La fiesta del Atlético no alcanza a los despachos: pelea por la última pieza que le falta a Simeone

Actualizado Miércoles, 21 agosto 2024 - 22:25

El Atlético afronta la última semana del cierre del mercado con operaciones pendientes. A pesar de haber sido el gran animador en LaLiga, sigue buscando la pieza que complete la renovación de esta temporada. Simeone pretende contar con un central zurdo que alterne con Giménez y el club está buscando la manera de darle al entrenador todas las herramientas que pidió en la planificación de esta temporada.

El club ha hecho un esfuerzo de 182 millones de euros en fichajes, pero esa cifra puede aumentar en los próximos días. Simeone ya tiene a al centrocampista inglés Conor Gallagher, que ya se entrenó ayer con el equipo tras cerrarse su traspaso a cambio de 40 millones de euros que el Chelsea, en una operación cruzada, invertirá en llevarse a Stamford Bridge a Joao Félix. El portugués fue el fichaje más caro de la historia rojiblanca superando los 100 millones, se marcha a Londres dejando en la caja 50 más diez en variables.

Gallagher se une así a Sorloth, Le Normad y Julián Álvarez, que hicieron vibrar a todos los cerca de 20.000 aficionados que se acercaron al Metropolitano para la llamada Noche de Bienvenida, una fiesta para los seguidores con música en directo -actuó el grupo Sidecars- y el gran aliciente de ver en el césped a las caras nuevas de la temporada, tanto en el equipo masculino como en el femenino. Una iniciativa que contó con el respaldo de los abonados, que tenían entrada gratuita.

Los festejos generan ilusión de cara al partido del domingo ante el Girona, en primero como locales para los colchoneros, y en eso está centrado Simeone después de comprobar en Villarreal que el equipo tiene algunas lagunas que ir puliendo. En los despachos, se tratan de acelerar salidas que favorezcan la última incorporación que se considera imprescindible: el defensa zurdo.

Mirando al Feyernoord... y al Barça

El objetivo durante todo el verano ha sido el eslovaco David Hancko, por quien el Atlético ha hecho hasta tres ofertas sin que el Feyenoord las aceptara. Los neerlandeses siguen fijando su traspaso en 35 millones, cifra a la que no han llegado los rojiblancos, que aún están dispuestos a hacer un último intento. La mejora de las cifras está relacionada con la capacidad del club de sacar de la plantilla a Samu Omorodion, Javi Galán, Lemar o las cesiones de Riquelme y Vermeeren, por quien se han interesado Leipzig, Olympique de Marsella y el Leverkusen de Xabi Alonso.

El cierre de cualquier de estas operaciones deja al Atlético en mayor disposición de hacer un esfuerzo por el eslovaco. El plan B lo tienen en Barcelona. Lenglet, que no entra en los planes de Flick, podría renovar dos años más para distribuir el pago de la totalidad de su actual ficha, muy alta, y ver con buenos ojos una cesión al Atlético, donde podría tener asegurados los minutos que no tuvo en el Barça. Los atléticos, ante tanta estrella, se frotan los ojos. Y el mercado no ha acabado.

Ni Sorloth ni Julián Álvarez desatascan al Atlético en un duelo frenético en Villarreal

Ni Sorloth ni Julián Álvarez desatascan al Atlético en un duelo frenético en Villarreal

Los cromos hay que ordenarlos en el álbum. El Atlético se atascó en su debut ante el Villarreal en un duelo en que mostró algunas virtudes y pagó muy caros sus errores. Debutó Julián Álvarez, hizo su gol Sorloth antes de irse al banquillo en el descanso y la defensa y Oblak vivieron en un agujero del que sacaron provecho los veloces jugadores groguets. [Narración y estadísticas]

A golpes decidieron jugarse el partido. El Atlético, bien apuntalado, y el Villarreal en reconversión. Ambos fueron capaces de mostrar los talentos que en los que se ampararán esta temporada, pero también errores groseros que arrastran de su pasado reciente. Con el escudo de ser el estreno, los rojiblancos mostraron un buena traza sólo eclipsada con una extrema fragilidad.

El Atlético necesitaba mandar en La Cerámica y mostrar que los fichajes son algo más que caras con los que engordar la ilusión colchonera. Simeone ha pedido, se le ha concedido y aún tendrá más. Era hora de que el equipo diera un paso al frente. Lo hizo sólo a medias. Primero Lino cabeceando un centro telegrafiado de Marcos Llorente que salvó la mano de Diego Conde. Después la asistencia fue para Reinildo, pero en fuera de juego. No tuvo premio, pero esa jugada se repetiría tanto a lo largo del partido que acabaría con mejor final.

Si ese fue el talón de Aquiles del Villarreal en toda la primera parte, el colchonero estaba en la espalda de su defensa. Sin punta de velocidad Witsel, Azpilicueta y Le Normand, sufrieron una y otra vez persiguiendo la sombra de las dos balas amarillas de Marcelino: Danjuma y Yeremy Pino. El neerlandés recogió un saque de puerta larguísimo de Diego Conde, se lanzó a la carrera en un mano a mano contra Witsel hasta el área, donde le recortó una y dos veces antes de cruzar la pelota para que se colara en la meta de Oblak pegadita a su poste izquierdo. Era el hueco que le había dejado el esloveno y allí la colocó.

Puso el balón el juego el Atlético y lo llevó en un pispás al fondo de la portería amarilla. Griezmann encontró el agujero en la orilla izquierda del debutante Cardona y lanzó a Marcos Llorente, que se coló en el área y puso un derechazo cruzado a la escuadra. Acción, reacción. Sin mostrar sus habilidades, los dos equipos sí fueron capaces de encontrar las grietas y repetir el guión.

Si Lino se estrelló en el poste, Danjuma hizo lo mismo en el cuerpo de Witsel tras el regalo que trató de hacerle Jeremy Pino. La espalda de la zaga rojiblanca era un boquete del que buscaban aprovecharse, pero el segundo gol llegó de otro error. En una segunda jugada tras un córner, Baena centró al corazón del área pequeña y Oblak, en una salida grosera, no pudo atajar un balón que rebotó en Koke y entró en la portería.

