El centrocampista alemán de 32 años llega libre después de ganar la Champions con el Manchester City.
Gündogan, con la Champions.PAUL ELLISAFP
El FC Barcelona ha anunciado hoy el fichaje del centrocampista alemán Ilkay Gündogan, que llega libre desde el Manchester City. El jugador firmará por dos temporadas, hasta el 30 de junio de 2025, más una opcional y tendrá una cláusula de rescisión de 400 millones de euros.
Gündogan, que cumplirá 33 años el próximo 24 de octubre, aterriza en el Camp Nou después de levantar la Champions League con el conjunto de Pep Guardiola. En el Etihad ha estado siete años y ha ganado, además de la corona continental, cinco Premier League siendo fundamental en los esquemas del técnico.
Después de la salida de Sergio Busquets, Xavi Hernández necesitaba un nuevo dueño para el centro del campo, donde hará equipo con Frenkie De Jong, Pedri y Gavi, entre otros.
Gündogan nació en Gelsenkirchen y comenzó su carrera en el Bochum antes de dar el salto a la Bundesliga con el Núremberg. Sin embargo, el equipo con el que dio el siguiente paso en el fútbol europeo fue el Borussia Dortmund, con el que llegó a la final de la Champions de 2013.
Uno relaciona el modo avión con esa 'metadona' que relaja la adicción al móvil cuando estamos ante un viaje. Poca gente apaga su dispositivo electrónico cuando emprende un vuelo, principalmente, porque no quiere. Y Garazi Sánchez (Getxo, 1992) era una de esas personas hasta que realiza un viaje a México el pasado verano y ve cómo el miedo y la ansiedad vuelven a escena en su vida. "Estaba en un lugar de paz y me encontré con que los miedos seguían vigentes", explica a EL MUNDO.
La surfista vasca, con una lesión de rodilla que no le permitió competir en el preolímpico para estar en París 2024 cuando venía de cosechar los mejores resultados de su carrera, se encontró desubicada. "No tenía el foco en qué hacer ni en qué controlar sino en lo que me faltaba", aludiendo a su ausencia en la cita olímpica por la que tanto había suspirado. El gatillo fue terminar una sesión de surf y en lugar de disfrutar la puesta de sol, la deportista corrió a ver el móvil.
Así que, tras avisar a su familia, la surfista decide apagar el teléfono durante 15 días y, además, registrarlo en un minidocumental que ella califica de "experimento" y que ha visto la luz recientemente en varios festivales de Bilbao. Su nombre es fácil imaginarlo: Modo Avión. Y su propósito "no es demonizar la tecnología, sino revisar nuestra relación con ella". "Si al que vea el documental le mueve algo... Por mi parte yo soy una persona más alegre, presente y consciente y a mí me llama a querer más de eso", apunta la protagonista, directora y productora de la pieza.
Los efectos de esos 15 días en el cuerpo de la deportista fueron menor dolor en la rodilla, desaparición del bruxismo y recuperar una mayor capacidad de concentración. En la mente, en cambio, fueron más profundos y revitalizadores como el disfrutar de estar más presente, aprender el impacto del miedo en su bienestar y aumentar su nivel de disfrute sin presión. En resumen se trata de: "Vivir durante 24 horas una vida más real", apunta.
El resultado son 16 minutos de una reflexión profunda sobre el impacto del miedo, la tecnología y la ansiedad en nuestra vida. "Las redes sociales generan una conversación constante sobre las vidas de otros", explica Sánchez y apunta que ella se ha quitado de muchas y se ha puesto límites horarios en otras porque se replantea la velocidad en la que vivimos y quiere aprender a estar presente. "Mirar una pantalla 6 horas al día interfiere en nuestra salud y quitando esas 6 horas mi vida mejoraba tanto a nivel de salud como de rendimiento deportivo", revela.
Portada del documental de Garazi.E. M.
Este es el segundo proyecto audiovisual de la surfista tras el documental, "Vergüenza", que habla sobre la conexión con el océano, la naturaleza y la importancia del respeto por el medio ambiente respecto a los hábitos de vida y de consumo. Aquella pieza se completó con una serie de charlas con expertos en los que se ampliaban estos temas: "Quitando la vergüenza".
La inclinación artística de la surfista tiene que ver, además de con el deporte que hace, que cree que tiene una condición más "creativa" que otras disciplinas, con la reflexión a la que le llevó un terrible accidente en la playa de Hossegor en 2018 que casi la deja en silla de ruedas. "Fue un golpe del que despertar, porque no se trataba de mi carrera deportiva sino de volver a andar, pero luego te acomodas y vuelves a la velocidad de la vida", reflexiona la deportista.
