El legendario baloncestista puertorriqueño anunció este miércoles que padece de cáncer colorrectal, cuya enfermedad aseguró que la enfrentará al “máximo posible”
Piculín Ortiz, jugando para la selección de Puerto Rico.EL MUNDO
El mítico jugador de baloncesto puertorriqueño José Rafael ‘Piculín’ Ortiz, ex del CAI Zaragoza, Real Madrid o del Barcelona, entre otros equipos, ha anunciado este miércoles que padece de cáncer, cuya enfermedad asegura que la enfrentará al “máximo posible”, tal y como hizo en la cancha durante 25 años.
Ortiz, de 60 años, ha colgado en las redes sociales un video, en el que aparece junto a su esposa Sylvia Rios, en el que señala: “Tengo de alguna manera de comunicarle, como siempre he sido, de darle frente a mis situaciones que y me he caracterizado por ello”.
El internacional y cuatro veces olímpico con Puerto Rico, que también jugó en la NBA y en el Unicaja Málaga, no ha revelado en qué fase está su cáncer, que le descubrieron después de hacerse una colonoscopia.
Añade que “no es fácil, pero dentro de la familia estamos todos bien positivos, y de alguna manera, obviamente ante la expectativa de qué podemos hacer en el camino”.
En el citado video, Piculin Ortiz asegura que, junto a un equipo de médicos, le hará frente al cáncer colorrectal, una de las primeras tres enfermedades de mayor mortalidad en Puerto Rico.
Y termina su mensaje indicando que “voy a dar el máximo posible como lo hice en la cancha y en otros momentos difíciles, y les pedimos que oren por nosotros, por este servidor”.
En un pésimo tercer cuarto (32-17), el Barça enterró sus opciones en el primer partido de la serie de cuartos, donde fue muy inferior ante un Mónaco muy físico y que dominó todos los registros. Los locales, con Mike James y Daniel Theis (22 puntos cada uno), y Elie Okobo (19) llevaron el partido a su terreno ante un equipo azulgrana con muchas dudas y muy errático. [Narración y estadísticas (97-80)]
Fue el equipo de Joan Peñarroya quien dominó de inicio. Con una gran aportación de Yousssoupha Fall en la pintura y los puntos de Kevin Punter, los azulgrana se tomaron una ventaja (8-14) en los primeros cuatro minutos, pero la reacción llegó con Theis y los triples de James (16-18). En la parte final del primer cuarto, los azulgrana volvieron a dar otro estirón, ahora con Jan Vesely y un renacido Álex Abrines (21-25).
Si el Barça parecía tener controlado el juego del perímetro de Vassilis Spanoulis y dominada la pintura, en la salida del segundo cuarto, la defensa de los monegascos fue superior y los catalanes se colapsaron en ataque. Tanto que sólo anotaron dos tiros libres en los primeros seis minutos, con un gran Elie Okobo (11 puntos al descanso). Mientras un parcial 20-2 puso la máxima diferencia para el Mónaco (41-27, min. 15).
Del 44-45 al 76-59
Pero Fall volvió a hacerse aun más grande en la pintura y con nueve puntos y nueve rebotes en 11 minutos, ayudó a su equipo a ir recortando. También apareció una mejora defensiva, la aportación de Punter (11 puntos al descanso) y de Darío Brizuela y en cinco minutos, cuando el Barça pudo correr, prácticamente devolvió el parcial (3-15).
Para aspirar a la victoria, Peñarroya necesitaba más elementos en la ecuación, a la espera de que aparecieran en escena más efectivos, como Jabari Parker. Pero no fue así y en el tercer cuarto, el Barça lo echó todo por tierra. Del 44-45 tras una canasta de Brizuela se pasó al 58-47 tras un parcial 14-2. A la hora de la verdad, entre Theis y James acabaron con las opciones visitantes, que se fueron al tercer descanso con una ventaja insuperable (76-59).
En los últimos 10 minutos, el partido se enredó. Tomas Satoransky fue descalificado con una antideportiva y una técnica y el ritmo siempre fue el que impuso el equipo de Spanoulis, que llegó a ganar por 19 puntos, una diferencia que se mantuvo hasta el 97-80 final.
John y Mabel, como tantos, salieron de Nigeria en busca de una oportunidad. El destino les llevó a Tudela, donde nacieron Great y sus hermanas. Y después a Inglaterra, donde él sigue trabajando como taxista. Aquel niño que quería ser delantero pero era tan alto que le ponían de defensa, es hoy una de las grandes estrellas de la NCAA, líder de los Washington Huskies -en esa Universidad estudia Criminología-, con un salario NIL (Name, Image and Likeness) de dos millones de dólares y la determinación de jugar la próxima temporada en la NBA. También pronto con la selección española, así lo desvela a EL MUNDO desde Seattle.
