La jugadora del FC Barcelona es una de las que insta a Finlandia a aceptar su lengua como oficial en Europa
Aitana Bonmatí ofrece su Balón de Oro a la afición del Barça.Alejandro GarcíaEFE
La jugadora del FC Barcelona femenino Aitana Bonmatí ha participado en un vídeo de la campaña ‘Say Yes’ de la Plataforma per la Llengua en el que insta al primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo, que apoye el reconocimiento del catalán como lengua oficial en la Unión Europea.
Finlandia es uno de los países representados en el Consejo de la UE que mostró dudas en la reunión de septiembre sobre la oficialidad del catalán en la UE “por no disponer de suficiente información para determinar todas las consecuencias de este reconocimiento”, ha informado Plataforma per la Llengua en un comunicado este lunes.
En el vídeo, Bonmatí ha afirmado que el catalán es su lengua, la del FC Barcelona y también la lengua con la que se sienten representados millones de personas y que por eso “todos los países europeos deben decir ‘sí’ y votar a favor” de su oficialidad, que se volverá a debatir este miércoles en el Consejo de la UE.
España sólo ha jugado unas semifinales de la Eurocopa. Fue en 1997, en Suecia, con equipaciones prestadas por la selección masculina para futbolistas amateur que pidieron vacaciones en sus trabajos para poder jugarla y el único apoyo visible de Televisión Española. El fútbol femenino en España era residual para aficionados y marcas, incluso para la RFEF era una obligación a la que apenas prestaba atención. De aquello han pasado 28 años y, ahora que España buscará el viernes pisar de nuevo unas semifinales europeas, la selección empieza a ser un filón.
Han crecido los patrocinios, las marcas quieren asociarse a figuras como Alexia Putellas o Aitana Bonmatí, estrellas mundiales con sus tres Balones de Oro, pero también a las emergentes Salma Paralluelo o Vicky López, dos ganchos que conectan con el público millennial. Y el rendimiento deportivo empieza a dejar ingresos en las arcas de la Federación. La fase de grupos de esta Euro y la clasificación a cuartos ha reportado 2,6 millones de euros: 1,8 por la participación, 300.000 euros por cada victoria y 550.000 por el pase. Si la selección se proclama campeona, sumará un total de 5,1 millones, un 156% más que lo que cobró Inglaterra en 2022, pero algo menos de los nueve millones que supuso el Mundial. Eso sí, las jugadoras se repartirán dos millones en primas, casi diez veces más que en 2023 (248.000 euros).
Las cifras aún quedan lejos de los 41,8 millones que se embolsó España por levantar el trofeo de campeona de Europa en Alemania, pero la apuesta de la Federación se aproxima mucho en el presupuesto de 2025: para la selección masculina hay 15,7 millones, y 13,1 para la femenina.
Mayores audiencias
La inercia ganadora de la selección también tiene otra vía de impacto en las cuentas: es atractiva para el público. En directo, llenan estadios en la Eurocopa y superan con creces la media de los 20.000 espectadores en la última fase de clasificación para la fase final de la Nations League. En televisión, de donde nace el 29% de los ingresos de la RFEF, la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda fijó una marca de 5,6 millones de espectadores de media y un 65,7% de cuota de pantalla. La final de la Liga de Naciones 2024 ante Francia la vieron 1,9 millones y en la fase previa de esta Eurocopa, retransmitida por La 1 de TVE, la cifra ha rondado los dos millones.
El debut ante Portugal lo siguieron de media 1,7 millones de telespectadores, con un 17,5% de cuota. Ante Bélgica, a las seis de la tarde, fue el programa más visto de La 1 ese día, con 1,4 millones de espectadores de media. El partido ante Italia volvió a ser lo más seguido, con un 20,7% de cuota y 1,8 millones de espectadores. Casi uno de cada cuatro que se sentaron frente al televisor esa noche quiso ver en acción a las chicas de Montse Tomé.
Esa visibilidad también ha atraído a las marcas, especialmente en el último año. El Mundial tendría que haber supuesto un espaldarazo comercial, pero lo eclipsó el vendaval que desató la agresión de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. «Las marcas huían del ruido y no se asociaban a una Federación que había perdido credibilidad. Ahora empiezan a tener más confianza», cuentan fuentes federativas.