Así la velocidad vuelve a ocupar la rutina de una surfista prometedora que regresa al mar y a la competición porque "un susto nos despierta y nos cambia pero luego nos dejamos volver a llevar" hasta que vuelve el miedo, la ansiedad, el estar en un campeonato de surf pensando no en cómo coger mejor una ola sino en que si la fallas, perderás patrocinadores, becas y todo lo que te permite seguir dedicándote profesionalmente a lo que amas.
Demasiada velocidad
El accidente fue un obstáculo, pero una vez pasado quedó atrás y los viejos hábitos, con ellos los viejos miedos, volvieron a aparecer. "Hay que parar y corregir sabiendo que luego vamos a seguir fallando. Las lesiones te paran y te traen aprendizaje", apunta la surfista, pero también es consciente de que "desde el miedo, las decisiones que tomamos no son muy inteligentes".
Aunque en medio de la tormenta, ella consiguió encontrar la razón. Desconectó y supo reconocer que sus problemas son temas que muchos deportistas se cuestionan desde su posición de deportista de élite: fin de la carrera, pobres resultados, presión mediática... y que, además, pueden aportar si son contados como hacía Michael Robinson en Informe Robinson, una de las inspiraciones de Sánchez. Finalmente, todo se resume en la respuesta a una pregunta que la propia Garazi se hace a diario y recomienda que esté en las rutinas habituales de todo el mundo: "¿Cómo puedo hacer para estar más contenta?".
Quedaban 30 segundos para el final del noveno asalto, cuando Oleksander Usyk conectó un gancho de izquierda a la mandíbula de Tyson Fury que hizo temblar al gigante británico. Resonaban las palabras prermonitorias de Usyk en la previa: "Si el tamaño importara, el elefante sería el rey de los animales".
The Cat (el gato), como buen felino, olió sangre y comenzó a golpear sin descanso al Rey Gitano que rebotaba de cuerda en cuerda. Lo hizo en cinco ocasiones, hasta que en el último apoyo el árbitro Mark Nelson decidió intervenir para iniciar un conteo.
"El árbitro tenía que haber parado la pelea", responde a EL MUNDO, Jero García, ex boxeador y presentador de televisión. A juicio de García, Nelson debió declarar ganador a Usyk para evitar la "golpiza" que le dio a Fury. "Es mejor parar la pelea un minuto antes que un segundo tarde", explicaba.
Sin embargo, Emilio Marquiegui, periodista especializado en boxeo, es de la opinión que el árbitro "hizo lo correcto". Marquiegui cree que Fury no se apoyó en las cuerdas sino que se desplomó sobre ellas y que fueron las que evitaron su caída. Así, Nelson obró según el reglamento al iniciar el conteo. "Queda a criterio del árbitro si le vio en malas condiciones o no, obviamente luego se vio que Fury aguantó hasta el final y no pasó nada más", cuenta Marquiegui.
Por su parte, Jaime Ugarte, otro periodista especialista en boxeo, compartía la visión de ambos y añadía que la campana salvó al británico del knockout. "Si el árbitro lo para cuando estaba a merced no hubiera sido raro, estaba inerte", explica el periodista y determina que fue cuestión de segundos el que Usyk terminara la pelea en ese asalto.
Uno de los golpes de Usyk a Fury.FAYEZ NURELDINEAFP
Pero continuó y finalmente el ucraniano fue declarado ganador por decisión dividida de los jueces. El español Manuel Oliver fue el que más ventaja le dio, 115-112, mientras que el estadounidense Mike Fitzgerald solo concedió 114-113 frente a los 113-114 que el canadiense Craig Metcalfe otorgó a Fury. Esa división llevó al británico a declararse ganador y a esgrimir la guerra de Ucrania como el factor que había determinado el dictamen de los jueces.
Todos los expertos consultados por EL MUNDO piensan que Usyk fue el justo ganador. Si bien si Jero García mantiene que debía de haber sido por ko en el noveno, Marquiegui cree que el "mejor final" del ucraniano le hizo merecedor de la victoria. "Fury tuvo la pelea más complicada de su vida", explica y detalla que el combate se le fue "por su desgaste físico al no dosificar" y "por los palos que recibió en el noveno".