Sorloth, gol y cambio

Lejos de caerse, el Atlético volvió a reaccionar. Simeone, conscientes de dónde estaban las lagunas, quería que sus hombres aguantaran hasta el descanso para enmendar el once y, sin embargo, Sorloth le maquilló la noche.

Aislado en su pelea con Albiol y Bailly, la primera pelota que le rondó fue gol. Llovida desde la banda derecha por Barrios, la remató de un salto anticipándose a la defensa grogueta. De poco le sirvió, porque su nuevo entrenador le dejó en el banquillo tras el paso por el vestuario. Necesitaba más trabajo de su delantero.

Por eso el argentino no dudó en apuntalar el centro de la zaga con la rapidez de Giménez y el ataque con la movilidad de Correa. Se acabó el correcalles y el control cayó más del lado visitante cuando De Paul cogió el mando, aunque las ocasiones dejaron a aparecer. El partido se durmió.

Cuando el entrenador llamaba a Julián Álvarez a 15 minutos del final, Correa hizo una diablura que atajó Bailly. A la pólvora de La Araña en su debut fiaron los atléticos la victoria que también buscaba Marcelino. Desde la grada, buscó a Ilias, Gueye, Ayoze y Pépé, que estrelló una falta en la escuadra. El duelo había perdido electricidad. No quedaban ideas, ni fuerzas.

La “renovación” del Atlético: 141 millones y la inyección de ilusión de Julián Álvarez, pero Simeone pide más

Actualizado Domingo, 18 agosto 2024 - 23:58

En construcción. Así rezaría el cartel que a Diego Simeone le gustaría que llevara colgado su Atlético en el inicio de temporada esta noche en La Cerámica ante el Villarreal. Y es que la «renovación» aún no ha terminado. Al Cholo le faltan piezas para encajar el equipo que tiene en la cabeza y competir sin apuros por un objetivo que no se marcará hasta que no sepa cuáles son todas sus armas.

Con el mercado abierto hasta el 31, la inversión de 141,5 millones de euros que lleva realizada el conjunto rojiblanco no es suficiente para darle el nuevo aire que perfiló el argentino con la dirección del club hace unos meses. «Necesitamos terminar de cerrar la plantilla. No está cerrada. Estamos trabajando para tener a la gente que necesitamos», advertía el entrenador. Esa necesidad son un central zurdo y un centrocampista.

La operación con Conor Gallagher y el Chelsea encalló al descartar los ingleses la incorporación de Samu Omorodion, y con ella arrastró la opción del valencianista Javi Guerra. Sin embargo, el internacional inglés -a quien Maresca tiene en cuarentena y no jugó ante el City- sigue esperado al Atlético y la llave de su fichaje puede tenerla ahora Joao Félix. Inscrito en la Liga y a las órdenes de Simeone, que alaba su «predisposición» en esta pretemporada, el club necesita una venta jugosa para poder incorporar los refuerzos que reclama el técnico.

Para saber más

«Buscamos seguir mejorando, entendemos que todos los años no son iguales para traer futbolistas. Hoy podemos traer futbolistas que generan nuevos estímulos y ayudar a los jóvenes para que nos ayuden. Estamos en una transición importante, una renovación que esperamos demostrar pronto», reflexionó el entrenador, que estrenará algunas de sus nuevas armas en este debut liguero.

El Atlético se ha movido con soltura hasta ahora en este mercado. La inyección de capital de 70 millones de euros de los máximos accionistas, las bajas de jugadores con un coste salarial alto, como Hermoso, Savic o Saúl Ñíguez, y la venta de Söyüncü (8,5) y Morata (15) le han permitido afrontar una inversión muy alta para reforzar parcelas clave y, en algún caso, lanzar un mensaje ambicioso que sus aficionados han recibido con agrado.

Caras nuevas e ilusionantes

La delantera es la línea que más ilusiona. Simeone tiene una pieza efectiva con Alexander Sorloth que hoy lucirá en un estadio que el noruego conoce muy bien. Entró en escena cuando, tras cerrarse la puerta de Dovbyk, el Villarreal aceptó negociar su traspaso por 32 millones más seis en variables. No hubo dudas en el cuerpo técnico viendo los 26 goles (23 en Liga) y seis asistencias que aportó al conjunto de Marcelino la pasada temporada. Además, el precio lo aligeró la salida de Morata.

Sorloth, en un entrenamiento.

Sorloth, en un entrenamiento.Z. ARAGÓNEFE

Simeone tiene el '9' que buscaba: capaz de vivir en el área cómodo, chocar con los centrales, alimentarse de la creatividad de Griezmann o Samu Lino y generarles espacios, algo de lo que también se beneficiará Julián Álvarez.

La llegada del campeón del Mundo y de la Copa América ha supuesto una inyección de optimismo en la grada colchonera que bien valen los 75 millones de euros abonados al City. De momento, su incorporación al ataque, en cualquiera de las posiciones por donde se mueve, será progresiva. «Lleva cuatro entrenamientos y se está adaptando. Sabe dónde viene y todas las características que tiene se acercan al ADN del Atlético. Se ha ganado un lugar importante. Ojalá podamos formar un equipo para que nos ayuden sus características», reflexionó el Cholo. El tercer fichaje fue Le Normand, un central a quien habían seguido durante toda la temporada, por el que ha pagado 34,5 millones y arranca el elogio de rivales como Marcelino.

Si Simeone no tiene la plantilla cerrada, tampoco el Villarreal, que además soporta las bajas por lesiones de jugadores que deben tener hueco en el nuevo once, que ha sufrido una reestructuración para bajar la media de edad, de las más alta s de la Liga. El portero Diego Conde y Sergi Cardona son las novedades que verá a la afición. El objetivo de los amarillos es tratar de mirar a Europa. El del Atlético, Simeone se lo reserva: «Espera que se cierre la plantilla». No duda de que el Real Madrid parte como favorito, pero advierte de que el resto «le competirá a un equipo que ahora parece ser de los mejores».

