Anhelo del baloncesto europeo y referencia cinematográfica alterada. Paris Basketball es líder de Euroliga: Tiago Splitter mejor entrenador de otoño, muchos directivos no intuyeron que podía serlo. TJ Shorts es el base, líder y proyecto de MVP, con sólo 1,75 metros juega tan rápido que cuando tira no le da tiempo a los rivales a saltar. Sólo sacan de fondo. Cerca de Trocadero hay otras torres haciendo baloncesto muy serio. Los parisinos han descu
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Habrá nuevo campeón de Europa y no habrá derbi de Atenas en la final del domingo en Abu Dabi. Por la Euroliga de Oriente pujará precisamente un equipo oriental, el Fenerbahçe de Estambul, siete años después en la lucha por el título, llevado hasta allí por su líder en el banquillo, Sarunas Jasikevicius. En una semifinal que dominó y mereció, los turcos pasaron por encima del campeón, un Panathinaikos lejísimos de lo que requería la ocasión. (84-76: Narración y estadísticas)
Para saber más
Fue con Obradovic cuando el Fenerbahçe culminó su proceso de éxito en 2017 (un año después perdió la final contra el Madrid en Belgrado) y desde entonces vuelve a buscar el camino. Ya está en la cima, tras una temporada en la que siempre mostró solidez. En el Etihad Arena, ni una duda, dueño de principio a fin. Una labor colectiva para pisar el talento del Panathinaikos, desde los puntos clave de Devon Hall y Errick McCollum, a los triples de Biberovic y el poderío interior de Melli. Ni siquiera hizo falta la mejor versión de su referente, Nigel Hayes-Davis.
Un año después de idéntica semifinal en Berlín, el Fenerbahçe se plantó con decisión, con la energía, agresividad y concentración que exige el escenario. Es la determinación de Jasikevicius para no dejar pasar otra Final Four más en su trayectoria, cinco de carrerilla (sólo Zeljko Obradovic y Dimitris Itoudis pueden presumir de lo mismo), aunque en su caso todas saldadas con derrota. Su equipo fue un bloque de cemento ante el campeón, ni una fisura, dominando el tempo y las sensaciones.
Nada le desviaba de su hoja de ruta, ni los intentos del MVP Kendrick Nunn, al que ensombreció de inicio, ni la vuelta al baloncesto de Mathias Lessort después de la grave lesión de rodilla que sufrió hace cinco meses ante el Baskonia. Al comienzo del segundo acto, sabiendo manejar el alto nivel físico de la batalla, con los triples de un inspiradísimo Biberovic, los de Estambul se vieron 13 arriba (31-18).
A esas alturas el Panathinaikos ya era consciente de que debía acudir al lado emocional de la cita. Ergin Ataman, que maneja como nadie esos terrenos, comenzó su presión a los árbitros (entre ellos el español Peruga), con la ayuda desde la primera final de Gianakopoulos, su presidente. En el momento de recibir la técnica por protestar supo su equipo que había que reaccionar. Y así fue. Entre Jerian Grant y Juancho, y con un canaston final sobre la bocina de Nunn, los griegos se fueron al descanso con sólo 33 puntos, pero mucho más cerca de lo que hubieran imaginado.
Los jugadores del Fenerbahçe celebran el triunfo.FADEL SENNAAFP
Tan cerca que acarició la remontada a la vuelta de vestuarios en un par de ocasiones, cuando ya Nunn era principio y final. Era la igualdad de los que aguardan un desenlace agónico, pero de nuevo el Fenerbahçe encontró resquicio para dominar, esta vez apoyado en la experiencia y la dureza en la pintura de Melli y en Errick McCollum, uno de esos refuerzos (por la lesión de Wilbekin) de perfil bajo que acaban revolucionando al equipo.
Estiró tanto la cuerda que se sintió ganador. A la vez que Nunn cometía su cuarta falta, un triple de Melli ponía otra alarmante distancia (59-48). Y, más difícil todavía, con la quinta de su estrella (más técnica por protestarla), en ataque, cuando ya restaban menos de cinco minutos (67-56).
Pero no iba a haber forma, ni si quiera ante el empeño de Cedi Osman. Cuando más caliente estaba la tarde, Hall asestó un tripl a falta de menos de tres minutos que, seguido por otro dificilísimo de McCollum, acabó de enterrar a un Panathinaikos que buscaba su octava Copa de Europa.
