Dayle Ojeda o cómo desertar de Cuba el día de la inauguración de unos Juegos Olímpicos: "Estaba nerviosa, miraba atrás por si me seguían"

Dayle Ojeda o cómo desertar de Cuba el día de la inauguración de unos Juegos Olímpicos: “Estaba nerviosa, miraba atrás por si me seguían”

"Había pensado en ello varias veces. En Cuba no tenía opciones de competir, tenía muchas dificultades para entrenar y sabía que ése era el momento. Del 6 de mayo al 26 de julio de este año estuve en París ayudando a las judocas de mi país clasificadas para los Juegos Olímpicos y el día de la inauguración, cuando llegué al aeropuerto para regresar a La Habana, me separé del grupo".

A los 31 años, a la judoca Dayle Ojeda se le escapaba la carrera, la vida. Nacida en La Habana en 1993, entre 2019 y 2020 ganó un Campeonato Nacional, compitió en los Grand Slam de París y Dusseldorf e imaginó un futuro mejor, distinto, próspero. Pero después todo se desvaneció. En su categoría, de más de 78 kilos, Cuba contaba con una leyenda algo mayor que ella, Idalys Ortiz, cuatro veces medallista olímpica, campeona en Londres 2012, y no había dinero para ambas. En cuanto las autoridades escogieron a Ortiz, acabaron los viajes para Ojeda y hasta se limitaron los entrenamientos.

"A los Juegos Olímpicos viajan más, pero al resto de competiciones sólo van las primeras figuras de Cuba, apenas tres o cuatro judocas. No había recursos para nada, no había manera de desarrollar una carrera deportiva y no tenía medios para vivir. Recibía un salario mínimo que no alcanzaba para las cosas fundamentales y me tenían que ayudar mis padres. Sólo había dos caminos: o salir de Cuba o dejar el deporte", comenta Ojeda a EL MUNDO desde Valencia, donde llegó después de todo un periplo. Porque viajar de La Habana a Valencia con escala en París es relativamente fácil, pero desertar de un país es otra cosa.

"No sabía qué pasaría, unas amistades me recogieron"

"Estaba nerviosa, miraba atrás por si me seguían, no sabía qué pasaría. Por suerte unas amistades me recogieron en el aeropuerto. Después cogí un autobús hasta Barcelona, me quedé allí unos días con una amiga y luego llegué a Valencia, donde me esperaba Ayumi".

Subcampeona en los dos últimos Abiertos Panamericanos de Varadero, Ojeda podía haberse marchado a Estados Unidos, a Miami, donde tiene familiares, o podía haberse quedado en Francia, una potencia mundial en judo, pero escogió España porque "nos parecemos en muchas cosas" y por Ayumi Leiva, compatriota suya nacionalizada el año pasado y aspirante a medalla en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 2028. Ella le explicó las bondades del sistema español y le introdujo en el Centro Especializado de Alto Rendimiento (CEAR) de Benimaclet, donde entrenan los recientemente olímpicos Salva Cases y Tristani Mosakhlishvili 'Tato'.

"El judo es judo en todo el mundo, pero la preparación en España no tiene ni punto de comparación con la de Cuba por muchos motivos. En primer lugar porque aquí la preparación física es más profesional, está más estudiada, hay más recursos. Y en segundo porque aquí hay muchísima gente de nivel. Hay muy buenas judocas en España y, además, cada semana viene gente de nivel de otros países. Sólo llevo aquí dos meses, pero noto que he mejorado más que nunca en mi vida", reconoce Ojeda, a quien aún le queda un camino largo.

Dayle Ojeda.

Dayle Ojeda.David GonzálezAraba

"En mi mente sé que es lo mejor, pero en mi corazón me cuesta porque voy a pasar tiempo sin ver a mi familia. En Cuba tengo a mi mamá y se me hace duro. Hablo todos los días con ella, también hablo con mi hermana, con mis sobrinos, pero no es lo mismo que verlos en persona. Eso es lo más difícil".

Con la añoranza a cuestas, Ojeda ahora intentará destacar en el Campeonato de España que se celebrará en diciembre -en su peso la selección no tiene representantes olímpicos o mundialistas- y poner en orden su situación. La Federación Valenciana de Judo le ha ofrecido una plaza en su residencia y le ayuda con la manutención y el material, pero necesita competir cuánto antes. El proceso de nacionalización es complicado y, más allá del apoyo institucional, los resultados ayudan.

Como demostraron los casos de compatriotas suyos como el saltador Jordan Díaz o el boxeador Enmanuel Reyes Pla, si Ojeda se confirma como una opción de medalla para los Juegos Olímpicos de Los Angeles 2028 el Consejo de Ministros no tardará en actuar. "Ahora mismo mi motivación es trabajar al máximo para estar preparada cuando llegue mi momento. Me encantaría poder ir a los próximos Juegos Olímpicos y devolver a España toda la ayuda que me está dando", finaliza Ojeda.

Alejandro Carbonell, el referente del hockey hielo en España pese a aquel maldito pastillazo: "Perdí cuatro dientes, me operaron de urgencia..."

