La primavera de Cubarsí y la resignación de Luis de la Fuente: “De las derrotas se aprende más”

Actualizado Sábado, 23 marzo 2024 - 00:25

Marzo no es un buen mes para Luis de la Fuente. Con la primavera apuesta por revoluciones que no siempre salen bien. Ocurrió ante Escocia hace un año, en partido oficial; volvió a pasar con Colombia, esta vez en un amistoso que llevó al seleccionador a experimentar con su once y a batir de nuevo récords. Pau Cubarsí saltó al campo en el minuto 83 para sustituir a Laporte y convertirse, con 17 años y 60 días, en el segundo jugador más joven en debutar, sólo superado por Lamine Yamal, y en el central de menor edad, un logro que aún tenía Sergio Ramos y su estreno con 18 años y 361 días. Su frialdad en el campo también se reflejó después en los pasillos del estadio, cuando apenas comentó con "orgullo" que había cumplido "un sueño".

Con la irrupción de Cubarsí quiso De la Fuente sacar del atasco a la unidad B que alineó en el Olímpico de Londres, pero no hubo fortuna. "De las derrotas se aprende más. Era un partido complicado, exigente y estamos satisfechos de cosas del primer tiempo pero hay otras que hay que mejorar, especialmente en el segundo. Queríamos hacer pruebas, ver a jugadores con esta exigencia y estrés. Ahora hay que seguir mejorando", reconoció el seleccionador, que vio cómo su equipo perdía el control de un duelo que, al menos durante 45 minutos, fue suyo.

Tuvieron entonces protagonismo otros dos jugadores que han conquistado al seleccionador en el descuento hacia la Eurocopa. Álex Grimaldo y Dani Vivian han encajado en una selección cuajada sin que les pese lo más mínimo ser los novatos. Ambos están en un momento dulce y lo pusieron con desparpajo al servicio de España. El valenciano, en su segundo partido internacional, se convirtió en una bala zurda desde donde se desplegó todo el ataque de la selección en la primera parte. Cabalgadas, centros telegrafiados, saques de esquina, disparos lejanos y hasta amagos de lanzar faltas. Nada temía el jugador con una cartera de recursos envidiable que brilla en el exitoso Bayer Leverkussen de Xavi Alonso.

Las miradas las compartió con Dani Vivian y hasta quiso endulzar su debut con un centro acaramelado que el vitoriano cabeceó rozando el palo. Aplomo mostró el central del Athletic, con físico de jugador muy maduro pero con 24 años y ni un minuto como internacional. Ni dudó. Firme formando pareja con Laporte, ordenó a puro grito a la línea defensiva y hasta buscó darle salida al juego rompiendo las líneas colombianas para encontrar a Merino en la frontal y que asistiera al capitán Oyarzabal para el remate.

En media hora todo el estadio olímpico de Londres, teñido de amarillo por las camisetas de la numerosa hinchada de Colombia, entendió por qué este central encandila a De La Fuente. Pero también que le queda mucho que aprender, especialmente una lección: con la camiseta de España te cruzas con futbolistas como Luis Díaz, capaces de romperte en mil pedazos. La primera, la salvó. De la segunda nació el gol de Muñoz para Colombia. "Ha sido una individualidad buenísima", reconocía el vasco. A la tercera, lo frenó en falta. Por si acaso.

A Colombia la había despertado el seleccionador Néstor Lorenzo con sus cambios al descanso, Durante toda la primera parte vio cómo su equipo no era capaz de reaccionar ante el descaro español, al que se sumó Gerard Moreno para ser un arma interesante. No se ponía la camiseta de España desde 2021. "Es un regreso agridulce por el resultado, pero me siento muy bien por volver con este grupo humano. Yo seguiré empapándome de todo lo que quiere el míster, porque es la primera vez que puedo trabajar con él", admitió.

El regreso de James

Un zurdazo a la media vuelta atajado por Vargas fue el último aviso antes de que James Rodríguez catalizara a Colombia para hacerla dueña del partido. El veterano jugador buscaba una resurrección con su selección que se ganó. Probó con un tiro lejano a Remiro y después remató a la mediavuelta una asistencia de Luis Díaz. "En el primer tiempo nos han dado una lección de cómo jugar, pero en el segundo fue nuestra oportunidad", aseguraba el futbolista renacido cuando se pone la camiseta de su selección y que sueña con volver a Europa: "Ojalá en el futuro poder volver a LaLiga".

