Los tres oros liberadores de Simone Biles

Actualizado Sábado, 28 diciembre 2024 - 20:11

El 27 de julio de 2021, en el pabellón Ariake de Tokio, la mente de Simone Biles se separó de su cuerpo y le mandó parar en medio de los Juegos Olímpicos. La diosa de la gimnasia, con cuatro oros en su palmarés, hizo su primer salto en el concurso por equipos y se despidió. Lo que se rompió en Japón se recompuso en en el Arena Bercy de París el pasado mes de agosto, de donde salió de nuevo en el Olimpo con tres oros, una plata, una sonrisa energizante y un reto cumplido: recordarse que todavía podía hacerlo.

Tres años antes había admitido públicamente un colapso, los temidos twisties, que ponía en riesgo su salud mental y también la física. Cargaba un peso sobre los hombros que no podía soportar. Fue un gesto valiente, pero que tuvo que digerir. Biles se refugió en su casa en Spring (Texas), encerró los maillots y las medallas en un armario y se alejó de los gimnasios y de la ansiedad que le provocaban durante casi dos años.

Entretanto aprendió a domar a sus demonios con terapia y a vivir como una mortal. Hasta quiso ser sólo la mujer del jugador de fútbol americano Jonathan Owens, con quien consolidó su relación y se casó en abril de 2024. Para entonces, ya se volvía a sentir gimnasta y empezaba a visualizarse en los Juegos de París porque había regresado a lo grande en el Mundial de Amberes: oro en el concurso completo individual y por equipos, también en barra, en suelo y una plata en salto. Biles había vuelto, y lo había hecho exhibiendo un salto propio que nadie había intentado en competición: un Yurchenko con doble carpado.

París la recibió con los brazos abiertos y todo fue diferente al recuerdo de Tokio. Ni siquiera la expectativa que creó su regreso la despistó. En la grada, sus mayores apoyos: sus padres y su marido, con un permiso especial de los Chicago Bears para apoyar a la estrella americana. Nadie se quería perder su regreso, desde deportistas como Serena Williams, Zinedine Zidane o Nadia Comaneci a famosos como Bill Gates o las actrices Natalie Portman o la australiana Nicole Kidman. No quedaron defraudados. Biles brilló y se liberó.

Biles besa a su marido, el jugador de la NFL Jonathan Owens.

Biles besa a su marido, el jugador de la NFL Jonathan Owens.GETTY

Se colgó el oro en el concurso completo individual, también junto a sus compañeras del equipo estadounidense y en salto, donde ninguna otra pudo acercarse. Ejecutó rozando la perfección el doble salto Yurchenko, bautizado ahora con su hombre, que es el más difícil de la gimnasia femenina. Hay que realizar un giro sobre el trampolín, un salto con las manos hacia atrás sobre la mesa y, a continuación, se catapulta en una doble voltereta hacia atrás con las piernas estiradas hacia delante. La americana lo bordó para confirmar que su cuerpo y mente estaban perfectamente alineados. Ni siquiera importó que fallara en la barra y que se le escapara el oro en suelo, que fue para la brasileña Rebeca Andrade. La plata también la celebró.

«Había mucho en juego para mí personalmente, porque tenía mucho que demostrarme a mí misma, pero una vez que todo terminó, me sentí muy liberada. Creo que son las emociones después de los Juegos Olímpicos: te sientes en un punto tan alto que no puedes liberarte de verdad hasta que han pasado», aseguró la americana después de la competición en la segunda parte de su documental Rising que rodó para Netflix durante la fase de preparación y en los Juegos.

Biles ha aprendido a vivir con la presión de ser siempre medida con la vara de los mejores deportistas dela historia, si no bate récords. «No me importa si no creen que soy la mejor. Siento que he sido bastante humilde durante toda mi carrera, así que sigo pensando que hay gimnastas increíbles que han allanado el camino para que podamos hacer lo que hacemos... Y creo que nosotras hemos allanado el camino para las generaciones más jóvenes», advierte.

La gran pregunta es cuál será su futuro, si llegará a los Juegos Olímpicos de 2028 que se celebran en Los Ángeles. Ella, con 27 años, mantiene la incógnita: «Nunca sabes lo que puede pasar en cuatro años. Hay que esperar». Y es que ha aprendido a cuidar las pequeñas cosas.

Acabada la gira de exhibición como campeonas olímpicas por Estados Unidos, se quiere centrar en su colaboración con causas sociales y en su vida personal junto a su marido. «Por primera vez vamos a pasar tiempo de calidad desde que nos casamos. Simplemente queremos apreciar esos momentos, mudarnos a nuestra casa en Chicago y convertirla en nuestro hogar», dejó claro en una de sus últimas entrevista en la televisión estadounidense. Todos la esperarán. Faltan cuatro años y, aunque Biles tendrá 31 años, todos esperarán rendir homenaje a su diosa.

El Valencia destituye a Rubén Baraja y estrenará entrenador ante el Real Madrid

Actualizado Lunes, 23 diciembre 2024 - 15:24

Rubén Baraja ya no es entrenador del Valencia CF. El club ha comunicado este lunes, tras el empate ante el Alavés (2-2), que ha decidido poner fin a su etapa al frente del equipo. "La dinámica de resultados durante esta temporada ha requerido de una decisión que ha sido muy difícil de tomar, pero que tiene como objetivo revertir la situación y conseguir mejores resultados".

En un comunicado, el Valencia recoge al ex centrocampista como "una de las principales leyendas de la historia" del club y admite que con su llegada al banquillo en febrero de 2023, "ayudó a estabilizar al equipo, salvando una situación complicada y, el curso pasado contribuyó a implantar unos valores competitivos que aproximaron al Valencia CF a la lucha por las posiciones europeas prácticamente hasta las últimas jornadas del campeonato".