Es su primera entrevista con un medio nacional y se disculpa antes de empezar: "Hace mucho tiempo que no hablo castellano". Hace unos días anotó cinco triples sin fallo ante Purdue. Y el fin de semana se enfrentó ante la UCLA de Aday Mara. Sus estadísticas impresionan: promedia 15,5 puntos, 8,6 rebotes y 3,3 asistencias. Un coloso (2,03 centímetros, 115 kilos) de 22 años fan de Osasuna.
Para quien no le haya visto jugar nunca, ¿cómo es Great Osobor?
Soy un jugador muy versátil, hago muchas cosas diferentes en la cancha de baloncesto. Mi juego de pies es muy bueno. Puedo rebotear, anotar, paso el balón muy bien, defiendo... No creo que sea un jugador especialista, que sólo hace una cosa. Eso no me gusta.
En EEUU le comparan por Charles Barkley y una de las cosas que destacan es su capacidad de pase.
Sí, a mí me gusta pasar el balón. Claro que lo importante es anotar canastas. Pero cuando estás marcando mucho, los equipos te envían a dos o tres defensores y tienes que tener la habilidad de hacer el pase correcto, por el bien del equipo. Me gusta mucho hacer eso. Charles Barkley fue un jugador excepcional, así que no me puede enfadar que me comparen con él. Pero yo quiero ser Great Osobor.
¿De dónde viene esa capacidad de pase?
Yo jugué en España cuando era pequeño, allí me formé. Aprendí en el CB Génesis, en Tudela, Navarra. Eso me ha ayudado mucho. Mi habilidad es diferente a la de los jugadores de Inglaterra o de EEUU. Y también de la de los españoles, porque tengo una combinación de todos esos sitios en los que he estado aprendiendo. Tengo un mix de todo, mi baloncesto es diferente.
¿Cómo es la historia de su familia?
Mis padres son de Nigeria y ellos querían darnos a mí y a mis hermanas más oportunidades. Llegaron jóvenes, todos nacimos en España. Yo en Tudela y estuve allí hasta que tuve 12 años. A mí me gustaba. Pero entendí que mi padre necesitaba una oportunidad más y no tuve ningún problema en ir a Inglaterra. Al principio estuvimos en Londres, dos meses. Y luego nos fuimos a un sitio que se llama Huddersfield. Allí estuve cuatro o cinco años (jugaba en los Bradford Dragons) y después me fui a un colegio que se llama Myerscough, dos años. Y después viajé a EEUU, a Montana State. Vinieron entrenadores de la Universidad a verme jugar. Han sido muchos cambios en mi vida en pocos años.
Osobor, contra Oregon.SOOBUM IMGetty Images via AFP
¿Echa de menos su infancia en Tudela?
Vamos de viaje cada dos años. Sigo teniendo amigos. Especialmente Alejandro Humanes, que es el hijo del entrenador del CB Génesis. Hablamos bastante. Esa es mi conexión con Tudela. Echo de menos la comida española, es excepcional. Me encanta la paella, una buena tortilla de patatas...
Danny Sprinkle, su actual entrenador en Washington, ha sido clave en su carrera en el baloncesto estadounidense.
A mi familia siempre le ha gustado mi entrenador, con el que estuve en mis primeros años en Montana. Él piensa que yo puedo llegar a ser un jugador muy bueno. Ha confiado en mí desde el principio. Así que cuando dio el salto a esta universidad más grande, ¿por qué no venir con él?
¿Cómo es competir en la División Big Ten?
La mayoría de los equipos de la Big Ten son de los mejores de Estados Unidos. Es decir, es jugar cada día contra los mejores. Pero tenemos que seguir jugando como sabemos. Es normal perder partidos en esta división, nos está pasando. Y nos fastidia. Pero el objetivo es clasificarnos para el March Madness.
Osobor, en acción, ante Purdue.STEPH CHAMBERSGetty Images via AFP
¿Ha asimilado bien el cambio a una Universidad como Washington?
Mis tres años antes en EEUU estuve en Bozeman (Montana) y luego en Utah. Montana es un poco como en la serie Yellowstone [ríe]. Son ciudades muy diferentes a Seattle. Esta es una ciudad grande, en la que puedes hacer muchas cosas. Es interesante estar aquí. Aquí hay mucho interés por el deporte, hay muchos aficionados y le dan mucha importancia. A nivel personal estoy bien. Al nivel en el que estoy ahora es el más alto en el que puedes jugar en EEUU a parte de la NBA. Es una oportunidad.
¿Le gustaría jugar con la selección española?
Sí, sería un sueño. Ya lo era cuando yo estaba en España y veía a Pau Gasol y los demás. Así que ahora que tengo una oportunidad de jugar, ojalá me seleccionen. Vamos a ver qué ocurre.