No hubo manera de que España se sacudiera un dominio que le fue pensando a pesar de que el seleccionador echara mano de toda la artillería posible. Nada sirvió para igualar el empuje de los colombianos, que se habían volcado en este encuentro tanto en el césped como en la grada. Una lección que la selección debe aprender para encarar el duelo ante Brasil.

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El díscolo James Rodríguez que busca una resurrección con Colombia

El díscolo James Rodríguez que busca una resurrección con Colombia

James Rodríguez se agarra al brazalete de capitán de Colombia como a una tabla de salvación. A sus 31 años no le quedan muchas oportunidades para tratar de resucitar y relanzar una carrera que fue cayendo en picado desde su paso por el Real Madrid. Cada vez menos decisivo en el campo y más cuestionado fuera, sigue manteniendo algunas actitudes díscolas que tanto lastraron sus asombrosas cualidades. Sólo Colombia, su seleccionador Néstor Lorenzo, lo espera. El seleccionador no quiere renunciar a sacar partido a aquel '10' completo que asombró hace 10 años.

En el verano de 2014, James Rodríguez fue la sensación del Mundial de Brasil. Con seis goles, se llevó al Bota de Oro y confirmó que aquel chaval de 23 años que había brillado en Oporto y Mónaco podía tener hueco en el Real Madrid. Florentino Pérez pagó 80 millones de euros y lo puso a las órdenes de Carlo Ancelotti. El italiano pudo sacar lo mejor de él: fijo en el once, marcó 17 goles. Pero ni las exigencias de Rafa Benítez ni las de Zidane las entendió. Su ego era indomable y los problemas comenzaron a aparecer también fuera del campo, tanto que afloraron en una persecución policial por exceso de velocidad. El colombiano se había convertido en un quebradero de cabeza.

Su refugio fue una cesión por dos temporadas al Bayern de Niko Kovac, pero sus números no fueron brillantes. Ocho goles y un problema que describió Lotthar Matthaus: «Es simplemente una cuestión táctica. Es un jugador excelente, pero no tiene hueco en la mayoría de onces de Europa». Tampoco su actitud la tenía en un vestuario de la exigencia del bávaro y acabó desesperando al técnico croata. La reacción del colombiano fue encararse con el técnico y negarle el saludo al director deportivo, Hasan Salihamidzic.

De la Premier a Qatar

De regreso a Madrid, había perdido cualquier posibilidad de jugar en el Bernabéu bajo las órdenes de Zidane y una lesión de ligamentos volvió imposible su resurrección. Su tiempo en LaLiga había acabado y su agente, Jorge Mendes, le buscó acomodo en la Premier.

Recuperado, en el verano de 2019 su destino fue el Everton, esta vez de nuevo bajo el ala de Ancelotti. En este reencuentro de dos temporadas fueron los problemas físicos el lastre, tanto que le llevaron a perderse la Copa América de 2021. Su situación no mejoró, porque Benítez le abrió la puerta y salió camino de Qatar.

El Al-Rayyan pagó ocho millones y aguantó al atacante una temporada para después dejarlo marchar al Olympiacos. Seis meses duró en Grecia, hasta que, otra vez, discutió con el entrenador, José Anigo, y se negó a disculparse ante el vestuario. En abril de 2023 se quedó sin equipo y en el mercado de verano recaló en el Sao Paulo.

Críticas por un penalti

La vuelta a Sudamérica tampoco le ha sentado bien. Debutó y sufrió una lesión en el gemelo que le dejó sin ser inscrito en la primera vuelta del campeonato. Fue entonces cuando pidió rescindir su contrato, firmado hasta 2025, pero la ausencia de ofertas le hizo optar por la continuidad tras pedir disculpas al técnico Thiago Carpini y a sus compañeros. Inscrito para la segunda parte del campeonato, antes de viajar con Colombia a Londres vivió otra polémica. Sao Paulo se jugaba el pase a los cuartos del Campeonato Paulista en penaltis y James no se atrevió a tirarlo. El aluvión de críticas no ha tardado, incluidas las del ex madridista Cicinho: «¿Qué hace este tipo en Sao Paulo?».