"Papá, ¿me oyes? Lo hemos conseguido", gritó Usyk en ucraniano al pabellón de Riad cuando le colgaban los cuatro cinturones (Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Asociación Mundial (AMB), Federación Internacional (FIB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB)) de campeón de peso pesado en los hombros. Es el primer campeón unificado en más de dos décadas. Sustituía a Lennox Lewis cuya unificación databa del siglo pasado, noviembre de 1999, ante Evander Hollyfield.
Historia
Marquiegui, García y Ugarte sitúan la hazaña de Usyk en diferente medida. Mientras que para el primero es algo anecdótico, "un premio pichichi" que no te sitúa como uno de los mejores delanteros de la historia. García y Ugarte sí piensan que convertirse en campeón unificado pone al ucraniano en el escalón de los Ali, Lewis y compañía.
Pero ninguno se olvida que este chico, que dejó el fútbol con 15 años para pasarse al boxeo, ha sido oro olímpico así como gran dominador de dos categorías en su conversión a profesional: crucero, donde también fue campeón unificado, y pesado. Con esta victoria, además, ha arrebatado el invicto a Fury 34 (24 KO)- 1 por su 22 (14 KO)- 0.
Sin embargo, y pese a que el ucraniano ponía en liza tres de los cuatro cinturones, es el británico el que se lleva mayor bolsa por este combate del siglo. De los algo más de 100 millones que había en juego, 70 han sido para Fury, de los cuales uno irá supuestamente para organizaciones benéficas de la guerra de Ucrania, y 30 para Usyk. Un reparto que, previsiblemente, cambiará algo para la revancha de octubre. "Usyk no vende tanto", explica Ugarte.
Es precisamente esta revancha la que hará que Usyk pierda uno de los cuatro cinturones poco después de haberlo ganado. El ucraniano no podrá defender el título de la FIB ante el púgil Filip Hrgovic, por lo que el croata se lo disputará ante el también británico Daniel Dubois, al que ya venció Usyk en una defensa del título de la AMB.
Morata se va. Tras protagonizar la celebración de la Eurocopa con la selección, el delantero del Atlético de Madrid despejó ayer las pocas dudas que podrían quedar sobre cuál iba a ser su futuro más inmediato. El madrileño acudió ayer al centro de entrenamiento rojiblanco para despedirse de sus compañeros y del cuerpo técnico que le ha acompañado estos últimos años. "Me he despedido porque era importante para mí, era importante saludarles y agradecerles todo", señaló ante los micrófonos de la Cadena Cope, donde también confirmó su salida hacia Milán.
La historia de Morata con el Atlético de Madrid ha estado marcada por los altibajos. En tres años y medio y con una larga cesión a la Juventus a mitad de camino, lo cierto es que el delantero no ha conseguido ser ese ansiado goleador que tanto reclamaba Diego Simeone. Porque si bien en esta campaña ha logrado sus mejores cifras como rojiblanco (15 goles en Liga), una mala segunda mitad de temporada y las dudas que siempre han girado en torno a su figura han acabado por determinar una salida que, por momentos, no llegó a estar tan clara.
Una publicación en sus redes sociales hace dos semanas pareció confirmar su decisión de quedarse, pero sus palabras en una entrevista en EL MUNDO volvieron a dejar todo en el aire: "Ya he dicho que me muero de ganas por ganar un título con el Atlético, pero hay que poner una balanza lo que compensa y lo que no".
Esa será, quizás, la espina que le quedará pendiente al hasta ahora delantero rojiblanco. Morata se irá a Italia sin haber podido conseguir lo que sí ha logrado como capitán de la selección, aunque él también quiso dejar claro su punto de vista. "Levantar la Eurocopa es como ganar un título con el Atlético", afirmó ayer.
Todo apunta a que el madrileño firmará un contrato por cuatro temporadas como rossonero y que pagará en estos días la cláusula de rescisión de su contrato que asciende a unos 13 millones de euros.
IRREGULARIDAD
La titularidad ha sido otro elemento indispensable para entender la etapa de Álvaro Morata en el Atlético de Madrid. El técnico argentino nunca ha dudado a la hora de contar con otro tipo de delanteros como Memphis, Correa o Diego Costa, en esa primera etapa, para buscar más efectividad o velocidad de cara a portería y acompañar a Antoine Griezmann en la punta de ataque.
Además, la llegada de Luis Suárez en aquella temporada en la que el club consiguió el título, fue clave para que acabara concretándose su préstamo al equipo juventino.