“El tenis es una cosa loca”, asegura la checa tras vencer a Ons Jabeur en una final de apenas 80 minutos (6-4, 6-4).
Markéta Vondrousova se impuso contra todo pronóstico a Ons Jabeur en la final femenina de Wimbledon (6-4, 6-4), donde se convirtió en la primera mujer en la Era Open que alza el trofeo sin haber partido como cabeza de serie. “El tenis es una cosa loca”, declaró la checa, de 24 años, tras consumar su victoria en 80 minutos, con sus golpes secos de izquierda al fondo de la pista y los constantes cambio de ritmo que dejaron totalmente desconcertada la tunecina, en su segunda derrota consecutiva en una final en el All England Club.
Hay que remontarse hasta 1963, cinco años antes del inicio de la Era Open, para asistir a una hazaña semajante. Entonces, Billie Jean King también alcanzó la final sin ser cabeza de serie, aunque acabó perdiendo ante Margaret Court (6-3, 6-4), la mujer que aún ostenta el récord absoluto de majors (24).
Vondrousova arrancó la competición con el número 42 en el ránking y sin excesivas expectativas tras una operación de muñeca, pero fue consumando su escalada hasta dejar en la cuneta en semifinales a la ucraniana Elina Svitolina, la matagitantes del torneo. Conocida también por sus tatuajes en el brazo, insinuó que el próximo será probablemente el escudo de Wimbledon.
Jabeur arrancó con todo a su favor y rompió dos veces seguidas el servicio a su rival hasta marcar un 4-2 que parecía definitivo. Vondrousova logró sin embargo encontrar su lugar en la pista, especialmente al resto, y logró darle completamente la vuelta al marcador hasta llegar a 6-4, aprovechando un preocupante e inusual bajón de juego de su rival, que acumuló 15 errores no forzados en la primera manga.
Improperios al banquillo
Vondrousova se vino arriba en largos intercambios y apurando golpes secos sobre la línea de fondo y los cambios de ritmo que acabaron desconcertando por completo a la tunecina, que acabó torciendo el gesto y lanzando improperios hacia su banquillo, algo nada usual en ella, conocida como la Ministra de la Felicidad en Túnez por su amplia sonrisa.
Jabeur logró recuperarse tímidamente y situarse otra vez por delante 3-1 en el segundo set, pero la checa volvió a apretar al resto, fiel a la tónica de constantes breaks que hizo totalmente imprevisible el partido. Incapaz de meter sus bolas imposibles, estrellando una y otra vez su impotencia conta la red, la tunecina de 28 años abandonó la pista entre lágrimas. “Voy a salir muy fea en las fotos”, dijo ” Esta es la derrota más dolorosa de mi carrera, pero voy a volver más fuerte. Ha sido un torneo asombroso para mí. Y lo voy a ganar algún día”.
Para Vandrousova, que nunca había llegado más allá del número 14 en el ranking, pese a su condición de gran promesa checa en sus años adolescentes, el título en Wimbledon supone su desquite y su acenso definitivo a la elite mundial.