Alejandro Carbonell, el referente del hockey hielo en España pese a aquel maldito pastillazo: “Perdí cuatro dientes, me operaron de urgencia…”

Muchos años después, Alejandro Carbonell no recuerda aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. «No te sabría decir. Tendría tres años o incluso menos cuando empecé a patinar», reconoce y de aquella infancia, esta vida. Carbonell nació en el hielo, creció en el hielo, sigue en el hielo: es el capitán de la selección española y referente del Jaca de hockey hielo y, aunque en la mayoría del país su deporte es desconocido, en el Pirineo aragonés es casi una estrella. «Fuera de aquí se sorprenden, pero en Jaca la gente me para, los niños me piden fotos. Nos pasa a todos los jugadores. El hockey es algo nuestro. Yo de crío hacía lo mismo», explica antes del inicio de una Liga española con particularidades.

En primer lugar, porque compiten siete equipos, un número impar que viene de «un desastre» que requiere explicación. En segundo lugar porque uno de ellos es portugués, el Porto, por eso se llama Liga Ibérica. Y en tercero porque el clásico se disputa entre dos pueblos pirenaicos, el Jaca, vigente campeón, y el Puigcerdà. «Somos dos pueblos muy parecidos que vivimos de lo mismo, del turismo de segunda residencia, del deporte de montaña... es un duelo bonito», comenta el jugador. En esos partidos, la enorme Pista de Hielo de Jaca se suele llenar, es decir, se juntan 2.200 de los 12.000 vecinos del lugar. Normal que paren a Carbonell por la calle.

El sueño de competir en Francia

«Mi primo, Juan José Palacín, era uno de los mejores jugadores de España y crecí viéndole. Antes incluso que hubiera equipo para nosotros, mi hermano y yo ya practicábamos en el garaje. Lo único que recuerdo fue el primer partido que jugué, a los siete años, en un torneo internacional en Vitoria. Nos llevaremos allí por ser el Jaca y un equipo francés, el Anglet, nos ganó por 33-00. Éramos tan pequeños que las medias no nos llegaban a cubrir las espinilleras», rememora quien luego precisamente acabó en la liga francesa, la League Magnus, la competición profesional más cercana. Si en España no cobra casi nadie y los jugadores se tienen que comprar su propio material -unos patines profesionales cuestan más de 1.000 euros-, al otro lado de los Pirineos hay sueldos de hasta 100.000 euros, es decir, el sueño de la plena dedicación al hockey hielo.

RFEDH

«En 2016 tuve la suerte que el seleccionador español, Luciano Basile, también entrenaba allí y me llevó al GAP para jugar con el filial. Llegué a debut en el primer equipo, me hice un hueco, pero por problemas económicos del club no me renovaron y al año siguiente lo intenté en el Annecy, en la segunda división francesa. Allí me dieron un pastillazo y se acabó la experiencia», repasa Carbonell y... espera, ¡¿Un pastillazo?! «Sí, sí, pasa poco porque hay que tener muy mala suerte, que la pastilla se cuele justo en el sitio del casco, pero me dieron de pleno en la boca. Perdí cuatro dientes, me operaron de urgencia y estuve seis semanas comiendo con una jeringuilla, todo líquido. Pesaba 76 kilos y bajé a 69. Me costó mucho volver a entrenar y decidí regresar a España», comenta quien ahora compagina el hockey hielo con su empresa de gestión deportiva, ArokSport, con un mal recuerdo por partida doble.

La desaparición del Barcelona

Por el pastillazo y porque el equipo al que regresó en España ya no existe: el Fútbol Club Barcelona. Por las obras alrededor del Camp Nou, la Pista de Gel se fue a tierra y, con ella el conjunto. Es «el desastre» por el que ahora la Liga Ibérica es impar. «Es una verdadera pena que se haya dejado morir el proyecto. El Barça era un ejemplo de club polideportivo en España. Cuando estaba allí sufrí una pequeña lesión y me trataba junto a Rafinha, de igual a igual. Ha hecho mucho daño al hockey hielo en España», explica Carbonell, cuyo Jaca, ya sin el Barça, vuelve a ser favorito a todo. Con la competencia del Puigcerdà, el Porto, el Txuri Urdin de San Sebastián, el Milenio Panthers de Logroño, el Majadahonda y el Huarte, el conjunto aragonés buscará otro título a la espera que la competición crezca.

En muchas poblaciones, de Vitoria a Boadilla, de Granada a Vielha, hay pistas de hielo, pero faltan practicantes del hockey, incluso falta que se sepa que existe el deporte. «Fuera del Pirineo, cuando digo que juego a hockey hielo, aún hay quien me habla de las peleas de la NHL estadounidense. Aquí en Europa están prohibidísimas», señala Carbonell, al que siempre le quedará Jaca, donde es casi una estrella.