Esa doble tarea, completada con éxito, es lo que ha mantenido al vallisoletano en el banquillo a pesar de sólo haber ganado dos partidos de los últimos 24 disputados. Con el Valencia penúltimo con 12 puntos, el club comenzó a perder la confianza tras la derrota en Valladolid, pero se resistió a tomar decisiones por la carga económica que suponía el despido.

Baraja renovó su contrato el pasado verano hasta junio de 2026 y su finiquito ronda los seis millones de euros, por lo que Peter Lim no dio luz verde a su destitución hasta esta mañana. De hecho, la presidenta Layhoon Chan aseguró el pasado jueves tras la junta de accionistas que no había "instrucciones de Peter Lim ni comentarios para cambiar al entrenador". "Aunque está preocupado, me dice que trabajemos y encontremos modos de mejorar los resultados", aseguró la presidenta.

El modo ha sido poner fin a la etapa de Baraja, que no ha encontrado la solución para activar al equipo. Suyo fue el acierto y la valentía de atreverse a alinear la canteranos como Mosquera, Javi Guerra, Diego López o Yarek en la difícil situación en la que cogió la riendas del equipo, como también cuajar dos tercios de temporada excelentes la pasada campaña que llevaron a pensar que podría alcanzar Europa.

Todo aquello se desvaneció. Aceptó un plantilla con los únicos refuerzos de Rafa Mir, con controversia, Luis Rioja o jugadores de Segunda como Dani Gómez o Germán Valera a cambio de que no hubiera salidas de los jugadores que debían ser importantes y cuyo rendimiento ha estado, por el momento, por debajo de la versión conocida. Un mal arranque de campeonato, problemas extradeportivos como la detención de Mir y decisiones como la suplencia de Pepelu o arriesgadas apuestas tácticas buscando soluciones que no daban resultado.

Estreno ante el Real Madrid

Hasta Mestalla, que coreaba su nombre en cada partido, acabó el domingo ante el Alavés pidiendo su cabeza ante la desesperación de ver al Valencia hundirse hacia la Segunda División.

Meriton, que tritura a su undécimo entrenador sin contar las interinidades de Voro González, y hace días que busca relevo. El primero en la lista fue Quique Sánchez Flores. Con él conversó el director deportivo, Miguel Ángel Corona, pero el caché de su cuerpo técnico y, sobre todo, la exigencia de incorporar refuerzos en el mercado de enero enfriaron los contactos. Ni Quique ni su entorno quieren coger a un Valencia condenado al descenso.

Una vez confirmada la salida de Baraja, con el visto bueno de Singapur, las conversaciones podrían retomarse porque la intención es tener nuevo entrenador en el banquillo de Mestalla el 3 de enero ante el Real Madrid.

Otras alternativas nacionales son Álvaro Cervera o Pacheta, pero con el empresario de Singapur al frente, puede aparecer cualquier entrenador de la órbita de los agentes de cabecera.

No será un ambiente fácil. La plataforma de oposición Libertad VCF ha hecho un llamamiento para dejar Mestalla vacío en el duelo ante el conjunto blanco.

El Valencia rescata ante el Alavés un punto de supervivencia que no apaga la ira de Mestalla

Actualizado Domingo, 22 diciembre 2024 - 16:42

Rebelión o resignación. No hay más alternativa cuando se vive en un estado terminal, enganchado a Primera sólo por las matemáticas porque las sensaciones son de una caída infinita. Dos victorias en los últimos 24 partidos. Penúltimo con 12 puntos después de remontar dos veces al Alavés en un esfuerzo que pareció titánico y que sólo alcanzó para empatar. Se quiere agarrar el Valencia a Primera pero la cuerda va perdiendo cabos jornada a jornada. O se escala de manera inmediata o será imposible. [Narración y estadísticas]

El gol de Dani Gómez a la desesperada en el minuto siete del añadido sólo maquilló la desastrosa imagen del equipo de Rubén Baraja, a quien Mestalla le pidió que se fuera y deje tan solo la lona que parece en la fachada. Es la primera vez que Pipo escucha el 'vete ya', una losa que pesará en su ánimo. El técnico y su plantilla han vivido agarrados a la poder que ejercía Mestalla, amparándoles y rescatándolos de un destino que hace años que se vislumbra pero ahora se roza. Esa protección ha desaparecido porque cómo se salva a un equipo jibarizado y estrangulado al que Peter Lim está empujando de bruces a Segunda División. Sólo había que acertar la temporada en que pasaría y esta, a pesar de que quede la mitad en juego, huele a incienso y a funeral.

El valencianismo puede resignarse y convertir el estadio en un coro de plañideras, algo que no va en el carácter, o alzarse contra el tirano que ha desvencijado su escudo. Los gritos de Mestalla antes de que arrancara el duelo contra el Alavés demostraron la vía elegida. Por primera vez en años, clamó contra el palco como hace tres días cuando, simbólicamente, expulsaron al consejo de administración de la junta de accionistas que se convirtió en clandestina.

La presidenta Layhoon Chan junto a uno de los consejeros del Valencia.

La presidenta Layhoon Chan junto a uno de los consejeros del Valencia.EFE

No hay perdón para Lim ni sus directivos, aunque tampoco lo hay ni para Baraja ni para los jugadores. La caldera se encendió no porque la activaran los blanquinegros sino porque en el minuto 6 Carlos Vicente, ese futbolista que vive la camiseta del Glorioso porque el Valencia no quiso pagar 600.000 euros al Ferrol, encontró la espalda del improvisado lateral Luis Rioja y puso cómodamente un centro que Kike García prolongó para que apareciera Carlos Martín y adelantara al Alavés en el marcador y hacer temblar al Valencia.

