Baileigh Sinaman-Daniel, la jugadora con un solo brazo que derriba barreras en el baloncesto universitario estadounidense

Baileigh Sinaman-Daniel, la jugadora con un solo brazo que derriba barreras en el baloncesto universitario estadounidense

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Cuando su entrenador de baloncesto del instituto la apartó del equipo en su último año, Baileigh Sinaman-Daniel se negó a que ese rechazo, o el hecho de haber nacido con un solo brazo, acabaran con su sueño de jugar al deporte del que su ídolo de la infancia, LeBron James, la enamoró hace 15 años.

Esa determinación llevó a la escolta de 22 años de la Universidad Lesley de Cambridge (Massachusetts) a convertirse en la primera jugadora de baloncesto femenino de la División III de la NCAA con un solo brazo que anota en un partido universitario, según su entrenador, Martin Rather.

“Tiré el balón pensando que tendría que recuperarlo en un rebote”, dijo Sinaman-Daniel sobre la histórica canasta que hizo desde cerca de la línea de tres puntos, que rompió la red sin tocar el aro. “Cuando el tiro entró, me quedé más sorprendida”, añadió.

“Lo primero que pensé fue: ‘Esto es historia y tenemos que tomarnos un segundo para celebrarlo'”, dijo Rather. Todo el mundo se arremolinó en torno a Baileigh, chocando los cinco, celebrando su canasta.

El camino de esta nativa de Stafford, Virginia, hacia la historia se inició con un doloroso rechazo en el instituto Mountain View. “Había jugado en el instituto durante tres años y en mi último año de instituto, cuando volví a hacer las pruebas, como siempre hacía, me echaron y el entrenador me dijo que no me necesitaban en el equipo”, explicó. Fueron dos días de sufrimiento y llanto, hasta que, sentada en el coche, tomó una decisión audaz. “Me dije a mí misma que podía hacer esto en la universidad”.

¿Qué me impide hacerlo en la universidad? cuenta Sinaman-Daniel. “Así que empecé a enviar correos electrónicos a cientos de entrenadores. Sólo intentaba conseguir un posible tal vez o, mejor aún, un sí”. Esa persistencia llamó la atención de Rather cuando Sinaman-Daniel, una escolta de 1,70 metros, entró en el portal de fichajes tras dos años en el Warren Wilson College de Carolina del Norte.

En Lesley, Sinaman-Daniel se ha hecho conocida por su ética de trabajo con los Lynx. Ha completado más sesiones de entrenamiento individual que cualquier otra jugadora del equipo, que está teniendo su mejor temporada en 14 años y ha llegado a los playoffs, dijo Rather.

“Creo que cualquier equipo de este país se beneficiaría de tener en su plantilla a una jugadora con el corazón de Baileigh”, afirmó Rather. El logro es especialmente notable dada la escasez de jugadoras mancas en el baloncesto universitario que podrían haber servido de modelo. “No es muy común ver a alguien con un solo brazo jugando al baloncesto. Creo que probablemente haya dos o tres como nosotros en el nivel universitario”, dijo Sinaman-Daniel.

Aunque hay pocos jugadores universitarios de baloncesto mancos, el que más éxito ha cosechado es Hansel Emmanuel, de Austin Peay, a quien su entrenador describe como “la mayor inspiración del deporte universitario”. El éxito deportivo de este jugador júnior de la División I masculina, de 1,88 m y cuyo brazo fue amputado a los 6 años tras un accidente, ha demostrado que las limitaciones no definen el potencial.

Dado que Sinaman-Daniel no siempre podía utilizar las técnicas estándar de equilibrio y manejo del balón que emplean los jugadores con dos brazos, su éxito en la cancha ha requerido métodos de entrenamiento únicos que le han permitido desarrollar habilidades fundamentales. “Recibir pases o dar un buen pase, o desarrollar la forma correcta de lanzar… he tenido que ajustar y adaptarme”, afirmó.

Sinaman-Daniel anotó su segunda canasta el día de su cumpleaños, unas siete semanas después de su primera anotación, lo que añadió un nuevo grado de satisfacción a su gran temporada. La escolta junior, que nació con un brazo derecho diminuto que no puede utilizar, estudia Psicología en la universidad, a las afueras de Boston, y espera que su hazaña sirva de inspiración a otras personas que se enfrentan a retos similares.

“Cuando la gente me mire, espero que me vean como Baileigh, como una jugadora de baloncesto y también como alguien que está dispuesta y es capaz de hacer todo lo que hacen los demás”, dijo la jugadora.

Su entrenador extiende el impacto más allá de la cancha. “Estamos demostrando que podemos ganar y que tenemos jugadoras de gran calidad que quizá no se parezcan a todas las demás de nuestro equipo”, afirmó.

kpd