Alcaraz vuelve a ser Alcaraz, gana dos partidos en un día y le da la Laver Cup a Europa

Alcaraz vuelve a ser Alcaraz, gana dos partidos en un día y le da la Laver Cup a Europa

Era un torneo de exhibición, el último de una serie de partidos amistosos, pero se convirtió en algo más. Desde su derrota en la final de los Juegos Olímpicos de París, Carlos Alcaraz estaba exhausto, quemado por la competición, los viajes, las obligaciones, incluso harto. Hace unos días llegó a reconocer que no le apetecía jugar el US Open, menos aún -se supone- el Masters 1000 de Cincinnati en el que rompió una raqueta. Por eso el desenlace de la Laver Cup, con todo su jijí y todo su jajá, se convirtió en algo más.

Hasta su partido ante Taylor Fritz, Alcaraz había estado todo el fin de semana de risas en el Uber Arena de Berlín. En la pista, tanto en sus encuentros de dobles junto a Alexander Zverev y Casper Ruud como en su duelo previo de individuales, se había entregado al espectáculo y fuera de la pista todo eran risas. Animadísimo, conectado con compañeros como Grigor Dimitrov, sonreía, bromeaba, disfrutaba. Pero ante Fritz todo era distinto.

En un empate técnico entre el equipo de Europa y el equipo del resto del mundo, estaba en juego el título. Pero sobre todo Alcaraz arriesgaba su propia recuperación. La mejora que demostró una semana atrás en la Copa Davis y estos días en la Laver Cup podía arruinarse si ante Fritz volvían los fallos, las imprecisiones, el desánimo. Era importante ganar y más importante era jugar bien, con todo lo que eso conlleva para Alcaraz. ¿Y qué pasó? Que lo consiguió todo y de la mejor de las maneras.

La exhibición ante Fritz

Si horas antes junto a Ruud ya lució con triunfo sobre Ben Shelton y Francis Tiafoe por 6-2 y 7-6(6), en el desenlace el español fue el de las mejores citas para vencer a Fritz por 6-2 y 7-5 y darle a Europa su quinto título. Dibujó el español otro cuadro con toda su paleta de recursos, colores bonitos, figuras exóticas mientras el público de Berlín, Roger Federer incluido, sólo podía abrir la boca y aplaudir. Ante un tenista tan potente y robótico como el estadounidense, Alcaraz bailó con su juego de red, sus dejadas y su variedad de golpeo y cuando tuvo que aguantar, aguantó.

Ebrahim NorooziAP

En el segundo set, después de una hora de impoluta belleza, el español se relajó, su rival se liberó y el desenlace se complicó de alguna manera. Fritz devolvió un set en contra e incluso empujó a Alcaraz al abismo de un tercer set injusto y del todo innecesario. En ese momento, un mes atrás se hubiera enredado. Pero, al contrario, esta vez resolvió con seriedad y se marchó a celebrar con sus compañeros de equipo. La Laver Cup era un torneo de exhibición, pero al final para Alcaraz fue algo más.

Alcaraz pasa un mal rato en su estreno en la Laver Cup como pareja de Zverev

Alcaraz pasa un mal rato en su estreno en la Laver Cup como pareja de Zverev

"No meto un resto dentro", se quejaba Carlos Alcaraz en uno de los descansos de su primer partido en la Laver Cup, perdido, visiblemente disgustado. La competición que enfrenta a tenistas de Europa contra tenistas del resto del mundo debía ser un entretenimiento para él, pero empezó este viernes con un mal rato. Haciendo pareja con Alexander Zverev, el actual número dos del mundo, el español cayó ante el dúo estadounidense formado por Ben Shelton y Taylor Fritz por 7-6(5) y 6-4.

Los titubeos con el saque de Alcaraz y, sobre todo, los problemas de Zverev en la red condenaron al equipo europeo que pese a ello salvó la jornada. Gracias a las victorias de Stefanos Tsitsipas ante Thanasi Kokkinakis y de Grigor Dimitrov ante Alejandro Tabilo se terminó con empate a dos después de que en el primer partido Francisco Cerúndolo superara a Casper Ruud. Este sábado, Alcaraz ya disputará un encuentro de individuales, con el doble valor de los puntos, y lo más probable es que repita el domingo, cuando los puntos valen triple.

RONNY HARTMANNAFP

Ganar o perder la Laver Cup no es importante, pero en este momento de la temporada Alcaraz necesita acumular alegrías en el torneo que organiza Roger Federer. Y de momento no lleva ninguna. Pese a que el español disfrutó del show previo y de sentirse la estrella de la competición, sobre la lenta pista negra del Uber Arena de Berlín estuvo desacertado. Por varias razones, lo tenía difícil. Esta temporada ha jugado dobles en los Juegos Olímpicos con Rafa Nadal y en la Copa Davis con Marcel Granollers, pero igualmente su experiencia en la especialidad es escasa. Y además no tenía ninguna sintonía con su compañero, Zverev.

