Andreu Simón, el corredor con diabetes que acumula victorias: “Correr me ayudó tras el diagnóstico”

Andreu Simón, el corredor con diabetes que acumula victorias: "Correr me ayudó tras el diagnóstico"

Ultra Trail


Entrevista

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A los 18 años empezó a perder peso y, sin antecedentes familiares, le diagnosticaron. Debe pincharse insulina a la carrera para que la glucosa los geles entre en sus músculos. “Ahora puedo ver mis niveles de glucosa en el reloj. Antes me pinchaba 10 o 15 veces al día”, explica

Andreu Simón, tras ganar este año Val d’Aran by UTMB.UTMB

“En mi casa no había ningún diabético, mis padres no lo eran, tampoco mis abuelos. Y yo siempre he llevado una vida saludable, haciendo mucho deporte, comiendo muy sano. Por eso el diagnóstico fue tan sorprendente. A los 18 años empecé a perder peso, todo el día tenía sed, no me encontraba bien y estuve así cinco o seis semanas hasta que fui al médico y me hicieron pruebas. Diabetes tipo 1. Es imposible saber el desencadenante, si había predisposición genética, si fue por alguna situación de estrés, simplemente es así. La libertad de correr me ayudó después del diagnóstico”.

Habla Andreu Simón de su enfermedad y para cualquier deportista sería difícil gestionarla, la glucosa, la insulina, pero más en su caso: él es corredor de montaña de largas distancias y necesita beber corriendo, comer corriendo y, claro, ahora, pincharse corriendo. Después de más de una década haciéndolo ya está acostumbrado, pero su caso sigue asombrando. Con esa desventaja ha sido campeón del mundo con España, ha hecho podios en una de las carreras UTMB, la meca del trail, y ha ganado pruebas como Transgrancanaria, Val d’Aran by UTMB y este mismo diciembre la francesa SaintéLyon, de 77 kilómetros, siendo el primer vencedor no galo de la historia. ¿Cómo lo hace? No es fácil.

La diabetes es una dolencia en la que el páncreas no produce la insulina necesaria para transformar la glucosa en energía y… ¿Qué necesita sobre todo un corredor de larga distancia? Mucha, mucha energía. De la pasta a los geles pasando por las bebidas isotónicas, Simón debe controlar toda ingesta. “Por suerte en el seguimiento de los niveles de glucosa se ha evolucionado mucho. Antes me tenía que pinchar en el dedo cada dos por tres, antes de entrenar, después, a veces durante el entreno… quizá me pinchaba 10 o 15 veces al día. Ahora llevo un parche, que va conectado al móvil y éste al reloj. El resultado es que cada cinco minutos puedo ver cómo van mis niveles”, anota el corredor patrocinado por Asics y Buff que advierte que lo más difícil es mantener esos niveles a raya.

UTMB

“Mis carreras pueden durar ocho, nueve, 10 horas, así que necesito comer, pero cada vez que tomo un gel o una bebida tengo que calcular la insulina necesaria para que la glucosa entre en el músculo y no hay una fórmula para hacerlo. No son matemáticas, no son dos más dos. Si hace mucho frío, quizá la insulina no haga efecto. Si estoy muy cansado, quizá haga demasiado efecto. Y así mil variables. Esa incerteza es lo más duro, no sabes qué pasará”, reconoce Simón, que suele pincharse en el abdomen en pleno trote, y que ha vivido situaciones de todo tipo por culpa de la diabetes. En el Mundial de 2019 perdió la medalla por una hiperglucemia, es decir, una subida de azúcar a escasos kilómetros de la meta. Algo antes, de hecho, incluso tuvo que renunciar a un empleo.

El sueño de ser bombero

Desde pequeño había querido ser bombero, pero cuando empezó a prepararse las oposiciones descubrió que la diabetes se consideraba una exclusión médica para entrar en el cuerpo. Hoy en día no es así, pero “un mal control” de la diabetes puede suponer motivo de expulsión y no hay criterios objetivos que definan qué es “un mal control”. En todo caso, Simón de momento encara un reto profesional distinto, el de dedicarse al 100% al trail running, un privilegio reservado a pocos todavía.

Técnico de Deportes en el Ayuntamiento de Sant Sadurní d’Anoia, residente en Collbató, a los pies de Montserrat, valora pedirse una excedencia para dar un impulso definitivo a su carrera a sus 31 años. “El nivel en las carreras de montaña ha subido mucho y hoy en día es muy difícil compaginarlo con otro empleo. Hasta ahora el trabajo me iba bien como distracción y me descargaba de presión por los resultados, pero me estoy planteando la excedencia para ver si puedo dar ese último paso”, finaliza Simón, el corredor que lleva plumas de insulina junto a los geles, un ejemplo para cualquiera que sufra diabetes.

kpd