Con la polémica pisándole siempre los talones y pocos partidos en las piernas, Colombia quiere intentar resucitar a uno de sus referentes de cara a la Copa América.

Premio a la resistencia para el Dortmund ante un PSV dominador pero fallón

Actualizado Miércoles, 13 marzo 2024 - 23:27

Un golpe al principio, otro al final y en medio 92 minutos de pura resistencia. El Borussia Dortmund se cuela entre los ocho mejores equipos de la Champions con un ejercicio de supervivencia ante un PSV Eindhoven que lo dominó pero cayó víctima de su falta de acierto. [Narración y estadísticas:2-0]

El Dortmund se lanzó al partido con ansia de resolverlo cuanto antes, la misma que mostró Jadon Sancho por vestirse la camiseta de hijo pródigo que devuelve a los alemanes a los cuartos de final. No dejaron ni colocarse a un PSV que pareció totalmente desbordado, sin saber por dónde le iban a llegar los golpes ni cómo pararlos. La presión, la de los jugadores de Peter Bosz y la del Muro amarillo del Wetsfalia -que protestó contra la "codicia" de la UEFA-, les encerró en el área durante más de media hora. Avisó de lo que se les venía encima Maatsen, el lateral descarado que primero probó al meta neerlandés y que acabó provocando una jugada de rechazos encadenados a la que puso fin Sancho. Bajó la pelota al tierra, se fabricó el hueco y colocó el disparo entre los defensas neerlandeses sin que Benítez pudiera evitarlo.

Aquel joven talento que salió hace dos temporadas hacia el Manchester United para estrellarse en la Premier ha renacido con la vuelta a casa y quiere ser protagonista justo cuando las temporadas se deciden. Habían pasado sólo tres minutos y los alemanes ya habían deshecho la igualada y parecía que habían aprendido de lo ocurrido en Eindhoven, donde vieron cómo llegó el empate por culpa de un penalti. Ahora que tenían al PSV contra las cuerdas, tenían que rematarle.

Al papel de verdugo se sumó un ex, Malen, quebradero de cabeza por su velocidad en la banda y su disparo. Asistió a Füllkrug, que no acertó a rematar, y provocó que Benítez tuviera que encadenar dos paradas consecutivas al cazar la pelota que escupió a disparo de Brandt para volver a engatillar. No encontraba el PSV la forma de frenar lo que parecía un vendaval. Sin embargo, a la media hora la efervescencia alemana fue decayendo. Entonces se activó Dest por la izquierda, apoyado en Tillman y buscando Luuk de Jong, hasta entonces tan desaparecido como Bakayoco. Poco a poco se fue acercando al área mientras el Dortmund seguía cargando teniendo el peligro en la botas de Malen.

Eso no cambió en la segunda mitad, en la que Edic Terzic buscó a Hirving Lozano para generar más problemas y engrasar la manera en que el PSV inquietaba. Se lo tomó al pie de la letra el mexicano, que probó a Kobel con un latigazo en la primera jugada. El duelo había perdido tensión y eran los neerlandeses los que tenían el control y el peligro sin que el conjunto alemán lograra volver ser el impulsivo equipo que comenzó el partido. Fueron minutos en los que su guardameta Kobel se vio forzado a aparecer demasiado. Salvó un durísimo remate de Teze y cualquier pelota que fuera teledirigida a la cabeza de Luuk de Jong y hasta metió una mano magistral en un centro chut de Bakayoko después de sentar a Hummels. No tenía un minuto que perder el PSV mientras los nervios atenazaban a los alemanes.

Lesión, gol anulado y alivio en el añadido


Tenían el pase en el bolsillo, pero con una ventaja demasiado corta para un equipo que siempre coquetea con la desgracia. La primera fue la lesión de Sancho y la segunda el gol anulado a Füllkrug. No, la noche aún no permitía el suspiro de alivio. Lo pudo cortar De Jong si no hubiera enviado la pelota por encima del larguero cuando encaraba a Kobe. Pero lo provocó el veterano Marco Reus, en el añadido cerrando el pase a cuartos y exorcizando los fantasmas del Westfalia.