Pareja para el espectáculo, sin partidos ni entrenamientos previos, ambos se notaban incómodos e incluso en sus mejores juegos -como cuando consiguieron forzar el tie-break del primer set- no llegaban a conectar. Al otro lado, en cambio, la pareja estadounidense se lo pasaba pipa. Con otro compatriota, Francis Tiafoe, lanzando continuas bromas desde su banquillo, ambos sacaron su mejor versión, especialmente un Shelton imparable. A sus 21 años, confirmado como uno de los mejores sacadores del circuito, ayer en la Laver Cup anunció que también domina la red y que si logra estabilizar su juego en el futuro habrá que contar con él para los títulos más importantes.

Tsitsipas sonríe de nuevo tras la reconciliación con su padre: "Seguimos siendo una familia unida"

Tsitsipas sonríe de nuevo tras la reconciliación con su padre: “Seguimos siendo una familia unida”

Nadie como una madre para templar los ánimos. Hace apenas unas semanas, Stefanos Tsitsipas rompió con su padre Apostolos, su entrenador de toda la vida, después de muchas riñas entre ambos y de feos gestos sobre la pista. Era un asunto profesional, pero parecía demasiado para una familia: ya no habría más comidas los domingos. Hasta que apareció Iulia Salnikova, madre del tenista, esposa del técnico. "No es una tragedia, después de todo debemos seguir siendo una familia unida. Hice ver a Apostolos que como entrenador estaba presionando demasiado a Stefanos. Sólo pensaba en el tenis, no en la persona", explicaba esta semana en la televisión griega Salnikova que, en efecto, consiguió que Tsitsipas y su padre siguieran hablándose, abrazándose, queriéndose.

Ahora el tenista trabaja con otro técnico, Dimitris Chatzinikolao, pero tiene la estabilidad emocional necesaria para recuperar el nivel. Después de su estrepitosa derrota en primera ronda del US Open, el griego brilló este viernes en la primera jornada matutina de la Laver Cup al vencer a su verdugo en Nueva York, el australiano Thanasi Kokkinakis, por 6-1 y 6-4 y dar a Europa su primer punto.

Favorecido por la lenta pista negra del Uber Arena de Berlín, el griego desplegó todo su juego, más motivado de lo que se le había visto en los últimos meses. Este sábado, con el debut de Alcaraz en los partidos individuales, Tsitsipas seguramente descansará, pero el domingo será clave para la decisión de la competición. Y a partir de ahí, si todo le funciona, para arriba. Con Paula Badosa a su lado -Iulia Salnikova también detalló que había ayudado a la reconciliación entre ambos-, quien fuera número tres del mundo intentará rehacerse en el último tramo de la temporada para encarar un 2025 diferente.

En duodécima posición del 'Road to Turín', es posible que se pierda las ATP Finals por primera vez desde 2018, pero todavía tiene margen para destacar e incluso para ganar, quién sabe, su primera Grand Slam. A los 26 años y con dos finales 'grandes' en su palmarés -perdidas ambas ante Novak Djokovic-, ante Kokkinakis confirmó que le queda tenis de sobra para intentarlo. Otra cosa será el ánimo, aunque la victoria de Europa en este Laver Cup le ayudaría. En el otro encuentro disputado durante la mañana, Francisco Cerundolo venció a Casper Ruud por 6-4 y 6-4.

"Se comió una paella para dos él solo": se cumplen 30 años del día en que Magic Johnson enloqueció Badalona

“Se comió una paella para dos él solo”: se cumplen 30 años del día en que Magic Johnson enloqueció Badalona

Hace hoy justo 30 años, el 20 de septiembre de 1994, un hombre altísimo, de 2,06 metros exactamente, entró en el restaurante marisquería La Barca de Salamanca, en el puerto de Barcelona, abrazó al dueño y anunció una fiesta: «Vengo a cenar con unos cuantos amigos». Era Magic Johnson, retirado dos años atrás, pero aún jugón, en todos los aspectos jugón, seguramente el más jugón de la historia. Unas horas antes, con su equipo de exhibición, el Magi

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¿Puede sobrevivir la Laver Cup? Federer como gancho y Alcaraz como nueva imagen

¿Puede sobrevivir la Laver Cup? Federer como gancho y Alcaraz como nueva imagen

Un raro partido de dobles; a un lado de la pista estaban Alejandro Davidovich y Arthur Fils y al otro, Christopher Eubanks y Milos Raonic. Podría ser la primera ronda de un torneo ATP 250 cualquiera, pero fue el cierre de la última Laver Cup con todo lo que ello suponía: escasa audiencia, escasa repercusión, escaso público en el Rogers Arena de Vancouver pese a la presencia de Raonic. El torneo de exhibición que enfrenta a Europa y el resto del mundo agonizaba el año pasado y, por eso, esta temporada la inversión es mayor, mucho mayor.

Con el enorme Uber Arena de Berlín como sede, la organización a cargo de Team 8, empresa de Roger Federer, ha conseguido juntar un cartel de los que sólo se ven en Grand Slam y Masters 1000. Pese a la ausencia de Jannik Sinner y Novak Djokovic, entre hoy y el domingo se enfrentarán en encuentros de individuales y de dobles tenistas como Carlos Alcaraz, Alexander Zverev, Daniil Medvedev, Taylor Fritz o Frances Tiafoe para tratar de reanimar la Ryder Cup del tenis y mantener su atractivo.

