Álvaro Martín cruza en primera posición en cruzar la meta del Mundial de Budapest. Un oro. El octavo español de la historia, el primero desde 2015, algo nada común. En ese mismo instante, Teledeporte emite una semifinal del relevo 4×400 mixto en la que corren Estados Unidos o Reino Unido, pero no España, que ni tan siquiera tiene equipo. ¿Por qué?
La victoria de Martín no pudo verse en directo en la mayoría de hogares españoles por una cuestión económica y otra política. La primera, nacional; la segunda, internacional. Según el propio equipo de la cadena, Televisión Española sólo tiene contratada la señal internacional del Mundial que distribuye la World Athletics, es decir, está a expensas de otros. Mientras Eurosport, con los derechos audiovisuales para toda Europa, puede maniobrar con los diferentes ‘feed’ de las pruebas -puede dar un concurso completo si quiere, por ejemplo-, en Teledeporte sólo se ve lo que llega de fuera, no hay realización propia.
World Athletics priorizó el relevo 4×400 mixto antes que el final de la marcha y la televisión pública española tuvo que claudicar. Lo hizo porque corrían Estados Unidos y Reino Unido, principales socios, pero sobre todo lo hizo porque tiene una certeza: la marcha es el pasado
Desde hace años, el organismo que rige el atletismo mundial arrincona la marcha y, después de clausurar su distancia larga clásica, los 50 kilómetros, reducirá su presencia en los Juegos de París 2024 y posiblemente acabará con ella en los Juegos de Los Ángeles 2028. Hay especialidades más entretenidas, como el cross, y especialidades en las que brillan más los países con más peso, como los propios Estados Unidos. En los últimos tiempos los marchadores se han unido para intentar salvar lo suyo, pero la incertidumbre es mayúscula: sin Juegos es imposible que la marcha sobreviva.
Al acabar la prueba y enterarse de lo ocurrido, el propio Martín lo lamentaba. “Me acabo de enterar, cuando lo asimile ya hablaré. Está claro que tenemos que seguir luchando”, comentaba el campeón del mundo. Su compañero, Diego García Carrera, que sufrió problemas estomacales y estuvo siempre lejos de la cabeza fue más directo: “No nos quieren”.
Crítico con el papel de la Federación Española, que según él no defiende la marcha lo suficiente, García Carrera añadió: “Está claro que fuera no nos quieren. Lo que no puede ser es que los propios no nos defiendan. No se puede ir a un juicio sin un abogado y eso es lo que nos está pasando”.
En la pista de patinaje de Boadilla del Monte un joven da vueltas y vueltas a una velocidad de vértigo bajo la atenta mirada de de Elba Alonso, su entrenadora. Guillermo Gómez Correas (Aranjuez, 2007) gira, salta, baila, hace piruetas, cae y se levanta, una y otra vez. «No duelen, estamos acostumbrados», explica después. Hace un par de meses se proclamó campeón del mundo júnior de patinaje artístico en Rimini (Italia), dominando el programa corto y el largo con una superioridad tal que su puntuación global (257,76) estuvo por encima incluso de la de los competidores senior.
«Y sólo pude llegar al 90% de lo que era capaz, porque hubo un combinado que por la lesión no pude entrenarlo del todo», rememora el patinador sobre su pesadilla, una fractura por estrés en el pie por la que tuvo que renunciar al Europeo para intentar acudir en la mejor forma posible al Mundial, un escaparate imprescindible. Porque pese a su excelencia, el sueño de Guille es de esos que van contra corriente, una disciplina no sólo minoritaria sino también fuera del universo olímpico, el gran anhelo.
Sólo el skate logró colarse en el programa de los Juegos de verano de los deportes que engloba el patinaje sobre ruedas, aunque la modalidad sobre hielo sí que este incluida en los invernales. Ahí está la leyenda de Javier Fernández, un espejo en el que Guillermo se mira, aunque en su paradoja cierre puertas, visibilidad y subvenciones. «A nosotros sólo nos faltaría ser olímpicos. El nivel es altísimo. Por rivalidad y competitividad, estamos por encima del hielo, que, sin las patinadoras rusas, ha bajado. Sin ellas no hay saltos cuádruples. Y los triples también los hacemos en ruedas», expone Gómez Correas, familia de nadadores, cuyos inicios se sitúan en el club Patinaje de Ocaña hasta que Albert Palau le descubrió en su primera competición: «Un diamante en bruto».
