El mundo del motociclismo se encuentra de luto tras conocerse la muerte del pequeño Sid Veijer, con sólo siete años tras no poder superar las heridas que se produjo durante un accidente el pasado 22 de diciembre. Era una de las promesas del motociclismo de Países Bajos, donde se había proclamado campeón júnior en octubre.
El pequeño sufrió un caída con una minimoto en el karting cubierto de Swalmen y se produjo graves heridas en la cabeza y en la cara. Sid ha permanecido en estado crítico en el hospital hasta que este domingo 5 de enero, su padre ha anunciado su fallecimiento.
“El lunes pasado hubo una pequeña luz sobre la situación de Sid. Al final de la semana, este foco se convirtió en el escenario más oscuro y se convirtió en una pelea justa que Sid no pudo ganar”, escribió Reinold Veijer en su cuenta de Instagram.
“Sid se resistió como un león. Nosotros – Reinold y Rianne, Boyd, Muck y Loek – luchamos con él hasta el último minuto con todo lo que teníamos en nosotros. Los médicos y las enfermeras hicieron lo que pudieron…. Sid falleció esta tarde rodeado de su cálida familia”, concluye el post.
Sid era primo de Collin Veijer, que terminó la temporada pasada tercero en el Mundial de Moto3 y que esta temporada dará el salto a Moto2. Collin también ha querido despedirse de su familiar en sus redes sociales. “Luchaste todo lo que pudiste con todo lo que había pasado, pero esta lucha tan dura y difícil no pudiste ganarla. Estoy muy orgulloso de ser tu primo y nunca olvidaré los momentos tan divertidos que pasamos juntos a pesar de no estar mucho en casa. Nunca te olvidare como persona. Siempre estarás en mi mente. Haces que me motive más para luchar tan duro como lo hiciste tú. Te quiero Sid”, ha escrito en Instagram.
Los Boston Celtics estuvieron a punto de desperdiciar una ventaja de 21 puntos en el cuarto período, pero triunfaron este miércoles por 106-99 en el campo de los Dallas Mavericks para tomar ventaja 3-0 en las Finales de la NBA, lo que les deja a un solo triunfo del decimoctavo anillo de su historia.
Los Celtics comenzaron la cuenta atrás para un título que esperan desde 2008 y que rompería el empate con Los Ángeles Lakers para volver a ser la franquicia más ganadora de la NBA. Tendrán su primera 'bola de partido' este viernes, de nuevo en el American Airlines Center.
La baja del letón Kristaps Porzingis no frenó a la todopoderosa máquina de Joe Mazzulla.Jayson Tatum, con 31 puntos, seis rebotes y cinco asistencias, y Jaylen Brown, con 30, lideraron la victoria de los Celtics frente a unos Mavericks en los que el esloveno Luka Doncic metió 27, pero acabó expulsado por cometer seis faltas con 4.12 minutos por jugar en el cuarto período.
Aumentó el nivel Tatum, eclipsado en los dos primeros partidos primero por Porzingis y luego por Jrue Holiday, pero fue Jaylen Brown quien asumió la responsabilidad en un cuarto período de infarto, cuando los Mavs sellaron un 22-2 para revivir tras un 70-91.
Brown, MVP de las finales del Oeste, acabó el partido con 24 de sus 30 puntos en la segunda mitad, a los que sumó ocho rebotes y ocho asistencias.
Holiday no pasó de los nueve y Derrick White firmó 16, con cuatro triples de gran peso. El dominicano Al Horford, con ocho puntos, cinco rebotes, dos asistencias y dos robos, ve acercarse el anhelado anillo.
Los Mavs cayeron con mucho honor, pero el 0-3 los deja prácticamente sentenciados. Así lo dice la historia: cero remontadas en 154 precedentes.
Doncic acabó su partido con 27 puntos, seis rebotes y seis asistencias y Kyrie Irving firmó 35, tres rebotes y dos asistencias para los Mavs.
Vibra el American Airlines Center
Esperó trece años el American Airlines Center para volver a acoger unas Finales de la NBA y la respuesta del público fue contundente. Se jugó en un ambiente vibrante, muy hostil para los Celtics, y los Mavs lo aprovecharon para morder. Desafiaron la lógica los texanos en el cuarto período, pero no pudieron cerrar una gesta para la historia.