«A todos los tenistas les gustan las competiciones por equipo y queremos crecer, que la Laver Cup tenga un nuevo horizonte. Al principio, cuando empezamos, había mucha incertidumbre: ¿Iba a gustar? ¿Iban a venir los jugadores? ¿Iban a venir el público? Pero ahora creo que hay una hermandad que rinde tributo a la generación anterior y forma un concepto que funciona», comentaba Federer en la previa señalando una evidencia: la Laver Cup sobrevive gracias a él.

La imagen es él, los patrocinadores son los suyos -Rolex, Mercedes, incluso el Gobierno suizo- y la historia de la competición es la suya propia. En la primera edición, en 2017, la Laver Cup se dio a conocer gracias a la pareja de dobles que formaban Federer y Rafa Nadal y, con los mismos protagonistas, vivió su momento álgido con aquellas lágrimas compartidas en 2022 por la retirada del suizo. Entre ambas, buenos momentos, como aquellas charlas de Nadal y Federer al alocado Fabio Fognini o aquellas señas incomprensibles de Nadal a Stefanos Tsitsipas cuando jugaban juntos un dobles, y otros momentos no tan buenos. En 2021, ya sin Nadal y Federer en pista, sufrió su primer bajón y el año pasado, su mayor chasco.

La competición de otros torneos

Como siempre, es cosa de dinero. Pese a las apreturas del calendario ATP, los tenistas se entregan a exhibiciones, pero la competencia es dura para los organizadores. Las ofertas de los países árabes, especialmente de Arabia Saudí, son elevadísimas, como muestra el próximo Six Kings Slam y en Estados Unidos cada vez se montan más saraos, como el reciente Alcaraz-Nadal en Las Vegas. La Laver Cup tiene a Federer como gancho, pero igualmente necesita mucho capital para aguantar. Oficialmente reparte 250.000 dólares a los jugadores del equipo ganador y 125.000 dólares a los del equipo perdedor, aunque todos los tenistas negocian aparte un fijo según su caché.

El año que viene la competición se irá a San Francisco y, la siguiente, volverá a Europa, con Barcelona como opción. Para entonces ya se verá si la Laver Cup sobrevive. De momento, este viernes Alcaraz (alrededor de las 21.00 horas, Eurosport) volverá al dobles para enfrentarse junto a Alexander Zverev a la pareja yankee formada por Fritz y Ben Shelton.

La Champions, final del increíble viaje del Girona: "El club se ha mantenido al margen del independentismo y eso le ha ido muy bien"

La Champions, final del increíble viaje del Girona: “El club se ha mantenido al margen del independentismo y eso le ha ido muy bien”

Apenas el mercado semanal del parque de la Devesa agrieta la tranquilidad de Girona, donde poco, prácticamente nada, advierte que llega un gran día: el debut de la ciudad en la Champions, este miércoles en el campo del PSG (21.00 horas, Movistar). Sobre la arena de la Plaça de la Independència unos cartelones de Etihad Airways, patrocinador del equipo, dejan algo entrever -"Juntos hacia nuevas alturas" es el emblema- y para alivio del fotógrafo por allí aparece Javi, con una camiseta de Stuani y el logo de la competición. Pero poco más.

Si acaso hay más camiones que de costumbre descargando comida y cerveza en los bares de alrededor, como el Fock Viu, una hamburguesería y cocktelería muy 'street food' que se prepara a conciencia. Allí se reunirán hoy decenas de chavales convocados por el podcast 'Tribuneros de Montilivi' de Pol Mejias y Martí Pardo. "A Girona le falta un lugar de referencia donde ver los partidos de fuera. No hay un sitio donde se junte la afición, estamos desperdigados y, de hecho, igual vas a un bar de la Plaça de la Independència y no sabes muy bien a quien se anima. La gente no es muy enérgica y muchos no visten la camiseta del equipo", comenta Pardo, veinteañero que describe el carácter de sus vecinos.

Un joven posa en la Plaça de la Independència, de Girona

Un joven posa en la Plaça de la Independència, de GironaDavid RamirezAraba Press

"La gente tiene ganas de Champions, pero en Girona somos tranquilitos, no nos volvemos locos. Por ejemplo, las entradas para la afición visitante en el campo del PSG no se han acabado. Había como 2.000 e irán unos 1.000, la mitad. Entre semana la gente trabaja y lo primero es lo primero", expone Pardo sin acritud, consciente que tampoco se puede cambiar una ciudad tan burocrática, tan funcionarial, tan capital de provincias, en un visto y no visto. Además, hasta hace 20 años el Girona FC deambulaba entre Tercera y Regional Preferente y su masa social sigue en construcción. En 2011, ya en Segunda, Montilivi vivió el primer pleno de su historia -9.286 espectadores- y hubo que esperar a 2017 para el verdadero 'boom', con el ascenso a Primera y la compra del club por parte del City Group.

