Cuando Wimbledon te sale a pagar o por qué Reino Unido tiene la fiscalidad más agresiva: “Pierdo dinero si juego”

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Los vecinos de Wimbledon llevan años empapelando sus casas con pancartas: “Save the park. Elitist exploitation“, se puede leer en los alrededores. El Grand Slam ha comprado unos terrenos para construir un nuevo estadio, un nuevo parking y decenas de pistas y el cemento espanta. Ha habido protestas, pero Gobierno y Ayuntamiento ya han concedido los permisos y sólo queda que la Justicia dé el visto bueno. Nada puede detener la expansión de Wimbledon por repercusión, por tradición y, sobre todo, por dinero.

Ningún otro evento deportivo aporta anualmente tanto a las arcas públicas británicas. Lo notan los turistas, que pagan un mínimo de 200 euros por las entradas, y lo notan los tenistas. En Reino Unido pagan más impuestos que en cualquier otro lugar; a veces la cuenta incluso les sale a deber. “Pierdo dinero si juego allí”, proclamó Rafa Nadal en 2011 cuando se reformularon las leyes fiscales y él renunció a jugar en Queen’s como paso previo de Wimbledon. Antes era un fijo en el torneo preparatorio, a partir de entonces sólo disputó una edición más. “No es el dinero de los premios, ese no es el problema. Es vuestro régimen impositivo”, denunciaba Nadal.

“No hay otro país con un régimen fiscal más agresivo que Reino Unido”, certifica Marta Peiró, economista especializada en fiscalidad internacional y fundadora de Talent Consulting, en conversación con EL MUNDO. Todos los países gravan los premios de sus torneos: si el ganador se lleva cierta cantidad, la Hacienda del lugar se queda con una cifra que suele acercarse al 50%. En Reino Unido es un 45% en el caso de los premios más altos, como los 3,5 millones de euros para el campeón y la campeona, y un 40% en el caso de los más bajos, como los 77.500 euros de quienes caen en primera ronda. De los 53,5 millones que reparte Wimbledon este año, al HM Revenue & Customs (HMRC) le pertenecen 17 millones. Pero como decía Nadal “ese no es el problema”.

Los números no cuadran

“En Reino Unido los deportistas no residentes están sujetos a un régimen peculiar. Tributan por todo lo que su Hacienda entiende que se ha generado en el país. Se cuentan todos los ingresos anuales por patrocinios, derechos de imagen o publicidad (con Nike, Lacoste, Rolex…) y se reclama la parte proporcional al número de días que el deportista está en el país entrenando, compitiendo o participando en eventos”, apunta Peiró y, para lo que explica, sirve un ejemplo.

Si un tenista participa en Queen’s y en Wimbledon estará entre tres semanas y un mes en Reino Unido. Si vence o llega a los partidos importantes jugar le saldrá a cuenta porque los premios son altos, pero si pierde pronto en ambos torneos es posible que le cueste dinero. Cojamos a Francis Tiafoe como muestra. Por una parte, este año el estadounidense ha caído pronto en ambos torneos y apenas ingresará unos 50.000 euros netos de premios. Por la otra, por sus patrocinios con Lululemon, Yonex y otras marcas gana unos cinco millones anuales según Sportico. Después de una veintena de días en el país y expuesto a un 45% de gravamen, la factura de la Hacienda británica superará los 100.000 euros, así que podría pagar cerca del doble de lo ganado.

Gracias a un buen asesor se deducirá los gastos por avión, hotel e incluso el sueldo de su equipo, pero igualmente jugar no habrá sido un buen negocio. “Esta norma fue diseñada para evitar la elusión fiscal de estrellas del deporte que reciben grandes ingresos por publicidad y que antes podían decir que todo se generaba fuera de Reino Unido”, recuerda Peiró, que apunta que Wimbledon y la Champions han reclamado exenciones sin éxito. Sólo los Juegos Olímpicos de Londres consiguieron que la HMRC cambiara sus normas.

El perjuicio, para los países de residencia

La mayoría de tenistas residen en Mónaco por su laxa fiscalidad, pero los que no lo hacen dejarán sin parte de los ingresos a sus países. Porque el dinero por patrocinios y publicidad que se queda Reino Unido hay que restarlo de los tributos que se van a casa. “Reino Unido cuenta con tratados con más de 130 países, incluyendo España. Esto implica que Reino Unido tiene potestad tributaria primaria y que el país de residencia, sea cual sea, puede permitir deducción por doble imposición”, comenta Peiró, que subraya que Estados Unidos o Francia también tienen fiscalidades específicas para deportistas no residentes, pero que son más permisivas que las de Reino Unido.

DANIEL HAMBURYEFE

Los jugadores, que quieren disputar Wimbledon y que se suelen preparar en el cercano Queen’s, no tienen más remedio que participar porque además, en caso de impago, el país puede imponer una multa e incluso negar la entrada futura para competir. Y el Grand Slam sigue siendo año tras año la gallina de los huevos para las arcas públicas británicas.

kpd