El viaje de Lunin, el gigante "misterioso", el héroe inesperado: "Frío y profesional, vive para entrenar"

El viaje de Lunin, el gigante “misterioso”, el héroe inesperado: “Frío y profesional, vive para entrenar”

Aunque no lo mostrara con gestos ni emociones, en los pasillos del Etihad Stadium de Manchester no había un hombre más feliz que Andriy Lunin (Krasnohrad, Ucrania, 1999). Tampoco uno cuyo destino hubiera cambiado tanto durante estos meses. No se suponía que el ucraniano se convirtiera en héroe de la temporada del Madrid. No lo planeó así el propio club, que cuando Thibaut Courtois se lesionó firmó a Kepa Arrizabalaga. Ni el propio Carlo Ancelotti, que entregó la titularidad al portero español nada más llegar a Valdebebas.

Pero el miércoles, en la cima de la máxima competición continental, Lunin demostró que él también tenía un traje de superhéroe en el bolsillo. Como El Soldado de Invierno, compañero del Capitán América al que mantienen crionizado durante años y que cuando despierta apenas muestra signos de personalidad humana. Alguna broma así, siempre con cariño, recibe el ucraniano en Valdebebas, con la celebración del triunfo ante el City como último ejemplo. Cuando Rüdiger marcó, el alemán comenzó a correr fuera de sí hacia sus compañeros. Y a unos metros, Lunin caminaba tranquilo hacia ellos. Ni un salto, ni un puño en alto, casi ni un grito. «Todos me conocen, saben que soy un hombre tranquilo, pero os puedo garantizar que soy el hombre más feliz del mundo ahora mismo», admitía en la zona mixta del estadio.

Como El Soldado de Invierno, Lunin ha estado durante años petrificado a la sombra de Courtois, intercalando cesiones poco fructíferas con largos meses en el banquillo. Primero Leganés, luego Valladolid, más tarde Oviedo... Equipos en los que sólo sumó 29 partidos en tres temporadas. Después de la pandemia, el conjunto blanco decidió que la mejor opción era continuar con su progresión en Valdebebas, acompañando a Courtois en los entrenamientos y recibiendo oportunidades en la Copa del Rey y en los momentos ligueros en los que el belga no pudiera participar: Un partido en la 20-21, 4 en la 21-22, 12 en la 22-23 y 19 en este curso, donde le ha ganado a Kepa una batalla en la que partía en desventaja.

Sus formas cuando Ancelotti eligió a Kepa

Disputó los dos primeros partidos de la Liga, justo después de la lesión de su compañero, pero cuando llegó Kepa pasó 13 seguidos en el banquillo. Casi tres meses, entre agosto y noviembre, en los que no levantó la voz. Otro en su situación podría haber reclamado un trato diferente, podría haber recordado que quien ha estado años esperando la oportunidad era él y no otro, pero Lunin, siempre «frío, tímido y profesional», como destacan en el club, mantuvo las formas, el trabajo diario y el respeto por Kepa y sus técnicos.

La lesión del español le volvió a dar una oportunidad y no la dejó escapar. Tras unas semanas de baile en la portería, Ancelotti confirmó que el ucraniano era su portero titular. Una confianza que en el Etihad encontró su recompensa.

Los datos de Manchester

El asedio del City sobre la portería madridista fue constante. Recibió 34 disparos, 11 de ellos a puerta, superando los 16 y 8 del 4-0 del año pasado o los 9 y 6 que le lanzaron a Courtois en la final de la Champions contra el Liverpool, dos de las últimas agonías vividas por el Madrid en Europa. Lunin lo detuvo todo salvo el empate de De Bruyne, imparable tras el error de un Rüdiger que luego también fue héroe.

En el vestuario, el ucraniano asume el triunfo, pero no quiere medallas. «No soy un héroe», repetía en el Etihad. Una palabra que para él tiene otro significado desde la invasión rusa en Ucrania. Héroes son otros. La guerra le ha influido porque tiene a su familia allí, pero no ha querido perderse entrenamientos ni partidos por ella a pesar de que el Madrid se lo ofreció en su momento.

El interior de Lunin es «casi un misterio», bromean en la ciudad deportiva, donde los más veteranos también le comparan con Clint Eastwood en alguna película del Oeste. «Es muy serio, vive para entrenar», relatan. Casado y con un hijo pequeño, a sus 25 años se enfrenta a una decisión clave en su carrera: renovar o no con el Madrid.

Tiene contrato hasta 2025 y se ha revalorizado en los últimos meses, multiplicando por cuatro su valor de mercado: de 4 a 16 millones. El Madrid no le quiere perder hasta ver cómo vuelve Courtois, pero el ucraniano querrá minutos después de su buen año. «A final de temporada hablaremos de papeles», contestó contundente El Soldado de Invierno.

La intrahistoria de los penaltis del City - Madrid: el 'papelito' de Davide, Valverde iba a lanzar el 5º, el "riesgo" de Lunin...

La intrahistoria de los penaltis del City – Madrid: el ‘papelito’ de Davide, Valverde iba a lanzar el 5º, el “riesgo” de Lunin…

En el corrillo previo al inicio de la tanda de penaltis, Davide Ancelotti charlaba con su padre Carlo. En su mano, un papel con varios nombres: Lucas, Modric, Bellingham, Nacho, Valverde... El segundo entrenador del Real Madrid, e hijo de Carletto, había ido escribiendo los lanzadores de las penas máximas durante los últimos cinco minutos del partido. De repente, Fede admitió estar "muerto" físicamente y fue Rüdiger el elegido para tirar el quinto y definitivo. El que puso al conjunto blanco en otras semifinales de Champions League, las 12º en las últimas 14 temporadas. Un sinsentido.

