Daniel Ibañez, que estaba cedido en el Chacaritas de Ambato, de la segunda división ecuatoriana, ha sufrido una embolia pulmonar tras completar un entrenamiento
Daniel Ibañez con el Atlético TucumánClub Atlético Tucuman
El portero Daniel Ibáñez ha fallecido a los 25 años tras sufrir una embolia pulmonar. El guardameta estaba cedido en el Chacaritas de Ambato, equipo de la segunda división ecuatoriana, por el Atlético Tucumán de Argentina.
El jugador comenzó a sentir dolores en el pecho después haber terminado el entrenamiento con total normalidad. Por eso, fue ingresado en el Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social, donde acabó perdiendo la vida.
“He recibido la lamentable información de que el jugador Daniel Ibañez de Chacaritas FC ha fallecido esta mañana en Ambato. Estamos tremendamente conmovidos por esta tragedia. Mi sentido pésame a sus familiares y compañeros”, expresaba Miguel Ángel Loor,presidente de la Liga Profesional de Ecuador, a través de Twitter.
Desde su club de origen, el Atlético Tucumán, tambien han expresado sus condolencias y el apoyo a la familia: “Con profundo pesar, lamentamos informar el fallecimiento del arquero Daniel Ibáñez. Nuestro futbolista se encontraba jugando a préstamo en Chacaritas de Ambato, en Ecuador, y falleció esta mañana. Acompañamos a su familia y amigos en este triste momento. El presidente Mario Leito se encuentra en contacto con la familia y el representante del jugador, como así también con directivos del club ecuatoriano”.
Esta es la cuarta pérdida que el club argentino sufre en poco más de un año. La primera tuvo lugar en marzo de 2022, cuando Jonathan Alderetes, de 19 años, falleció tras un accidente automovilístico. Algo menos de tres meses después, el canterano Fabricio Navarroal sufrió un infarto en su domicilio. Y en noviembre, el colombiano Andrés Balanta murió poco después de desmayarse en un entrenamiento.
El mundo del ajedrez mundial se ha visto impactado por un niño al que califican ya de prodigio. Se llama Faustino, vive en Barcelona y con solo 10 años acaba de ganar al número 1 de este deporte.
Faustino llevaba tiempo queriendo enfrentarse con él y este fin de semana no dejó pasar la oportunidad en un campeonato online de partidas ultrarrápidas de un minuto. Gracias a su habilidad innegable a pesar de su corta edad supo aprovecharse de los errores de su rival, el noruego Magnus Carlsen, gran maestro de ajedrez noruego y el número uno del mundo del ajedrez a nivel mundial.
Faustino logró una victoria histórica en 48 movimientos que acabó celebrando con un divertido baile. Faustino Oro tiene 10 años, es argentino y en su país ya le llaman el Messi del ajedrez. Fue su padre quien le enseñó a jugar durante el confinamiento derivado de la pandemia de Covid-19.
Y desde entonces su trayectoria parece no tener techo. Desde hace unos meses toda su familia se ha trasladado a Barcelona para potenciar su talento y cumplir su sueño de convertirse en Gran Maestro.
Hace unos meses, contaba en una entrevista en EL MUNDO que no le asustaba que le llamasen el Messi del ajedrez. "No siento presión, me gusta", decía. Su padre aseguraba que el joven entiende el ajedrez "de forma distinta y calcula muy bien". "Uno de sus profesores decía que sabe intuitivamente dónde van las piezas. También encuentra jugadas raras, imposibles, con una facilidad increíble", añade.
Él mismo considera que su talento es "innato", aunque reconocía que al principio no le atraía la idea de jugar al ajedrez ya que pensaba que era aburrido. Hasta que llegó la pandemia y comenzó a jugar, al principio viendo vídeos de Youtube porque le parecía "difícil", pero pronto comenzó a superarse a sí mismo hasta convertirse en lo que es hoy en día.
Además de jugar al ajedrez, Oro tiene su propio canal de Youtube, Faustichess, y juega al ajedrez tanto en vivo como en Internet.
Faustino Oro, un niño argentino de diez años, acaba de lograr en Barcelona el título de maestro internacional de ajedrez. Es el más joven de la historia. A su edad, Magnus Carlsen ni siquiera aparecía en la clasificación de la Federación Internacional. Nadie sabe si Fausti seguirá sus pasos y se convertirá en campeón del mundo, pero pocos dudan de su descomunal talento. En el último año ha jugado contra once grandes maestros y no ha sido derrotado por ninguno. Tres de ellos mordieron el polvo.
Las últimas semanas han sido de gran tensión por la inminencia de un récord al que todos trataban de restar trascendencia. Alejandro Oro, padre del fenómeno, comentaba justo este sábado: "Estamos muy ansiosos, pero en estos momentos es importante mantener la calma". Esa tranquilidad siempre ha sido una de las mayores virtudes que le han transmitido a Faustino sus padres, que además hicieron el sacrificio de abandonar su casa y sus trabajos para venirse a España en busca de un sueño, el sueño de un niño que quiere ser campeón del mundo. «Le debíamos esa oportunidad», explica sereno Alejandro, que vio clara una jugada que a muchos les pareció descabellada.
