Rafa Mir no va a dejar de ser jugador del Valencia. El club le va a imponer una sanción económica "histórica" y dejará que sea el técnico Rubén Baraja quien maneje la sanción deportiva que, por el momento, se resume en apartarle de los entrenamiento con el grupo y mandarle a la grada, al menos, los próximos dos partidos. El club, tras una semana de consultas jurídicas y laborales, entiende que tiene las manos atadas y no puede ir más allá.
Todas las opciones, incluidas la del despido o la de rescindir la cesión firmada con el Sevilla, estuvieron sobre la mesa en las primeras horas tras las detención, con el jugador en el calabozo y la incertidumbre de lo que que había ocurrido. Sin embargo, cuando la juez decretó su libertad, con cargos y medidas cautelares, lo que el Valencia podía o no podía hacer con el futbolista se fueron aclarando.
Se sucedieron las consultas, se valoró la situación y se concluyó que, tras la decisión de la juez con el visto bueno del Ministerio Fiscal, el club no podía imponer al jugador un castigo mayor al judicial despidiéndole. No existen razones legales que lo justifiquen, en este momento, como procedente y, aunque se asumiera como improcedente -lo que abriría la puerta a una demanda del deportista-, los consejos legales advertían de que podía ser una vulneración de la presunción de inocencia. Despedir a Rafa Mir se entendería como declararlo culpable, y eso el club no iba a hacerlo.
Con lo que ocurrió en la casa del jugador en Bétera como objeto de investigación en el juzgado y las revelaciones que van apareciendo, el único ámbito de actuación que quedaba a la entidad era en el ámbito laboral y deportivo. La dirección del Valencia propuso entonces al consejo de administración aplicar el convenio colectivo firmado entre la Liga y la AFE, el sindicato de futbolistas, para castigar lo que está en su ámbito: la salida nocturna del futbolista hasta altas horas de la madrugada y el daño reputacional que su conducta ha generado al Valencia. De hecho, el club llamó personalmente a los principales patrocinadores para explicarles su postura y en todos encontró comprensión.
La propuesta de sanción, que tendrá que aceptar el jugador o presentar alegaciones, es imponerle una multa de entre el 6,67% y el 10% de todo lo que supere los 100.000 euros del salario mensual del futbolista, según el punto 7.3.2.6 del Anexo 5 del convenio. De los primeros 100.000 euros, la cuantía se puede ir hasta el 25% del salario. Se trata de una sanción histórica en el Valencia por la cuantía que va a alcanzar y que, por la actitud de arrepentimiento por estos hechos mostrada por el futbolista, podría aceptar.
Lim no, el consejo sí
Esta decisión se transmitió a Singapur para que fuera validada por el consejo de administración, del que forma parte el hijo de Peter Lim, Kiat Lim. El máximo accionista no tuvo intervención ni la presidenta, Laychoon Chan, le informó a pesar de que la decisión podía tener una trascendencia económica. Es la versión que sostiene el club: Lim no se ha pronunciado sobre la situación de Rafa Mir.
En este escenario, esta multa la pretende convertir el club en un "toque de atención" al resto de jugadores que, de momento, no le tendrá como compañero en el césped. Esa decisión la tomará Rubén Baraja. El club ha dejado en manos del entrenador la rehabilitación deportiva de Mir, si la considera oportuna.
El entrenador le manifestó al jugador su "profunda decepción" por lo ocurrido y fue muy duro en la reunión que mantuvieron el lunes. Aún así, la idea de dejarlo en la grada más allá de los dos primeros partidos tiene una vertiente jurídica. Después de haber sido titular en los tres primeros partidos de Liga y haber jugado el segundo, descartarlo de manera indefinida podría provocar que el futbolista alegue "falta de ocupación efectiva", aunque en este caso, si es decisión de Baraja que no vuelva a jugar, el club la respaldará. De momento, los abogados de Rafa Mir, con quienes el Valencia está en permanente contacto, no han presentado ninguna queja ante el hecho de haber sido apartado de manera temporal.
¿Qué ocurrirá si Mir vuelve al campo? Se someterá a un juicio público que el club ni puede ni quiere valorar. Confía en que demuestre fortaleza mental basada en la convicción que viene manifestando desde el inicio del caso en que es inocente. Si afecta o no a su rendimiento deportivo es algo que también debe valorar el cuerpo técnico.
De momento, el Valencia, con estas decisiones, pretende castigar hasta donde le compete al futbolista y respetar un proceso judicial del que le mantiene al día pero del que no piensa en ningún caso formar parte a la espera de que la investigación avance.
La acción de la justicia, de las demandantes y de la defensa del jugador, puede alargarse en el tiempo y, si alcanza al mes de junio, el problema ya será del Sevilla porque la cesión habrá acabado y la opción de compra será difícilmente ejecutable.