Álvaro Martín, campeón del mundo: “Sorprende que me interese la revolución campesina extremeña de 1936”

Álvaro Martín, campeón del mundo: "Sorprende que me interese la revolución campesina extremeña de 1936"

Mundial de atletismo


Entrevista

Actualizado

Con el oro en los 20 kilómetros marcha al cuello, el marchador reflexiona junto a EL MUNDO sobre los sacrificios que exige el atletismo, sus dos carreras -Política y Derecho- o su futuro

Martín, al llegar a meta, este sábado.Istvan DerencsenyiEFE

Álvaro Martín va con el tiempo justo. Ya es campeón del mundo de los 20 kilómetros marcha y lo quiere celebrar con su familia, los ha invitado a comer en un restaurante y también los invitará a cenar, pero su entrenador, José Antonio Carrillo, lo reclama cada dos por tres. “Tengo que descansar. Si no tuviese los 35 kilómetros el jueves montaría la fiesta padre, pero necesito pasar por el fisio e irme dormirme pronto”, explica a EL MUNDO, al que cede unos minutos en el Thermal Margaret Island de Budapest, un hotel precioso en una isla entregada al deporte en medio del Danubio.

Sus padres y su pareja no podían parar de llorar en cuanto ha cruzado la meta.
Sufren mucho. El deporte te da algunos buenos momentos, pero también muchos malos. Ver a todos tan felices es lo que más me ha alegrado. Al final mis padres viven en Extremadura, mi novia en Madrid y yo en Cieza. Nos vemos menos de lo que nos gustaría a todos.
Hace dos años se fue del CAR de Madrid a Cieza, a Murcia, sólo por su entrenador. ¿Valió la pena?
Hoy se ha visto que sí. Esos sacrificios han tenido recompensa, aunque yo sigo pensando en los Juegos de París. Es mi gran objetivo. En los Juegos de Tokio acabé cuarto, muy cerca de la medalla, y no me quitaré la espina hasta que no suba a un podio olímpico. Además en Cieza estoy bien, vivo solo y tengo una vida muy tranquila, de pueblo, que es lo que más echaba de menos cuando estaba en Madrid.
Ese cuarto puesto en los Juegos de París le afectó, lo recuerda mucho.
Llegué a pensar: ¿Y si no puedo? ¿Y si no me da el talento para ganar una medalla en unos Juegos o en un Mundial? Había hecho una grandísima preparación, di el máximo en carrera, no fallé la táctica y quedé cuarto. Me afectó. Aunque recapacité y me di cuenta de que tenía que darme margen, mantener el trabajo hasta los Juegos de París.
Ya había sido dos veces campeón de Europa, los marchadores italianos le vacilaban: “Álvaro, lo tuyo son los Europeos, olvídate del Mundial”.
Era una broma entre amigos, nos llevamos superbien. Hoy he visto entre el público a [Massimo] Stano [campeón olímpico en Tokio] y no paraba de animarme. Si les va bien a ellos, nos alegramos y viceversa. Pero sí bromeaban con eso, sí.
Es una pena que su llegada a meta no se viera en directo por TVE.
Me tengo que poner al corriente. Por lo que me han dicho no se ha visto, pero tengo que escuchar qué ha pasado. Tengo el móvil petado e igualmente intento mantenerme alejado de las redes sociales.
Mil veces se ha negado a abrirse TikTok.
Tengo lo justo, Twitter e Instagram, pero los uso poco. He perdido algún patrocinador por no querer abrirme TikTok, pero es que ya me parece demasiado. Yo entreno y estudio y no me dan las horas. Además me piden un perfil concreto, que no escriba sobre ciertas cosas y por ahí no paso.
Acabó Políticas y ahora en Derecho ha hecho un trabajo final sobre la revolución campesina en Extremadura en 1936. Pocos likes pronostico con ello.
Es lo que me interesa. A algunos les llama la atención que quiera estudiar ciertos temas, pero mi vida no es el atletismo. Ahora en Cieza no puedo estudiar de manera presencial, pero me encantaba ir a la universidad, escuchar, aprender. Lo veo como una bicicleta: tengo dos ruedas, atletismo y estudios, y si pincho una, puedo vivir con la otra. Quienes se dedican sólo al atletismo se arriesgan a quedarse sin nada. Además es muy útil para desconectar: ayer mismo estuve estudiando.
¿El qué?
Me quedan dos asignaturas para acabar Derecho, Derecho penal y Derecho de la protección social, y tengo el primer examen el 4 de septiembre. Los días previos a la competición suelen ser muy aburridos, hay que descansar, no puedes hacer mucho, así que me senté con los apuntes un rato.
Otros se entregan a los videojuegos, se ponen una película, escuchan algo de música.
Y yo, y yo. Con el aplazamiento de la carrera por la lluvia, esas dos horas en las que nadie sabía qué hacer, me he puesto los cascos y me he relajado un rato con mi música. Un poco de heavy metal de un grupo que me gusta, In Flames.
El año pasado comentaba a EL MUNDO que le habían hecho ofertas para entrar en política. Ahora éstas se multiplicarán.
No voy a entrar, seguro. Me saldrán más padrinos, quizá me llamen otra vez, pero yo lo tengo claro. No me interesa la política.

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