Ni una jugada en ataque, ni un pase de seguridad, ni un despeje a tiempo. El Valencia se descomponía sin remedio y Baraja, en un inesperado tiempo muerto por la lesión de Guridi, no logró enmendarlo. Ni un destello queda de aquel equipo punzante que asfixiaba rivales y corría hacia la portería rival. Hoy horizontal, plano, sin riesgo y sin pólvora. Del segundo gol le salvó Dimitrievski atajando un cómodo remate en el punto de penalti de de Stoichkov. Le había encontrado Carlos Martín tras romper, una vez más, a Foulquier. A Coudet le estaba saliendo el plan y veía posible sumar la primera victoria tras dos empates. A Baraja se le acaba el tiempo y sólo le ancla al banquillo un finiquito que Peter Lim no quiere pagar.

Quiso reaccionar el Valencia tras el descanso con dos destellos de Almeida y Hugo Duro, que buscando un remate chocó con Sivera y obligó al guardameta a retirarse. La entrada de Owono bajo palos acabaría siendo una ventaja porque el ecuatoguineano trabó a Diego López en el área y el VAR avisó a Alberola Rojas de un penalti que marcó Luis Rioja.

Se había esquivado una bala, la grada se enchufaba, pero el Valencia seguía sin dañar a los vitorianos y cometiendo errores. Fue otra vez Mosquera, derribando a Diarra y provocando un penalti, esta vez sin VAR, que Jordán mandó imperialmente a la escuadra cobrándose el regalo que le metía los tres puntos en el bolsillo en el minuto 85.

Cuando el Valencia deambulaba a la desesperada echando arrestos, llegó un centro de Diego López que cazó Dani Gómez para salvar un punto que no despejó la tormenta que se desató al final del partido contra la directiva en la Avenida de Suecia. No se escapa de ella el entrenador, que arrastra un porcentaje de derrotas del 43,38%, el mayor de la historia.

¿Quién quiere comprar el Valencia?

Actualizado Viernes, 20 diciembre 2024 - 12:40

Justo antes de dar por cerrada su primera etapa como presidenta del Valencia en diciembre de 2016, Layhoon Chan dejó una frase para la historia: "Yo soy Peter Lim". Justificaba así que todas sus decisiones estaban avaladas por el máximo accionista. Tras la junta de accionistas de 2024, esa frase volvió a cobrar sentido cuando la presidenta viró su discurso habitual, medido y aséptico, sin salirse del guion Meriton, para abrir la puerta a una posible venta del paquete accionarial del empresario.

"No he oído hablar de ninguna oferta. Si es muy atractiva, seguramente la estudiará. No tiene ninguna prisa en vender", deslizó para añadir: "El Peter Lim que yo conozco no vende baratos sus activos".

Si Layhoon era en 2016 Peter Lim, sus palabras colgaron un cartel de 'Se vende' sobre el escudo del Valencia, una opción negada de todas las maneras posibles desde que arrancó el runrún en 2020, cuando el dueño puso en marcha el proyecto de "sostenibilidad" que ha estrangulado al equipo hasta llevarlo al borde del descenso. Pese a que los indicios encaminaran hacia ese horizonte de cambio de propiedad, Meriton la negaba... hasta este jueves 19 de diciembre.

Escaso margen de negocio

Una década después, Lim se ve obligado a salir. Sin interés por invertir, con la afición clamando contra él y el equipo condenado a la mediocridad -no le sienta en la mesa de los ricos de Europa-, no encuentra beneficio en seguir en LaLiga. El margen de negocio en la compraventa de jugadores es escaso y el pastel inmobiliario del club ya no da ni para pagar el nuevo campo.

Sin embargo, como recordaba Layhoon en un alarde de sinceridad nacido del hastío de dirigir un negocio donde nadie la quiere, Peter Lim no vende barato. El Valencia valía menos con el enredo urbanístico tras la caída de la ATE y para deshacerlo envió a la presidenta. Reconciliado con las instituciones desde la llegada al Gobierno municipal del PP, arrancar las obras el 10 de enero es la obsesión, lo que pasa por conseguir dinero para ello sin que salga de su bolsillo.

Todo está encarrilado, aunque las consecuencias de endeudamiento sean impredecibles, y las condiciones para una venta al precio "atractivo" están sobre la mesa. Falta conocer al comprador y precio. O quizá sólo hasta eso esté hablado aunque no haya trascendido aún.

Posibilidad real de descenso

Hay un parámetro que nadie entiende que no afecte al precio: jugar en Primera División. Un descenso hace menos atractivo a un club y hay pocas, por no decir casi ninguna, opción de comprar un equipo en la máxima categoría del fútbol español. Las transacciones se han multiplicado en Segunda y Primera RFEF y, desde ahí, se aspira a crecer. Abandonar al Valencia a su suerte deportiva, a Rubén Baraja y a los jugadores que pueden dar rendimiento deportivo y económico, puede restar valor a la oferta que venga, si es que no hay una apalabrada que contemple ese escenario.

Sólo eso explicaría la naturalidad con la que en los despachos del club se contempla la posibilidad real de descenso. Nadie se inmuta demasiado. La directora financiera, Inma Ibáñez, como es su obligación, tiene estudiado el escenario económico en Segunda y lo califica de "llevadero" y nadie mueve un dedo, porque desde Singapur no se permite, para reforzar a un equipo que pide a gritos ayuda.