Raya se viste de héroe para rescatar al Arsenal y llevarlo a cuartos de final 14 años después

Actualizado Miércoles, 13 marzo 2024 - 00:25

Mikel Arteta estaba convencido de que David Raya no le iba a fallar. Es su apuesta para defender la portería del líder de la Premier League y ante el Oporto se convirtió en el héroe que lleva al Arsenal a cuartos de final 14 años después. Salvó todo el peligro que pudieron hacer los portugueses durante 120 minutos y adivinó la dirección de tres de sus lanzamientos desde el punto de penalti. Sólo uno acabó dentro de la portería y no evitó la locura del Emirates por ver a su equipo de nuevo entre los ocho mejores del continente.

Pudo haberlo evitado el Oporto, muy serio y que llegó a Londres con un plan muy claro que, durante muchos minutos, le funcionó. Era parecido al que convirtió en oro en su estadio, cuando sujetó al Arsenal para asestarle el golpe definitivo con un gol de Galeno al que ya no tenía ni tiempo de contestar. El método debía ser el mismo, con un ingrediente más a su favor: la ansiedad del rival.

Arteta había preparado a su equipo no sólo para buscar la remontada, sino también para no hacerlo de manera alocada. De Saka fue el primer disparo a puerta, al que siguió otro remate a centro de Trossard. Buscaba el Arsenal a sus desequilibrantes extremos y a Odegaard para catalizarlos, pero se estrellaba ante un rival con las filas prietas en las que ex culé Nico González podía orden. Un muro portugués que, además, no renunciaba a amenazar. Lo hizo Jorginho con un zurdazo que se perdió rozando el palo y Evanilson obligando a Raya a aparecer para sostener al Arsenal. Mediada la primera parte, el duelo se abrió. Evitó el cuarentón Pepe un testarazo casi a bocajarro de Rices como Raya volvió a emerger para atrapar un balón de Galeno que buscaba la cabeza de Evanilson. De nuevo apareció Pepe para evitar que White encontrara a Havertz en ventaja para igualar la eliminatoria.

Se envalentonó el Oporto al filo del descanso, pero fue el Arsenal quien logró su propósito bajo la batuta de Odegaard, que abrió una grieta. Cazó un despeje, se asoció con Trossard para atraer a los defensores portugueses y dibujó un pase al belga que cruzó para batir a Diogo Carlos. Estalló el Emirates, apretó los dientes Arteta, porque la eliminatoria volvía a empezar.

Quisieron los lusos asustar al arrancar la segunda parte con más control del juego, pero los gunners se instalaron en su área a fuerza de un repertorio de jugadas a balón parado de las que, al contrario que en la Premier, donde suman 18 goles, no sacaron provecho. Eso dio vida al Oporto, al menos hasta que entre Pepe y el guardameta Diogo Costa a punto estuvieron de quitársela en una falta de entendimiento que dejó el balón franco a Odegaard para rematar a puerta vacía. La falta de Havertz en el cuerpeo con Pepe evitó que el despropósito les costara otro gol.

El Oporto, un muro

Tenía que reponerse el conjunto luso y lo buscó con Nico lanzando a Conceiçao a la carrera contra Raya, que volvió a ser decisivo. La efervescencia portuguesa la cortó Arteta echando mano de Gabriel Jesús. Su primer balón acabó despejado por Diogo Carlos cuando se le colaba entre las piernas.

El Emirates empujaba para evitar la prórroga y Saka se animó con un envenado disparo que volvió a salvar el meta portugués, pero dejando el rechazo a los pies de Odegaard sin que lograra ajustarlo entre los tres palos a puerta vacía.

No le quedó más remedio al técnico portugués que buscar el peligro del atacante iraní Taremi. Pero nadie pudo evitar una prórroga estéril ni la tanda de penaltis.