Guillermo Gómez Correas, en acción.JAVIER BARBANCHOMUNDO
Ese hándicap nunca frenó su deseo. Guillermo creció viendo los éxitos de Pau García, cuatro veces campeón olímpico ya retirado, y a ello aspira. Aunque por el camino no sólo tenga que realizar malabares sobre los patines. «Por suerte, el material me lo subvencionan mis patrocinadores. Pero tenemos que pagar las coreografías, el montaje de discos, los trajes, los viajes a las competiciones...», detalla ante la atenta mirada de su madre, Loli, que también es la que le prepara físicamente y que seis veces a la semana recorre 150 kilómetros para que su hijo pueda entrenar en Boadilla después de terminar en el instituto. Ante los obstáculos, Guillermo nunca dudó en recurrir al ingenio.
El año pasado, para poder revalidad su oro en la Copa del Mundo, tenía que competir en Trieste y, sobre todo, en San Juan (Argentina). Ante lo elevado de la cuantía, organizaron un crowdfunding y en pocos días superó los 4.000 euros que necesitaba. En su lucha por dar visibilidad a sus hazañas no sólo recurre a las redes sociales, donde es todo un fenómeno viral con sus hipnóticas coreografías. Cuando tenía 13 años impresionó en el programa televisivo Got Talent, donde se presentó ante el jurado con un emotivo discurso: «Quiero que el patinaje se presente en televisión, porque es un deporte muy bonito y con mucho sacrificio».
Gómez Correas, entrenando en Boadilla.JAVIER BARBANCHOMUNDO
También ha aparecido en una serie americana de Disney +, 'Saturdays'. Y hasta ha batido un récord Guiness. «Me escribieron del programa, me habían visto con la spinner y creían que se podía batir el récord. Empecé a ensayar más, a plantearme el objetivo. Lo logré al primer intento», explica sobre un reto 'mareante' para «seguir visualizando el patinaje artístico a nivel mundial». El 27 de febrero en Milán, en el programa de televisión italiano 'Lo Show Dei Record', Guillermo dio 92 giros con una sola pierna sobre su spinner de entrenamiento en sólo un minuto.
Pero, más allá del show, que él asume como necesario para reivindicar su disciplina, lo de Guillermo es pura pasión por el patinaje artístico, un talento único. En lo artístico -«me encanta emocionar a la gente, no sólo quiero ganar, quiero transmitir»-, donde cuenta con la complicidad de las tribunas, y en lo deportivo. Ahí, el madrileño ha supuesto todo una revolución a la hora de romper estereotipos. Porque su patinar no sólo se apoya en poderosos saltos de dominio físico, también ha incluido un nivel altísimo en las piruetas, algo que parecía exclusivo de las patinadoras. «Se ha comprobado que un chico puede saltar, hacer triples perfectos, pero también piruetas igual que las chicas o mejor. Eso antes no pasaba», asegura quien hasta logró que la Federación Internacional homologara una pirueta única, bautizada con su nombre. La Hell-Biellmann Go-Co (Gómez Correas, sus apellidos) fue incluida por World Skate en el reglamento en 2020, una combinación inédita de dos dificultades en una con un valor base de 5,8 puntos, el mayor de los que se realizan.
Gómez Correa, durante un entrenamiento en Boadilla.JAVIER BARBANCHOMUNDO
Toda esa destreza la tuvo que poner a prueba en el Mundial de Rimini, a pesar de que los meses anteriores fueron una tortura por una lesión a la que sigue buscando solución. Tuvo que renunciar al Europeo -que ganó otro español, su compañero de selección Unai Cereijo- y asumir mentalmente que no llegaría en la plenitud deseada. Lo bordó en el programa corto, pero después le llegó «una crisis de ansiedad» que estuvo a punto de arruinarlo todo. «Las expectativas eran altas. El pabellón estaba lleno, todo el mundo estaba esperando que Guille lo hiciera perfecto, que hiciera un discazo y toda la grada se levantara. Había mucha presión, pensamientos intrusivos, no estaba seguro de querer salir a competir, estaba mal», recuerda quien logró superar el trago cuando la música comenzó a sonar. Campeón del mundo júnior, el objetivo de una vida. «Estaba contento, pero en el fondo sabía que podía haber hecho mucho más. Es raro, pero fue un poco sabor amargo», admite.
A Guille le queda un año más en la categoría , donde tratará de revalidar todos sus títulos -«he ganado todo lo que he competido», entre otras cosas cuatro veces consecutivas campeón de España- antes de dar el salto inaplazable a la absoluta. Seguirá esquivando prejuicios («muchos piensan que el patinaje es un deporte más femenino, pero a la gente que no te hace bien hay que silenciarla») y luchando por una disciplina en la que España e Italia son los dominadores mundiales y que reivindica con un discurso claro: «Es un deporte que abarca muchísimo. Tienes que correr para hacer cardio, hacer gimnasio para estar fuerte, saber interpretar todo tipo de músicas, ser buen bailarín, flexible... y, por supuesto, patinar. Y, además, ser mentalmente fuerte. Es la suma de muchas pequeñas disciplinas. Tiene tantos detalles, que te acaba enamorando esa suma».