Los destellos de Lamine Yamal y los goles de Lewandowski rescatan al Barça en Mestalla

Actualizado Sábado, 17 agosto 2024 - 23:50

No hay quien lo ponga en duda: el Barça va a descansar en Lamine Yamal y en los goles de Lewandowski. Lo harán rodeados de Raphinha, de Dani Olmo, de Fermín y de otro puñado de canteranos novatos, pero siempre será él quien silencie los estadios e intimide a los rivales. Lo sabe y ayer, durante algunos minutos y con la carga anímica que lleva a la espalda tras la agresión a su padre, le costó liberarse. Su equipo sólo se volvió incisivo cuando se vio con el marcador, y el juego en contra, y él pudo deshacerse, por un instante, de la sombra pegajosa de Jesús Vázquez. Lamine pareció no haber pisado Mestalla hasta que en el último balón del tiempo añadido en la primera parte rescató un centro de Balde al segundo palo y le sirvió el gol a Lewandowski para los azulgrana salieran del ahogo. Mostró el delantero polaco un acierto que la afición azulgrana espera mantenga esta temporada impulsado por su complicidad con Hansi Flick.

Fue una reacción para golpear a un Valencia que se fue creciendo a medida que el equipo de Hansi Flick dudaba. Le dio el alemán la sala de máquinas a dos chavales, Casadó y Bernal, a sus 17 años, para que dirigieran el juego a las bandas donde Ferran y Lamine debían ser puñales y Raphinha, como enlace, y el polaco recoger las ocasiones. El plan apenas se dibujó. Tuvo el Barça más dominio y fue acorralando a los hombres de Baraja, que salían airosos pese a una defensa juvenil con Mosquera y Yarek y aún con la retaguardia cubierta por Mamardashvili. En dos jugadas intervino Yamal y un solo caracoleo en el área. Tampoco lo hizo el resto del ataque. La espesura en las ideas hizo que los valencianistas nunca se bajaran del partido. Pese a la falta de recursos y de inversión, jamás bajan los brazos. Había espacios para recuperar y correr, sólo había que intentar eligir bien.

Diego López lanzó a la carrera a Rafa Mir, que se apoyó el Hugo Duro antes de correr al área para rematar al primer palo un balón que olía a gol. Después fue Almeida quien le ganó el duelo a Casadó y su centro paralelo a la línea de fondo evitó Cubarsí que se paseara por el área buscando embocador. Hasta un cabezazo rozó el larguero. Mientras, Mamardashvili era un espectador que tan solo salvó un disparo.

Buscaba el Valencia un gol del que le privó Ter Stegen con una mano extraordinaria que enmendó un error de Cubarsí. Sabían los locales que tenían que tumbar a este Barça noqueado y lo logró con un centro de Diego López a la cabeza del 9 valencianista, que voló solo en el área. Era el minuto 44 y el momento en que el partido enloqueció. Casadó se animó con un lanzamiento en un barullo en el área que Yarek sacó bajo palos y después fue Cubarsí quien le devolvió el favor a su portero sacando en la línea de gol un remate de Hugo Duro.

En un alargue eterno parecía que el Valencia podía aguantar la ventaja en el marcador. Apareció Balde, renqueante por un golpe, y Lamine Yamal para servir a Lewandowski el empate. El paso por el vestuario electrificó al Barcelona. El abrazo de Hansi Flick a Lamine y Raphinha en la pausa de hidratación debió reproducirse en la caseta, porque ambos volvieron al campo con una marcha más. El campeón de Europa se plantó el área y estrelló en el guardameta georgiano un disparo que no tuvo tiempo de armar. Si hubiera podido hacerlo, habría acabado en la portería.

El brasileño se lanzó y le sacó un penalti por atropello a Mosquera. Una jugada gris que protestó Mestalla y que Lewandowski, pese a la estirada de Mamardashvili, envió al fondo de la red con un lanzamiento extraordinaria. Cogió aire el Barça, que se encontró también con el 'perdón' de la segunda amarilla a Cubarsí, y otra vez un endiablo Yamal lanzó a la carrera a Ferran para que se estrellara con el cancerbero valencianista.

Regreso de Pedri

Incapaz de cerrar el duelo, Hansi Flick no quería jugársela al intercambio de golpes y enmendó su propio once. Buscó el orden de Eric García en la medular y, sobre todo, la jerarquía de Pedri para catalizar el ataque. Recuperado el canario de su lesión en la rodilla en la Eurocopa, necesita el alemán que se active para alimentar las revoluciones de su ataque. El Barça , con una alta expectativa de mejora y el 1-3 erró Casadó, salió muy vivo de un duelo pegajoso e incómodo ante un Valencia que sigue librando cada batalla con una alarmante falta de recursos.

Las claves de la España campeona: un ‘big bang’ sincronizado de talento

Actualizado Martes, 16 julio 2024 - 00:27

Nadie les hubiera puesto en el once de mejores jugadores de la Eurocopa el 14 junio. Quizá sólo Rodri hubiera podido hacerse hueco. Del resto de futbolistas españoles podía esperarse un buen rendimiento, pero no que salieran de Alemania convertidos en estrellas. Y menos todos a la vez. Una de las claves del éxito de España es, precisamente, un big bang sincronizado de talentos que han ido repartiéndose el galardón de MVP en los siete partidos del torneo.

Alguno, como Lamine Yamal con 16 años, ha sido absolutamente inesperado. También Marc Cucurella, pese a los años de experiencia. De otros se venía esperando un paso al frente para convertirse en estrellas y saltar al mercado con una etiqueta con muchos ceros. Es el caso de Nico Williams, Dani Olmo o Fabián Ruiz. Los tres han desempeñado un papel indiscutible en sus clubes, pero han asombrado al continente con la camiseta roja. De hecho, el futuro del navarro y del catalán está por definirse, porque todo apunta a que cambiarán de aires.

Todos han dado su mejor rendimiento en el momento oportuno y en un escaparate que, en lugar de pesar, les ha impulsado. Ha ocurrido con veteranos como Laporte, cuestionado desde su marcha a Arabia Saudí, Carvajal, incombustible, o Nacho. Los tres se han hecho mejores en este campeonato. También Rodri, si es que eso era posible.

Un eje llamado Rodri

El mejor pivote del mundo, en palabras de Pep Guardiola, aún no había tenido su momento con España. Eclipsado por Sergio Busquets, vio cómo era reconvertido a central en el Mundial de Qatar porque nadie dudaba que había que hacer hueco en el once. El problema era dónde. Luis de la Fuente lo ha tenido claro desde el principio: eje fundamental en la medular. El resultado es que se ha visto al mejor Rodri y se ha activado el runrún de si debería ser Balón de Oro.

