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El presidente de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) y miembro del COE ha fallecido a los 74 años de cáncer de estómago
Controvertido en sus manifestaciones, ultrarreligioso, padre de 14 hijos y fundador hace 26 años de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), entre otros muchos rasgos de su perfil, José Luis Mendoza (Cartagena, 1949) ha muerto este miércoles de cáncer de estómago convertido en el mecenas del deporte y el olimpismo español.
De hecho, la universidad con la que empezó a soñar en los 80 cuando daba clases a futuros sanitarios y que puso en marcha en apenas tres años cuando regresó, en 1993, de las misiones en la República Dominicana -a donde viajó con su mujer y sus ocho hijos mayores (ella estaba embarazada del noveno)-, fue la de mayor representación del mundo en los Juegos de Tokio en número de deportistas y los dos abanderados españoles, Mireia Belmonte y Saúl Craviotto, estudiaron en sus aulas y siguen vinculados a la institución.
Gestionada por la Fundación San Antonio de Murcia, las polémicas y recelos en la sociedad murciana en torno a su presidente y a la propia universidad marcaron los primeros años de vida de la UCAM, que arrancó en 1996 con 680 alumnos y hoy tiene más de 22.000 estudiantes de 110 nacionalidades y una tasa de internacionalización que supera en diez puntos la media de universidades españolas.
Personalista en su gestión y con una dirección fiel desde el inicio del proyecto, las filias y fobias de la sociedad murciana hacia José Luis Mendoza le han acompañado a partes iguales desde el minuto uno de su proyecto universitario, y la propia cesión por la iglesia del Monasterio de los Jerónimos para acoger la UCAM fue denunciada sin éxito en los tribunales civiles y eclesiásticos por Juan Antonio Reig Plá cuando llegó al obispado de Cartagena una década después de que echara a andar la universidad católica.
Críticas sociales
Ese hito abrió varios lustros de críticas sociales, denuncias administrativas e incluso conflictos internacionales, con José Luis Mendoza en el foco de la opinión pública, por dudas sobre la edificabilidad de terrenos municipales cedidos, el choque de competencias con las dos universidades públicas murcianas por la sucesiva ampliación de la oferta académica, o la expedición de reconocimientos profesionales para poder ejercer en Italia a profesores y abogados de ese país a través de cursos a distancia de la UCAM.
Vehemente en sus manifestaciones públicas, amante del deporte, reconocido por la OTAN por la difusión de los valores de la Alianza Atlántica y por el Gobierno español con la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, entre otros galardones, José Luis Mendoza era un ferviente miembro de la comunidad neocatecumenal, consejero del Vaticano para asuntos de familia y amigo personal de Benedicto XVI.
Elegido en 2017 integrante del Comité Olímpico Español, el presidente de la UCAM hizo suyo el modelo anglosajón de educación superior y fue sumando a las filas de su proyecto, a través de becas al estudio, a deportistas de élite de todas las disciplinas que han ido asociando la marca UCAM al éxito deportivo y profesional.
Con presencia internacional en Asia, pero sobre todo en América Latina, José Luis Mendoza entendía su universidad como centro para la investigación, la cooperación internacional y la evangelización de los jóvenes, y no eran pocos los actos académicos de apertura de curso, graduaciones o congresos en los que se dirigía a docentes y estudiantes para defender los valores de la iglesia y oponerse al aborto, el matrimonio homosexual o la eutanasia.
Recelos con las vacunas
La pandemia del coronavirus lo llevó a las portadas por sus recelos acerca de las vacunas, sus advertencias sobre supuestos “chip” de control instalados al inocular o su defensa de la vitamina C de los cítricos para hacer frente a la covid 19.
Discreto, en cambio, en su faceta de benefactor a numerosos ciudadanos u organizaciones que se acercaban a la UCAM en busca de ayuda económica o material, José Luis Mendoza ha fallecido este miércoles tras “haber sido devuelto a la vida una vez muerto”, como él mismo explicaba al hablar de su recuperación tras varios diagnósticos de cáncer en los últimos años, y su último acto público fue la apertura del curso 2022-2023, donde recordó los más de cinco lustros de “actividad académica y de historia del amor de Dios”.