El ex jugador y el club llegan a un principio de acuerdo que contempla darle opinión en el mercado y que los objetivos de la temporada sean definidos públicamente
Rubén Baraja ha encaminado su renovación como entrenador del Valencia las dos próximas temporadas. Será el encargado de hacer el “reset” y la reconstrucción que prometió el club a sus aficionados tras una temporada agónica.Hilvanar el acuerdo era la prioridad que se había marcado tanto el ex jugador como la entidad y, después de dos semanas en las que ha habido varias conversaciones, ambas partes han definido cómo será su relación a falta de firma y de que determinadas condiciones se reflejen por escrito. Quien no formará parte de ella es Carlos Marchena, que después de haber contribuido a la salvación del equipo ha decidido volver a Sevilla.
Fue en la reunión de la pasada semana cuando Baraja trazó ante el director de fútbol, Miguel Ángel Corona, y el corporativo, Javier Solís, su líneas rojas. No estaba la presidenta LayHoon Chan, que viajó a Singapur. El vallisoletano siempre ha estado predispuesto a prolongar su etapa en el banquillo de Mestalla y en Primera División, pero necesitaba transmitir al club ideas que considera básicas para no repetir la agonía de la pasada temporada.
El ex centrocampista quiere poder opinar en el diseño de la plantilla. Tiene claro que jugadores deberían salir -con los que menos contó en los últimos partidos-, cuáles serían prescindibles para ejecutar los recortes de la masa salarial que debe afrontar el club, y qué perfiles cree necesarios. Jugadores como Cömert, Marcos André, Castillejo, Hugo Duro y, en menor medida, Yunus o Paulista tendrían las puertas abiertas. También Cavani. La venta de otros importantes, como Mamardasvili, le preocupan. La posibilidad de quedarse con un jugador como Kluivert le encaja. El club le ha reconocido que tendrá talante de escucha, pero las decisiones se tomarán en la cúpula. Como ha ocurrido con la compra de Cenk por cinco millones de euros.
No hay cambios en este sentido con lo que ha ocurrido en las últimas temporadas, por eso el agente de Baraja no solo ha negociado un contrato similar en duración al de los últimos entrenadores, sino que pretende incluir una cláusula de salida. De esta manera, el vallisoletano no dejará a voluntad del club la posibilidad de marcharse si los planes trazados no se cumplen.
El interés del técnico también pasa por no ser el portavoz del Valencia. Quiere que la dirección sea quien públicamente fije los objetivos del equipo para la próxima temporada, en función de la inversión y la plantilla que se confeccione. Y tras ese objetivo se siente capaz de trabajar sin la presión de tener que justificarlo.
Baraja, con la firma pendiente, se ha puesto a conformar su cuerpo técnico. Llegó con Marchena, que ahora vuelve a Sevilla, y debe buscar un segundo y revisar con quienes cuenta para un proyecto que aún está en mantillas.