«Sé tu propio héroe». Con ese lema tiene una sudadera la guardameta de Alemania Ann-Katrin Berger, y no es porque fuera decisiva en la clasificación para semifinales por haber hecho un paradón en la prórroga ante Francia, atajado dos penaltis en la tanda y marcado el primero de su carrera. Es la reflexión que le envió su compañera, la delantera (y diseñadora) Linda Dallman, tras superar Berger un cáncer de tiroides que le detectaron en 2017, y volvió en 2022, en plena Eurocopa de Inglaterra.
Berger se lo calló hasta que cayeron derrotadas en la final ante las inglesas. «No quería sentir lástima de mí misma», explicaba entonces la guardameta. «Traté el cáncer como un partido que había que ganar». Y lo ganó, en una eliminatoria de ida y vuelta. El primero se lo detectaron cuando jugaba en el Birmingham City, y volvió al césped apenas tres meses después. El segundo, tras cinco años, cuando defendía la camiseta del Chelsea, no le privó de estar en el Mundial un año después, aunque no jugara. De ellos solo queda un tatuaje en el cuello, bajo la oreja derecha, que disimula una cicatriz. Salió más fuerte. Ganó cinco Super Ligas consecutivas, se hizo con la titularidad en la selección alemana y se marchó al Gotham norteamericano.
Para España fue el coco que paró el penalti a Alexia Putellas y las dejó sin la medalla de bronce en los Juegos de París, el torneo que coronó a Berger como cancerbera titular en Alemania a sus 33 años. Christian Wück le ha dado tanta confianza que ante Dinamarca, en la fase de grupos, se atrevió a regatear varias veces en el área. «Así no voy a envejecer», decía el seleccionador. Le gustó más el protagonismo de Berger en cuartos, cuando en el minuto 103 salvó un remate de su compañera Minge y, en la tanda, atajó dos lanzamientos sin ni siquiera mirar la chuleta de su botella. Fue MVP y tuvo que aguantar elogios, algo que no le gusta demasiado. Prefiere un perfil discreto, pero su rendimiento en el campo se lo impide. Ha sido nombrada portera del año en la National Women’s Soccer League (NWSL) y mejor jugadora en Alemania.
La influencia de ‘Opa’ Herbert
Las felicitaciones, tampoco las críticas, no la despistan. No atiende a las redes sociales y solo hay una opinión que quiere: la de su abuelo, su Opa (en alemán). «Prefiero escucharlo a él», asegura. A los 92 años, Herbert envía a su nieta un email después de cada partido con comentarios que ella lee a la mañana siguiente. «No sabe mucho de fútbol, pero yo creo que me adelanto un poco en los penaltis y seguro que él me dirá lo mismo», confesaba la portera en zona mixta. Su abuelo le dijo que solo iría a un partido: la final. «Así que esto va por ti, Opa», le dijo. La tarea de España será impedirlo.
El único lunar en esta Eurocopa, hasta el momento, para Ann-Katrin Berger es la denuncia pública de su prometida, la defensa inglesa Jess Carter, de haber sido víctima de insultos racistas en esta Eurocopa. La británica, con la que también comparte vestuario en el Gotham, hizo un comunicado en el que asumía las críticas por su juego, pero no por su raza o su aspecto. Pidió respeto y su gesto ha sido compartido en las redes sociales por su pareja.