Una vez más, sólo la encontrará en Mestalla. Es un servicio más que tiene que prestar la feligresía pese a la zozobra y la ansiedad para sostener a su equipo en Primera y para que, al menos, Lim en su huida no pueda aplicar una política de tierra quemada. Y porque el orgullo de valencianista, heredado y cultivado, no se vende.

La presidenta del Valencia desvela que no hay "instrucciones" de Lim para cesar a Baraja y que las obras del nuevo estadio empezarán el próximo 10 de enero

La presidenta del Valencia desvela que no hay “instrucciones” de Lim para cesar a Baraja y que las obras del nuevo estadio empezarán el próximo 10 de enero

La presidenta del Valencia, Layhoon Chan, no pudo explicarse ante los accionistas pero cumplió con su compromiso anual de dar explicaciones públicas y aprovechó para lanzar tres mensajes contundentes. No hay instrucciones de Peter Lim para despedir a Rubén Baraja a pesar de que el equipo es colista, que el compromiso para construir el nuevo Mestalla permanecerá incluso en Segunda División y las obras arrancarán el 10 de enero y que el máximo accionista, aunque no tiene "ninguna oferta sobre la mesa" para vender el Valencia, si hubiera una atractiva "seguramente la estudiará".

Layhoon Chan se mostró dolida con las protestas que impidieron la celebración normal de la junta, con una conducta de los accionistas que calificó de "agresiva y abusiva", pero defendió su validez y aseguró que comparte el "dolor" de los aficionados por la situación del equipo. "Estoy triste. Hacemos nuestro trabajo y a veces, en el fútbol, los resultados no son los que queremos. Siempre tenemos restricciones y limitaciones, y hacemos lo que podemos en las condiciones que tenemos. Es injusto pensar que somos gente egoísta, mala, que no pensamos en el interés del club. Pintáis una mala imagen de la gestión del club, que todo es desastroso, e ignoráis las cosas buenas que hacemos con gran esfuerzo", se defendió la presidenta que, como los ejecutivos Javier Solís e Inma Ibáñez, no piensa dimitir.

"No soy perfecta, no hago todo bien, pero puedo aceptar que tengo limitaciones. Quizá pueda ser la peor presidenta de la historia, pero todos los pasos que doy son por el bien del club", aseguró.

El primer problema que debe solucionar es la situación deportiva del equipo, colista de Primera División. Chan sostuvo que la familia Lim no ha perdido el interés en el club, que Kiat, el hijo de Peter Lim, ha estado presente telemáticamente en la junta. "Hablo con Peter Lim regularmente, esta semana he hablado con él. Hay cosas que no veis y no por eso no existe. Si a la propiedad no le interesa el club no habríamos aprobado la financiación para completar el nuevo estadio", argumentó.

También le preocupa al máximo accionista que el equipo no gane." Estamos todos preocupados. Sinceramente quiero decir a los aficionados que lo siento mucho. Estamos esperando el mercado e invierno para ver cómo podemos mejorar nuestra situación. Peter Lim está preocupado por la situación deportiva", aseguró. Ahora bien, no se ha pronunciado sobre el futuro de Rubén Baraja. "No hay instrucciones de Peter Lim ni comentarios para cambiar al entrenador, aunque está preocupado. Me dice que trabajemos y encontremos modos de mejorar los resultados", desveló. De posibles recambios Lim no ha hablado. "Todo depende del desempeño del equipo", advirtió. Solís puntualizó que ni él ni la presidenta han contactado con Quique Sánchez Flores, pero no negó que lo hubiese hecho el director deportivo, Miguel Ángel Corona: "Que el director deportivo haga su trabajo es lo normal. Tiene que estar al corriente".

La presidenta alabó la buena relación que tiene con Baraja, a quien no ve "quemado", y aseguró que "él sabe que el club le da todo el apoyo". De hecho, buscarán en el mercado de enero algún refuerzo. "Tenemos que buscar sustituto de Thierry, teniendo en cuenta el fairplay y buscando recursos", matizó.

Un descenso, "llevadero" económicamente

Otro de los asuntos que tiene pendiente Layhoon Chan es acabar de desbloquear el estadio. La presidencia confirmó que tenía previsto anunciar en la junta que las obras se retomarán el próximo 10 de enero, dos días antes de que finalice el plazo marcado por el Ayuntamiento. Además, desveló que se deshace la UTE conformada entre FCC y Bertolín y será sólo FCC quien ejecute el contrato para acabar el estadio.

La financiación ya la tienen clara: 325 millones que facilitará, actuando como broker, Goldman Sachs y que el Valencia puede soportar. Insistió en ello la directora financiera, Inma Ibáñez, incluso en un escenario de descenso a Segunda. "La financiación de reservas y depósitos (11,2 millones) para que no haya problema. Hasta que no estemos en el nuevo estadio no tendremos que pagar ni un duro. Es llevadero". Eso sí, ni un solo euro de ese préstamo irá destinado a jugadores, sólo al estadio para poder explotarlo y obtener "doble o el triple" de ingresos. Tampoco se parará si el Valencia cae a Segunda. "Si conseguimos la financiación, tendremos el dinero de golpe ingresado en una cuenta para ir pagando", dijo Ibáñez.

La opción que bajo ningún concepto se contempla es continuar en Mestalla. "Es un estadio viejo", dijo Layhoon, que dijo desconocer las dudas que ha despertado el proyecto en profesionales de la edificación. "No soy técnica, pero entiendo que no ha habido un análisis completo. Nosotros tenemos arquitectos experimentados que nos hace informes, Goldman Sachs también, que tiene su propia due diligence de arquitectura".