Marcaron territorio con un arranque feroz y con Irving decidido a entrar en esta serie. Kyrie firmó una entrada y Doncic conectó un triple para fijar el ritmo del choque. En menos de dos minutos los Mavs se escaparon 9-2 y Mazzulla no dudó en parar el partido con el tiempo muerto.
Irving, que llegaba a este choque tras un 0 de 8 en triples, pisó el acelerador y los Mavs tomaron una tempranera ventaja de 25-12. Pusieron el partido en el carril que deseaban, pero Boston no tembló. Sabe entender los momentos y pese a un arranque con pocas soluciones ofensivas, respondió con un contundente 11-0 que le volvió a poner en el partido.
Sin un coloso como Porzingis limpiando la pintura, Doncic e Irving se movieron con soltura. Entraron en busca de puntos fáciles y no dudaron en lanzar desde el arco. Kyrie selló cuatro de cinco en la primera mitad y llevaba ya veinte puntos al descanso, con Doncic ya sumando 17.
Luka Doncic, durante el último cuarto del tercer partido de la final.Getty Images via AFP
A pesar de eso, los Celtics consiguieron regresar a los vestuarios abajo un solo punto, en el 50-51. Considerado el ritmo anotador de Doncic e Irving, y el hecho de que Tatum (20 puntos) no encontraba apoyo ofensivo en Brown (6) ni Holiday (4), para Mazzulla había razones para sonreír en los vestuarios.
Y en el tercer período los Celtics recogieron los dividendos. Con un Brown monstruoso e incontenible, que lideró con 15 puntos un 35-19 que dejó tocados a los Mavs. Boston tiró con un 65 % de acierto (tiros de campo) y metió cinco triples. Los Mavs tan solo lanzaron dos tiros desde el arco, con el 50 % de acierto.
Mate descomunal de Brown...
Holiday y Tatum sellaron dos triples consecutivos para dar el primer golpe al encuentro y un mate de 'JT' tras un tapón defensivo de White completaba un parcial de 13-2 que dio dobles dígitos de ventaja a los Celtics en el 71-61.
La defensa de los Celtics se cerró y obligó a los Mavs a tomar tiros muy complicados, con pobres resultados. E incluso cuando PJ Washington logró conectar un triple de la esperanza, la respuesta de Boston fue un doble puñetazo. Triple de White con mucha ayuda del tablero y mate estratosférico de Brown que dejó enmudecido al coliseo. Era el 85-70 para entrar en el último período.
Dos triples consecutivos, de Brown y White, en 54 segundos del cuarto período dispararon la ventaja hasta el 91-70. Cuando Jason Kidd paró el partido, el American Airlines Center había perdido la fe. Y los Celtics pensaban tenerlo ganado.
Thriller final
Fue entonces cuando llegó el apagón de Boston. Los Mavs, ya si presión, lograron un 10-0 en 2.43 minutos y volvieron a poner a su público en el encuentro. Los Celtics se atascaron por completo y los texanos reabrieron una contienda que parecía cerrada con un demoledor 20-2 que les dejó a tres puntos, luego de tres libres de Irving.
Sin embargo, en un paseo triunfal de los Celtics convertido en un thriller faltaba una nueva sorpresa. Con 4.12 minutos por jugar, Doncic cometió su sexta falta al derribar a Brown cuando este intentaba entrar en la pintura. Kidd pidió la revisión, sin éxito. Los Mavs se quedaron sin su líder con una 'mini-prórroga' por delante.
Irving redujo el margen a un punto, pero acabó asfixiado por la física defensa de Holiday. Un triple de White subió el 98-92 y dio aire a unos Celtics que llegaron a la línea de meta y que, con susto final, empiezan a ver la gloria.
El lamento de Doncic
Tras el partido, Doncic manifestó su desacuerdo con las decisiones de los árbitros, que lo expulsaron después de cometer seis faltas.
"No pudimos jugar de forma física. No quiero decir nada, pero seis faltas en las Finales NBA, vamos hombre, eres mejor que esto", lamentó el esloveno.
