El vigente campeón rompe su Red Bull y empezará desde la decimoquinta posición. El español partirá justo por detrás de Checo Pérez
Hubo un ‘crec’. Y el vigente campeón de Fórmula 1, el líder del Mundial, el dominador absoluto del campeonato, Max Verstappen, se quedó fuera. En la Q2 rompió el palier de su Red Bull y, de repente, todo cambió. La pole, para su compañero, Checo Pérez, ¿y detrás? Detrás empezó una guerra por el segundo puesto que ocupará quien más lo mereció: Fernando Alonso. Este domingo en el circuito de Jeddah (18.00 horas) el español tendrá todas las opciones abiertas. El podio, el objetivo. Incluso la victoria es una posibilidad.
Porque el Aston Martin también es veloz en Arabia Saudí, porque Alonso está en una excelente forma y porque las sensaciones de sus rivales son muy distintas. Al drama de Verstappen ya se había sumado antes la sanción de Charles Leclerc, que el viernes tuvo que cambiar el motor de su Ferrari, y recibió por ello un castigo de diez posiciones en la parrilla. Este sábado en clasificación fue más rápido que Alonso, su tiempo fue el segundo más rápido, pero partirá decimosegundo. Detrás de Pérez y el español arrancarán George Russell y Carlos Sainz en la segunda línea y en la tercera fila, Lance Stroll y Esteban Ocon.
“Está siendo un buen fin de semana. En Bahréin nuestro punto débil fue la clasificación y aquí el coche ha ido muy bien. Empezar desde la primera fila es magnífico. Tengo mucha confianza en nuestro ritmo en tiradas largas, en la poca degradación del neumático que sufrimos, y creo que en la carrera nos irá incluso mejor que en clasificación”, comentaba Alonso justo al acabar la sesión, en una actitud muy distinta a la que mostraba antes de empezar.
Las dudas antes de empezar
“Nuestro objetivo es meternos en la Q3”, proclamaba el piloto de Aston Martin en la previa en una predicción muy, muy conservadora. En los entrenamientos libres, el Aston Martin ya había demostrado ser el segundo monoplaza más rápido en Arabia Saudí por detrás del Red Bull, pero Alonso, veterano entre los veteranos, quizá temía a sus adversarios. Por la naturaleza de su escudería, en pleno crecimiento, con mucho que aprender, él no se esconde en ningún test, siempre luce vueltas rápidas, acelerador a fondo, mientras otros esperan hasta la clasificación para dar el máximo.
En Bahrein, por ejemplo, tanto Ferrari como Mercedes no exprimieron sus motores en los entrenamientos libres y luego atacaron para hacerse con un buen puesto en la parrilla. Este sábado en Jeddah ocurrió lo mismo, pero igualmente no pudieron con Alonso. Sólo el ya sancionado Leclerc estuvo a la altura. A Sainz le costó incluso superar la Q2 y los dos Mercedes en ningún momento se mostraron capaces. Sólo el compañero del propio Alonso, Lance Stroll, fue una amenaza para ese segundo puesto del español. En los dos primeros sectores fue más veloz, pero un error en la última curva le dejó en la segunda fila.
“Nuestra carrera estará detrás nuestro. Red Bull sigue estando en otra liga, ganar a Checo no es nuestro objetivo, aunque la Fórmula 1 no son matemáticas exactas y todo puede pasar. Nos debemos centrar en frenar a los Ferrari y los Mercedes que seguro que irán muy fuertes”, analizaba Alonso tras la clasificación en una actitud relajada, mucho más tranquilo que en Bahréin, ya acostumbrado a su regreso entre los mejores.