Candidatos: un chico de 17 años alcanza el liderato en Toronto

Candidatos: un chico de 17 años alcanza el liderato en Toronto

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Las emociones se sucedieron en la quinta jornada del torneo de Candidatos, del que saldrá el retador del gran maestro chino Ding Liren, actual campeón del mundo. En Toronto, el trío de ases indio pudo escribir una página histórica, pero al final solo logró la victoria el más joven, Gukesh D. El joven de 17 años derrotó al azerí Nijat Abasov, que nos dejó otra imagen de gran maestro hundido, porque así de duro es perder en ajedrez. El chaval alcanza el liderato empatado con el ruso Ian Nepomniachtchi, quien se libró de una derrota ‘de laboratorio’ contra el otro niño indio, Praggnanandhaa R.

La partida del día parecía la de Pragg (18 años), que tuvo a Nepo contra las cuerdas. El indio llevó de casa una idea precocinada que sirvió en el momento justo en una defensa rusa, que tiene fama de ser la más impenetrable de las formas de defenderse contra el avance de peón de rey. Ahora la berlinesa tiene una reputación casi mejor, pero esa es otra historia. El caso es que el joven Pragg traía de casa un plan peligrosísimo, que implicaba el sacrificio de dos peones primero y de un caballo después. Entregar tanto material en el ajedrez de élite solo puede acabar en desastre para alguno de los dos. O bien hay un ataque definitivo o el bando glotón se queda con el botín y remata la faena sin mayores dificultades.

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Esta vez fue una excepción. Nepo vomitó el exceso de ingesta y se quedó como nuevo, pero sin fuerzas para ganar. Pragg acabó decepcionado consigo mismo: había entrado en la línea soñada y no había sido capaz de rematarla. Lleva el 50% por ciento de los puntos en su primer Candidatos, pero este chico es especial y no se conforma con hacer un papel digno.

Praggnanandhaa R.MICHAL WALUSZA | FIDE

Quien tampoco acepta unas tablas sin luchar es Gukesh, que sabía que contra el más débil del torneo, Nijat Abasov, todo lo que no fuera ganar sería un fracaso. Le costó 85 movimientos y más de seis horas, en la partida más larga del torneo hasta el momento. También necesitó que su rival lo ayudara en el último suspiro; ya se sabe que en ajedrez no se consigue nada si el enemigo no colabora un poco en algún momento. Se llegó a un final en el que cualquier máquina haría tablas sin pestañear, pero los humanos sí pestañean y cometen errores, un mal imprescindible para que el juego sea emocionante y bello.

Nakamura logra divertirse por fin

Por eso no se puede negar la belleza de la otra victoria de la jornada, la de Hikaru Nakamura contra el francés Alireza Firouzja. El gran maestro nacido en Irán volvió a tropezar donde un campeón debería saltar. Ya ocupa la última posición, empatado con Abasov. En solo cinco jornadas, de las 14 programadas, está prácticamente descartado para ganar el Candidatos. Solo tiene 20 años y muchos torneos así para demostrar lo que vale, pero debería cambiar algo si quiere ser más competitivo cuando lucha por el título mundial.

Nakamura demostró también que su plan de divertirse no era tan disparatado como parecía. En su partida contra Alireza, el americano parecía en una película del Oeste, con dos caballos saltarines que hicieron salgar por los aires uno de los consejos que recibe todo aficionado: no mover más de una vez la misma pieza en la apertura. Hikaru abusó de los dos equinos y pese a todo salió de los primeros movimientos con una posición algo más que defendible.

Alireza Firouzja y Hikaru Nakamura.MICHAL WALUSZA | FIDE

Y cuando parecía que ambos se conformarían con las tablas, el estadounidense dio el último salto magistral: sacrificó una torre por el caballo enemigo y confió en el suyo propio y en sus peones. A Firouzja lo pilló con la guardia baja, como explicó el propio Nakamura en el vídeo que, como cada día, graba después de sus partidas. Esta la calificó como «salvaje», lo que justifica un poco la actitud de su rival.Desconcertado por la osadía, no atinó con el mejor plan y acabó inclinando su rey. No recibió el mate de la coz (un remate que la mayoría de aficionados conocen), pero lo echaron del tablero a patadas, en cualquier caso.

El tercer indio en liza, Vidit Santosh Gujrathi, acabó con un empate que sabe a derrota, como Pragg. Planteó la lucha de forma magistral y tuvo a Fabiano Caruana totalmente dominado, pero dejó escapar vivo al número dos del mundo. Un solo error, bastante natural, permitió que el americano contraatacara con tanto peligro que Vidit se tuvo que conformar con forzar tablas por repetición de movimientos. Por fortuna para él, tenía ese comodín en la manga, un triste consuelo.

Candidatos femenino

En el otro Candidatos, las ocho participantes acabaron dándose la mano y firmando cuatro empates en la misma jornada. Es la primera vez que ocurre, pero el porcentaje de tablas empieza a ser demasiado alto en el torneo femenino, pese a que la teoría sugiere que el absoluto, con una media de Elo mucho más alta, debería producir más empates.

Desviaciones estadísticas aparte, porque el ajedrez tiene un punto de azar pese a ser el deporte donde menos influye la suerte, parece que las partidas entre las jugadoras no están siendo tan agudas como las del cuadro absoluto.

Ayer, Kateryna Lagno pudo ganar a la china Lei Tingjie. Fue quien más cerca tuvo algo distinto al reparto de puntos. Quizás alguna ajedrecista descubra que es el momento de jugársela: el premio gordo solo es para una y conformarse con acabar cerca de la meta no tiene sentido. En caso de empate final, por cierto, habrá jornada de desempate, el 22 de abril, antes de la ceremonia de clausura.

Clasificaciones después de 5 rondas:

En el torneo absoluto, Nepo y Gukesh tienen 3,5 puntos, medio más que Caruana y uno más que Pragg y Nakamura. Vidit está en tierra de nadie, con 2 puntos, mientras que Abasov y Firouzja cierran la tabla con 1,5 puntos.

En el Candidatos femenino, sigue en primera posición Tan Zhongyi (3,5), seguida por Goryachkina (3). Salimova y Lagno las persiguen con 2,5 puntos y las cuatro jugadoras restantes empatan a 2, en la última posición. Son Muzychuk, Lei Tingjie, Vaishali R. y Humpy Koneru.

kpd