Hugo Duro liquida a un rocoso Getafe y mira a Europa

Actualizado Sábado, 9 marzo 2024 - 16:22

La varita del gol ha tocado a Hugo Duro para tumbar sus propias barreras y también las de un Valencia que mira con descaro a Europa. El derecho a soñar se lo ha ganado un equipo que se agarró a este único gol para liquidar a un rocoso Getafe, empeñado en acosar la portería de Mamardashvili buscando un empate que tampoco hubiera sido injusto. [Narración y estadísticas]

No se dibujaba un partido para sibaritas. La lluvia y el orden del equipo de Bordalás hizo que el Valencia tuviera que arremangarse para sortear las trampas que se le iban apareciendo en el camino hacia el área de David Soria. No tenía el duelo la carga emocional de antaño, ni saltaron chispas pese a ser la hora de la mascletà fallera. Aquella inquina se suavizó con el paso del entrenador alicantino por el banquillo de Mestalla y hasta hubo hermandad en torno al recuerdo del lesionado Diakhaby.

En medio de esa frialdad, como en un videojuego, Hugo Duro, Yaremchuk o Fran Pérez buscaban cómo librarse de la presión precisa de las férreas líneas que había ordenado sobre el césped Bordalás. Sólo Sergi Canós era capaz de generar el caos, como si la lluvia, recordando sus años en la Premier, le alimentara. Suyo fue el primer remate a puerta en una asistencia de un Pepelu que volvió a ejercer con maestría de brújula.

El Getafe vivía más empeñado en mantenerse firme que acercarse al área de Mamardashvili. Y eso que Latasa y Maksimovic intentaban buscar el error de Mosquera y, sobre todo, de Cenk. A Mata lo escoraron a la banda izquierda con la intención de que atara a Foulquier a las labores defensivas, pero su proyección en ataque, como al de Gayà, fue una de las armas para picar y picar el muro alzado por el Getafe.

El partido tenía un dueño que llegaba al área y allí sucumbía. Lo intentó Canós con un chut que interceptó Djené. Respondieron a la contra los azulones con un tímido testarazo de Mata, y Mamardashvili quiso vengarse lanzando a la carrera a Gayà. Tiene la tarea el capitán de estirar al equipo y siempre la cumple. En la esquina del área lo esperaba Canós para revolverse burlando a Moriba pero ver cómo ahí moría su ataque. Sin embargo, quedó claro que por ese flanco había debilidad.

Y la empalizada del Getafe se desmoronó al filo del descanso. Pegadito a la orilla izquierda, Canós buscó el área, Gayà adivinó la intención y dejó pasar la pelota para que Hugo Duro la encontrara corriendo con ventaja mano a mano con Alderete. Con un preciso golpeo picado batió a Soria.

Despertó el Getafe entonces para acorralar al Valencia, un acoso que no cesó en el vestuario. Los azulones se activaron y tuvieron el empate en las botas primero de Latasa, que salvó el meta georgiano, y en el rechazo, que a puerta vacía lo envió Mata rozando el palo.

Estrellados en Mamardashvili

No eran fogonazos, empezaba a verse un dominio pegajoso en el que caían los valencianistas. Buscó Baraja la forma de seguir haciendo peligro con Diego López y Peter Federico, pero también se atrevió Bordalás viendo que sus hombres daban cada vez más pasos adelante haciendo dudar al rival. Refrescó también las bandas y empezó a exigir.

Sin control, el Valencia sufre y apenas pudo acercarse Diego López, en una jugada de asociación con Guerra, y otra tan tímida que salvó el meta madrileño. El peligro iba a llegar en el otro área.

Allí es donde el Valencia, recosido en defensa por la marcha de Paulista y la lesión de Diakhaby, con los 19 años de Mosquera volcados en el papel del líder, tenía que apretar los dientes. Entonces emergió la figura de Mamardashvili para sujetar los tres puntos. Desvió a córner el disparo de Óscar que buscaba el larguero y voló para colocar una mano abajo que evitó el remate de Yellu.

No tuvo manera el Getafe de arañar un punto por el que peleó ante un Valencia al que se le iluminan los ojos pensando en Europa.

