La Mogorrita, Valcotos, La Collada del Golobar, Fuente Dé, Puerto de Tarna, La Tuca, el Valle del Sol, Llessuí, Rasos de Peguera, Fonte da Cova, Lunada… En todos los rincones de España se encuentran los restos de estaciones de esquí abandonadas -remontes oxidados, edificios en ruinas, colinas peladas- y observándolos se advierte el apocalipsis: no hay futuro.
Debido al cambio climático, los deportes de invierno se suponen en decadencia, con pesimismo instalado incluso en los despachos, con la supresión de la semana blanca en algunas regiones. Pero la realidad es otra.
Con la apertura de Masella el pasado miércoles, las estaciones de esquí españolas han dado por inaugurada una temporada que promete récord. ¿Alcanzar los 6,5 millones de visitantes de la temporada 2008-2009 entre todas las estaciones? Es posible. El curso 2024-2025 se cerró con 5,1 millones de forfaits vendidos pese a que diciembre fue un desastre y hasta febrero no llegó el frío. Este año, en cambio, con las temperaturas heladas de los últimos días, hay centros que ya cuentan con casi un metro de nieve para el Puente de la Purísima.
Récord a la vista
“Nosotros abriremos este sábado y para el Puente seguramente ya estaremos al 80% o 90% de la actividad. El año pasado por estas fechas no pudimos ni abrir. Esta vez ha hecho mucho frío en noviembre, hemos podido empezar a hacer nieve y luego ha caído una nevada muy importante”, cuenta Xavi Ubeira, director comercial de Baqueira, una de las tres estaciones más grandes de España junto a Formigal y Sierra Nevada. Después de inversiones multimillonarias —unos 15 millones por temporada en cada estación—, las tres se han instalado por encima del millón de esquiadores o snowboarders anuales. Y de esa cifra no se bajan.
“Los últimos tres años han sido años de poca nieve y, en cambio, han sido los mejores de nuestra historia. La mejoría de la tecnología en la producción de nieve nos ha permitido minimizar el efecto del cambio climático y aumentar el número de visitantes”, admite Ubeira, que especifica que la nieve actual se hace con el agua del deshielo que guardan en sus balsas durante la primavera. “Es un ciclo cerrado”.
Según el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático (OPCC), antes del año 2050 “el espesor medio de la nieve podría disminuir a la mitad y la permanencia de la nieve en el suelo podría reducirse en más de un mes”, pero eso no quiere decir que se vaya a esquiar menos. De hecho, esas pésimas previsiones y la escasez de los últimos años es lo que ha hecho que las estaciones de esquí españolas estén batiendo plusmarcas: ahora son punteras en nieve artificial.
Si la sequía de finales de los años 80 llevó a la mayoría de centros a comprar cañones de nieve de cultivo —y al resto a cerrar—, la situación actual ha provocado que inviertan en tecnología de última generación capaz de fabricar nieve incluso con apenas -1 o -2 grados de temperatura. Si en la mayoría de estaciones de los Alpes o en las Rocosas se necesita que caiga 50 centímetros de nieve para ponerse a trabajar, en los Pirineos con 15 centímetros les basta.
La tecnología al rescate
“Aquí, en los Pirineos, tenemos mayores oscilaciones de temperatura, pero somos capaces de utilizar muy bien las ventanas de frío. Para nosotros eso es básico”, comenta Ubeira, de Baqueira, que también admite que la tendencia es cada vez ir más arriba. La estación de la Vall d’Arán elevó su altitud hace seis años hasta los 2.600 metros cuando abrió pistas en el Tuc de Bacivèr y sus competidoras han hecho lo propio en los últimos años.
Las estaciones españolas por debajo de los 2.000 metros son las que más han sufrido, las que más sufren y las que más sufrirán para seguir con su actividad. La nieve en cotas bajas no está asegurada y eso impide captar al cliente extranjero, el nuevo dorado.
“El futuro pasa por impulsar de nuevo la formación en España, el trabajo de base, recuperar la semana blanca, y por atraer a más esquiadores de fuera. Baqueira es una estación muy conocida en España y el sur de Francia, pero fuera nos queda mucho por recorrer. Británicos, estadounidenses, canadienses aún piensan que aquí sólo hay sol y playa Tenemos que trabajar ahí porque hay muy pocos destinos que puedan ofrecer una experiencia como la nuestra”, finaliza Ubeira, ante la que puede ser la mejor temporada de esquí en España de la historia.