Paula Badosa tenía una aclaración que hacer. En mitad de su partido de este viernes de tercera ronda del Open de Australia ante la ucraniana Marta Kostyuk, se quejó a su equipo del viento que azotaba el Melbourne Park y las cámaras enfocaron a su palco. Allí, en la parte superior, estaba su novio, el también tenista Stefanos Tsitsipas, pidiéndole tranquilidad: subía y bajaba sus manos abiertas, «calma, calma». De vuelta a la pista, la televisión captaba cómo Badosa le mandaba a paseo y le señalaba con más gestos que, si tan espabilado era, que bajara él a jugar en esas condiciones.
De inmediato, la escena de Matrimoniadas se hizo viral, rebotada en todas las redes sociales por cuentas de tenis, de deportes y hasta de prensa rosa. Por eso, Paula Badosa tenía una aclaración que hacer. Después de vencer a Kostyuk y al viento por 6-4, 4-6 y 6-3, apareció en rueda de prensa y dejó claro que nunca había abroncado a Tsitsipas. Debajo del griego estaba Pol Toledo, actual entrenador de la española, y era él quien se había llevado la bronca.
«La discusión no fue con Stefanos, fue con mi entrenador. Ya he visto en redes sociales que mucha gente habla de nosotros; es normal porque así conseguirán más visitas. Pero durante los partidos interactúo con mi entrenador. Él me decía que mentalmente aceptara el desafío del viento y en ese momento me estaba resultando difícil. Por suerte pude hacerlo en el tercer set», proclamaba sin negar en ningún momento el conflicto, sí el protagonista. Sobre la pista, la Badosa de siempre: fuerte, incontrolable, suya. Sobre la pista, también, una Badosa nueva: sana, completamente sana.
"Ha olvidado todos los dolores"
Después del calvario de lesiones que le machacaron en 2023, especialmente después de la fractura de estrés entre las vértebras L4 y L5, la española vuelve a disfrutar del tenis y a brillar. Este viernes se clasificó por segunda vez en su vida para octavos del primer Grand Slam del año y este domingo buscará allí lo desconocido ante la serbia afincada en España Olga Danilovic, hija del ex jugador de baloncesto Predrag Danilovic y pareja de Jan Oblak, que sorprendió a Jessica Pegula. Si logra vencer, el límite es el cielo aunque en cuartos tendría un hipotético enfrentamiento ante Coco Gauff y luego en semifinales ante su amiga Aryna Sabalenka. Y si no lo logra, será igualmente un éxito.
Ng Han GuanAP
Hace no tanto, estaba completamente parada, sin poder entrenar, y necesitaba más de tres horas de masaje diarias. «Ahora ha olvidado todos esos dolores, todas esas molestias, no nota nada, ni tan siquiera sobrecarga después de los partidos. Eso hace que su preparación tenística, física y mental sea mucho más sencilla, que pueda llegar más lejos», comenta a EL MUNDO el fisioterapeuta Roberto Martín, jefe de la clínica Ignition de Getafe y responsable de la rehabilitación de Badosa, que expone el plan que tan buenos resultados está dando.
De la mano de su técnico, Toledo, de su preparador físico, David Antona, y de su psiconeuroinmunólogo, Daniel de la Serna, la hoy número 12 del ranking WTA ha aceptado unos cambios en su vida que no eran sencillos, pero sí necesarios. Por ejemplo, ahora no toma gluten ni lácteos para evitar una inflamación del estómago que puede entorpecer el trabajo de la columna vertebral.
El invierno en Dubai con Halep
«Está muy comprometida, esta pretemporada ha cumplido con todo a rajatabla», asegura Martín. Desde Dubai, donde reside, y con Simona Halep de compañera de entrenamientos, Badosa ha potenciado este invierno una mejoría que ya se pudo observar a finales de la temporada pasada. Si antes del pasado Roland Garros un TAC confirmó su recuperación, a partir de entonces voló. Con su título en el WTA 500 de Washington, los cuartos de final del US Open y las semifinales en los WTA 1000 de Cincinnati y Pekín saltó más de 100 puestos en el ranking mundial para volver al lugar que le tocaba.
Ng Han GuanAP
«Estoy muy orgullosa de cómo estoy respondiendo ante determinadas situaciones», aceptaba este viernes Badosa, que admitía que para desconectar durante el Open de Australia necesitaba ver en televisión «algo tan extremo» como es el reality La Isla de las Tentaciones. «Cuando cree en sí misma es una de las cinco mejores del mundo», proclama su fisio, Martín, y ella, sin duda, está cerca de colocarse entre ellas.
Mundial de natación
JAVIER SÁNCHEZ
@javisanchez
Actualizado Martes,
25
julio
2023
-
16:28El rumano intentó batir el récord mundial de los 200 metros...