La venta, menos tajante

La presidenta también fue menos tajante con respecto a la posible venta. Si otros años había respondido por boca de Peter Lim que no existía intención de vender, en esta ocasión dejó la puerta abierta. "El hijo del propietario está en el consejo y el dueño no habla de este tema conmigo. El dueño no lo ha puesto en venta. No he oído hablar de ninguna oferta y no la hay sobre la oferta. Si hay una oferta, dependerá de qué sea. Si es muy atractiva, seguramente la estudiará. No tiene ninguna prisa en vender. El Peter Lim que yo conozco no vendería sus activos baratos", explicó la presidenta. Son frases que nunca antes había pronunciado.

Ella mientras sólo piensa en trabajar y ayudar al equipo a salir del pozo. Lo que dejó en el aire es que sea con refuerzos en el mercado de enero . "El trabajo que hacemos en el club interno no se ve. No digo que Corona sea el mejor, pero está trabajando bajo muchas restricciones por nuestra situación financiera. Está haciendo lo mejor que puede en las condiciones que tiene. Es el mismo equipo, pero se ha hecho mucho trabajo para mantener jugadores, renovar delanteros y entrenador... para mantener un equipo que ha mostrado su potencial. Hemos mantenido jugadores para permitirles crecer", resumió.

Los gritos contra Peter Lim incendian la celebración de la junta general de accionistas del Valencia: “Si no podemos hablar, nos vamos”

Actualizado Jueves, 19 diciembre 2024 - 12:57

Fue imposible que tomaran la palabra. Las protestas de los aficionados valencianistas impidieron que el consejo de administración del Valencia, encabezado por Layhoon Chan, diera inicio a la junta general de accionistas que se celebraba en el estadio de Mestalla y, por primera en años, estaba abierta a los aficionados que tuvieran una acción en propiedad. Fueron alrededor de 200 los que ocuparon la tribuna del estadio para no parar de protestar contra la gestión que tiene al equipo colista de Primera División.

Gritos de "fuera, fuera", "Peter, vete ya", "Dile que se vaya" y "Layhoon Chan, mentirosa" atronaban en Mestalla como los días de partido. Enfrente, la presidenta, el secretario del consejo, Germán Cabrera, el director general, Javier Solís, y la directora financiera, Inma Ibáñez, junto a los consejeros Kim Koh, Ramnd Cheah y Pang Liang.

Pese al interés de la mesa por esperar a que se calmaran los ánimos, no ocurrió. "Has venido a reírte de la gente", le gritaban a la presidenta, que apenas pudo pronunciar una frase: "Se abre la sesión y doy la palabra al secretario del consejo". Cabrera no pudo hablar. "Vamos a intentarlo, cinco minutos, si vemos que no podemos paramos. Aguantamos el chaparrón, pero si no podemos hablar, nos vamos y pasaremos a las votaciones", se lamentaba.

Pasados los cincos minutos, la presidenta dio orden de retirada. El consejo y los altos ejecutivos se retiraron y la notaria, la ex consejera Ana Julia Roselló, advirtió a los accionistas de que podían entregarle por escrito preguntas o documentación que estimaran oportuno si querían que constara en acta.

Los ánimos de los aficionados no se calmaron y el presidente de Libertad VCF, José Antonio Pérez, advirtió a los presentes de que, aunque el consejo tratara de votar los puntos del orden del día sin debate, la junta podría ser considera "ilegal".

La decisión que tomó el consejo fue esa: proceder a la votación, que ganaba por la mayoría accionarial de Peter Lim, a las 13 horas. El empresario logró aprobar las cuentas Anuales y aprobar la operación de financiación del nuevo Mestalla, que supone acudir al mercado para lograr 325 millones de euros con los que afrontar las obras que deben reanudarse el próximo 12 de enero.

El Valencia araña un punto ante el Espanyol que sabe a poco

Actualizado Miércoles, 18 diciembre 2024 - 23:54

El Valencia no está para despreciar ni un solo punto, pero el arañado ante el Espanyol en Cornellá no es un tesoro. No saca del fondo de la clasificación, no ahuyenta las dudas sobre Rubén Baraja y no muestra demasiada progresión de un equipo que sigue siendo frágil y no tiene gol. Suma, pero sabe a poco. A valencianistas y a pericos. [Narración y estadísticas: 1-1]

Era una final para los dos equipos, con los mismos problemas e idénticas necesidades. Porque si el Espanyol tiene ahora cuatro puntos más, el Valencia arrastra un partido menos. Quizá por eso se repartieron el dominio en un duelo tenso donde no tuvieron más remedio que correr riesgos.

Se rebeló Rubén Baraja para gritar que es el capitán de un barco que, aunque tenga mucho riesgo de naufragio, no piensa abandonar. Un gesto de valentía que se, si no está acompañado de victorias y puntos, es un brindis al sol. Puede que el fútbol esté siendo injusto con el técnico, que haya sobre el equipo una nube negra que impida que algo caiga de su lado y que premie a sus rivales, pero lo cierto es que el Valencia se hunde y la salvación se sigue viendo lejana.

Ante el Espanyol, otro equipo atenazado, volvió a mostrar síntomas de ser un equipo de cristal al que se le niega el gol. Lo tuvo Diego López cabeceando forzado un centro de Luis Rioja que en Cornellá se vistió de lateral zurdo, ofreciéndole a los locales un zona franca a su espalda por la que atacar. Lo vio Puado, que estrelló un remate en el larguero en el minuto 20 y se quedó quedó solo ante Dimitrievski dos veces más sin conseguir batirle.