"Cuando quedaban cuatro o cinco minutos empecé a pensar. Jude es lanzador. Luka es lanzador. Lucas es muy buen lanzador... Nacho tenía experiencia y personalidad y en los entrenamientos habíamos visto que iba decidido a un lado... Y Antonio es un jugador con huevos", describía Davide a EL MUNDO en la zona mixta del Etihad Stadium. "Federico iba a ser el quinto, pero ha dicho que estaba muy cansado, y estaba muerto la verdad, así que hemos decidido que lanzara Rüdiger. La decisión de los lanzadores es del cuerpo técnico".

En ese corrillo, Carlo Ancelotti iba uno por uno hablando con los lanzadores. "A mí me ha venido el míster, me ha dicho que tiraba y yo le he dicho 'claro'. Supongo que a los demás les ha dicho lo mismo", explicaba, riéndose, Lucas Vázquez, autor de uno de los goles, como en la tanda de penaltis de la Champions ganada al Atlético.

Los partidos que se deciden en penaltis siempre se definen como una lotería en la que el portero que más lanzamientos detiene termina siendo un héroe, pero Andriy Lunin no quiso saber nada de los dos términos. "No soy un héroe", se apresuró a decir al salir de los vestuarios, donde resumió el trabajo previo que había realizado para prepararse para la tanda. Siempre con Llopis, entrenador de porteros, como gran consejero.

"No soy un héroe. El héroe y el hombre del partido es el equipo", respondió el ucraniano, que comenzó la temporada como suplente de Kepa tras la lesión de Courtois y ha terminado siendo titular y estrella del cuadro madridista. "Preparamos los penaltis con el entrenador de porteros y teníamos tres jugadores con los que teníamos dudas de si me podía quedar en el medio o no. Al final elegimos a uno para quedarme en el medio, nos arriesgamos, y menos mal que ha salido bien", reflexionó.

Más allá del fútbol, han sido meses complicados para Lunin, cuya familia sigue en Ucrania, pendientes cada día de la guerra: "No es fácil, porque es una situación muy difícil para mi país, para mi familia... No es fácil entrenar día a día porque vas al entrenamiento y te llegan noticias, las peores noticias... Y tú tienes que estar concentrado en el fútbol mientras intentas ayudar a la gente. No es fácil, pero agradezco a todos los que me ayudan a mí e intentan ayudar a la gente".

Cuando Rüdiger marcó el gol, la imagen de Lunin lo dijo todo. El ucraniano apenas levantó los brazos mientras el alemán, fuera de sí, corría hacia sus compañeros. "Soy un hombre tranquilo, pero os puedo asegurar que soy el hombre más feliz del mundo ahora mismo". Modric fue el primero en llegar hasta él y a raíz del croata todos se fueron acercaron para abrazarle.

Mientras, Rüdiger dejaba a sus compañeros y se hacía una carrera de 80 metros en solitario hacia el sector de la grada donde estaba la afición del Madrid. El éxtasis. "Los jugadores me decían que iban a ganar, Lunin decía que iba a parar... Al final ha salido bien. Hemos tirado muy bien los penaltis y me ha sorprendido mucho Rüdiger. Esta temporada no habíamos tirado bien los penaltis, pero lo hemos hecho bien", comentó Ancelotti en zona mixta.

"La única manera de ganar"

Sobre el planteamiento, el italiano admitió que "era la única manera que teníamos de ganar aquí". "Hemos empezado bien, nos hemos adelantado en el marcador y después hemos empezado a sufrir, a luchar, a sacrificarnos... Hemos bajado demasiado el bloque, el City ha tenido más control, aunque siempre tiene más control. Yo pienso que hemos defendido muy muy bien. Todo el mundo nos daba por muertos, pero nadie puede hacerlo, el Madrid nunca muere", declaró.

"Físicamente la cabeza te mata, no estamos acostumbrados. Pero somos un equipo que trabaja, que puede sacar ese orgullo. Mira Jude, peleó en cada jugada y tuvo el coraje de lanzar el penalti", resumió Valverde.

Lunin también es un héroe, detiene dos penaltis y saca al Madrid vivo de la tormenta de Manchester

Lunin también es un héroe, detiene dos penaltis y saca al Madrid vivo de la tormenta de Manchester

Desde los once metros, después de evitar el hundimiento del Titanic mientras chocaba con cientos de icebergs y le golpeaban disparos de granizo sin cesar, en otro ejercicio de supervivencia tan extrema como inexplicable, el Real Madrid se metió en las semifinales de laChampions en el estadio del actual campeón, superado físicamente durante gran parte del choque. Como si necesitara nuevas historias para contar a sus nietos. En esta última el héroe será Lunin, ucraniano, que detuvo dos penaltis para entregar a Rüdiger el tanto decisivo.

El Etihad abucheó el himno de la Copa de Europa antes del pitido inicial y el Madrid, como si le hubieran golpeado donde más le duele, le respondió con un gol que hizo tambalear los cimientos de la dinastía de Abu Dhabi en Manchester. A los 12 minutos, Rodrygo culminó lo que Ancelotti había trazado en la pizarra del vestuario. Un balón largo a Bellingham, una descarga para Valverde, un pase a Vinicius al espacio, un toque atrás para Rodrygo y un 0-1 que cambió la dinámica del partido y metió un rato a los blancos en las semis.