Junto a él, otro que ha subido del notable al sobresaliente. Fabián ha catalizado el juego, marcado goles y siendo una figura más esencial que en sus buenos momentos en el Nápoles o esta temporada, a pesar de ser un fijo de Luis Enrique. Con España se ha convertido en indetectable para los rivales, dejando imágenes como el regate a tres alemanes con un solo movimiento. Su futuro está en el PSG, certeza que no tiene Dani Olmo.

El Bota de Oro del torneo con tres tantos -galardón compartido con Harry Kane y otros cuatro trigoleadores- no va a continuar en Leipzig. Su brillante campeonato, en el que partió como suplente, ha marcado goles decisivos e incluso los ha salvado bajo palos, hace que su cláusula de salida, fijada hasta el 30 de junio en 60 millones, se considere muy ajustada a mercado. A su agente, el ex internacional Juanma López, se le vio el domingo en la grada de Berlín meditando ya sobre el futuro. Puede ser el Bayern, el Barça o incluso el City, pero Olmo saldrá de su actual equipo.

Una amenaza determinante

Quien también tendrá que definir su porvenir es Nico Williams. No le gustó al presidente del Athletic, Jon Uriarte, que le preguntaran al jugador por el Barça y la posibilidad de continuar junto a Lamine, pero su protagonismo en el mercado se antoja inevitable. Su temporada en San Mamés, con la Copa del Rey, ha sido brillante, aunque sólo ha descorchado en la élite durante la Eurocopa.

Eso mismo le ha sucedido a Cucurella, que será mirado de manera diferente en el Chelsea. Llegó a esta Eurocopa por las lesiones de Alejandro Balde y José Luis Gayà, encontrando el foco tras años en el Getafe y un fugaz paso por el Brighton. Menos horas de vuelo traía Lamine. Vio su talento Xavi Hernández y lo convirtió en titular indiscutible, como De la Fuente. Así se explica por qué su padre buscó al seleccionador durante las celebraciones para fundirse en un abrazo. En el Barça Lamine ayudó, pero en la selección se ha convertido en una amenaza determinante. Y aún no se le ve el techo. Es el diamante sobre el que Hansi Flick tratará de construir.

Hay actores más secundarios que también han desempeñado un papel imprescindible y ambos comparten equipo. Mikel Oyarzabal ha ejercido como relevo de Morata en una posición en la que le educó Imanol Alguacil y que le ha llevado a marcar un gol histórico. Su compromiso como capitán de la Real Sociedad le mantendrá en el club, algo que hay dudas de que ocurra con Robin Le Normand e incluso Mikel Merino, otro jugador que deja el histórico tanto en prórroga ante Alemania. El rendimiento ha sido tan perfecto que nadie ha perdido su momento de gloria.

De la Fuente y el desparpajo de la cuadrilla: así jugaron los 26 campeones

De la Fuente y el desparpajo de la cuadrilla: así jugaron los 26 campeones

Luis de la Fuente ha liderado a un grupo de jugadores en los que tenía fe ciega y que ya son parte de la historia del fútbol español. Los focos se los han llevado apariciones estelares como la de Lamine Yamal, pero ha brillado el espectacular rendimiento de jugadores cuyo talento estaba más oculto y que se han volcado en un equipo con larga vida.

