su camisa. Su baloncesto no es el del amanecer del curso -la circulación, la defensa, el rebote, la frescura...-, las derrotas se acumulan (especialmente en la Euroliga, tres seguidas, las dos últimas en el WiZink) y algunos gestos se tuercen. Pero, sobre todo (y quizá ahí está la razón del bache), lo que preocupa al aficionado es la incertidumbre: la mitad de la plantilla y el entrenador acaban contrato en unos meses.

Siempre fue la contención salarial la norma del club, siguiendo el patrón aplicado al fútbol. Pero lo que llama la atención poderosamente es el estancamiento en las operaciones por cerrar. Porque los que amenazan con partir son los pilares de la plantilla. Sólo Facundo Campazzo, Gaby Deck y Gerschon Yabusele, de entre los jugadores clave de la rotación de Mateo, tienen contrato firmado para el curso siguiente. Sin ser oficial, también parece que Dzanan Musa continuará (así lo avanzó su propio agente, el poderoso Misko Ranatovic un año más con una cláusula de salida para la NBA). Pero Tavares, Hezonja, Poirier, Causeur, Rudy Fernández, Sergio Rodríguez y Sergio Llull siguen sin renovar.

Los escenarios son diversos. En cuanto a los nacionales, no se vislumbran conflictos. El capitán Llull seguirá y Rudy y el Chacho también si no deciden retirarse, algo que se antoja más que probable a final de curso: el alero, que tiene la vista puesta en sus sextos Juegos (algo inédito) como colofón, tendrá 39 años, y el base 38. La edad de Fabien Causeur, camino de 37, también juega en su contra, aunque siga respondiendo en la cancha -ahora como especialista defensivo-, cada vez que se le requiere. Son los otros tres casos los que más espinosos se presentan y los que, además, añaden un problema de fondo, el de los cupos en el baloncesto.

Hezonja, el pasado domingo contra el Tenerife.

Hezonja, el pasado domingo contra el Tenerife.Daniel GonzalezEFE

Según ha podido saber este periódico, las conversaciones para la renovación de Edy Tavares se mantienen en una especie de punto muerto desde el pasado verano: hay contactos y buenas intenciones, pero el acuerdo no llega. El mejor pívot de Europa, el jugador más determinante, pretende un impulso a su salario acorde a sus prestaciones. Novias no le faltan, tampoco en la NBA, que no ha dejado de observarle desde que se marchó, aunque no ha iniciado ninguna negociación externa, pese a los rumores. A favor de su continuidad juega el apego del caboverdiano por el club y la ciudad, donde en unas semanas espera que nazca su segundo hijo (será una niña).

Como Tavares, Mario Hezonja (por su formación en la cantera del Barça) tiene plaza de cupo. Pero su caso es totalmente contrario: el croata parece que hizo las maletas hace tiempo. Nunca escondió su amor por el Panathinaikos, que le tienta con una oferta millonaria que el Madrid no parece dispuesto a igualar. Su sueldo no está acorde a su rendimiento: Mario llegó desde el UNICS con un contrato de dos años como una oportunidad de mercado tras el estallido de la guerra en Ucrania y la expulsión del equipo ruso de la Euroliga.

«Y sí, Mario tiene carácter, pero es nuestro Mario y le queremos un montón», salió al quite Llull el pasado domingo cuando otro gesto poco apropiado hurgó más en la herida de un jugador al que se le empieza a dar por perdido. Hezonja fue el único miembro de la plantilla que no estuvo presente en el Bernabéu para el homenaje por la conquista de la Copa. Allí, en Málaga, también se le observó a disgusto en semifinales y tras el título fue el primero en abandonar el vestuario. No es de los que disimulan los enfados. Su carácter, como su talento, es único, para bien y para mal.

Poirier, ante el Fenerbahçe.