Hasta el tanto del brasileño, el Madrid había sido valiente. Tuvo coraje y personalidad, lo que le había pedido Carletto unas horas antes. Pero también fútbol. Apretó al City en su propia área, gastó oxígeno en intentar robar en salida y tuvo paciencia con balón, acumulando posesión durante varios minutos mientras su rival corría. Todo lo que no pudo hace un año.

De una eliminatoria a otra, Ancelotti cambió a Modric por Camavinga y a Benzema por Bellingham, y el equipo lo notó en sus piernas. El francés y el inglés, junto a Valverde, Vinicius y Rodrygo, fueron la primera línea de presión, con Kroos resguardando sus espaldas. El plan estaba claro: morder hasta marcar.

Guardiola, ya con Walker en el lateral, recuperó a De Bruyne, haciendo Akanji labores de mediocentro en ataque. Las inesperadas arrancadas del suizo desequilibraron el muro del Madrid y provocaron las mejores ocasiones locales, como el cabezazo al larguero de Haaland, que siempre buscaba emparejarse con Nacho.

El Madrid tuvo pulmones para meter miedo en alguna contra, con un disparo de Carvajal y una arrancada de Valverde como opciones, pero el paso de los minutos le entregó el balón y los ataques al City, incapaz de superar a Lunin, sobresaliente. El duelo pasó del fútbol al balonmano, con los de Guardiola colocados en campo rival, moviendo la pelota de un lado a otro y encontrando oportunidades sin parar. Haaland, De Bruyne y Grealish pudieron empatar, pero entre Lunin y Rüdiger, imperial saliendo al corte de un disparo del inglés, salvaron la ventaja.

El asedio 'citizen'

El guion no cambió tras el descanso. El Madrid encerrado en su propia casa, con el cerrojo de la puerta echado, las persianas bajadas y, por si acaso, una silla bloqueando el pomo de la puerta. Así de extrema era la situación en un Etihad eléctrico, ahora sí.

Lunin sacó una volea de Grealish en el 46, Nacho salvó una carrera de Haaland en el 51, el ucraniano detuvo un disparo de Foden en el 52, Akanji remató alto en el 57, Grealish se encontró con el portero en el 69... La corriente citizen empujaba y el dique madridista comenzaba a perder agua, falto ya de pulmones después de correr una hora detrás del balón. El gol le dio ventaja, pero el partido le entregó un sufrimiento físico extremo que terminó pagando.

En el 75, en su único error en meses, Rüdiger le dejó en bandeja el empate a De Bruyne. Doku, aire fresco que Guardiola introdujo por Grealish, encaró a Valverde y puso un pase atrás que el central alemán despejó mal, a los pies del belga, que en área pequeña no perdonó.

El City quiso más durante más tiempo y mostró la ambición y el fútbol que el Madrid sólo entregó durante el tramo inicial de la primera parte. Vacío de aire e ideas, el conjunto de Ancelotti no hiló dos pases en ataque en la segunda parte y fió toda su suerte continental a la falta de acierto del campeón de Europa y a algún pelotazo que pudieran cazar Vinicius o Rodrygo a la contra. Mucho esfuerzo defensivo, pero poca madera para semejante obra.

Caos y penaltis

Sin tiempo para reflexionar, De Bruyne envió incomprensiblemente al cielo un pase de la muerte que parecía la culminación de la remontada. El Madrid no respondía, pero el minuto 90 aterrizó en el Etihad para darle a los blancos una prórroga que seguro firmaban antes del inicio.

En el tiempo extra, el campo siguió inclinado hacia Lunin, pero el City, también castigado, golpeó menos y el Madrid llevó su barco hasta la última orilla: los penaltis. Ederson le paró uno a Modric, pero Lunin detuvo dos a Silva y Kovacic para que Rüdiger marcara el quinto y escribiera una nueva novela madridista.

El origen del "clásico moderno" entre Ancelotti y Guardiola, los árboles de Múnich y una conexión: "Un grande in bocca al lupo, Carlo"

El origen del “clásico moderno” entre Ancelotti y Guardiola, los árboles de Múnich y una conexión: “Un grande in bocca al lupo, Carlo”

El 11 de julio de 2017, en su primer día en Säbener Strasse, la ciudad deportiva del Bayern de Múnich, Carlo Ancelotti se encontró un mensaje en la pizarra de su nuevo despacho: "Con tanta stima, un grande in bocca al lupo, Carlo!! ("Con mucho cariño, toda la suerte del mundo, Carlo!!"). La letra, escrita en color verde sobre el fondo blanco de la tabla, era de Pep Guardiola. El lector se puede imaginar la mueca del técnico italiano: una ceja levantada, tímida sonrisa. "Tenemos una muy buena relación", admitió en ese momento.

Carlo y Pep no son amigos, no se llaman constantemente ni cenan juntos, pero hay dos palabras que les unen en la distancia, confirmadas por las personas que mejor les conocen y por ellos mismos cuando tienen la oportunidad: "Respeto y admiración". Los dos entrenadores han cruzado fronteras, han entrenado en España, Alemania e Inglaterra, han evolucionado en su estilo de juego y dirección, en la gestión del vestuario... Y lo más importante: han ganado más que nadie y ahora, enfrentados en el Etihad Stadium en lo que los dos llaman el "clásico del fútbol moderno", se juegan una nueva coronación.