Aitana Bonmatí, con el balón, durante el partido ante Italia.AFP
El primer paso adelante lo ha dado Iberdrola, que ha doblado su aportación como socio patrocinador del equipo femenino. La RFEF está intentando tejer sinergias en la estrategia de marketing que una a las dos selecciones absolutas, pero la compañía energética quiere seguir ligando su imagen únicamente a la selección femenina e incrementar una apuesta que, aunque comenzó con los chicos en 2009, justo antes del Mundial de Sudáfrica, se volcó desde 2016 en el deporte femenino, incluso dando nombre a la Primera División femenina que, entonces, organizaba la Federación al no ser reconocida como profesional.
Otras marcas como Adidas, que es el espónsor técnico, Ebro, Halcón Viajes, La Roche-Posay, Cervezas Victoria o El Pulpo, sí han entrado en un patrocinio global de ambos combinados nacionales, incluso de las categorías inferiores. Esto supuso en 2024 unos ingresos de casi 40 millones de euros para la Federación, que se pretenden hacer crecer. Desde la llegada de Rafael Louzán a la presidencia se ha puesto fin a un periodo de cierta inestabilidad. Aquella hipoteca reputacional está empezando a levantarse, ayudada también por los éxitos deportivos.
Un lugar de celebración y un gran evento
La pasada semana, y cuando la selección ya había alcanzado los cuartos tras las goleadas a Portugal y Bélgica, todas las bocas de metro de la estación de Plaza de España en Madrid amanecieron rebautizadas con los nombres de las capitanas: Alexia, Irene Paredes, Olga Carmona, Aitana y Mariona. Se trata de un acuerdo alcanzado con la Comunidad de Madrid para incentivar el seguimiento del campeonato ahora que encara su fase decisiva.
Es esa plaza madrileña la que a la Federación, como uno de los retos que se marca Louzán, le gustaría convertir en el lugar emblemático de celebración de los éxitos de España. Mientras el Mundial femenino se celebró en la explanada de Puente del Rey, en Madrid Río, como el masculino de 2010, los festejos que dirigió Morata hace un año se vivieron en Cibeles, frente al Palacio de Comunicaciones.
No es el único reto que se marca la nueva presidencia. En el horizonte, además del Mundial 2030, se mantiene la puja por un gran evento de fútbol femenino. El próximo Mundial se celebrará en Brasil, en 2027, mientras para la Eurocopa 2029, cuyas candidaturas deben presentarse antes del 28 de agosto, pujan Alemania, Italia, Polonia, Portugal y Dinamarca y Suecia. España tendrá que prepararse para pelear por posteriores competiciones.
Sufrió España. Sufrió mucho y por eso, seguramente por eso, la explosión de alegría en cuanto pitó la colegiada brasileña, Edina Alves, fue inolvidable. La mayoría de las jugadoras se abrazaron a la primera persona que tenían al lado (alguna incluso casi se agarra a una alemana). Vicky López y Sullastres fueron a buscar a Cata Coll, heroína antes del gol con una parada sublime en el minuto noventa y muchos. Montse Tomé saltaba junto a sus ayudantes, Alexia se llevaba las manos a la cabeza, Aitana...
Aitana sonreía. Después de superar una meningitis que la mandó al hospital y que le hizo dudar incluso si podría jugar esta Eurocopa, este miércoles fue su día. En el minuto 113, plena prórroga, hizo una de esas cosas que tardarán en olvidarse. Cuando todo el mundo esperaba un centro, ella tiró a portería. ¿Por qué? Lo explicó después.
"Lo habíamos estudiado. El entrenador de porteras me lo había dicho, que su portera a veces salía a tapar el centro y se quedaba su palo libre. Así que nada, un pase a la red", le dijo al periodista de la televisión pública, al que le costaba incluso engarzar preguntas. La euforia podía con la española.
Tres días de recuperación
"No creo en el destino, creo en el trabajo", explicó la jugadora del Barça, con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Inglaterra? "Los últimos partidos que no sirven de nada. Primero, vamos a celebrarlo, y a partir de mañana pensaremos en ella. Gracias, ¡vamos!", se despidió la centrocampista.
Tardó bastante el equipo en entrar al vestuario, donde hubo fiesta y música. De él salió Cata Coll, la otra protagonista. "Confío en mi equipo al 100%, y sabía que íbamos a ganar antes de los penaltis. Este grupo es muy fiestero", decía.
El equipo, que derrotó a Alemania después de ocho enfrentamientos, tiene ahora tres días para recuperarse y disputar con garantías la final del próximo domingo (18.00 horas) frente a Inglaterra. Si gana, España será la vigente campeona del mundo, campeona de la Liga de Naciones y campeona de la Eurocopa. No parece poca cosa.