Poirier, ante el Fenerbahçe.JUANJO MARTINEFE

Vincent Poirier es el otro jugador clave sin renovar y tampoco parece cercano el acuerdo. Una operación que parece vinculada a lo que suceda con Tavares. El francés, siempre a la sombra de su colega («le adora, se quieren un montón»), sería titular en el 90% de los equipos Euroliga y pretendientes, como en los otros casos, tampoco le faltan. Sobre todo este maremagnum de incertidumbres se pronunció recientemente Mateo, quien tampoco tiene asegurada su continuidad. «Lo que va a seguir seguro es el Real Madrid, independientemente de quién esté. Se irá gente, se ha ido gente, vendrá gente... y el Real Madrid de baloncesto va a seguir ahí arriba este quién esté», admitió.

Más allá de lo complicado que sería rellenar los huecos de semejantes ausencias, al Madrid se le presenta otro problema más burocrático: necesita cupos de jugadores nacionales. Hoy por hoy sólo tiene dos garantizados para el curso próximo (Abalde y Alocén), a los que se podría unir los de los canteranos Hugo González y Eli Ndiaye, cada vez más integrados en la primera plantilla, e incluso el de Sergio Llull. Pero con sólo cinco el panorama sería insostenible.

Así que en las cuentas del porvenir aparecen otros nombres. Con fuerza suena el de Usman Garuba, cuyo retorno a Europa llama a la lógica tras otra temporada en blanco en la NBA. Y también el de Juancho Hernangómez. Pese a que tiene un año más de contrato en el Panathinaikos, la posible llegada de Hezonja facilitaría su rescisión. Una especie de trueque. Porque tampoco hay muchos más nacionales apetecibles en el mercado (Juan Núñez tiene un año más en Ulm y explorará sus opciones en el draft, y Jaime Pradilla renovó con el Valencia).

David García Torné, seis operaciones en la rodilla y un poderoso resurgir: "Fue un calvario. Pero ahora me veo con medalla en París"

David García Torné, seis operaciones en la rodilla y un poderoso resurgir: “Fue un calvario. Pero ahora me veo con medalla en París”

«Torné, Torné es el hombre», cuentan los que hacen cábalas con las opciones del judo español, siempre tan pujante, pero tan con la miel en los labios olímpicamente, desde Sydney 2000 sin medalla. Otro pupilo de Quino Ruiz, de esa factoría de éxito (Niko Sherazadishvili, Fran Garrigós...) escondida en un rincón de Brunete. Un chico tímido pero decidido, tan seguro de sí mismo que ni en mitad de su calvario particular dejó de creer.

«Nunca pensé en tirar la toalla. Me veía siempre con la confianza de que iba a llegar. Que sólo era una piedra en el camino», cuenta ahora David, al que de golpe le llegó todo aquello que perseguía desde que a los seis años sus padres le apuntaron a la extra escolar de judo en La Canonja. Tan pleno fue el 2023, que de escuchar lo conseguido -una plata continental, el número dos del ránking olímpico en su categoría de -66 kilos- se le pone «la piel de gallina». «Ha sido un sueño. Porque miraba al año anterior y es que ni siquiera aparecía en el ránking».

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Para saber más

La razón era su rodilla izquierda, maldita antes, «ahora perfecta». Seis operaciones nada menos. Tres de menisco, la primera a los 18 años. «Tras una competición en Francia, paramos en una gasolinera, y al poner el pie la rodilla no me estiró y me caí de cara al suelo», recuerda ahora con media sonrisa. Otras tres de ligamento cruzado, cuando tras la pandemia se lo rompió. «Me operé, intenté volver a competir, pero la rodilla se me iba. No quería saber nada, tiraba para adelante, nueve meses así, me venían otras lesiones a raíz de esa... Hasta gané el Campeonato de España. Al día siguiente fui al médico...». Y vuelta al quirófano.

García Torné posa para EL MUNDO.