  • 1 DAVID RAYA. Consciente de su papel, el portero del Arsenal ha sido uno de los principales apoyos de Unai Simón en esta Eurocopa. El seleccionador le dio la titularidad ante Albania, con la clasificación a octavos en el bolsillo, y demostró una vez más que sus condiciones le podrían convertir en titular en cualquier momento.
  • 2 CARVAJAL. Ha sido uno de los pilares de la defensa en una Eurocopa en la que continuó con su racha goleadora cerrando la goleada en el primer partido ante Croacia. Su inteligencia táctica en los cuartos de final ante Alemania, con un falta en los últimos instantes que le costó la expulsión, le llevó a perderse el duelo ante Francia.
  • 3 LE NORMAND. Ha formado pareja con Laporte y con Nacho y, salvo el lunar del gol en propia puerta ante Georgia que complicó los octavos de final, ha demostrado la fiabilidad que Luis de la Fuente esperaba de él.
  • 4 NACHO. Como en la Nations League que España ganó hace un año, fue de los últimos en colarse en la lista del seleccionador y ha acabado jugando más de lo esperado, bien por Laporte en los primeros partidos o por la sanción de Le Normand. Del foco de España no le ha apartado ni su fichaje por el Al Qadisiyah de Arabia Saudí.
  • 5 VIVIAN. El joven central del Athletic ha mostrado su fiabilidad. Fue titular ante Albania, pero acabó teniendo minutos ante Alemania y Francia con un rendimiento notable que le augura futuro en esta selección.
  • 6 MERINO. Para siempre recordado por el gol en la prórroga ante Alemania, en Stuttgart, que celebró como lo hizo su padre en el mismo estadio con Osasuna. Su vuelo para cabecear el centro de Dani Olmo es historia. Es uno de los irreductibles del seleccionador, que no renuncia a él desde hace años, y una baza en el banquillo porque siempre aporta.
  • 7 MORATA. El gran capitán, alabado en el vestuario y demasiado criticado fuera. Abrió el camino del gol a España en el primer partido, pero se plantó en la final sin haber marcado más. Responsabilizado en su papel de líder del grupo, su trabajo más gris ha sido imprescindible.
  • 8 FABIÁN. El sevillano ha emergido como uno de los mejores centrocampistas de la Eurocopa. Indetectable para los rivales, ha marcado y catalizado el juego de España, una explosión de su talento del que ya dio destellos en la pasada Eurocopa pero que ha sabido potenciar Luis de la Fuente.
  • 9 JOSELU. Apenas ha tenido oportunidades en esta Eurocopa, pero el delantero gallego siempre ha estado dispuesto a sumar. A los 34 años, esta Eurocopa ha sido el cierre a una temporada brillante como campeón de Liga y de la Champions. Desde Alemania anunció que su futuro está en Qatar.
  • 10 DANI OLMO. De suplente a determinante. Es el jugador que ha derribado todas las puertas en esta Eurocopa, aunque tuvo que ser la lesión de Pedri lo que le diera una titularidad indiscutible. Ha hecho goles y asistencias para demostrar que es uno de los mejores futbolistas del campeonato y aumentar su cotización. En la final sacó sobre la línea el empate inglés en el tramo final.
  • 11 FERRAN. El Tiburón ha tenido su dosis de protagonismo en un equipo en el que se puso muy caro jugar a media que avanzaba el campeonato. Si hubo dudas sobre su presencia en la lista, se marcha con un MVP y el gol anotado ante Albania.
  • 12 GRIMALDO. La aparición de Cucurella ha dejado al valenciano del Leverkusen con menos minutos a pesar de su espectacular temporada. Lo ha asumido, ha sumado al grupo y ha cumplido con su papel de amenaza cada vez que ha saltado al césped.
  • 13 REMIRO. Es el único jugador que acaba la Eurocopa sin disputar un solo minuto, sin embargo ha sido una pieza clave en el vestuario, no sólo con los porteros. Esa imagen rescatando a Pedri en brazos para la foto del pase a semifinales quedará en el álbum de esta Eurocopa.
  • 14 LAPORTE. Se ha erigido como uno de los centrales del torneo a pesar de las dudas con las que arrancó. No había confianza en él tras su marcha a Arabia el pasado verano, pero ha sido esencial en el eje de la defensa. Ha dado seguridad a Le Normand, Nacho o Vivian, con los tres ha formado pareja, y en él empezaba el ataque de España.
  • 15 ÁLEX BAENA. Apenas ha tenido minutos en un ataque que ha funcionado de una manera espectacular. Ha asumido su rol y espera a los Juegos Olímpicos, donde tendrá más presencia.
  • 16 RODRI. Líder dentro y fuera del campo y merecido MVP del torneo a pesar de su lesión en el descanso de la final. Se eleva más en el plano futbolístico y mediático mundial. La España que vibra con Lamine y Nico ya tenía una estrella y era él, aunque quizás no nos habíamos dado cuenta. A sus 28 años, la selección se construye sobre su cerebro y sus pies.
  • 17 NICO WILLIAMS. Sus características adivinaban una importancia suprema en el plan de De la Fuente durante toda esta temporada, pero quizás nadie esperaba esta explosión. Primero en el Athletic y luego en la selección, se ha convertido en uno de los extremos más desequilibrantes del mundo y está para dar el salto a un grande. Salió de la final como MVP del duelo y con un gol que acercó el sueño del título. No paró de intentarlo y volvió loco a Walker.
  • 18 ZUBIMENDI. Ser el relevo de Rodri no es fácil, pero el centrocampista de la Real Sociedad ha sabido aportar cuando ha tenido que hacerlo, como en la segunda parte de la final. Ha disputado cuatro partidos, algunos con más minutos que otros, y ha ayudado a mantener la posesión cuando había que tener el balón. Seguirá creciendo a nivel de club y selección.
  • 19 LAMINE YAMAL. En 20 años todos recordaremos qué estábamos haciendo el día del golazo de ese adolescente contra Francia. Alemania ha sido su patio de recreo, con un gol y cuatro asistencias sublimes, la última en una final en la que cedió el 1-0 a Nico y donde se ha transformado en estrella mundial. Juega como un hombre y es sólo un niño, un niño tranquilo al que no le pesa la historia. ¿Lo mejor? Que en el próximo Mundial tendrá 18 años y en la siguiente Eurocopa, 20. España sonríe porque tiene a la gran promesa del planeta. Físico y cabeza para estar arriba durante mucho tiempo.
  • 20 PEDRI. La lesión tras la entrada de Kroos le dejó fuera de combate en el momento más importante del torneo, pero se mantuvo al lado de sus compañeros para sumar en lo que podía. Su primera fase prometió, con instantes de buen juego que recordaron a su mejor versión. Sólo tiene 21 años, si consigue mantener la regularidad, España respirará.
  • 21 OYARZABAL. Ha sido el delantero suplente de Morata durante todo el campeonato. La primera opción de De la Fuente cuando ha querido sustituir al capitán. Y Mikel ha rendido, aunque se dejó lo mejor para la final. Entró por el capitán cuando éste no pudo más y anotó el gol del triunfo, de la cuarta Eurocopa de España. Un gol histórico que hace justicia a una carrera extraordinaria que ahora es todavía más brillante.
  • 22 JESÚS NAVAS. Otro torneo histórico para el único futbolista capaz de ganar Mundial, Eurocopa y Liga de Naciones. Se va a retirar en diciembre y después de cada partido el cuerpo le duele horrores, pero se ha dejado la piel cuando la selección le ha necesitado. La primera media hora de la semifinal contra Francia aguantó las arrancadas de Mbappé y se llevó el homenaje de representar al grupo ante la prensa antes de la gran final. Historia de España.
  • 23 UNAI SIMÓN. El muro de España, especialmente en el tramo final del duelo de cuartos contra Alemania y los intentos ingleses en la final. Otro jugador que se ha erigido en líder de un vestuario que necesitaba nuevas voces. Realizó una primera fase perfecta, con tres porterías a cero, y en las eliminatorias siempre ha dejado alguna acción de mérito.
  • 24 CUCURELLA. La gran revelación española en el torneo. De Lamine y Nico conocíamos sus virtudes y las posibilidades que tenían de explotar, pero el catalán ha sido un descubrimiento. Después de unos meses complicados en el Chelsea, la lesión de Baldé le abrió las puertas de la selección y en la concentración le ganó el puesto a Grimaldo, mejor lateral de la Bundesliga. Sus cualidades defensivas, su garra, su capacidad física y el carisma de una melena adorada por la grada le han convertido en estrella para la afición y para el vestuario. En la final, su pase medido terminó en gol de Oyarzabal. Un peinado para la historia.
  • 25 FERMÍN. Parecía que podría tener un rol similar al que ha disfrutado en el Barça, un suplente que aporta en cada partido, pero ha terminado jugando sólo un partido. De la Fuente no le ha encontrado hueco en un centro del campo con mucho tráfico y su lugar ideal estaba reservado a Pedri y Dani Olmo. Irá a los Juegos Olímpicos, así que su carrera en la selección sólo acaba de empezar.
  • 26 AYOZE. Llegó sobre la bocina a la Eurocopa, siendo la gran sorpresa de la lista de De la Fuente, y sólo una lesión le ha impedido tener muchos más minutos. Fue titular en el amistoso contra Andorra y dejó un gol y una asistencia, y tuvo su momento en el tramo final del duelo contra Italia. Hubiera sido un recambio seguro para el técnico, pero el físico no le ha dejado.
La fiesta de España con las gafas de sol de DJ Lamine, la piña de los De la Fuente y el 'show' de Cucurella: "Habrá un 'boom' de natalidad"

