Tiene 20 años y fue la revelación que condujo al Valencia de Baraja a la salvación. Ahora internacional sub-21, huye del halago pero no del compromiso: “Responsabilidad es defender un escudo histórico como el del Valencia. Nadie se libra de ella”.
Nadie en Valencia olvida el gol que le marcó al Valladolid y que mantuvo vivo al equipo en Primera y, aunque sabe lo que es que 45.000 personas en Mestalla coreen tu nombre, Javi Guerra (Gilet, 2003) sigue queriendo ser el mismo chico que creció entre naranjos en plena Sierra Calderona detrás de un balón y coqueteando con una raqueta de tenis, que perdió en la disputa por ver qué deporte le atrapaba. Tímido, de pocas palabras, que puede pronunciar en inglés porque estudió en un colegio bilingüe, se toca el flequillo que le corta su madre peluquera y su sonrisa se ilumina cuando piensa que las puertas de las Sub-21 se le han abierto y quizá las de los Juegos Olímpicos también. Como buen estudiante de marketing, el claim lo tiene muy claro: antes quedan muchas batallas, la primera ante el Atlético.
- ¿Te pellizcas para ver si todo es realidad?
- No, pero sí pienso que nada de esto que me está pasando es fácil. No todo el mundo puede llegar a ser profesional y cumplir un sueño. Yo soy un chico normal que ha pasado por buenos y malos momentos, pero que siempre pelea.
- Tu padre fue futbolista y jugó en el Mestalla, ¿de ahí viene todo?
- A mí me atraían los balones desde pequeño y mi hermano, que tiene 16 años, también juega al fútbol. De mi padre sólo recuerdo sus últimos años, ya en Tercera. En el Valencia aún queda un médico y Carlos Arroyo, ex internacional en los 80 que es el delegado del Mestalla, que jugó con él. Los dos intentan compararme, aunque éramos diferentes.
- ¿Y ganas tú?
- Ellos me pican diciéndome en qué era mejor que yo (se ríe). Son dos personas a las que aprecio mucho.
- Su primer gol no fue para sus padres…
- No. Fue para mi abuelo Antonio. Él ha sido quien siempre me ha acompañado. Mi madre trabajaba todo el día en su peluquería y mi padre, cuando empecé en el Villarreal entrenaba en la escuela, pero no podía llevarme y traerme. Así que era mi abuelo quien se encargaba a pesar de que nunca ha tenido carné. El primer año íbamos y volvíamos en tren, luego nos hacían el favor de llevarnos otros compañeros de pueblos cercanos.
- Ahora no puedes negarte a llevarle donde te pida…
- La verdad es que no (se ríe). Pero llevo el Skoda que me ha dado el club, y antes cogía el de mi padre. No quiero más, ¿para qué si tenemos tres coches en casa? No he cambiado mucho mi vida ni tengo necesidad de hacerlo
- Del Villarreal salió a los 16 años después de una década
- No cambiaría nada de lo que me ha pasado. No era tan maduro, pero no veía que tuvieran confianza en mí y decidí cambiar. El Valencia me quiso, confió y se ha visto que elegí la mejor opción.
- ¿De aquellos compañeros de generación en la cantera ‘grogueta’ hay alguno en Primera?
- Creo que no, en Segunda sí.
- Las apreturas económicas del Valencia te han abierto muchas puertas
- Estoy muy agradecido a Baraja por darme una oportunidad que sólo llega una vez en la vida.
- Debutó con Bordalás en Copa y un año después marcaba un gol de mantenía viva la salvación…
- Podía soñar con marcar un gol así, pero no que iba a poder hacerlo realidad. Fue el primero en Primera y lo no voy a olvidar nunca.
- ¿Dan vértigo los halagos?
- Intento no escucharlos e ir día a día trabajando. Tengo que seguir creciendo.
- ¿Pesa más la responsabilidad esta temporada
- La responsabilidad es defender un escudo histórico como el del Valencia. Nadie se libra de ella, ni aunque seamos los más jóvenes.
- Pero si habéis tenido que madurar más rápido.
- Tienes que adaptarte rápido, sí. Y más el año pasado, que había que sacar una situación muy difícil.
- Gavi, Nico Williams o Yamal dicen que el talento no mira edad edad…
- Su trabajo se va valorado, pero las oportunidades igual que te las dan, te las quitan. Hay que mantenerse y ellos lo han hecho. Yo aprendo de eso y me sigo fijando en jugadores de mi posición como Busquets, Kross, Parejo o De Jong para mejorar.
- Ni un gol en el filial, el tanto al Valladolid , otro al Sevilla y tercer centrocampista con más tiros, ¿te sorprende hacer goles?
- Sí, siempre he dicho que me gustaba darlos, pero he descubierto que se puede marcar alguna vez que otra (sonríe).
- ¿Te irías a Arabia como Gabri Veiga?
- Es complicada la pregunta. Yo quiero estar en Valencia, no sé qué circunstancias tenía él.
- ¿Te pondrías detrás de una pancarta de apoyo a Jenni Hermoso como contra el racismo?
- Son temas muy delicados que no deben tener cabida en el fútbol ni en la vida. Hay que condenar esos comportamientos.
- ¿A los futbolistas jóvenes os aconsejan que os mordáis la lengua en asuntos políticos o polémicos?
- Siempre te pueden sacar un titular… pero de política, como no me entero de nada, no hablo ni en casa.
- ¿Se permite algún capricho Javi Guerra después de haber renovado hasta 2027?
- Irme de vacaciones con mi novia, poco más. No es el momento. Sí que quiero que mis padres viajen, que tengan una recompensa por todo el sacrificio que han hecho.
- Puedes llevarlos a París el próximo verano…
- Bueno… ojalá (se ríe).