García Torné posa para EL MUNDO.SERGIO GONZÁLEZ VALEROMUNDO

«Fue un calvario. Se pasa mal mentalmente. Tras la primera operación no conté con la ayuda de ningún psicólogo. Me adelantaron los rivales, fue duro. La segunda lo tomé de otra manera. Si he vuelto una vez... Y ahora sí tuve ayuda, fue clave. Tenía más experiencia, lo vi desde otra perspectiva. Aprendí», reflexiona el catalán, desde hace ocho años en el Dojo Quino, aunque fuera gracias a la ayuda económica de sus padres. «Esto no lo hago por dinero, hasta este año prácticamente no he cobrado nada. Ves la MMA u otros deportes. Uno de tercera de fútbol cobra más que yo que soy top cinco mundial. Pero es lo que hemos elegido, lo que nos gusta», dice ahora que el porvenir le sonríe, que atisba los Juegos para los que tiene billete asegurado y no intuye techo. «En plena lesión pensaba: 'Yo soy mejor que estos'. Siempre he confiado. Y me veo con medalla olímpica», asegura recién llegado de tres semanas en Japón, la cuna de su deporte, donde se midió con Hifume Abe, el absoluto dominador de su peso, con el que nunca se ha enfrentado en torneo oficial. Y no se vio lejos. «No enseñamos nada, pero no me impresionó, no me pareció nada del otro mundo. Los dos sabemos que tarde o temprano nos vamos a enfrentar. Él lleva mucho tiempo sin perder, ganó los últimos Juegos, el Mundial. Torneo que va, torneo que gana».

En el Campo de Marte de París, tan lejos las pesadillas de su rodilla, David afrontará esa jornada de pura tensión que suponen sus competiciones con la calma del que dejó todo atrás, escuchando a Jarabe de Palo entre combate y combate y confiando en su judo. «Donde mejor soy es tirando al contrario, que no deja de ser la meta de nuestro deporte. Lo que me viene peor es justo lo contrario. La gente que va a conseguir sanciones, que bloquea... Y creo que con el tiempo me he ido haciendo fuerte de cabeza, soy capaz de pensar. El factor mental en el judo es un 70% y es lo que más cuesta, tomar decisiones a 180 pulsaciones y con dos sanciones... ".

El Real Madrid sufre para ganar al Tenerife: "Que la gente dude"

El Real Madrid sufre para ganar al Tenerife: “Que la gente dude”

De nuevo la incomodidad, la falta de foco, los errores sin sentido y las sonrisas olvidadas. Como avanzar en el lodo. Ha entrado en barrena de juego el Real Madrid y no es momento oportuno, con toda la fiesta a la vuelta de la esquina. "Hemos jugado mejor. Y estamos preparados para el tramo final. Volveremos a estar bien. Nos une mucho que la gente dude", se sinceró Chus Mateo tras el alivio del triunfo ante el Lenovo Tenerife, un rival de esos que no perdona crisis y que luchó hasta la misma orilla en el WiZink. [80-78: Narración y estadísticas]

Falló Jaime Fernández la jugada decisiva cuando todos esperaban -hasta su entrenador- el balón en las manos de Kyle Guy. La canasta que hubiera dado un triunfo agónico al Tenerife, que siempre le mantuvo la cara al partido, incluso cuando en la segunda parte Llull y Causeur intentaron reanimar al Madrid. Parecían haberlo logrado cuando emergió la dinamita de Guy para un final en el alambre y un poco más de dudas.

El Tenerife es perro viejo y ha enderezado su rumbo tras un extraño inicio de temporada. Era consciente de que acudía para hurgar en la herida blanca y se plantó serio y confiado en el WiZink, con tres triples de Fitipaldo para amanecer. Las pérdidas eran un lastre, especialmente desacertados los bases en los pases, tanto Campazzo como después Alocén (descansó Sergio Rodríguez). Nadie lucía, apenas las culminaciones de Poirier y un triple de Abalde para cerrar el primer acto.

Fitipaldo y Campazzo, durante el partido en el WiZink.