La fiesta de España con las gafas de sol de DJ Lamine, la piña de los De la Fuente y el ‘show’ de Cucurella: “Habrá un ‘boom’ de natalidad”

A España no sólo la ha encaminado hacia la cuarta Eurocopa de su historia el desparpajo de chavales en el campo, también fueron ellos los que dirigieron los festejos. En el césped hubo lágrimas, abrazos, manteos a De la Fuente y fotos, muchas fotos, pero pareció una celebración contenida hasta que estalló en el vestuario. Música y baile bajo la batuta de, cómo no, de Nico y sobre todo Lamine Yamal. Fue el DJ, contagió a Álvaro Morata en calzoncillos e hizo bailar no sólo a su hermano Williams, MVP de la final, sino a los lesionados Rodri, Pedri, Ferran y hasta Gavi y Navas, que movió su dolorida cadera. No se quedaba atrás tampoco Fermín, otro del clan salvaje.

A sus 17 años, Lamine tuvo un momento de tranquilidad sobre el césped, jugando con su hermano pequeño, pero luego dio rienda suelta al festejo, primero con un sombrero y después con gafas de sol camino del autobús. "Es increíble poder estar aquí. ¿A Cibeles? No, a Madrid". Antes, una foto con la copa y dos checks: "La ESO. Campeón de Europa". La fiesta acababa de comenzar.

Ya había sonado Raphael, la Potra Salvaje y toda la playlist que ha acompañado las previas de los siete partidos y había quien empezaba a desesperarse. "¡Creo que ya me están llamando!". Cucurella no dejaba de apretar el claxon del autobús, rápidamente personalizado con la pegatina de campeones de Europa, mientras Rodri se emocionaba recordando su lesión, su MVP y su primera Eurocopa. "Cuando ha marcado Mikel, me he puesto a correr como un loco y se me ha olvidado la lesión hasta que el médico me ha dicho '¡eh, ojo!'. Estaba muy triste, pero chapeau por estos chavales".

A su lado, Nico Williams casi soltaba una lágrima recordando a su familia. "He hablado con mi hermano a través del móvil de mi madre porque yo no he podido ver el mío todavía. Me ha dicho que me quería y que está muy orgulloso, que el nombre de los Williams está en el cima del fútbol mundial", y casi se rompe al hablar de su madre: "Mis padres lo han pasado muy mal, especialmente mi madre. Esto es para ellos".

La fiesta en la zona mixta la puso Álvaro Morata, capitán y convertido en DJ de la selección por un ratito. Con un altavoz gigante en la mano con la bandera de España, el grupo caminó con por el pasillo de medios con una cerveza en la mano y al ritmo de una versión tecno del Viva España de Manolo Escobar. "Esto es tremendo", admitía Le Normand. "Algo único", reconocía Navas. "Dentro de nueve meses va a haber un boom de natalidad", vacilaba Cucurella. El lateral, uno de los hombres de esta Eurocopa que aún ayer escuchó pitos, tendrá que pensar si se tiñe la melena de rojo, como prometió. Antes pagó otro peaje: en la cena de los campeones, ya en el hotel con las familias, Morata le hizo subirse a la mesa, agarrar el micrófono y cantar la canción que le dedican en Inglaterra. "Cucurella se come una paella, se bebe una Estrella. Tiembla Haaland, que viene Cucurella", interpretó entre el júbilo de sus compañeros.

También tuvo tiempo el lateral del Chelsea para enviarle un recadito a Gary Neville en sus redes sociales. El comentarista de Sky Sport había dudado de él. "Pienso que Cucurella es una de las razones por las que España no puede llegar a la final", dijo. "Llegamos a la final. Gracias por tu apoyo", le contestó el catalán son sorna.

Era el momento de las risas, aunque a Oyarzabal, autor de un gol para la historia, le costó desatarse. "Lo primero que pensé al marcar fue en si había sido fuera de juego, porque era muy justo. Luego ya sólo escuchaba gritos", bromeaba. Alguno eran de Álex Remiro, el único jugador que no ha disputado un minuto en esta Eurocopa, pero que predijo el gol de su compañero en la Real. "En la merienda me dijo que hoy marcaba", confesó el vasco. No fue el único. "Le dije 'cómo te huele el pie a gol, niño', y he acertado. Igual me tengo que dedicar a eso", bromeaba Morata.

No salió el capitán con un balón bajo el brazo, pero sí Ferran, Pedri y Fabián. "Nos los vamos a llevar todos", decía el andaluz entre los gritos de Viva España del canario, enfundado en su bandera. A todos les costó anoche hacerse fotos en el césped con sus amigos y familiares. La seguridad del estadio impedía que bajaran al césped y Laporte o Dani Olmo tuvieron que acercarse a negociar.

Lamine juega con su hermano pequeño.

Lamine juega con su hermano pequeño.F. VOGELEFE

Lo consiguieron Zubimendi, cuyos familiares llevaban la camiseta de la Real Sociedad, los de Ferran y los hijos de Morata, que lloraron de emoción tanto como su padre antes de comenzar a jugar con un balón en el césped ajenos al jolgorio en el que Lamine se había puesto un sombrero con los colores de la bandera y Luis de la Fuente volaba por los aires manteado.

Guardó el seleccionador un discreto segundo plano. Eso sí, se hizo una foto con sus sobrinos y la bandera de La Rioja con el nombre de Haro e hizo una piña con sus seres queridos, como si el partido fuera a comenzar. Quien fue corriendo a abrazarle fue el padre de Lamine, consciente de lo que la apuesta del seleccionador ha supuesto para su hijo. Lo llevaba en la mano: el trofeo de mejor joven. Apareció poco más De la Fuente, por los compromisos federativos y por su perfil. Salió del vestuario casi por la puerta de atrás y con la camiseta de Reyes de Europa en la mano.