Las zonas pintadas en la serie entre Real Madrid y Unicaja son callejones peligrosos. Hasta tres jugadores hemos visto con cortes en cejas y frente. Garuba, Sima y Perry se han llevado golpes que han teñido los televisivos planos de rojo.
La hemorragia ya había empezado cuando la renta de los locales se acercaba a los 20 puntos, pero el Madrid recuperó y llegó con el palmeo de un Garubayabuseleizado, con esa bandana medio sanitaria, medio comercial.
Y eso que Unicaja empezó a jugar el tercer partido en la zona mixta del segundo. Con Ibon Navarro clamando "sólo pido un poco respeto" tras forzar su descalificación con el partido ya decidido para el Madrid. Es uno de los entrenadores españoles más triunfadores del siglo XXI, objetivamente es así. Y los títulos dan voz. Él la usó.
Los equipos europeos que optan a triunfar manejan plantillas de 14-16 jugadores. Eso implica un ejercicio que no enseñan en los cursos de entrenadores: graduarse en recursos humanos, lo que ahora llaman el departamento de personas. El MVP desconvocado en el segundo fue Dylan Osetkowski, que parece que fichará por el Partizan porque ya no pesa la sanción por dopaje que revoloteó la Costa del Sol durante muchísimos meses. El californiano anotó 21 el domingo puntos y supuso una sutura táctica para el rival. Pasar de no estar convocado a ser el mejor cambia destinos, ya le pasó a Spanoulis contra el Barça en el quinto partido de cuartos de Euroliga con Papagiannis. En la derrota, la herida inciso contusa siempre se la lleva el técnico.
¿Tanto se puede equivocar un entrenador? No, pero se puede equivocar. Por eso cuando veo plantillas que por lesiones se reducen a 8-9 jugadores, sé que van a jugar a su máximo nivel porque el que está en el banquillo tiene menos decisiones que tomar y los jugadores menos dudas de confianza. Ahora, gestionar plantillas largas en un baloncesto físico es clave en esta época de contacto total de playoff y de temporadas largas. Ya no puedes optar a casi nada con 10 jugadores. Por mucho que acierte tu director deportivo.
Este junio algunos abonados del equipo profesional de Unicaja han mostrado billetes de curso legal y han lanzado carteras ¿vacías? a la cancha. Es irónico pues Unicaja (el Banco y la Fundación) han hecho una labor de décadas sobre la educación financiera de sus clientes. Parece que quieren referirse al trabajo de los árbitros o los comentaristas. Cuanta más musculatura, velocidad, potencia y centímetros e iguales dimensiones de la cancha se requiere una mayor necesidad de definición televisiva, telemetría, capacidad de juicio y algo de suerte. ¿Cuántos centímetros puede abrir un jugador ofensivo el brazo que no lleva la bola pero protege? Musa fue condenado por acto de violencia. ¿Si no hubiera habido sangre recurrente se hubiera señalado antideportiva?
El Valencia Basket ha volteado el orden en el baloncesto femenino español. El Perfumerías Avenida de Salamanca ya no es el dominado, sino que el crecimiento del equipo 'taronja' empieza a traducirse en títulos. El último, la Liga F Endesa en La Fonteta. El equipo de Rubén Burgos se impuso 61-44 para revalidar su título y sumar el tercero de la temporada tras la Copa de la Reina y la Supercopa. Bajo la mirada, y la sonrisa de satisfacción, desde la primera fila de la grada, Juan Roig ya les tiene puestos los deberes: la Euroliga.
Pero eso será después de una fiesta que comenzó dominando en la cancha. No dio opción a su rival y, con un despliegue defensivo que mantuvo maniatado todo el encuentro al equipo salmantino, acabó por arrollarle para finiquitar la final por la vía rápida.
El enorme trabajo atrás del equipo de Burgos giró alrededor de una incansable Nadia Fingall. Habitual secundaria, la estadounidense se multiplicó esta vez en los dos aros para acabar con 'dobles figuras' al anotar 15 puntos y sumar 12 rebotes, a los que añadió tres asistencias y dos tapones. Para ella fue el MVP. En el Perfumerías, sólo Sika Kone puso en problemas a las locales y no demasiados.
Este logro llega después de superar las dificultades que han supuesto las lesiones de gravedad de Raquel Carrera, que se rompió los ligamentos de la rodilla derecha en la Copa, y la última de Alba Torrens, que sufrió un esguince en el ligamento externo de la rodilla izquierda hace unos días. Ambas fueron las encargadas de alzar el título para delirio de los más de 8.000 espectadores que llenaron La Fonteta.