Fitipaldo y Campazzo, durante el partido en el WiZink.Daniel GonzalezEFE

Más dominantes todavía los de Txus Vidorreta después, haciendo pupa a una defensa del Madrid que tiene poco que ver con la de comienzo de curso. A la vuelta del descanso, el cuarto triple de Fitipaldo y el primero de Kyle Guy encendieron las alarmas (43-49). Reaccionaron los blancos a ese desafío con un 16-4 de parcial, con Musa y especialmente con dos triples de Causeur, que dieron vida al perímetro de su equipo (el jueves ante el Fenerbahçe se quedó en dos de 14).

Causeur es el paradigma del tramo que atraviesan los de Chus Mateo. Su energía es diferencial. Su actitud defensiva la que contagia al resto. Y siempre guarda en su zurda algún triple clave. Volvió a igualar el Tenerife y se encontró con el amor propio del francés y de Llull, otro parcial de 9-0 que ponía al Madrid en la pole para el trabajado triunfo.

Y, sin embargo, todo se resolvió en la agonía. Porque el Madrid se confió y porque el talento de Guy es imparable. Falló Jaime Fernández ante la defensa de Campazzo y, tras los tiros libres de Llull, una falta de Tavares evitó el lanzamiento triple de Doonerkamp que hubiera podido forzar la prórroga.

Jasikevicius y su feo adiós del Barça: "El trato malo sigue, sobre mi familia. Un día hablaré claro"

Jasikevicius y su feo adiós del Barça: “El trato malo sigue, sobre mi familia. Un día hablaré claro”

Sarunas Jasikevicius tenía a toda su familia en las gradas del WiZink, felices todos de otro triunfo más de papá en una cancha que siempre se le dio bien. Con el Barça, ocho victorias en 11 partidos, incluida una final de Copa. Esta vez, con el amarillo del Fenerbahçe, la cosa no fue un paseo ante el Real Madrid, pero casi.

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Venció de principio a fin, dominando abrumadoramente el rebote. Con la sabiduría de Calathes a los mandos y el poderío de Nigel Hayes-Davis, otros dos ex azulgrana. Y su equipo, de menos a más, ya está en puestos playoffs.

Era la primera vez que regresaba el técnico lituano al Palacio desde la última final de Liga Endesa y sobre ese pasado de rivalidad se le cuestionó en sala de prensa. Y, aunque ya ha dejado algún avance de aquel "proceso feo" que resultó su salida del Barça el pasado verano, sorprendieron las duras palabras del Saras. "Todo el mundo me pregunta por el Barcelona y hay que dejar eso atrás. Además, lo hemos dejado de una manera bastante mala. Hoy he hecho una entrevista en la que he dicho que al final en la Euroliga esto es una victoria y dos días de buena prensa, y si pierdes te vas sin la victoria y tienes dos días de mala prensa. El maratón sigue", dijo en primer lugar de forma enigmática.

Para después aclarar que no era "la primera vez" en la que salía así del Barcelona, "ganando", recordando su etapa de jugador, en la que partió rumbo al Maccabi tras ganar la Euroliga (aunque luego regresaría para cerrar su carrera antes de su último paso por Zalgiris). "La decepción es enorme, sin ninguna duda. El trato malo sigue ahora mismo, estos días ha seguido, sobre mi familia y eso. Un día hablaré claro, no quiero hacer más daño. Un día hablaré bastante más de lo que he hablado hasta estos momentos", zanjó. Su hijo Lukas juega en la cantera azulgrana.

Tras tres temporadas como entrenador del Barça, el pasado verano el club le hizo una oferta a la baja que él no aceptó y Roger Grimau se hizo cargo del equipo. Jasikevicius llevo al Barça a las tres últimas Final Four, perdiendo la final ante el Efes en 2021 y dos veces en semifinales contra el Madrid después. Conquistó dos Copas y dos ligas ACB.