La Copa fue del vestuario al autobús en un arcón, pero era imposible que permaneciera guardada. La sacó Morata, que le cantó el 'No puedo vivir sin ti' de Coque Malla y la manosearon todos. Hasta el Rey Felipe la alzó sobre el césped como si fuera un jugador más.

A la celebración sólo le faltó una traca, esa que el delegado Fernando Giner, valenciano, se quedó con ganas de tirar a las puertas del Olímpico.

La locura de España en el césped del Olímpico de Berlín: “Dijimos desde el principio que éramos un equipazo”

Actualizado Domingo, 14 julio 2024 - 23:27

No podían aguantarse en el banquillo. Álvaro Morata no quería mirar al campo. Se llevaba las manos a la cabeza, se abrazada con el utillero, lloraba, miraba a su familia... No había manera de contener la tensión mientras llegaba el pitido final. Entonces estalló todo. «Nadie daba un duro por nosotros y lo hemos logrado», decía Le Normand sin poder contener el llanto. «Dijimos desde el principio que éramos un equipazo y no nos creían», decía Nico Williams, que abrió el marcador para avanzar a España en sociedad con su bro Lamine Yamal, que se lo regaló.

El navarro fue el MVP de la final y el catalán el mejor joven del torneo. Olmo la Bota de Oro a pesar de haber rescatado ese remate bajo palos de Inglaterra. Ellos han hecho historia, pero también otros secundarios como Mikel Oyarzabal, a quien buscó Remiro tras el gol al filo del pitido final. Su compañero sabe lo que ha sufrido. «Han sido meses muy difíciles por la lesión, por todo lo que he pasado», explicaba entre lágrimas el donostiarra. Mientras, Gavi saltaba con Lamine y Williams, que se habían marcado otro bailecito. Ambos se han regalado una Eurocopa, la cuarta para España, por su cumpleaños.

Mientras buscaban las camisetas con el 4 de cuatricampeones a la espalda, Morata se preparaba para su momento. Salió del campo el minuto 67, después de vaciarse, como en cada partido, y Luis de la Fuente buscó la frescura de Oyarzabal. Otro acierto del seleccionador. Morata pudo haber jugado sus últimos minutos con la camiseta de España, pero el destino le iba a deparar el mejor premio: recoger la copa del campeón. También fue justo con Rodri, que fue proclamado mejor jugador del campeonato. España era campeona después de masticar el hueso inglés y reponerse de golpes futbolísticos y anímicos.

En una de las últimas jugadas del primer tiempo, Rodri buscó un despeje y arrolló a Laporte. Se temió por la rodilla del central, pero la lesión la sufrió el pivote. Se llevó las manos a los isquios de la pierna izquierda, advirtió a Unai Simón de que no iba a poder seguir y, cuando el colegiado señaló el descanso, encaró el túnel de vestuarios con lágrimas en los ojos y diciéndole a sus familiares que se había roto. Un contratiempo fue perder a la pieza que da equilibrio a España, perseguida por Foden todo el partido. Saltó Zubimendi y, antes de que lo ubicaran los ingleses en el campo, las dudas las solventó Nico Williams. Luego hubo que afrontar el zurdazo de Cole Palmer hasta que apareció la contra que remató Oyarzabal para batir a Pickford. Las lágrimas de Rodri lo decían todo.

El Rey y la Infanta, felices

Si en el césped se sufrió, en el palco también. Presidiendo el partido junto a Alexander Ceferin estuvieron Felipe VI, acompañado de la futbolera Infanta Sofía, y el Príncipe Guillermo, que acudió a Berlín con su hijo George. Las confidencias entre ambos acabaron en cuanto arrancó el partido. Mientras el monarca español ha visto a la selección campeona de Europa dos veces y campeona del Mundo, la Casa de Windsor se tiene que conformar con las imágenes en blanco y negro del Mundial de 1966, cuyo trofeo entregó la fallecida Reina Isabel en Wembley.

«Es un partido muy igualado, estamos dominando el juego, ahora tiene que haber ocasiones y que las aprovechen. Pero tengo fe», confesaba Felipe VI al descanso. Acertó y tanto él como la Infanta Sofía posaron con los campeones.

Stones abatido, ante la piña de los españoles.

Stones abatido, ante la piña de los españoles.AFP

Estuvieron en el palco representadas las dos coronas, pero también los jefes de Gobierno. Pedro Sánchez, junto a la ministra Pilar Alegría, compartió un saludo con el recién estrenado Primer Ministro británico, el laborista Keir Starmer, y departió durante con el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. Pedro Rocha, como la presidenta de la Federación inglesa Debbie Hewitt, estuvieron en la primera fila, pero esta vez les tocó guardar un discreto segundo plano.

A los poderes fácticos se unieron también los futbolísticos, con muchos quilates. Estaban campeones de la Eurocopa 2008 y 2012, algunos también campeones del Mundo. Estaba Andrés Iniesta, David Villa y Xavi Hernández. Imposible de igualar la calidad en un palco donde los británicos más reconocibles eran Ashley Cole y el galés Gareth Bale. Al partidazo se apuntaron neutrales como Patrick Kluivert o Giorgio Chiellini, encargado de entregar la Copa Henri Delaunay.

La catarsis para los demonios de Álvaro Morata

Actualizado Domingo, 14 julio 2024 - 00:06

El 29 de junio de 2008, Álvaro Morata vio a Iker Casillas recoger el trofeo que reconocía a España como campeona de la Eurocopa a través de una pantalla gigante instalada en su barrio. Tenía 15 años y acababa de salir de la cantera del Getafe para firmar por el Juvenil B del Real Madrid. Por entonces, el mero hecho de imaginar que él podría alcanzar algún día ese privilegio suponía casi una quimera. Igual que el 1 de julio de 2012, cuando La Roja conquistó su tercera corona continental en Kiev. Morata jugaba ya en el Castilla y José Mourinho lo había hecho debutar con el Real Madrid. Dos años después, en noviembre de 2014, Vicente del Bosque le hizo vestirse por primera vez la camiseta nacional. Liderar a la selección y recoger como capitán la Copa Henri Delaunay seguía siendo una aspiración casi inalcanzable. Esta noche, en el Olímpico de Berlín, Morata podrá hacerla realidad para, quién sabe, completar un círculo y decir adiós. Ese es, a día de hoy, su plan.