7.500 habitantes tiene el pueblo de Pep, Santpedor. 9.000 el de Carlo, Reggiolo. Ambos mediocentros organizadores de clubes que dominaron Europa, ambos exitosos en su salto a la pizarra. "A mí no me importa lo que piensen de mí, él es un gran entrenador", aseguró el italiano, preguntado por aquellas voces que dicen, con cierta ironía, que es sólo un "gran gestor". "La gente no tiene ni idea de lo que es un gran gestor", respondió Guardiola hace unos días.

Paralelismos

Los paralelismos en las carreras de Ancelotti y Guardiola llaman la atención cuando se estudian sus currículums. Los dos empezaron a entrenar en la elite más absoluta antes de los 40 años. Carlo en la Reggiana, con 36, antes de dar el salto al Parma con 37, edad a la que Pep asumió el banquillo del Barça.

Ancelotti ganó su primer título como entrenador a los 40, levantando la Intertoto con la Juventus en 1999 antes de irse al Milan para ganar la Champions con 44 años, en el 2003.

Guardiola no esperó tanto. En su primer curso levantó el famoso sextete. Una copia de la extraordinaria rapidez que también le había llevado a elevar Liga, Copa y Champions como jugador con 20 y 21 mientras Ancelotti tuvo que aguardar para ganar la 'orejona' con el Milán, vestido de corto, a los 30. La precocidad fue de Pep, pero la acumulación de títulos pone a los dos en la misma línea de éxito temporal. Cuatro Champions, Ligas en cinco países diferentes y 27 títulos para Carlo, 3 Champions y 37 títulos para Pep.

En 2007, a los 48 años, Ancelotti levantó su segunda Champions como entrenador. Las dos con el Milan, con una perdida por el medio, aquella en Estambul. En La Décima de 2014 tenía 55 y en la de 2022 63 primaveras.

Guardiola ganó la primera con 38, la segunda con 40 y tuvo que esperar 12 años (ya con 52) para la tercera, tres años menos que el italiano. Como Ancelotti, perdió una por el medio (2021). Son los únicos entrenadores, junto a Jose Mourinho, Brian Clough, Arrigo Sacchi y los madridistas Miguel Muñoz, José Villalonga y Luis Carniglia, capaces de ganar dos Copas de Europa antes de cumplir 50 años. Un escalón por encima está Zinedine Zidane, con sus tres títulos consecutivos a los 46.

"Recuerda mucho a aquella"

A pesar de lanzarse muy jóvenes al éxito, Guardiola y Ancelotti han tardado en convertir su enfrentamiento en "clásico". Midieron por primera vez sus fuerzas en los banquillos hace diez años, en abril de 2014. El de Santpedor como técnico del Bayern y el de Reggiolo como entrenador del Madrid. Y allí, en aquella semifinal de Champions entre los alemanes y los españoles, el italiano le infligió al catalán una de sus peores derrotas. 0-4 en Múnich, donde iban a "arder hasta los árboles", para un Madrid que acabaría levantando La Décima.

"Una de mis grandes cagadas como entrenador", reconoció el entrenador español. Una década después, los dos se vuelven a cruzar con el sentimiento reciente de la venganza de Pep en las semis del año pasado y con los árboles de Múnich de regreso a la memoria madridista. "Esta eliminatoria recuerda mucho a aquella, el gran Bayern iba camino de Lisboa y mira...", reflexionan estos días voces cercanas al vestuario de Valdebebas. La resolución, en el Etihad.

Los “nervios” de Bellingham en su primera rueda de prensa: “La lesión me mató, no me importa la crítica”

Actualizado Martes, 16 abril 2024 - 18:48

El 15 de junio de 2023, Jude Bellingham apareció por primera vez en la sala de prensa de Valdebebas. Durante estos meses ha marcado muchos goles, ha enamorado al Bernabéu y se ha convertido en el líder del Madrid, pero hasta hoy, 16 de abril de 2024, no había vuelto a comparecer ante los medios. Diez meses después, el centrocampista británico fue el protagonista del conjunto blanco en el Etihad Stadium, en la previa de la vuelta de cuartos contra el Manchester City, algo que él mismo admitió que le daba nervios: "Estoy más nervioso por esta rueda de prensa que por el partido de mañana", confesó nada más empezar.

Bellingham, criado en Birmingham, ciudad que compite desde hace años con Manchester por ser el segundo núcleo urbano de Inglaterra, se mostrará por fin ante el fútbol inglés, ese que ha rechazado dos veces: cuando decidió irse a Dortmund y cuando optó por firmar con el Madrid. "Me siento agradecido cada vez que llevo el escudo en el pecho y nunca me voy a cansar de esto. Jugué en Dortmund durante cuatro años, es diferente al inglés pero se aprende mucho. Quizás no hubiera tenido tantas oportunidades aquí. Creo que he tomado buenas decisiones gracias a mis padres", reflexionó.

El centrocampista inglés confesó que la lesión de tobillo que sufrió a mitad de temporada le "mató". "Pienso que empecé la primera mitad muy bien... y yo creo que lo me mata el ritmo es la lesión. Luego supero lo del dolor en el tobillo, juego contra el Valencia, marcó un gol... y me sancionan. Me ha influido el ritmo y en los últimos meses mi papel en el equipo ha cambiado un poco. Tengo confianza y no me importa la crítica", declaró.

"No marcar me crea ansiedad"

Sobre su sequía, reconoció que le crea un poco de ansiedad, pero que lo que más le preocupa es que el equipo no gane: "Yo creo que lo que me crea ansiedad es no marcar... y que el equipo no gane. Yo quiero añadir diferentes cualidades, pero creo que puedo ayudar más al equipo en otras facetas. Quería marcar un gol con el Madrid y llevo 20".