"Mi padre fue empleado del club y yo siempre fui del Girona, pero en el colegio se reían de mí por eso. Los que íbamos al campo nos conocíamos todos. Ahora hay niños del Girona, es bonito y vienen grupos de turistas, sobre todo holandeses, que van o vienen de la Costa Brava", expone Lluís Bosch, presidente de la Penya Gironina y autor de un Montilivi hecho con piezas de Playmobil -expuesto en el Centre Cultural La Mercè-, que también habla del talante propio: "Hay mucho alegría, más orgullo de ciudad que nunca, pero también hay temor. El 'tarannà gironí' es el que es: serios, reservados. Nos gusta estar en Champions, pero ya sufrimos por lo que pueda pasar con los aficionados de otros equipos".

Montilivi, en el último partido ante el Barça

Montilivi, en el último partido ante el BarçaLLUIS GENEAFP

Y es que la Champions ha obligado al Ayuntamiento a movilizarse, a visitar Villarreal este agosto para aprender de su ejemplo, a preparar dispositivos especiales junto a los Mossos y a coordinarse con la Universitat de Girona, cuyo campus está al lado de Montilivi, al sur de la ciudad. Las clases acabarán antes en los días que lleguen los aficionados del Feyenoord, del Slovan de Bratislava, del Liverpool y del Arsenal. "Es un reto para la ciudad y tenemos que aprender. Hay que saber disfrutar del momento y, a la vez, que no perjudique la convivencia", apunta Àdam Bertran, regidor de Deportes de la ciudad, que desvela que no habrá Fan Zone, pero sí se realizará un control de los fans visitantes, especialmente de los hooligans que lleguen sin entrada.

"Serán cuatro días en cinco meses, tampoco tanto", asume y como miembro de Esquerra confirma que la política se quedará a un lado. Aunque Girona está gobernada por las CUP con el apoyo de Junts y Esquerra, no se esperan actos reivindicativos antes o durante los partidos de Champions. De hecho, en Montilivi las esteladas sólo fueron mayoría entre el fervor de 2017. "El Girona es un club privado y desde el Ayuntamiento sólo podemos desear que la Champions permita que aumente la gente que practica deporte en la ciudad", finaliza Bertran.

Pocas esteladas, propiedad extranjera

"En Girona cuesta mantener el deporte al margen de la política, pero el club lo ha conseguido. Tiene un posicionamiento más cercano al Espanyol que al Barça porque entre las gradas hay gente diversa. Se ha mantenido al margen del independentismo y eso le ha ido muy bien", puntualiza Ángel Martínez, regidor del Ayuntamiento por el PSC y ex jugador de la entidad, cedido por el Espanyol al Girona para la temporada 2010-2011, que añade: "También los propietarios son extranjeros". El City Group del jeque Mansour de Abu Dhabi, el dueño del Manchester City, posee el 47% de las acciones mientras que el 35% es del magnate Marcelo Claure y el 17% restante es de Pere Guardiola, hermano de Pep.

El palco del Girona, ante el Barcelona.

El palco del Girona, ante el Barcelona.Alejandro GarciaEFE

Sin una Junta Directiva al uso, el Girona ha tenido que cambiar parte de su consejo de administración para evitar conflictos con la UEFA, pero igualmente muchas decisiones se toman lejos de la ciudad. "El otro día, un tertuliano de TV3 decía que el Girona ya no es un equipo humilde por los propietarios que tiene, pero no es verdad. En España no hay dinero y ésta es la única forma de crecer ahora. El City Group respeta la identidad del club, no le ha cambiado el nombre, por ejemplo, y mantiene la base de lo que fue", proclama Martínez, que recuerda cuando los jugadores compartían coche para ir a los partidos.

El entorno de un modesto

O cuando a Montilivi sólo iban 300 aficionados. O cuando el Palamós, el Figueres o el Vilobí se llevaban a los canteranos de la entidad. O cuando no había periodistas que cubrieran los partidos. Ahora los hay, claro, pero no hay día que la tribuna de prensa se acerque al número de profesionales que mueven Real Madrid, Barcelona o Atlético. "Como mucho somos 15, aunque lo normal es que estemos entre cinco y 10. Girona es una ciudad muy pequeña, de 105.000 habitantes, y el entorno del club es pequeño, de trato personal, con una relación con los jugadores más cercana", expone Alex Luna, periodista de Mundo Deportivo o DAZN e impulsor de otro podcast, Montiliving, también con tirón entre los jóvenes.

El Girona, en su último entrenamiento antes del PSG.

El Girona, en su último entrenamiento antes del PSG.LLUIS GENEAFP

"Si dentro de unos años el Girona baja a Segunda su masa social bajará, pero quedará lo que estamos viviendo ahora, con la temporada pasada o con el debut en Champions. Ahora hay niños del Girona y eso no pasaba antes", subraya Luna, que en contraposición al tópico habla de una nueva Girona "abierta y divertida" gracias al deporte.