Mbappé impone su ley para impulsar al PSG a cuartos ante una Real impotente

Mbappé impone su ley para impulsar al PSG a cuartos ante una Real impotente

No quiere Mbappé imaginarse la vida del PSG sin él. No todavía. La cuenta atrás ha comenzado y el final parece escrito, pero el francés se esfuerza en preparar la gran fiesta de despedida. No quiere marcharse de París sin haber cumplido con la misión casi divina que le han encomendado. Ganar la Champions como la mejor terapia para matar las penas. Hasta Luis Enrique, que ensaya el futuro sin él mientras avasalla en la liga francesa, sabe que no puede privarle del último baile en la Champions. Y no sólo por pleitesía, sino por puro egoísmo. Imposible prescindir de un futbolista descomunal que impone su ley. Ante la Real Sociedad, el PSG se catapultó en su espalda hacia los cuartos de final. [Narración y estadísticas, 1-2]

No le hizo falta más al equipo parisino ni en el Parque de los Príncipes ni en el Reale para frenar a los descarados vascos y los sentenciaron antes siquiera de que comenzaran a dibujarse. Si alguien esperaba que la Real incomodara como lo hizo en París, se equivocó. Quiso y no pudo ni un segundo. Sin balón y sin forma de atrapar al rival en su presión, quedó a su antojo.

Tuvo la primera ocasión en un centro de Becker al segundo palo que buscaba la cabeza de Take Kubo y atajó de manera poco ortodoxa Nuno Mendes, claramente el lateral por donde se podía desangrar el PSG. Pero los donostiarras no encontraron cómo aprovecharse. Luis Enrique les había puesto una trampa de la que no pudieron huir. Acostumbrado a colocar a Mbappé como delantero centro, en San Sebastián lo devolvió a la orilla y no tardó en retar con dos endiablados cambios de ritmo a Traoré y buscar por un hueco imposible a Barcola. Suerte que apareció Remiro. Fue el primer indicio de que Mbappé, más lejos del área, iba a cocinar y a sentarse a la mesa al mismo tiempo.

El técnico asturiano buscó la movilidad de Dembélé y Barcola intercambiando posiciones casi como interiores para ganar en superioridad al centro del campo de la Real. Un plan que le salió perfecto. Fue el Mosquito lanzó la carrera de Mbappé. De dos zancadas se plantó en el área, recortó a Zubeldia, lo desquició con sólo amargar y, en una baldosa, cruzó un disparo que descosió la red. En el campo mandaba y del partido sólo había transcurrido 15 minutos.

No levantó cabeza la Real, y no por lo abultado del marcador de la eliminatoria. Es que no sabía cómo reaccionar al plan de partido que le había dibujado el PSG. En ese desconcierto apareció otra vez Remiro para salvar el segundo gol de Mbappé servido en bandeja por Barcola. El más mínimo error de los donostiarras lo convertían en un ataque que siempre pasaba por las botas de su astro mientras que Alguacil veía desde la banda con impotencia cómo sus futbolistas eran una sombra de aquel equipo firme en la fase de grupos que sometió al Inter. No está la Real en su mejor momento. Su fútbol se ha espesado justo cuando las temporadas empiezan a decidirse.

46 goles en Champions con 25 años

Quiso deshacer este argumento Kubo con un zurdazo desde la frontal al filo del descanso, pero nada cambió en la segunda mitad. Volvió a dominar el PSG, que echó mano del talento de Kang-In para alimentar las carreras de Mbappé. No pudo surtir efecto más rápido. El balón del coreano permitió al capitán ganarle la carrera a Zubeldia, impotente, pisar el área pequeña y colocarlo con un derechazo al palo corto de Remiro. Era su gol 46 en la máxima competición Europa para convertirse, con 25 años y tras Messi, en el segundo jugador más joven en conseguirlo. Era, además, el golpe definitivo que enterraba el sueño de la Real tras una década buscando la Champions.

Espoleados por la grada txuri urdin, los donostiarras quisieron crecer y al menos cerrar esta eliminatoria con algún gol en su marcador. Los cambios de Alguacil ayudaron. Lo buscó Barrenetxea, también Oyarzabal, pero quienes más cerca lo tuvieron, forzando a Donnarumma, fueron Zubimendi y André Silva con un remate a bocajarro. Hasta el canterano Olasagasti se atrevió. La Real se volcó en la portería del meta italiano hasta que Mikel Merino marcó para dar consuelo al Reale y cerrar una eliminatoria que tuvo un dueño: Kylian Mbappé.