Una cifra que para el inglés tiene un pequeño culpable: Ancelotti. "Sería justo decir que es el que mejor rendimiento me ha dado. Él me llena cada día de confianza, te hace sentir cómodo. Me ha ayudado mucho y me ha hecho creer que puedo ser todavía mejor de lo que soy. Gracias a él mis inicios en el club han sido positivos".

"no me quita el sueño"

El 4-0 del año pasado sigue deslizándose por el ambiente del Etihad Stadium, también para un Bellingham que no estuvo en aquel duelo pero que sabe lo que dolió aquella derrota en el vestuario: "Hablé con algunos de los chicos. Les afectó mucho. Yo también tuve derrotas duras y hay que entender que es un nuevo partido. No empiezas 4-0 abajo. Están todos en modo profesional y tenemos confianza"

Ancelotti, por su parte, rechazó cualquier miedo: "No creo que el madridismo esté inquieto. Es la Champions, le pone feliz", bromeó, y reconoció que "no me quita el sueño". "Lo que me quita el sueño es comer mucho".

Guardiola: “Elogio al Madrid porque lo pienso. No me creéis…”

Actualizado Martes, 16 abril 2024 - 14:57

El fútbol europeo regresa de nuevo a Manchester para testar las virtudes y la ambición del City de Pep Guardiola, convertido en en equipo grande (por resultados) de la ciudad. El técnico catalán observa en el horizonte la posibilidad de repetir conquista continental pero para ello tendrá que pasar por encima, otra vez, del "Rey de la competición", como definió Bernardo Silva al Real Madrid.

El portugués acompañó al entrenador de Santpedor en una rueda de prensa que ya suena familiar. Las caras de los periodistas británicos y las de los españoles son cada vez más familiares en la ciudad deportiva 'citizen'.

"Esto siempre es especial para mí", confesó Guardiola, preguntado por los Madrid-Barça de hace más de una década: "Los Madrid-Barcelona son partidos con mucha presión y tensión. Debemos dejar el pasado. Ahora es todo más difícil. Si perdemos, perderemos ante el Madrid, se lo merecerán".

Pero que sea especial para él "no cuenta", añadió, centrándose en la necesidad de tener presión: "Hace falta esa presión. Si piensas que ya lo has hecho... no tendremos ese hambre extra para competir estos partidos. Hay que llevar la energía adecuada y necesitamos a nuestra gente. A veces hay que sufrir porque es imposible dominar durante los 90 minutos", reflexionó, anunciando que Kyle Walker, veloz lateral derecho que fue baja en la ida, parece estar listo para el encuentro.

Sobre las similitudes con la eliminatoria del año pasado, Guardiola elogió al Madrid y dejó un comentario a sus críticos: "Con diferentes jugadores, tenían un gran equipo. Benzema, Modric... es un equipo excepcional. Sé que cuando digo las cosas positivas del Madrid la gente no me cree. Cuando era futbolista o ahora como entrenador, la gente mira mis comentarios y yo no puedo controlar eso".

El catalán reconoció que respeta al Madrid pero no le teme: "Le respeto mucho, pero temor no. Les elogio porque lo pienso así. No me creéis. Si digo lo de la hierba al final es un problema suyo, pero si piensan que está bien, pues muy bien. Si me ganan, como ha pasado muchas veces, les felicitaremos y mucha suerte para el futuro".

Bernardo, por su parte, asumió el favoritismo de su equipo: "Obviamente me inspira y me motiva lo que ha hecho este equipo desde mi llegada. Queremos crear ese legado. Queremos otra Premier, ganar la Champions por segunda vez consecutiva, que nadie lo ha logrado en Inglaterra".

El centrocampista portugués, autor de un gol en la ida, admite que no ha vuelto a ver el encuentro del año pasado y define al Madrid como "el mejor equipo del mundo individualmente". "Van a querer vengarse. Individualmente son el mejor equipo del mundo, así que tenemos mucho respeto. Juegan de una forma muy diferente de ka nuestra. Sientes que tienes el control del partido... y te hacen dos goles en un momento. Es una sensación muy rara y por eso han ganado tantas veces esa competición".

Silva manifestó su respeto por Kroos y Modric, dos futbolistas que le inspiran: "Sin duda. Son ejemplos a seguir. La consistencia a la que juegan, llevan 15 años haciendo esto... y después de todo lo que han conseguido, siguen trabajando. Son un ejemplo para los niños, que vean como se tienen que comportar en el campo".

El "sprint final" del Madrid y la reflexión de Ancelotti tras los pitos a Vinicius en Mallorca: "Son el éxito"

El “sprint final” del Madrid y la reflexión de Ancelotti tras los pitos a Vinicius en Mallorca: “Son el éxito”

El Madrid no pierde en Liga desde su derrota en el Metropolitano, el 24 de septiembre de 2023. Una derrota en 31 jornadas y 78 puntos en total, los mismos, curiosamente, que en toda la temporada pasada. El conjunto de Carlo Ancelotti ha cogido velocidad de crucero en el torneo doméstico y el italiano, como con todo, tiene una reflexión sobre ello. En este caso sobre la calidad y el compromiso de su vestuario: "El equipo ha sido muy sólido y continuo. No siempre hemos jugado bien, pero siempre hemos competido. Esto es lo bueno. Todos hablan de la calidad, y es una verdad (sonríe)... Tenemos una plantilla con mucha calidad, pero a más calidad, más difícil es buscar el compromiso. Hasta ahora, lo hemos buscado", comentó en la sala de prensa de Son Moix.