Paraíso para los expats

Porque no es sólo el fútbol. El súbito ascenso del Girona ha coincidido con el nuevo proyecto del Girona Bàsquet de la mano de Marc Gasol -en ACB desde 2022- y con la moda del ciclismo en la ciudad. Hace años, con Lance Armstrong como referente, muchos profesionales se instalaron en el centro y con el paso del tiempo llegaron los amateurs de todas partes del mundo, con sus eventos, sus tiendas de ropa ciclista y sus cafeterías de especialidad. Hoy Girona es un lugar 'cool' para 'expats' gracias a su oferta deportiva.

Ciclistas en la cafetería La Comuna, de Girona.

Ciclistas en la cafetería La Comuna, de Girona.David RamirezAraba

"Antes quizá se veía como un pueblo cerrado y ahora es una ciudad que atrae, con mucha calidad de vida. Muchos nos ven como el Silicon Valley del deporte, un ecosistema único. De hecho, hemos creado un movimiento, el Girona Play Together, para que haya más sinergias entre fútbol, baloncesto y ciclismo", expone Jordi Puyol, de Athletic Affair, una agencia de Girona vinculada a los deportes outdoor y a eventos como el Sea Otter, el festival ciclista que se celebra este fin de semana. Antes hoy, en el campo del PSG, Girona vivirá un gran día, el debut de su equipo en la Champions, aunque poco, prácticamente nada, advierta sobre ello en la ciudad.

Nick Pachelli, el fotógrafo que viaja por el mundo en busca de pistas de tenis imposibles: "He hecho más de 5.000 llamadas para encontrar las más raras"

Nick Pachelli, el fotógrafo que viaja por el mundo en busca de pistas de tenis imposibles: “He hecho más de 5.000 llamadas para encontrar las más raras”

El invierno de 1974 fue un desastre para el hostelero italiano Carlo Cinque: el posible final de un sueño. Enamorado de la costa al sur de Nápoles, unos años atrás había comprado un terreno cerca de una acantilado y había abierto allí un hotel, Il San Pietro di Positano, pero aquel invierno un desprendimiento de piedras amenazó su suerte. ¿Y su establecimiento se iba directo al mar? Podía abandonar el proyecto ante la inseguridad, pero hizo lo contrario: lo amplió de 33 a 55 habitaciones, lo convirtió en un resort de cinco estrellas y en el espacio que había generado el desprendimiento construyó una de las pistas de tenis más bonitas del mundo.

«Hay que bajar unos 70 metros del hotel a la pista a través de unas escaleras, pero no hay duda que es una pista preciosa», asume el periodista y fotógrafo estadounidense Nick Pachelli, que acaba de publicar un libro, The Tennis Court, en el que narra más de 200 historias como esa de pistas de tenis por todo el mundo que él mismo visitó entre la verano de 2022 y la pasada primavera. Dos años de viajes en busca del lugar más recóndito, más bonito, más singular, donde jugar al tenis.

El Tennis Park Lommerrik de Rotterdam, en Países Bajos.

El Tennis Park Lommerrik de Rotterdam, en Países Bajos.NICK PACHELLI

Por ejemplo, en el libro -de momento sólo editado en inglés- aparece una pista construida por un matrimonio en Bunabhainneadar, un pueblo remoto en la remota isla escocesa de Harris. Por ejemplo, la sede abandonada de la Federación de Ucrania en Ispín, a las afueras de Kiev. Por ejemplo, una pista para refugiados entre un maizal en Kyegegwa, una zona rural de Uganda. Por ejemplo, las cuatro pistas del club de la isla Waiheke, en Nueva Zelanda, y sus muchos loros. O por ejemplo, la pista que cada julio se dibuja sobre la arena de la playa de la Ribera, en Luanco, en Asturias, cuando baja la marea.

«La de Luanco es una de mis pistas favoritas del libro, es muy original y es precioso ver la pasión con la que se vive el torneo que se juega allí cada verano», describe Pachelli en conversación telefónica con EL MUNDO después de muchas visitas a España. Como fotógrafo profesional siguiendo el circuito ATP, estuvo en el Mutua Madrid Open y el Trofeo Conde de Godó, pero en su obra también apareció otros lugares de España: el Club del Sol en Mijas, el Real Club de Tenis de San Sebastián, el Real Club de Tenis Betis de Sevilla y su amarillo, la Rafa Nadal Academy o el Mallorca Country Club de Mallorca, el Reial Societat de Tennis Pompeia de Barcelona o el Club de Tenis Puente Romano de Marbella.

