Selección española
Alexia Putellas desvela que la RFEF no las respetaba como profesionales. La asamblea fue el detonante de su plante pero niegan que exigieran el cese de Vilda. “No sé por qué lo echan”, admite la capitana, que no duda de Tomé
«Décadas de discriminación sistemática» no se podían explicar en 20 minutos, pero Alexia Putellas entendió que había mucho que aclarar. El por qué se rebelaron las jugadoras de la selección española exigiendo cambios tiene como detonante, la gota que colmó el vaso, el beso no consentido del ex presidente Luis Rubiales a Jenni Hermoso, las presuntas presiones a la jugadora y el discurso en la asamblea, pero antes ya habían acumulado desprecios que aún no habían relatado en primera persona. 15 meses de comunicados a los que han puesto voz en los últimos días y que la intención es que acaben aquí, en Córdoba, tras el duelo ante Suiza. Porque todo lo peleado empieza a dar sus frutos. “Estamos mejor”, no dudó en reconocer la capitana.
Tanto Alexia Putellas como Irene Paredes volvieron a dar explicaciones durante el fugaz paso de la selección por Sevilla antes de viajar a Córdoba para jugar ante Suiza. Pero no fueron las únicas. Se explicaron también Athenea, Ona Batlle, Misa y Cata Coll. La claridad más absoluta la pusieron las veteranas:. Todo tiene un mismo origen: en la RFEF no las trataban como profesionales.
“El fútbol femenino no ha estado en la lista de prioridades. Ejemplo de eso es que en la clasificación de la Eurocopa, un día antes de un partido tuvimos que coger un avión que nos hacía levantarnos a las tres de la mañana. No eran horarios de deportistas de élite, que tienen como prioridad entrenamiento, comidas, y descanso. No era coherente competir así por estar en una Eurocopa”, denunció Alexia. No es que hubiera más, es que eran recurrentes: “En un torneo de primer nivel nunca partíamos de las mismas condiciones. Ellas se movían en avión y nosotras nos chupábamos seis horas de autobús. Estos son dos ejemplos de cambio que pedíamos”. Lo transmitieron a la RFEF hace un año, 15 de ellas se negaron a ir en esas condiciones, que sólo mejoraron ligeramente para el Mundial. Hubo vuelos chárters, conciliación familiar y unas primas pactadas con el mismo porcentaje que los hombres, aunque ligadas a los beneficios de cada selección.
Nada de eso fue suficiente para evitar lo que ocurrió en la final del Mundial, ni en la semana posterior. “El sistema le falló a Jenni, porque ante estas situaciones debe hacer unos protocolos para evitar que ocurra. Si hubiera una estructura profesional, nosotras estaríamos sólo para jugar. Hemos tenido que tener como capitanas reuniones con viajes, concentraciones… Nosotras queremos estar en la selección, lo quiero dejar claro. Pero con tolerancia cero ante estos hechos. El sistema falló y explicamos lo que ocurrió, lo que se vio o lo que no. Denunciamos actitudes y comportamientos que no se pueden tolerar en ningún entorno laboral. Es cierto que nos escuchan que no es algo que siempre ha ocurrido”, relató la doble Balón de oro.
Lo quiso resumir Irene Paredes: “Se nos ha tratado muchas veces como niñas y creo que aquí somos todas mujeres profesionales que juegan a fútbol”, reclamó Irene Paredes. Ellas, como jugadoras del Barça saben lo que es sentirse arropadas porque dos directivos las acompañaron a Oliva, «algo de agradecer en un momento de estrés», dijo Alexia.
Aún, y pese a la polémica, volvió a ser extraña la concentración para esta Nations League. “En las reuniones trasladamos que no entendíamos por qué estábamos en Oliva. Al final la casa de la RFEF y de la selección es Las Rozas y nosotras no habíamos hecho nada mal para no estar ahí. Nos garantizaron que era por seguridad pero, ¿seguridad, por qué?”, se preguntó Putellas.
Reconoció la jugadora del Barça que en llevar al límite esta situación ha tenido mucho que ver “lo que pasó en los días posteriores y en la asamblea”. “No se podía permitir que se giraran las versiones de nuestra compañera. La creemos en lo que ella vivió, lo que vimos nosotras y lo que no vimos. Dijimos se acabó. No queríamos que nuestra compañera se sintiera sola. Nuestra intención era sólo apoyar a Jenni y, si ha servido para que se abra un debate incómodo, está bien. No creo que haya radicalismo. Mi generación ha crecido en una sociedad que evoluciona, y esto es una forma de aprender, de crecer sociedad, de poner de nuestra parte individual y colectivamente para ser mejor país“, sentenció.
Jorge Vilda y Montse Tomé
Todas estas situaciones que ellas denunciaron ante la RFEF y ante Jorge Vilda, hace un año y hace un mes, no llevaron aparejada la petición de su despido. “No sé por qué lo echan. Al final lo ha decidido la RFEF. En el apartado técnico, si era válido o no, no lo decidimos nosotras. Sí que transmitimos el sentir del equipo para mejorar cosas. Ésa es la función de las capitanas. Luego contamos lo que pasó en los días posteriores a la final y en la asamblea. Lo trasladamos, nos escucharon y hay un juicio abierto, así que hay cosas que no pueden explicar”, se limitó a recordar la doble Balón de Oro.
De hecho, se mostró sorprendida por la posibilidad de que Montse Tomé también se marche tras esta ventana. “No lo sé. No tengo ni idea. Se están diciendo burradas, pero nosotras somos profesionales, siempre lo hemos sido. En los entrenamientos y en los partidos damos lo mejor. Se vio en Suecia. No hay duda de que respetamos el trabajo de todo el mundo.”, aclaró antes de que Paredes apostillara: «¿Alguien ha pedido cambios en el banquillo? Vamos a hacer caso a lo que decimos las jugadoras. Nosotras ni ponemos ni quitamos entrenadores», aseguró la central.
Mientras, todas están con Jenni. “La conocemos hace muchos años, sabemos lo que nos ha dado y lo que es. Teníamos que sacar fuerzas de donde sea para no dejarla sola. El proceso judicial también conlleva estrés. Teníamos que empatizar con nuestra compañera y luchar para que esto no sucediera más. Le tocó a Jenni, pero daba igual quién fuera. La imagen fue la que fue y lo que ocurrió después se vio”, reiteró. En eso están unidas, no como insinuó Rafael Del Amo en Oliva. “Había gente que opinaba que el camino podía ser diferente, pero todas estuvimos en la reunión, todo el mundo habló y los comentarios y las inquietudes eran las mismas”, aclaró la capitana, que fue quien acuñó el ya famoso ‘Se acabó’. “Fue después de hablar con Jenni y ver la asamblea. Ha sido de las pocas veces que no he pensado lo que publicaba”, reconoció.
Putellas asume el liderazgo de esta selección en el campo y fuera. Y sus compañeras lo agradecen. “Si yo he tenido ansiedad, no me imagino cómo lo han vivido ellas. Para mí son ejemplares. Soy joven y me fijo en ellas. Ellas siempre quieren nuestro bien, piensan más en lo grupal y se lo agradecemos”, reconoció la guardameta Cata Coll.
Reuniones, avances en el respeto y la profesionalización y el espaldarazo de la victoria ante Suecia calman el revuelo que acompaña a la selección mientras avanza la vía judicial donde las jugadoras aún tienen mucho que decir.