Como decía Tchouaméni en zona mixta, el cuadro madridista está ante el "sprint" final de la temporada, donde cada partido "es una final". Dos tópicos que se repiten año a año pero que bien consumados, dan títulos. "Sabemos que hay un partido muy importante contra el City, pero teníamos que estar centrados en lo de hoy. No es fácil, porque hicimos un partido difícil ante el City y estamos algo cansados, pero al final sabemos que cuando jugamos para el Madrid, hay que ganar. Y ganamos", explicó el goleador del encuentro.

Mientras Tchouaméni hacía un saludo militar en el córner donde celebró el gol, Vinicius y Camavinga, dos de sus mejores amigos en Valdebebas, lo repetían desde la banda, donde estaban calentando. A los jóvenes de la plantilla les une una amistad real y los resultados acompañan. "Tenemos una plantilla muy importante, me acuerdo del gol de Bellingham ante el Getafe en casa, o el de Modric ante el Sevilla, o el mío ante Las Palmas", recordó el galo, que admitió que su tanto al Mallorca, desde 30 metros, es "calidad y entrenamiento". "Sé que puedo chutar así. Lo entrenamos mucho y mira, hoy fue gol. Debo seguir así. Es calidad y es entrenamiento, creo que justo ayer lo entrené", confesó.

En un día de rotaciones, Tchouaméni, que se perderá la vuelta contra el City, fue indiscutible. Ancelotti dejó en el banquillo a Carvajal, Camavinga, Kroos, Vinicius y Rodrygo, y todos terminaron teniendo minutos salvo el ex del Santos. "Llegamos bien. No he dado descanso por un aspecto físico, todos estaban bien. El único Rodrygo, que tenía un golpe y no quería problemas. No vamos a ganar el partido contra el City físicamente, sino por la actitud".

El técnico también mencionó la suplencia de Militao, que parecía que podía recibir contra el Mallorca la primera titularidad de la temporada. "Era un partido muy exigente. Estaba Muriqi y preferí no empezar con Militao. Quería darle más minutos en la segunda parte, pero el encuentro estaba ahí. Le metimos al final para potenciar el juego aéreo".

Después del 0-1, la entrada de Vinicius despertó la ira de parte de la afición local, que le recibió con una sonora pitada cuando saltó a calentar y cuando entró en el partido. Durante los últimos años, el brasileño ha recibido insultos racistas en dos de sus visitas al estadio mallorquín y las ha denunciado, obligando a su autor a comparecer ante la justicia.

Sobre el césped, Vinicius tuvo varias oportunidades para hacer el 0-2, pero no estuvo acertado hacia portería. En sala de prensa, Ancelotti valoró los abucheos a su futbolista. "Se sabía que era un ambiente especial para él, pero cuando ha entrado ha sido peligroso, ha encarado, estaba fresco... Los pitos son el éxito. Son normales", declaró.

La confesión de Maffeo

Vinicius apenas coincidió unos minutos sobre el terreno de juego con Pablo Maffeo, con el que había tenido sus más y sus menos en los últimos enfrentamientos entre ambos equipos. En esta ocasión la situación no se tornó en polémica, no hubo gestos, faltas ni discusiones.

El lateral, eso sí, fue protagonista después del partido al confesar que ha tenido que cerrar sus redes sociales después de los comentarios recibidos tras la final de la Copa del Rey. "A mí que tres idiotas me digan cosas no me afecta. Ha afectado más a mi familia. Yo simplemente cerré las redes porque vi un comentario hacia mi hija y antes de entrar al trapo, calentarme y mandar a tomar por culo a alguien y luego ser yo el quinqui y el macarra y tal, me las cierro, mejor. Sólo las usaba para leer cosas, a mí no me afecta".

El Madrid sonríe en su escala en Mallorca camino de Manchester

El Madrid sonríe en su escala en Mallorca camino de Manchester

Entre el Santiago Bernabéu y el Etihad Stadium, el Real Madrid se vio obligado a realizar una escala en Son Moix para disputar un duelo que no cuadraba en sus planes continentales pero sí en la pelea constante por la Liga. Y ahí, ante las armas del Mallorca de Aguirre, siempre preparado para la guerra, Tchouaméni se inventó un disparo desde 30 metros que amplió la ventaja madridista en el liderato. Un 0-1 para acercarse al título.

Ancelotti reflejó en su alineación sus pensamientos. Sin Carvajal, Camavinga, Kroos, Vinicius ni Rodrygo, pero con Rüdiger, Mendy, Valverde y Bellingham. Sabe el italiano que no todo es descansar, que también hay que jugar, y que levantar el título doméstico es clave para el análisis de su temporada.

El Mallorca, con la derrota en la final de Copa todavía en el ambiente, fue fiel a los principios que le han llevado al éxito. Aguirre plantó un muro en su campo, encerró a sus jugadores tras él y buscó las transiciones rápidas y las jugadas a balón parado cuando el Madrid se relajó.

Ancelotti le entregó el timón a Modric, pero su equipo fue plano, horizontal y lento con balón en la primera parte. Acostumbrado a la presencia de los dos brasileños en ataque, echó de menos su movilidad y regate. Joselu fijó más a los centrales, pero ni Brahim ni Bellingham lo aprovecharon, siempre por el centro, rodeados de jugadores mallorquines. Imposible.