Doncic cometió cuatro faltas en menos de ocho minutos en el cuarto período y acabó expulsado en un momento decisivo, cuando los Mavs rozaban una épica remontada. "Tuvimos una buena oportunidad, estuvimos cerca, pero no pudimos. Me hubiera gustado estar ahí", afirmó.
Rubén Baraja ya no es entrenador del Valencia CF. El club ha comunicado este lunes, tras el empate ante el Alavés (2-2), que ha decidido poner fin a su etapa al frente del equipo. "La dinámica de resultados durante esta temporada ha requerido de una decisión que ha sido muy difícil de tomar, pero que tiene como objetivo revertir la situación y conseguir mejores resultados".
En un comunicado, el Valencia recoge al ex centrocampista como "una de las principales leyendas de la historia" del club y admite que con su llegada al banquillo en febrero de 2023, "ayudó a estabilizar al equipo, salvando una situación complicada y, el curso pasado contribuyó a implantar unos valores competitivos que aproximaron al Valencia CF a la lucha por las posiciones europeas prácticamente hasta las últimas jornadas del campeonato".
Esa doble tarea, completada con éxito, es lo que ha mantenido al vallisoletano en el banquillo a pesar de sólo haber ganado dos partidos de los últimos 24 disputados. Con el Valencia penúltimo con 12 puntos, el club comenzó a perder la confianza tras la derrota en Valladolid, pero se resistió a tomar decisiones por la carga económica que suponía el despido.
Baraja renovó su contrato el pasado verano hasta junio de 2026 y su finiquito ronda los seis millones de euros, por lo que Peter Lim no dio luz verde a su destitución hasta esta mañana. De hecho, la presidenta Layhoon Chan aseguró el pasado jueves tras la junta de accionistas que no había "instrucciones de Peter Lim ni comentarios para cambiar al entrenador". "Aunque está preocupado, me dice que trabajemos y encontremos modos de mejorar los resultados", aseguró la presidenta.
El modo ha sido poner fin a la etapa de Baraja, que no ha encontrado la solución para activar al equipo. Suyo fue el acierto y la valentía de atreverse a alinear la canteranos como Mosquera, Javi Guerra, Diego López o Yarek en la difícil situación en la que cogió la riendas del equipo, como también cuajar dos tercios de temporada excelentes la pasada campaña que llevaron a pensar que podría alcanzar Europa.
Todo aquello se desvaneció. Aceptó un plantilla con los únicos refuerzos de Rafa Mir, con controversia, Luis Rioja o jugadores de Segunda como Dani Gómez o Germán Valera a cambio de que no hubiera salidas de los jugadores que debían ser importantes y cuyo rendimiento ha estado, por el momento, por debajo de la versión conocida. Un mal arranque de campeonato, problemas extradeportivos como la detención de Mir y decisiones como la suplencia de Pepelu o arriesgadas apuestas tácticas buscando soluciones que no daban resultado.
Estreno ante el Real Madrid
Hasta Mestalla, que coreaba su nombre en cada partido, acabó el domingo ante el Alavés pidiendo su cabeza ante la desesperación de ver al Valencia hundirse hacia la Segunda División.
Meriton, que tritura a su undécimo entrenador sin contar las interinidades de Voro González, y hace días que busca relevo. El primero en la lista fue Quique Sánchez Flores. Con él conversó el director deportivo, Miguel Ángel Corona, pero el caché de su cuerpo técnico y, sobre todo, la exigencia de incorporar refuerzos en el mercado de enero enfriaron los contactos. Ni Quique ni su entorno quieren coger a un Valencia condenado al descenso.
Una vez confirmada la salida de Baraja, con el visto bueno de Singapur, las conversaciones podrían retomarse porque la intención es tener nuevo entrenador en el banquillo de Mestalla el 3 de enero ante el Real Madrid.
Otras alternativas nacionales son Álvaro Cervera o Pacheta, pero con el empresario de Singapur al frente, puede aparecer cualquier entrenador de la órbita de los agentes de cabecera.
No será un ambiente fácil. La plataforma de oposición Libertad VCF ha hecho un llamamiento para dejar Mestalla vacío en el duelo ante el conjunto blanco.