Si estaba fallón el canterano, la réplica en el otro área se la daba Diego López, que estrelló en el larguero su testarazo al centro de Fran Pérez. El duelo se lo llevó antes del descanso el jugador perico poniendo a su equipo en ventaja en esta final en los minutos de añadido en la primera parte. Un balón larguísimo a la espalda de Rioja lo bajó Roca para servir a Puado, alejado de la sombra de Mosquera, el primer gol. Otra vez el Valencia se llevaba un mazazo casi camino del vestuario.

Lejos de hundirse, el equipo de Baraja pisó de nuevo el césped y marcó. Se desquitó Diego López para darle vida. Se lanzó por el carril derecho Fran Pérez -tomando los galones que mostró su padre, Rufete, hace 22 años para salvar a Rafa Benítez-, se apoyó en Barrenechea su el centro-chut lo cazó el asturiano al segundo palo para igualar el duelo.

Como el Valencia no sabe vivir sin sustos, Cheddira se escapó de Tárrega a la carrera, lo tumbó Dimitrievski en penalti y, aunque el balón lo mandó Jofre al fondo de la red, todo quedó anulado porque nació en fuera de juego. Resopló de alivio el valencianismo antes de desesperarse de nuevo al ver cómo Dani Gómez desperdiciaba otra clara ocasión.

Desesperó el delantero que, por decisión de Baraja, dejó a Hugo Duro sin un solo minuto aunque el partido lo pidiera a gritos. Y es que el Valencia consiguió en la segunda parte mandar y arrinconar a un rival que le daba valor al punto. Volvió a hacerle daño a la contra Fran Pérez, pero Dani Gómez no acertó en su disparo. Buscó frescura Baraja y, aunque por momentos parecieron despertar los pericos, fueron poco a poco sometidos por un Valencia que no les hacía sangrar.

Tuvo un disparo de bolea Canós y otro más Gómez que estrelló en el lateral del área tras un pase filtrado por Javi Guerra, que puso talento. Volvió a marcar Diego López, pero en fuera de juego en el minuto 83, y el Espanyol, a pesar de que ya sólo pensaba en no perder, aún forzó algún error. Tuvo la fortuna a su favor en la penúltima jugada del partido, cuando Joan García repelió un tiro de Guillamón pero la pelota se le escapó y la cazó Dani Gómez. Ese fuera de juego evitó el castigo al Espanyol y que el Valencia pudiera despegar.

Crónica del día en que el fútbol español eligió el barro: miedo, euforia y traiciones

Crónica del día en que el fútbol español eligió el barro: miedo, euforia y traiciones

Que nadie se tome muy en serio la comparación, pero cuando ayer Salvador Gomar llegó a la Federación y se cruzó con el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), David Aganzo, debió de sentir algo parecido a lo que, en la Nochevieja de 1958, con la orquesta tocando Guantanamera y Batista saliendo por piernas de Cuba, sintió Michael Corleone al abrazar a su hermano Fredo. «Sé que has sido tú, me rompiste el corazón... ¡Me rompiste el corazón!». El personaje interpretado por Al Pacino expulsaba así la rabia por la traición de su hermano, que casi le cuesta la vida, y aunque a Gomar y a Aganzo no les une parentesco alguno, el valenciano sintió en ese momento algo parecido a la traición, una traición que no la va a costar la vida, sólo faltaba, pero sí, según su entorno, le costó las elecciones a la Federación Española de Fútbol, ganadas ampliamente por Rafael Louzán (90 votos contra 43 de un total de 138 asambleístas, pues faltaron tres: dos jugadores profesionales, Toni Lato (Mallorca) y Pedro Alcalá (Cartagena), y un entrenador, Javier Calleja (Real Oviedo). Hubo, además, un voto nulo y cuatro en blanco.

Para saber más

Sostienen en la candidatura de Gomar, la derrotada, que en la reunión que mantuvieron con AFE la semana pasada les prometieron varias cosas, entre ellas una vicepresidencia deportiva, tener peso en la Junta Directiva y algunas vías de ingresos nuevas para poder financiarse mejor. Siempre según esta versión, Aganzo y su entorno les dieron a entender que sus votos (aproximadamente 25) serían para él, para Gomar, y lo hicieron con frases, digamos, implícitas: «Brindaremos con cava o con champagne». Desde AFE eran rotundos ayer a preguntas de este periódico: «Eso es totalmente falso».

Lo que sí parece obvio es que ese número de votos (en torno a 25 o 30) es lo que le ha dado la presidencia de la Federación a Louzán, gallego de 57 años, frente a Gomar, dejando en las paredes de la Ciudad del Fútbol varios sentimientos: de euforia en algunos trabajadores que abrazaron el rochismo tras ser desterrados por Luis Rubiales, de alivio en muchos cargos intermedios por lo que supone de continuidad, y de miedo en algunos otros, que veían la opción de un cambio rupturista.

Louzán tenía de su lado a muchas territoriales, algunas de mucho peso como Cataluña o Madrid, y también a LaLiga, apoyo explicitado antes y después por Javier Tebas. Gomar contaba con Andalucía, Castilla La Mancha y Asturias, entre otras, así como varios árbitros y entrenadores. Sin embargo, no fue suficiente. El fútbol volvió a elegir el barro que supone un presidente, ya electo, que tiene sobre sí una condena de siete años de inhabilitación para cargo público por un delito que es tan feo como grave: la prevaricación.

Javier Tebas, presidente de LaLiga.

Javier Tebas, presidente de LaLiga.EFE

Se trata de una actuación en la construcción de un campo de hierba artificial en la localidad de Moraña. En la sentencia del Juzgado número 3 de Pontevedra, ratificada por la Audiencia Provincial, se recoge que la Diputación que él presidía pagó, en 2013, 86.311 euros por unas obras de mejora que ya habían sido realizadas en 2011, y a Louzán le atribuye la responsabilidad in vigilando como presidente del organismo (lo fue durante 12 años).

