Austin Reaves, el insospechado aliado con el que LeBron James busca otro anillo

Austin Reaves, el insospechado aliado con el que LeBron James busca otro anillo

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El escolta, que se crió en una granja en Arkansas, brilla en los playoffs con los Lakers. “Mi mentalidad es callar a todos los que dudan de mí”, afirma

LeBron y Reaves, durante un partido de playoffs.RONALD MARTINEZGetty Images via AFP

En uno de los últimos desafíos de su inabarcable carrera, LeBron James ha encontrado un insospechado aliado. Un tipo empeñado en regatear a su propio destino, en aparcar su camino natural hacia Europa -el mismo que recorre su hermano Spencer, ahora en la Alemania de sus ancestros, que llegó a jugar en Burgos- para cumplir su sueño de triunfar en la NBA. Puro empeño y confianza en sí mismo. En estos Lakers que a partir de hoy retan a los Warriors por un puesto en la Final de la Conferencia Oeste, sólo el propio LeBron juega más que Austin Reaves. “A veces necesito parar y reflexionar sobre lo que estoy haciendo. Todo estaba en contra de mí”, dice ya uno de los favoritos del Staples.

En el primer partido de playoffs de su carrera, hace unos días, Reaves decidió el duelo a domicilio contra los Grizzlies con 13 puntos (de sus 24) en el último cuarto. Sus aspavientos en el FedEx Forum mostraban a un jugador sin ningún complejo. “Me importa un carajo el atleticismo, lo bien que puedas lanzar, lo alto que puedas saltar, lo rápido que puedas correr. Me gustan los tipos con un alto coeficiente intelectual de baloncesto. Obviamente, tienes que tenerlos para ganar un campeonato. Jugadores que puedan hacer cosas extraordinarias”, se rindió el propio LeBron a un escolta blanco de pelo enmarañado, vacío de tatuajes y no demasiado musculado.

Un jugador que no había sido drafteado apenas un par de veranos antes. Los Lakers le firmaron un contrato dual con la idea de que probara en su equipo de desarrollo en la G-League. Pero, en plena plaga de lesiones, le llegó su oportunidad tras el All Star. Y no la desaprovechó: en los últimos 11 partidos de la temporada regular de los Lakers (nueve victorias), Reaves promedió 19.8 puntos y 6.1 asistencias con un 58% de tiros de campo.

El padre y la madre de Reaves jugaron al baloncesto –Nicole Wilkett promedió 21,3 puntos en la Universidad de Arkansas State-, pero el deporte que entusiasmó a Austin de niño fue el béisbol. Lo practicó tanto en su Newark natal, un pequeño pueblo en la zona rural de Arkansas (él creció en una granja), que acabó aborreciéndolo. Y entonces, pese a que su físico no acompañaba demasiado, optó por el balón naranja. Primero en su instituto, Cedar Ridge, donde ya llegó a firmar un partido de 73 puntos. En su última temporada se fue a los 32,5 tantos, 8,8 rebotes y 5,1 asistencias por noche y Wichita State le ofreció una beca.

Pero allí las cosas no funcionaron y optó por el cambio a Oklahoma, donde volvió a estallar. Pero, entonces, de nuevo los prejuicios. “Siempre ha sido mi mentalidad: callar a todos los que dudan de mí”, ha llegado a pronunciar, lejos de aquel draft de 2021. En vez de Europa, insisitió a su agente por pelear por una oportunidad con un contrato dual en la NBA. Y le llegó en los Lakers, el equipo del que era fan desde niño. De hecho, desde su etapa universitaria arrastra el apodo de Hillbilly Kobe (el Kobe de pueblo o paleto).

“Es un asesino”

Fue el General Manager Rob Pelinka el que quiso vislumbrar algo de potencial en Austin: en su primera temporada, la pasada, ya participó en 61 partidos de los de púrpura y oro. “Durante toda mi vida he sido el más delgado, alguien no lo suficientemente atlético e incluso no demasiado habilidoso. Todos encontraban excusas para no valorarme. Siempre era algo así como vamos a encontrar algo que no pueda hacer para que no lo consiga”, reconocía en LA Times en esos días de reivindicación. “Hay mucho de perro en él, encaja muy bien con nosotros”, ya avanzó LeBron.

Pero ha sido en esta hora de la verdad, en el Rubicon del play-in, donde Reaves ha devenido en el Alex Caruso de 2020, con el que tanto se le compara. En seis partidos de playoffs contra los Grizzlies, todos titular, ha promedidado casi 37 minutos y comparte responsabilidad anotadora (16,5 puntos) con LeBron, Anthony Davis y D’Angelo Russell. Con el base forma además, una excelente pareja fuera de las canchas, aficionados ambos al golf. “En la NBA, ves a un tipo blanco y generalmente es el tirador y no puede defender a nadie. Austin tiene un poco de todo. Y es un asesino. Cuando se calienta no hay forma de contenerlo”, le elogió su amigo.

El presente de Austin pasa ahora por el duelo en el perímetro contra Stephen Curry y Klay Thompson, pero en breve los Lakers deberán resolver el porvenir de su jugador revelación. Y, pese a los deseos de ambos, no va a ser barata la continuidad. Agente libre, las ofertas jugosas de otras franquicias no se harán esperar (se habla de cantidades que pueden rondar los 100 millones por cuatro temporadas). Y al equipo angelino, con opción preferencial sobre él, no le quedará otra que igualarlas.

kpd