Great Osobor.Huskies
España está ahora en pleno relevo generacional. Podrías jugar por Nigeria e Inglaterra. ¿Ha hablado con Sergio Scariolo?
No he hablado con el entrenador Scariolo, pero sí con gente de la selección. Ojalá pueda estar este verano. Sería un sueño debutar en un Eurobasket.
Es su último año universitario. ¿Piensa mucho en su salto a la NBA?
Antes siempre estaba mirando cómo iban las cosas, las predicciones del draft y demás. Tengo muchos sueños. La NBA, la selección... Si sigo así, no están tan lejos. Pero ahora para mí lo más importante es cada día tengo que ser el mejor Great que pueda. Y después, ya veremos.
¿Qué le dicen sus padres ahora, viendo donde está llegando como jugador?
Para ellos lo más importante es que a mi me continúe gustando jugar al baloncesto y que no me olvide de donde he empezado. Los orígenes. No he ido nunca a Nigeria, pero voy a ir pronto a ver al resto de mi familia.
Jugar sobre aviso tantas veces es una pequeña ventaja. Comprobar al Barça ninguneado y expulsado de la Copa la noche de antes fue el toque de atención que el Real Madrid necesitó para evitar sobresaltos, para asentar su tensión competitiva y no dejar resquicios a un Baxi Manresa que todo el mundo sabe cómo se las gasta. Será la undécima semifinal consecutiva para los blancos (ante Gran Canaria o Valencia), que tuvieron en la inspiración de Mario Hezonja (24 puntos, seis rebotes...) su motor. [92-69: Narración y estadísticas]
No fue un Madrid brillante pero sí eficaz. Los de Chus Mateo dejaron las florituras para más adelante y apelaron a la defensa, rotaciones, esfuerzos medidos, conscientes también de que, si todo iba bien, en poco más de 24 horas habría otra batalla. A su tranquilidad contribuyó el Manresa, al que le derrotó el rival y el escenario. No metió un triple (falló los 15 primeros) hasta bien entrada la segunda mitad y apenas hubo pinceladas del juego frenético que le ha convertido en la auténtica revelación de la liga. En esta Copa pregonada de las sorpresas, fue una pequeña decepción. Porque murió demasiado pronto.
Los de Diego Ocampo apenas resistieron 10 minutos. Ahí, en el amanecer, mostraron esas señas de identidad que le han llevado este curso a derrotar a Barça, Unicaja o Valencia. Se sacudieron el 7-0 inicial del Madrid con una ración de su ADN. En cierto modo, la salida contundente de los blancos era parte del guion. Saben de qué va esto de la Copa, de marcar territorio, de no dejar crecer a rivales que luego pueden causar problemas. Pero los de El Bages ya empiezan a ser también parte de la fiesta, han estado en tres de los últimos cuatro torneos, y contestaron con un 0-10 bravo.
Campazzo anota ante Saint-Supery, del Manresa.Elvira Urquijo A.EFE
Como lo fue luego su baloncesto valiente. Sus dos contra uno a todo el campo en defensa, sus saques rápidos en ataque y una intensidad por encima de sus posibilidades para mantener a raya al Madrid. Derrick Alston, hijo del atildado pívot ex de Barça, Madrid o el propio Manresa, se lució con un par de poderosos mates y los errores de Bruno Fernando (el peor de los blancos, con diferencia), desde el tiro libre y con las faltas, dejaron un primer cuarto en tablas. Resultó llamativo que Chus Mateo dejara fuera de la convocatoria a dos jugadores en idéntica posición, Rathan-Mayes y Dennis Smith Jr. Y acumulara hasta cinco interiores para que luego acabara jugando Hezonja de cuatro.
Porque Hezonja era la solución. Ante su talento, igual da el frenesí rival. Fue el croata el que sacó del laberinto al Madrid, 12 puntos en un abrir y cerrar de ojos, el temple del que se sabe poderoso. También, con la intimidación de Ibaka y su dominio de la pintura, ejerció de somnífero a las aspiraciones catalanas. El Manresa frenó en seco, se quedó en ocho puntos en el segundo acto y falló sus 10 triples de la primera mitad. Una canasta de Musa, recuperado para la ocasión de su lesión de tobillo, llevó a los equipos al vestuario con la máxima blanca (43-30).
Pero a la vuelta, pese a que amaneció el Madrid con una técnica a Musa y una antideportiva a Tavares en un minuto, todo se puso cuesta arriba para el Manresa. Llegó a perder de 23 y su pequeña reacción, don dos triples de Alex Reyes, la zanjó Hezonja, de largo el mejor. También Llull y dos triples más, como si no pasaran los años. Hace siete, en la última Copa en Gran Canaria, andaba el balear recuperándose de la grave lesión de rodilla que sufrió con la selección en el verano de 2017.