Esa inhabilitación para cargo público es, pues, la gran sombra que se cierne sobre Louzán. Según los estatutos de la Federación, en su artículo 19.4, uno de los requisitos para ser presidente es «no estar inhabilitado para desempeñar cargos públicos». Esa frase no hace referencia alguna al carácter firme o no de la sentencia, argumento al que se agarra Louzán (que su sentencia no es firme pues está pendiente de recurso) para justificar su idoneidad. Además, los asesores del nuevo presidente también ven hueco para pelear en el carácter público o no del cargo de presidente de la Federación, cuya definición jurídica es la siguiente: «Una entidad asociativa privada, si bien de utilidad pública». Sea cual sea el resultado de todas estas aristas, el ruido no va a desaparecer de la Federación en los próximos meses.

David Aganzo, presidente de la AFE.

David Aganzo, presidente de la AFE.EFE

Primero porque el Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes (CSD), está estudiando si denuncia de oficio a Louzán ante el TAD (Tribunal de Arbitraje Deportivo) ahora que ya es presidente y que incumple claramente ese artículo 19.4 de los estatutos federativos. Y segundo porque el próximo 5 de febrero, el Tribunal Supremo debe decidir sobre el recurso que ha presentado contra la sentencia que le condena. Ocurre que, según fuentes jurídicas, un porcentaje altísimo de esas apelaciones ante el Alto Tribunal terminan con la ratificación de la sentencia, que pasaría a ser firme.

Si eso ocurre, entonces ya sí debería abandonar el cargo y habría nuevas elecciones, pero se celebrarían con esta misma Asamblea. De modo que habrá que estar atento para ver a quién elige Louzán como vicepresidente primero, pues ese nombre será, probablemente, su sucesor, y se presentaría a esos próximos comicios. Si no hay otro candidato (Gomar no lo será), ese hombre o mujer designado por Louzán sería presidente hasta 2028 y el fútbol español, de un modo u otro, seguiría caminando sobre el barro.

Rafael Louzán, el bedel que cambió la fontanería política por el control del fútbol español

Rafael Louzán, el bedel que cambió la fontanería política por el control del fútbol español

Nadie como Rafael Louzán Abal (Ribadumia, 1967) sabe lo que ganar elecciones. Da igual que sean municipales, provinciales, a órganos dirección de un partido político o de la mayor institución del fútbol español. El nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se mueve como pez en el agua porque ha pasado su vida pendiente de las urnas. Ni campaña le ha hecho falta para imponerse por el doble de votos a Salvador Gomar. Algo más veterano al frente de una territorial, el gallego ha echado mano de su habilidad en la fontanería electoral para convencer a la Asamblea de que era el mejor candidato. No le ha vencido ni la sombra de la inhabilitación que le perseguirá, al menos, hasta el mes de febrero.

Louzán ha sabido construirse desde abajo, desde la conserjería del polideportivo municipal de Ribadumia, donde sacó su plaza de bedel-funcionario antes de, en 1995, convertirse en teniente de alcalde de la localidad bajo las siglas del Partido Popular y vicepresidente de la Diputación de Pontevedra. Ala sombra de hombres fuertes que aspiraban a suceder a Manuel Fraga, como Xosé Cuíña, Louzán creció.

En 1998, fue nombrado secretario de organización del PP en la provincia. Dos años después, en 2000, ya lo presidía y formaba parte de la Junta Directiva Nacional. El ascenso político siguió hasta la presidencia de la Diputación, que ejerció durante doce años, de 2003 a 2015.

La red de apoyos que tejió con los alcaldes fue clave entonces. Recuperó alcaldías a fuerza de mociones de censura y tuvo tanto control que hasta se le buscó para garantizar el apoyo de la provincia a Alberto Núñez Feijóo para que fuera el sucesor de Fraga. Y Louzán se lo garantizó aunque fuera a costa de su padrino Cuíña.

Pese a apostar por el candidato ganador, su olfato político le llevó a detectar el ascenso del PSOE, con Abel Caballero en Vigo a la cabeza, y antes de perder la Diputación en 2015 buscó refugio en la Federación Gallega de Fútbol. Gran aficionado y seguidor del Celta, desde la corporación provincial multiplicó la inversión en instalaciones deportivas, especialmente en campos de césped artificial, lo que le había permitido hacer contactos que acabarían por llevarle a la presidencia.

De aquella etapa política arrastra la sombra que empaña su elección al frente de la RFEF. En 2021, un juzgado de Pontevedra lo condenó por fraude y prevaricación al considerar probado que la Diputación en 2013 había pagado 86.311 euros por las obras en el campo de fútbol de la localidad de Moraña que, en su mayoría, ya habían sido ejecutadas por otro contrato de 2011. Louzán recurrió la condena que le exoneró del delito de fraude pero no así del de prevaricación y de la inhabilitación para ejercer cargo público durante siete años.

Tras tres recursos contrarios a Louzán, es ahora el Supremo quien deberá pronunciarse en febrero. Si mantiene la condena y la inhabilitación, el mandato de Louzán apenas habrá durado unos meses. Eso si el Consejo Superior de Deportes (CSD) no denuncia al TAD. Lo hizo con Rubiales y lo hizo con Pedro Rocha, la duda es si lo hará con un presidente recién respaldado con una amplísima mayoría por el fútbol español.

Louzán ya se garantizó que esa denuncia no llegara del presidente del CENAFE, Miguel Galán, con quien alcanzó un acuerdo previo a las elecciones que le allanó el camino para poder ser candidato.