Faustino, el niño de 10 años que ha ganado al número 1 del ajedrez Magnus Carlsen
Su última partida no fue nada fácil. El maestro internacional chileno Fernando Valenzuela aspiraba a ganar el torneo en Barcelona y salió dispuesto a aguarle la fiesta. Faustino tuvo que defenderse, con negras, pero encontró el plan correcto, nada sencillo, con una madurez asombrosa. Ahora que es MI, el siguiente paso para Faustino Oro será llegar a GM (gran maestro), el título más alto posible para un ajedrecista. Tiene un año y medio para hacerlo además con otro récord de precocidad.
El pequeño Oro es un niño risueño y locuaz, la antítesis del tópico. Nacido para arrasar en los tableros, se inició en el ajedrez un poco por casualidad, precisamente porque Romina, su madre, estaba harta de que destrozara el apartamento de Buenos Aires con la pelota, en los meses del confinamiento. Todo esto lo contaban hace poco más de un año en una entrevista para EL MUNDO, la primera que daba el chico fuera de Argentina.
Alejandro, su padre, relataba que lo apuntó a Chess.com para tratar de salvar la integridad de la vivienda. Mientras Fausti comprendía los secretos del juego a una velocidad nunca vista, sus padres aún ignoraban que pronto se vendrían a vivir al municipio barcelonés de Badalona. Aunque lo llaman el Messi del ajedrez, a nadie se le escapa que el salto tiene más mérito con un hijo no futbolero y, por tanto, con mucha menos plata a la vista, en el mejor de los casos.
El ajedrez, a cambio, es un campo idóneo para el surgimiento de niños prodigio... y para su posterior abandono. En España tuvimos a Arturito Pomar, protagonista recurrente del NO-DO franquista, que llegó a gran maestro pero no pudo dejar su trabajo como cartero. El ajedrez en español sueña ahora con haber encontrado al nuevo Capablanca, aquel genio cubano que fue campeón del mundo entre 1921 y 1927.
Oro tiene una ventaja sobre el malogrado genio español: cinco empresarios, por el momento anónimos, acaban de ofrecer su apoyo para sufragar los gastos que suponen los viajes y los entrenadores. Se acaba así con la incertidumbre económica. Faustino tiene ahora cinco profesores, cada uno especializado en un área del juego. Es otra jugada sin precedentes que algunos consideran excesiva, aunque nunca se ha probado antes con un ajedrecista tan joven.
Un título en tres asaltos
Para llegar a maestro internacional (y algo parecido ocurre para ser gran maestro) hay que conseguir actuaciones brillantes, tres 'normas', en tres torneos distintos. No sirve cualquier pachanga; deben cumplir unos requisitos mínimos. Faustino Oro hizo la primera muesca en la Patagonia, cuando aún tenía nueve años. En 2024 logró la segunda, en el Campeonato Continental de las Américas, donde impresionó al quedar en octavo, empatado a puntos con el segundo e invicto.
Este mes de junio, jugó en Madrid otro torneo en el que tampoco conoció la derrota, pero le faltó medio punto para la tercera 'norma', que ahora ha amarrado en Barcelona. Si se hubiera demorado, no habría superado el récord del estadounidense Abhimanyu Mishra, MI con 10 años, 9 meses y 3 días. Faustino lo supera por poco: 10 años, 8 meses y 16 días.
El torneo de Barcelona era la última bala para escribir esta página de la historia. El pequeño Oro se lanzó a por ella desde la primera partida. Necesitaba al menos cuatro victorias. Empezó a lo grande, con tres seguidas. Luego se tomó un respiro con dos tablas y entonces consiguió su cuarto triunfo. Ya 'solo' necesitaba tres empates más para convertirse en MI. En ese escenario muchos pierden la calma, pero Fausti está hecho de otra pasta.
Un buen sistema nervioso no es la única virtud que señalan los expertos. Faustino Oro aprende a toda velocidad, algo normal a su edad, pero además tiene un instinto sobrenatural. Los niños prodigio suelen ser monstruos del cálculo. El argentino le añade algo que requiere experiencia, el sentido posicional. Tomás Sosa, uno de sus entrenadores, asegura que sabe dónde colocar las piezas de forma "casi mágica".
El pequeño prestidigitador ya ha hecho desaparecer muchos temores a su alrededor. ¿Soportará la presión mientras sigue creciendo? Sus padres y sus abuelos, que lo acompañaron en Madrid, dan la sensación de que el entorno es el correcto. Él mismo disfruta como el niño que es: "No siento presión con el ajedrez, me gusta". Eso sí, sus metas son tan altas y nada secretas que no quiere perder el tiempo con campeonatos del mundo sub 10, sub 12 ni sub nada: "Ahí solo juegan los críos", dice muy serio. De lo que no se librará a partir de septiembre es de volver al colegio.