Más de 5.000 llamadas

«Hace dos años un amigo mío me preguntó por qué no publicaba un libro exclusivamente de tenis y se me ocurrió la idea de las pistas. En el tenis es difícil ahora sacar un libro distinto y pensé que éste lo era. Cuando llegué a un acuerdo con una editorial [Hachette], contraté ayudantes para llamar a gente relacionada con el tenis por todo el mundo y encontrar las pistas más raras, las más importantes a nivel tenístico o las que tuvieran las mejores historias detrás. Hicimos más de 5.000 llamadas, investigamos, miramos mucho Google Maps y al final llegamos a la selección definitiva», recuerda Pachelli que confiesa un secreto: en la mitad de las más de 200 pistas fotografiadas se ha dado el gustazo de jugar. Junior brillante, con beca como tenista para una universidad estadounidense, una lesión le obligó a escoger un oficio y tiró por el fotoperiodismo. «Ahora sólo soy un amateur más, aunque me encanta participar en competiciones como los torneos de UTR [una app como Playtomic]», comenta y se atreve con su selección personal.

La pista del Sportchalet Murren, en Suiza.

La pista del Sportchalet Murren, en Suiza.NICK PACHELLI

Si tuviera que escoger pista, jugaría en Luanco, en el Club de Tennis Dansk de Copenhague, en la sueca Bastad, donde se disputa un ATP 250, o en el Sportchalet de Murren, un pueblo de los Alpes suizos. «El libro desafía la percepción del tenista como un deporte elitista. Hay lugares exclusivos, como el All England Club, pero también pistas públicas, accesibles, abiertas a quien quiera jugar», finaliza el estadounidense.

España cierre su semana perfecta con una victoria ante Australia y evitará en la Final a 8 de la Copa Davis a Italia y EEUU

España cierre su semana perfecta con una victoria ante Australia y evitará en la Final a 8 de la Copa Davis a Italia y EEUU

El sol brilla en el camino por el que España debe caminar para celebrar una Copa Davis, otra Copa Davis, la séptima de su historia. El objetivo esta semana en la fase de grupos de Valencia era la clasificación para la Final a 8, nada más, nada menos, pero el equipo de David Ferrer lo hizo tan bien que mereció un mayor premio. Su primer puesto de grupo después de vencer a Australia por 2-1 le alejó de las dos principales favoritas, Italia y Estados Unidos, y le colocó en un cuadro más favorable.

En la lucha por la Ensaladera que tendrá lugar en Málaga del 19 al 24 de noviembre, España no deberá enfrentarse a Jannik Sinner ni medirse a cualquiera de los cinco yankees entre los 20 mejores del ranking ATP. Su rival en cuartos de final puede ser la Alemania de Alexander Zverev, pero también Países Bajos o Brasil, dos conjuntos de menor entidad. Diga lo que diga el sorteo de la semana próxima, el mejor de los escenarios posibles antes de empezar la competición.

De hecho, ni el propio Ferrer se planteaba la lucha por el primer puesto como una máxima y cuando llegó tampoco le otorgó mucha importancia. Ante Australia, otra selección ya clasificada, España apareció sin sus dos mejores tenistas, Carlos Alcaraz -que incluso pudo ir a Murcia a una boda el día anterior- y Roberto Bautista y pese a ello triunfó. Pablo Carreño venció a Jordan Thompson por 2-6, 6-2 y 7-6(3); Pedro Martínez cayó ante Alexei Popyrin por 6-4 y 6-4; y en el dobles definitivo, Marcel Granollers se unió a Martínez para derrotar en remontada a Matthew Ebden y Max Purcell por 5-7, 6-4 y 6-4.

El desaire de la pareja australiana

Lejos de la sensación de intrascendencia que podía sobrevolar La Fonteta, ambos conjuntos salieron a ganar y el ambiente estuvo cargado. Ayudaron las palabras el día anterior de Purcell, uno de sus doblistas. "La pareja española no me preocupa. Nosotros ganamos a República Checa bastante rápido y ellos casi pierden así que somos el equipo más fuerte de la eliminatoria", asumió y nada mejor que un desaire para multiplicar la motivación.

Al partido decisivo, de hecho, Granollers y Martínez se presentaron con más ánimos que experiencia; nunca habían jugado juntos. Pese a que Ebden y Purcell formaban una pareja más que rodada, campeones juntos del Wimbledon de 2022 y finalistas del Open de Australia de ese mismo año, los españoles no renunciaron a la victoria, más bien todo lo contrario. Con errores de coordinación y Granollers como claro líder -sobre todo en la red-, ambos fueron encendiendo al público y construyendo las razones de una victoria quizá crucial. Porque España todavía experimenta y busca su pareja de dobles para la Copa Davis y pueden ser ellos perfectamente. Sin ninguna dupla en el circuito, el puesto de Granollers parece fijo y Ferrer deberá hacer un casting para conocer su acompañante en Málaga. Porque otro aspirante es Pablo Carreño.

Pese a sus problemas con el codo derecho y a su crisis de resultado, el español levantó un encuentro ante Thompson, el número 29 del mundo, y lanzó un mensaje. No será el tenista que apuntaba años atrás con aquellas semifinales en el US Open, pero todavía, a sus 33 años, puede vencer a cualquiera. Con él, con ellos, por supuesto con Carlos Alcaraz y Roberto Bautista, y quizá también con un Alejandro Davidovich herido, el sol brilla en el camino por el que España debe caminar para celebrar una Copa Davis, otra Copa Davis, la séptima de su historia.