Aparcada la política en 2015 -sus relaciones con el PP gallego se enfriaron- se afianzó en su carrera federativa. En 2017 hizo el Curso Superior Universitario de Gestión Deportiva, organizado por la RFEF, la Universidad Rey Juan Carlos y el CIES, y se presentó a la reelección en la territorial gallega en 2018. No tuvo rival y, pese a la condena, al no ser firme, se mantuvo en el cargo.

Con Luis Rubiales, fue presidente de Tercera RFEF, después de Segunda RFEF y, desde abril, lo era de Primera. La relación con el ex presidente no fue fluida pero tampoco lo contrario. Como a todas las territoriales, Rubiales le cuidó. En 2022, y dentro del Plan Interterritorial para el desarrollo del fútbol español, le inyectó 2,25 millones con los que saldar la deuda bancaria que contrajo para financiar las nuevas sedes de la federación en Pontevedra, A Coruña, Lugo, Santiago y Vigo. Eso saneó las cuentas de Louzán.

El beso de Rubiales a Jenni Hermoso lo calificó de «errores que se cometen en la vida», aunque luego fue uno de los firmantes de la carta de barones territoriales que pidió la dimisión. Con Pedro Rocha en la presidencia, se convirtió en su mano derecha, pero dejando sin aparecer demasiado. El jefe de expedición en la Eurocopa, por ejemplo, fue Alejandro Morales Mansito, presidente de la Federación Interinsular de Fútbol de Tenerife (FIFT). Sólo cuando el TAD confirmó la inhabilitación de extremeño, su figura emergió como presidente in pectore, tratando de conseguir "unidad" en torno a su figura para que hubiera un único candidato. No lo logró, pero sí un apoyo arrollador.

El Valencia da oxígeno al Valladolid y sale de Zorrilla colista con Baraja en el alambre

Actualizado Viernes, 13 diciembre 2024 - 23:20

El peor Valencia de la historia salió de Zorrilla colista de Primera División y da pasos en firme para caer de bruces al abismo. Rubén Baraja no da con medicina que haga reaccionar a un equipo con 10 puntos, falto de calidad, romo y sin más recursos que el corazón. Cada partido acaba siendo un calvario y la primera víctima puede ser el entrenador, si es que Peter Lim muestra la más mínima preocupación. [Narración y estadísticas (1-0)]

Es imposible que el Valencia salga del infierno si comete errores que pesan como una losa. Espeso como el cemento en ataque y sin gol, no puede condenarse a remontar, pero lo hace una y otra vez. Da igual jugar con cuatro o cinco defensas, con un punta o un par. Es de cristal y el Valladolid se aprovechó de eso para hundirlo.

Cada temporada hay un equipo que se descompone camino de Segunda en un funeral larguísimo. Al primer síntoma de no puntuar se añade pronto otro muy evidente: sus desgracias no dejan de aumentar. Lesiones y carambolas siempre perjudican. El Valencia se plantó en Pucela sin Gayà ni Mamardashvili y, en un partido que comenzó serio e intimidando por la fe del desbocado Fran Pérez, cometió un solo error en los primeros 20 minutos que se convirtió en el gol del Valladolid.

Viviendo en el alambre

Se durmió Mosquera ante la presión de Marcos André, que mordió en el carril del lateral casi en el centro del campo para que apareciera Anuar pegado a la cal y enfilara área por una autopista. Sin complejos, recortó a Tárrega, mal perfilado, y fusiló a Dimitrievski. La bombona de oxígeno que estaba en juego se la colocó el Valladolid en su primera ocasión.

No se había sentido incómodo el equipo de Baraja después de abandonar los experimentos tácticos y soltando a Javi Guerra para que pisara área. Intenta el joven centrocampista mostrar su talento y catalizar el ataque. Alimentó en la derecha a Fran Pérez e incluso encontró a Hugo Duro, pero faltaba algo más.

Baraja, sin complejos porque vive en el alambre, buscó soluciones en el descanso para ajustarse algo más, con Yarek en el lateral zurdo, y horadar el muro que alzó el Valladolid confiando en André Almeida. Ayudó a pisar el área, aunque sin generar la más mínima inquietud en Hein. El portugués es lo poco diferencial que tiene en el banquillo junto a Rafa Mir, que entró en el 60 en el lugar de Javi Guerra. Con el crono corriendo y el Valladolid sobreviviendo, Baraja buscó un movimiento desesperado quitando un defensa, Foulquier, para acumular hombres en ataque con Sergi Canós. Desatar el caos como única alternativa.

La roja a Latasa

Si Baraja está cuestionado, para Álvaro Rubio era su último partido porque el argentino Diego Cocca ya ha llegado a Pucela. Sin nada que perder, mandó al campo a incomodar a Latasa y Machís. Si se desataba el rival, había que pillarles en otro error. Sin embargo, quien se sobreexcitó fue Latasa, que soltó un codazo en el pecho a Tárrega que el VAR cazó y Ortiz Arias le mandó al vestuario con una roja.

Desde ese momento, ya nada tuvo sentido. El partido se desordenó, con un equipo en inferioridad agarrado a un gol que le da vida y sin salir de su campo y otro absolutamente volcado, con dos defensas y el resto de jugadores alocados tratando de hacer un gol como fuera. Lo rozó Hugo Duro cabeceando cualquier balón que volara en el área, salvó bajo palos Juma Bah el remate de Tárrega y hasta Víctor Meseguer tuvo el segundo cuando pilló a Dimitrievski en una salida. No hizo falta. El gol de Aunar les sirvió.