Fútbol femenino
Las dos jugadoras, cuya identidad aún no se conoce, se marchan, según confirmó el presidente del CSD, por falta de ánimo. Del Amo también confirma que las jugadoras no exigieron el cese de la seleccionadora
La selección femenina viajará a Suecia para disputar el primer partido de la Nations League con 21 de las 23 jugadoras que fueron convocadas el lunes por la seleccionadora Montse Tomé. Ese fue el acuerdo al que llegaron las futbolistas, con la presencia de la presidenta de su sindicato, Futpro, y la RFEF con la mediación del Consejo Superior de Deportes.
Solo dos jugadoras, cuya identidad aún se desconoce serán desconvocadas y abandonarán en las próximas horas la concentración de Oliva porque no se encuentran en situación anímica de continuar y serán sustituidas por dos jugadoras que llamará Tomé.
La decisión fue anunciaba por el presidente del CSD, Víctor Francos, a las cinco de la madrugada a las puertas del resort valenciano. “Hemos tenido reuniones muy cordiales, con un tono muy amable y constructivo en el que las jugadoras se han manifestado con libertad, y hemos llegado a acuerdos que mañana serán redactados y firmados”, avanzó Francos.
El primero de ellos es crear una “comisión mixta tripartita que velará por el cumplimiento de los acuerdos que tienen que ver, en el caso del CSD, con el desarrollo de la ley del Deporte”.
El Segundo es que la RFEF hará una serie de cambios que anunciará en las próximas horas y que conllevan la salida de personal de la estructura federativa y la réplica para el entorno de la selección masculina para la femenina, como confirmó el presidente de la comisión de fútbol femenino, Rafael Del Amo.
Entre esos cambios, aunque no lo ratificó, estará también el cese del secretario general, Andreu Camps. Estos acuerdos satisfacen al Gobierno y también a la jugadoras, como manifestó la presidenta de Futpro, Amanda Gutiérrez, que los consideró “el principio de un entendimiento” que acabe con la brecha abierta.
Hasta llegar a este acuerdo, hubo reuniones de más de seis horas de las 23 futbolistas, 15 de ellas campeonas del Mundo, primero con Víctor Francos, a la que se sumaron los representantes de la RFEF, y después solo ellas con el cuerpo técnico que encabeza Montse Tomé.
Al CSD le trasladaron que estaban en esta concentración, a la que llegaron cansadas, tensas y muy serias, obligadas bajo la amenaza de sanción y recibieron el apoyo de Francos, que consideró de “inaceptable” la actitud de la RFEF e hizo ver al presidente del Comité femenino, Rafael Del Amo, y la directora de futbol, Ana Álvarez, que debían permitir que salieran de la concentración aquellas jugadoras que lo desearan. Pero ellas querían la garantía por escrito de que no serían sancionadas por ello.
Para evitar la desbandada, encabezada por las futbolistas del Barça, que fueron acompañadas a Oliva por dos directivos del club, la RFEF les anunció que movía ficha y empezaba a ejecutar los cambios que reclamaron en su comunicado del pasado viernes. A la salida, ya consumada, de Rubiales y Jorge Vilda y a la remodelación del gabinete de presidencia se unirá en las próximas horas el despido del secretario general, Andreu Camps y del responsable del departamento de Integridad, Miguel García Caba. Los cambios en comunicación se materializaron, por el momento, en la ausencia en la concentración del equipo de cuatro personas que acompaña a la selección femenina. Acudieron a Oliva pero ni pisaron el resort de Oliva Nova.
Para algunas futbolistas, los cambios anunciados, que no ejecutados, podían ser suficientes, pero no para todas. De hecho, Del Amo reconoció que había “percibido cierta división” entre ellas.
A la una de la madrugada, finalizó la reunión con Francos y la RFEF. De hecho el presidente del CSD se dejó ver al teléfono en la puerta del hotel y charló en el hall con Del Amo. Mientras, las jugadoras volvieron a una sala a reunirse con Tomé y sus ayudantes. Tenían mucho que decirse, especialmente las internacionales querían conocer por qué las puso en esta situación y por qué dijo que había hablado con ellas si no lo hizo con todas.
Pese al temor de que las jugadoras no respaldaran a la seleccionadora, desde la RFEF se apresuraron a filtrar que su cargo nunca corrió peligro.
A las 3:36 horas de la madrugada, Tomé salió de la reunión y se incorporó Amanda Gutiérrez, del sindicato Futpro para asesorar a las jugadoras y unificar posturas.
Después de un esperpéntico día, la solución parece que no hace más fuerte a la selección. De hecho, el desgaste de los esperpénticos viajes, la imposibilidad de entrenar y el hecho de que el jueves tienen que viajar a Gotemburgo convierten en partido ante Suecia en un peligro.