La despedida supondría la catarsis que Álvaro necesita. Su condición de capitán la ha asumido con una responsabilidad que le ha hecho ganarse al vestuario. Ejerce como padre de los jóvenes y se sabe el centro de las críticas que evita a los demás. Eso fuera del campo, porque dentro tiene más galones. Es el cuarto goleador histórico de la selección, con mejor promedio que Raúl y Fernando Torres. Suyo fue el primer tanto de España en el torneo. Ante Croacia, en el minuto 29. Y aunque no ha vuelto a marcar, sigue siendo vital para Luis de la Fuente. En él empieza el trabajo defensivo del grupo, en sus recuperaciones y en su presión.

«Corre por los tres», admitía Dani Olmo. Esos tres son él mismo, Nico Williams y Lamine Yamal. Al tridente de ataque les hace las coberturas, les arrastra defensas y les abre espacios. Ese trabajo se lo reconoce hasta una leyenda inglesa: Gary Lineker. «Son demasiadas críticas. Es muy difícil jugar de '9'. La gente no lo entiende, porque hay que trabajar mucho, jugar para el equipo... Creo que Morata es importante para este equipo. Quizá no marca goles, pero hace un gran trabajo», puntualiza. De nuevo, como diría el propio Morata, se le respeta más fuera que en España.

«prácticamente entre lágrimas»

Permeable a la crítica que le acompaña casi en toda su carrera en LaLiga y con la selección, arrastra en esta Eurocopa el peso de una responsabilidad autoimpuesta. No concibe el fútbol, ni la vida, de otra manera. «Acaba el partido prácticamente entre lágrimas. Más comprometido no puede estar», revelaba hace unos días Dani Vivian. Dos muestras de ello fueron el temor de perderse la semifinal ante Francia, por una tarjeta amarilla que no registró el árbitro en el acta, y la mismísima final, tras el golpe involuntario de un miembro del staff. A este compromiso, su verdadera motivación sobre la hierba, se suma otro factor: la emoción.

Hace unos días, Morata confesó en EL MUNDO que medita dejar la selección. Una reflexión que le ha generado infinidad de críticas. Enésima prueba de que vive permanentemente en el ojo del huracán. Intentarán convencerle de que no lo haga, empezando por los compañeros, pero vive todo como si fuera la última vez. De ahí nacen las lágrimas.

«Prestar atención a muchas cosas»

«Es pura emoción. Cuando me sustituyen soy un aficionado más, como los padres de los jugadores que lo ven desde la grada», asegura en una entrevista a la UEFA. Durante esa misma charla admite también que aún no ha tenido tiempo de «disfrutar» del torneo. Y eso que ha llegado a la final y puede ser el hombre que alce el título, otra foto para la historia del fútbol español. Él lo puntualiza: «Tienes que prestar atención a muchas cosas. Ya habrá tiempo para divertirse y ser feliz».

Por eso, para Morata la final puede tener un efecto catártico, liberador de los demonios que ha ido acumulando durante años. Cuando ha sentido más el puyazo de la crítica que el reconocimiento. Con su futuro pendiente de resolver, Morata quiere meditar su adiós a España con una copa que nadie cuestione.

Rodri, en la justa pelea por un Balón de Oro (casi) imposible

Actualizado Sábado, 13 julio 2024 - 23:55

El «ordenador perfecto», el «mejor centrocampista del mundo», la «clave de España», «el jugador que manda en los partidos»... La lista de elogios de entrenadores, compañeros y rivales hacia Rodri Hernández se antoja interminable. Es el centrocampista total, que ha trasladado su brillo desde el Manchester City a la selección. Y hay quienes le ven como el mejor situado en la carrera hacia el Balón de Oro. No es algo fácil para un jugador clásico, alejado de las redes sociales, sin un gran perfil comercial y que nunca se muerde la lengua ante los periodistas.

Hace un año fue el mejor español en la lista de candidatos. El Balón de Oro volvió a manos de Leo Messi, por delante de Erling Haaland y Kylian Mbappé tras su éxito en el Mundial de Qatar. Cuarto fue Kevin de Bruyne y quinto, Rodri. Era su primera nominación. Se había acercado al podio y desbancado a Vinicius, que acabaría sexto. ¿Puede escalar ahora? Por números, sí, aunque sus principales adversarios (Jude Bellingham y Vinicius) lleguen avalados por una Champions y una Liga con el Real Madrid. Además, el inglés aún podría aumentar hoy su cuenta en la final de Berlín.

Rodri no presume esta temporada de una Champions, aunque sí de una Premier League y un récord que habla por sí mismo. Se trata del futbolista que más partidos consecutivos ha disputado sin perder. Desde marzo de 2023 jugó 80, con un balance de 63 victorias, 16 empates y sólo una derrota. La del derbi de la final de la FA Cup ante el United. Aunque detrás de esa cifras ya había quedado claro que, cuando no pudo jugar, el City tampoco carburaba.

Revisando vídeos

A las órdenes de Pep Guardiola, con quien disputó 257 partidos en cinco temporadas, ha superado dos desafíos: el de la adaptación al físico y la velocidad de la Premier y a lo que el técnico de Santpedor siempre requiere de un pivote. Un listón más elevado que en el Villarreal y el Atlético.

Rodri representa la calma para la selección. La seguridad, la interpretación del juego y el análisis. Su titularidad es indudable desde la marcha de Sergio Busquets, aunque nunca ha rechistado por comenzar como suplente o como central. Durante el Mundial 2022, Luis Enrique le retrasó a la zaga y él se preparó para cumplir revisando vídeos sobre su nueva posición.

En Alemania, vuelve a visualizar cada partido en vídeo, analiza su juego y el de sus compañeros. «Sin esa visión de Rodri, España no sacaría tanto rédito a la verticalidad de Nico y Lamine», cuentan desde el vestuario. Por eso todos lo quieren al lado, incluso Dani Carvajal lo ficharía para el Madrid. Desde Luka Modric en 2018, el Balón de Oro no ha vuelto a recaer en un centrocampista. Por eso Rodri no lo espera: «Si me quieren reconocer, bienvenido. Pero no me molesta».