En el minuto 30, Raíllo estuvo a punto de poner el 1-0 al cabecear un córner, pero Lunin estuvo rápido de reflejos. Dos minutos más tarde, Bellingham encontró un segundo para pensar en la frontal, se perfiló y envió un disparo al larguero. Hubiera sido su 17º tanto del curso, el que empatara con Dobvyk en el Pichichi, pero suma dos meses sin dar en la diana.

Tras el descanso, el Madrid despertó, consciente de que la Liga también merecía su atención. En la primera jugada del segundo tiempo, Bellingham probó a Rajkovic, y en la siguiente, Tchouaméni se atrevió a disparar desde 30 metros, su lanzamiento tocó en Morlanes y se coló en las redes del Mallorca mientras el portero hacía la estatua.

El Madrid perdonó el 0-2

El tanto acomodó al Madrid en el césped y desequilibró al Mallorca, cansado y menos valiente a la hora de intentar robar el balón, dando pie a los mejores minutos de los de Ancelotti, con Brahim como protagonista. El andaluz tuvo el 0-2 dos veces seguidas. Primero con un disparo ante Rajkovic que detuvo bien el portero y después al no culminar una combinación genial entre Joselu y Modric. El croata le entregó un pase de la muerte perfecto que sólo necesitaba un toque de Brahim a la red, pero el andaluz se durmió y Rajkovic estuvo rápido para evitar el gol.

Esas dos acciones fueron la excusa de Ancelotti para acelerar los cambios. Retiró al ex del Milán y a Bellingham, este último pensando en Manchester, y le dio media hora a Vinicius y Camavinga, también con la mente en el Etihad.

El brasileño hizo suyo el partido en el tramo final y sus primeros toques al balón fueron regates y disparos, pero el Madrid siguió sin ver puerta, para desesperación de su entrenador. Valverde, en el 71, definió sin portero tras una jugada de Vinicius pero la defensa del Mallorca rechazó el tanto sobre la línea.

Aguirre asumió el desgaste de su equipo y agitó el árbol para intentar el empate. Dio entrada a Darder, que probó a Lunin con una volea desde lejos, y el Mallorca apretó en el tramo final. Tanto que estuvo a punto de dar un susto, y de quitar dos puntos, al líder de la Liga. Son 11 de ventaja sobre el Barça a la espera de lo que hagan los azulgrana en Cádiz. Y el próximo domingo llega el Clásico.

Los ocho meses de "paciencia" de Militao: la estabilidad de su hija, la "sombra" del fisio Salom y la fe religiosa

Los ocho meses de “paciencia” de Militao: la estabilidad de su hija, la “sombra” del fisio Salom y la fe religiosa

El día 12 de agosto de 2023, Éder Militao (Sertaozinho, Brasil, 1998) se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Fue en San Mamés, en la segunda parte de un partido que el Real Madrid ganaba 0-2. Intentó presionar a Sancet, no apoyó bien su pie izquierdo y terminó en el césped, levantando el brazo entre gestos de dolor.

Este 13 de abril de 2024, Éder Militao volverá a ser titular en un partido del conjunto blanco, justo cuando se cumplen 245 días desde aquella tarde en Bilbao. Desde aquella camilla en la que los que le rodeaban se echaban las manos a la cabeza y les caía alguna lágrima, especialmente a sus "hermanos" brasileños, Vinicius y Rodrygo, que fueron los primeros en pedir la entrada de los médicos.

Y ahí, con el cruzado roto, Militao, convertido en uno de los grandes líderes del vestuario durante los últimos años, sacó lo que en Valdebebas llaman "espíritu de capitán". "Sonrió y tranquilizó a todos", recuerdan fuentes cercanas al vestuario del Madrid.

"El más tranquilo del mundo"

Esa forma de ser le ha ayudado durante estos ocho meses. Cuentan en el club que mientras el entorno y la prensa ya calculaban los posibles sustitutos y fichajes, él se mantuvo como "el hombre más tranquilo del mundo", algo que lleva escrito en la piel: "Paciencia", reza uno de sus múltiples tatuajes.

Operado el 17 de agosto por el doctor Manuel Leyes, el mismo que trató a Courtois, Militao se puso entre ceja y ceja el objetivo de volver para las eliminatorias de Champions y aquí está, en pleno mes de abril, listo para salir de inicio en Palma y para jugar, si así lo considera Ancelotti ante la baja de Tchouaméni y las dudas con Nacho, en el Etihad Stadium contra el City.

En esa tranquilidad del defensa durante la recuperación han sido importantes tres factores. Tres protagonistas. Primero su hija Cecilia, de casi dos años, nacida en el verano de 2022, fruto de la relación sentimental con su ex pareja Karoline Lima, y que le ha brindado estabilidad. Segundo, su fe religiosa, evangelista, a la que ha acudido, explican, "en sus momentos de mayor flaqueza", con lecturas de la Biblia casi cada día. Unido más a su familia desde la lesión, el central ha mostrado públicamente su fe durante el proceso de rehabilitación. "Sé fuerte y no desfallezcas, porque tu trabajo será recompensado (Crónicas 15:7)", escribió en sus redes sociales.

"un impulso tremendo"

El tercer factor tiene nombre y apellidos: Jaime Salom. Se trata de uno de los fisioterapeutas del primer equipo, convertido en "su sombra", aseguran, durante las mañanas y tardes de trabajo en Valdebebas y en casa. Primero en el césped de uno de los campos de la ciudad deportiva, pegado al que utiliza el primer equipo, para no alejarse del objetivo, y más tarde en el gimnasio doméstico del brasileño, adornado con fotos de su familia y con momentos de su carrera deportiva.