Camino fácil para España hacia la Euro 2025: Dinamarca, Bélgica y República Checa serán sus rivales en la clasificación

Actualizado Martes, 5 marzo 2024 - 18:48

Camino plácido el que tendrá España hacia la Eurocopa femenina que se celebrará en 2025 en Suiza. En el sorteo que se ha celebrado este martes en Nyon, la selección campeona del Mundo y de la Nations League ha caído emparejada con Dinamarca, Bélgica y la República Checa.

La selección de Montse Tomé, número 1 del ranking mundial, tendrá que acabar entre las dos primeras del grupo para conseguir su clasificación directa sin necesidad de acudir a una repesca, algo que no se antoja complicado para unas futbolistas que sólo perdieron un partido en Australia, ante Japón, y la Nations League, frente a Italia. Ninguno de sus tres rivales en esta clasificación está encuadrado entre las diez mejores selecciones.

España superó al conjunto danés (0-2) el pasado julio en el último amistoso antes de viajar a Nueva Zelanda para el Mundial, y también le derrotó (0-1) en la fase de grupos de la anterior Eurocopa en 2022. Su último enfrentamiento con Bélgica fue en un amistoso en junio de 2021 saldado a favor de España (3-0), que también venció a la República Checa en su último duelo en la Copa de las Naciones de Australia (3-0) en febrero de 2023.

La clasificación se disputará ante de los Juegos Olímpicos de París. Arrancará el 3 de abril, con una primera ventana que dejará partidos el 3 y 9 de ese mes. Seguirá una segunda entre el 29 de mayo y el 3 de junio y las dos últimas jornadas se disputarán entre el 10 y el 16 de julio, coincidiendo con el tramo decisivo de la Eurocopa masculina en Alemania.

Si a España el sorteo le puede haber sido favorable, nada benévolo ha resultado para sus principales rivales. Francia, Inglaterra y Suecia, junto a España y Países Bajos las tres selecciones más fuertes del continente, han sido encuadradas en el mismo grupo, que completa Irlanda. Una de ellas tendrá que buscar la clasificación en las repescas de noviembre.

Además del grupo de España y del grupo de la muerte, Países Bajos se enfrentará a Italia, Noruega y Filandia y Alemania a Austria, Islandia y Polonia.

La resaca de la polémica noche en Mestalla: “Shock” por el arbitraje, recurso y enfado por la roja a Bellingham y empatía con Diakhaby

Actualizado Domingo, 3 marzo 2024 - 17:52

El Real Madrid sigue sin entender cómo Gil Manzano pitó el final del partido ante el Valencia en Mestalla justo cuando el balón centrado por Brahim volaba hacia la cabeza de Bellingham, que lo envío al fondo de la red y hubiera dado la victoria al equipo en el último suspiro de un duelo en el que sufrió.

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Las horas no han sacado del "shock" al vestuario, que Ancelotti describió como "caliente" por la actuación del colegiado. En los despachos no tienen dudas: "el árbitro tuvo miedo". Anunció a los jugadores de que iba a silbar tras el saque de córner de Modric, pero permitió que el despeje de Mamardashvili acabara en los pies de Brahim.

Esta decisión la consideran sin precedentes y escandalosa y, más allá de los dos puntos perdidos, creen que marca de nuevo en negativo la actuación de los colegiados y las decisiones que se adoptan en el Comité Técnico de Árbitros, sobre los que defienden sigue habiendo dudas razonadas.

La denuncia del club blanco viene acompañada del recurso por la tarjeta roja que Gil Manzano mostró a Bellingham por sus protestas. Como desveló Ancelotti, el colegiado extremeño recogió en el acta que el inglés se dirigió a él con la expresión "fucking goal", y el Real Madrid puntualizará que fue "it's a fucking gol" (es un jodido gol). La intención es que el jugador no reciba sanción por menosprecio o insultos al colegiado, que va a dos a cuatro partidos, y se quede en uno por la expulsión.

Pero el duelo en Mestalla dejó mas golpes emocionales en esos minutos finales. La grave lesión de Mouctar Diakhaby en una desafortunada jugada con Tchouaméni provocó escenas de desánimo y preocupación entre los futbolistas en el terreno de juego y dejó anímicamente muy tocado al propio Tchouaméni,que no cesó de disculparse con su compañero.

Momento de la lesión de Diakhaby.

Momento de la lesión de Diakhaby.BIEL ALIÑOEFE

El primer parte médico indica que central sufre una "luxación de la rodilla derecha" y sigue ingresado en el hospital para someterse a nuevas pruebas que determinen el alcance de la lesión y, sobre todo, la afectación de los ligamentos. No se descarta que pase por el quirófano y los servicios médicos del Valencia no sólo temen que se pierda el resto de temporada, algo que dar por seguro, sino que la gravedad le lleve a estar alejado de los terrenos de juego un año.

Diakhaby había recuperado la titularidad después de superar una rotura fibrilar en la musculatura isquiotibial de la pierna izquierda que le mantuvo en la enfermería de octubre a diciembre y de haberse marchado a jugar la Copa África con Guinea.

Del final “insólito” para Ancelotti a la acusación de Vinicius: “No hemos podido ganar porque no nos han dejado”

Actualizado Domingo, 3 marzo 2024 - 00:32

El pitido final de Gil Manzano desató las acusaciones del Real Madrid. Si bien Carlo Ancelotti optó por la diplomacia, e incluso reconoció los problemas de su equipo para sumar en Mestalla, Vinicius no lo dudó: "No hemos ganado porque no nos han dejado", aseguró el brasileño en declaraciones a Real Madrid TV.

La decisión del colegiado extremeño fue tan extraña que incluso confundió al goleador valencianista Hugo Duro, que tampoco entendía por qué tardó en pitar. La primera voz del Real Madrid fue la de su entrenador. "Es algo inédito, nunca me ha pasado. No hay nada más que añadir". Así quiso esquivar la polémica, algo que resultó imposible.

"No tengo mucho más que decir. Después del rechace hemos tenido la posesión. La jugada tenía que haberla parado antes", insistió el entrenador que se fue buscar al colegiado. "Le he dicho que si él pita cuando el portero tiene el rechace no pasa nada, pero nos ha dejado continuar y ha cometido un error", sentenció el italiano, pesaroso también con la tarjeta roja que vio Bellingham en ese barullo final. "Nos ha molestado porque no le ha dicho nada. Sólo por la frustración ha dicho fucking goal (jodido gol)", desveló.

Camino del vestuario, según desveló la Cadena Ser, algunos jugadores del Real Madrid pagaron su frustración con elementos del túnel de vestuario y hubo momentos de tensión-. "El vestuario está caliente, enfadado y ahora de enfriarse un poco", admitió Ancelotti sin hacer referencia a esos incidentes. "¿Cómo? Basta con mirar la tabla para dormir tranquilo", aseguró.

"Vini, más efectivo en el área que fuera"

Analizó también el partido del que parecía que iba a ser el único de atención de la noche: Vinicius. "Ha jugado bien, ha sido determinante para nosotros, más efectivo en el área que fuera, porque Foulquier ha estado sobresaliente. Pero ha buscado su espacio y ha marcado dos goles importantes", reconoció.

"Ha sido un partido muy complicado. Con un rival fuerte, agresivo y con intensidad, que nos ha creado problemas en la primera parte. Pero hemos sido capaces de volver al partido. Tengo dudas con mis sensaciones. Se podía perder, porque jugamos muy mal la primera parte, pero también se podía ganar como otras veces, remontando. Es un empate en un campo difícil, un punto importante", concluyó.

Mensajes para Diakhaby

Otra de las consecuencias que dejó el duelo, la más penosa, fue la grave lesión de Diakhaby. El central del Valencia abandonó el campo en ambulancia y jugadores como Tchouaméni, Modric o el propio Vinicius enviaron los deseos de pronta recuperación a través de las redes sociales.