En enero, y viendo los buenos avances en su recuperación, el Madrid confirmó su confianza en él con el acuerdo de renovación hasta 2028. Esa firma fue "un impulso tremendo" para el central, convencido, más todavía, de poder ayudar esta misma temporada.

Cuando más se acercaba su regreso, a Jaime Salom le acompañó en el trabajo con Militao Juan Carlos Parrales, rehabilitador del cuerpo técnico de Ancelotti, encargado de asistir a los lesionados cuando encaran su vuelta con el resto de la plantilla. Entre ambos ralentizaron un poco el sprint final de la recuperación para no caer en prisas y asegurar que el defensa llegara al mayor ritmo competitivo posible.

Disputó un minuto contra el Athletic, ovacionado por el Bernabéu, y el plan es que hoy en Mallorca acumule una hora de partido para probarle de cara al Etihad, donde no apunta a titular pero sí a echar una mano si el partido lo requiere. "He pensado mucho en este momento. Han sido días difíciles, pero ahora toca disfrutar. Mi vuelta tenía que ser aquí, en casa. Además, frente al club contra el que me lesioné. Volver contra ellos para mí es una felicidad. Pienso en todas las personas que me ayudaron, desde fisios hasta los familiares", aseguró después del duelo contra los bilbaínos.

La táctica de Ancelotti que "sorprendió" a Guardiola y el excesivo descanso del Madrid: "Nos gusta más jugar cada 3 días"

La táctica de Ancelotti que “sorprendió” a Guardiola y el excesivo descanso del Madrid: “Nos gusta más jugar cada 3 días”

Sensaciones extrañas en la zona mixta del Santiago Bernabéu. Real Madrid y Manchester City volvieron a empatar camino de la vuelta en el Etihad Stadium y por los pasillos del estadio nadie parecía del todo contento. b, con la cabeza agachada y el rostro serio, pasó por delante de los periodistas sin mover la vista ni un centímetro del horizonte, lejos de las sonrisas que había dejado el año pasado. El noruego apenas tocó balón, fruto de una presión agobiante de Rüdiger sobre él y del resto de los jugadores del Madrid sobre sus compañeros. Hombre a hombre. "Muy raramente lo habíamos hecho y salió bien. Hemos recuperado muchos balones", admitió Ancelotti sobre una de las claves del 3-3.

El técnico italiano decidió cambiar algunas cosas de su once ideal ante la visita de Guardiola. Intercambió las posiciones de Rodrygo y Vinicius, escoró al '11' a la izquierda y centró al '7', defendió en un 4-2-3-1 y eligió a Tchouaméni para acompañar a Rüdiger en el centro de la zaga. Si analizamos sólo el primer minuto, le salió horrible.

Tchouaméni tardó 40 segundos en ver la amarilla que le deja fuera del partido de vuelta y Bernardo Silva tardó apenas 60 segundos en batir a Lunin para el 0-1. Las caras en el banquillo madridista eran un poema, pero no cambiaron el plan de partido. La idea era clara y funcionó: "Hemos empezado mal, con un gol en contra, pero el equipo lo ha manejado bien, robando y buscando transiciones. Con el cambio de posición entre Rodrygo y Vinicius buscaba mantener la buena racha de Rodrygo, que jugó muy bien contra el Athletic, a Vini realmente no le cambiaba casi nada lo que tenía que hacer", explicó Ancelotti.

Su decisión sorprendió a Guardiola: "Me ha sorprendido ver a Vinicius centrado, sí. Había escuchado a Ancelotti decir que no le había gustado el 4-3-3 contra el Leipzig, y pensé que si lo decía no lo iba a hacer contra nosotros. Han tenido sus momentos. El tema es que no puedes parar siempre sus transiciones, es imposible pensar que el Madrid no te va a correr. La cosa es que te lo haga lo menos posible, hoy nos lo han hecho mucho", admitió el de Santpedor.

Vinicius, Rodrygo y Valverde dispararon tres veces a puerta cada uno y aprovecharon los errores del City en salida de balón, fruto de la presión madridista, hasta que el pulmón del conjunto blanco comenzó a sufrir. "Ellos no se esperaban verme por la izquierda, porque siempre está Vini y hoy lo hicimos diferente, una táctica nueva. Salió bien, pese a que el resultado no fuese el que queríamos", declaró Rodrygo.

"Mientras tuvimos piernas..."

La presión hombre a hombre del Madrid impulsó al equipo pero también le hundió cuando los jugadores empezaron a estar más fatigados. "El partido ha sido bueno hasta que hemos perdido energía. Ahí ya hemos tenido que poner bloquebajo y buscar más las transiciones", explicó Ancelotti. En zona mixta, Fede Valverde se reconocía "muy cansado". "Mucho desgaste después de estar corriendo tantos minutos detrás de la pelota, ya nos costaba salir a la contra. Intentamos robar más arriba, presionarles más porque sabíamos que con nuestra velocidad les podíamos hacer daño. Y mientras tuvimos piernas y oxígeno nos dio para marcar goles", reflexionó.

El uruguayo también se refirió al calendario, que les dio una cierta ventaja a la hora de tener más descanso que el City para el partido, pero según Valverde es un arma de doble filo. "Yo, y hablo por mí, estoy acostumbrado a jugar cada tres días, nos gusta más y nuestro cuerpo se acostumbra a eso. Cuando paras una semana y dices 'voy a descansar' es peor. Parece que te cuesta el doble, te cansas más, te contracturas más durante el partido... Pero es parte de quien hizo el calendario".