El delantero del Barcelona Ansu Fati se lesionó la planta del pie derecho durante el entrenamiento de ayer y seguirá un tratamiento conservador en la capital catalana, por lo que se perderá la gira de pretemporada por los Estados Unidos que comenzará el domingo, según anunció el club este miércoles.
La entidad azulgrana no especificó el periodo previsto de baja para el atacante, que aspiraba a ganarse la confianza del nuevo entrenador Hansi Flick, después de haber disputado el curso pasado como cedido en el Brighton inglés.
Fati, que en octubre cumplirá 22 años y tiene contrato con el Barça hasta 2027, registró cuatro goles y una asistencia en 27 partidos con el conjunto inglés, pero su progresión se vio lastrada por una lesión muscular en el gemelo derecho que le obligó a estar más de dos meses de baja entre noviembre y febrero.
Un nuevo contratiempo en la sucesión de problemas físicos que han obstaculizado la carrera del internacional español, que debutó con el primer equipo del Barcelona con 16 años, 9 meses y 25 días el 5 de agosto de 2019, contra el Betis en un partido de Liga.
Casi un año sin jugar por otra lesión
Tras firmar ocho goles y una asistencia en su primera temporada como profesional, Fati se rompió el menisco interno de la rodilla izquierda el 7 de noviembre de 2020 ante el Betis, una lesión por la que tuvo que ser operado cuatro veces y estuvo casi un año sin jugar.
El delantero regresó el 26 de septiembre de 2021 contra el Levante y lo hizo marcando, pero dos meses después se rompió el bíceps femoral de la pierna izquierda ante el Celta, una dolencia de la que recayó dos meses después, tras media hora sobre el campo frente al Athletic Club en el día de su reaparición.
Después de jugar 10 partidos en la temporada 2020-2021 y 15 al curso siguiente, Fati disputó 55 encuentros la campaña 2022-2023, con un saldo de 10 goles y 4 asistencias, antes de salir cedido al Brighton.
Ansu Fati, quien en unas tres semanas cumplirá los 23 años, ha estado mucho tiempo prácticamente desterrado en un sitio de nadie. Desde que una fuerte entrada de Aïssa Mandi le provocó una rotura del menisco interno de la rodilla izquierda, su calvario particular ha llegado a parecer interminable. Primero, las complicaciones de esa lesión le llevaron a pasar varias veces por el quirófano. Después, siempre que el destino parecía dispuesto a volver a sonreírle, las cosas acababan por torcerse de nuevo. De nada valía que en alguno de esos momentos su buena estrella con el gol siguiera a su lado.
A un breve momento de intensa felicidad, le seguía de nuevo la amargura de caer otra vez en el túnel. Las consecuencias de las lesiones siempre le han perseguido. Tras sufrir, hace cinco años, una doble fractura de tibia y peroné en la pierna derecha, los nubarrones insistían en instalarse sobre su cabeza. Por lo menos, hasta ahora.
En el Mónaco, por fin, está empezando a ver algunos rayos de sol. Junto con el argentino Joaquín Panichelli, del Estrasburgo, figura en lo más alto de la tabla de goleadores de la Ligue 1, con cinco tantos. Los dos últimos, marcados de penalti, permitieron a su equipo sellar un 2-2 frente al Niza que, pese a todo, puede acabar teniendo consecuencias en principio no muy halagadoras para el joven futbolista. Y es que Adi Hütter, el técnico del conjunto monegasco y su gran valedor, parece tener las horas contadas en el banquillo. Aunque, inicialmente, el austríaco prefirió tratar con cautela al delantero español, a quien dejó fuera de la convocatoria en los tres primeros encuentros de la liga francesa, ha estado apostando claramente por él en los últimos tiempos, con resultados excelentes.
A petición de Lamine
En los tres partidos de liga que ha jugado hasta ahora, siempre ha visto puerta. Ante el Metz (5-2), como en el ya mencionado duelo ante el Niza, también marcó a pares, ninguno de ellos en este caso desde los 11 metros, mientras que frente al Lorient salvó la honrilla de los suyos en un encuentro que acabó con derrota por 3-1 transformando otra pena máxima. En dos partidos de la Champions ha marcado un tanto.
Y es que los primeros brotes verdes de Ansu en este curso 2025-26 tuvieron como escenario el máximo torneo continental. El delantero marcó un golazo en el estreno con derrota de los monegascos frente al Brujas (4-1). Una forma excelente de romper los presagios negativos que parecían rondar sobre su llegada al principado tras una temporada pasada en la que Hansi Flick apenas le dio minutos con el Barcelona.
A pesar de que en la campaña pasada sumó una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa de España a su palmarés, su participación no pasó de ser algo testimonial. Las lesiones, en unos casos, y la decisión del técnico, en otros, hicieron que apenas pudiera disponer de minutos. En la Liga, participó en seis partidos, formando parte del 11 inicial sólo en uno de ellos, frente al Sevilla en el estadio de Montjuïc. En la Champions jugó cuatro encuentros y en la Copa del Rey, uno. En Europa, en la ida de los cuartos frente al Borussia Dortmund, con el encuentro ya decidido con un 4-0, Lamine Yamal pidió el cambio con la intención de que su compañero pudiera tener algunos minutos después de haber estado mucho tiempo en el ostracismo.
Ansu Fati, ante Vanhoutte, el domingo en el Stade Louis II de Mónaco.AFP
El retorno al Barcelona, tras haber jugado como cedido en el Brighton el curso anterior, no fue como realmente esperaba, por mucho que Xavi Hernández, en la temporada 2022-23, en la que los azulgrana se hicieron con la Liga, le hubiera dado algo de cancha.
El calvario por el que había pasado en la temporada 2021-22, lastrado por problemas musculares tras esa fatídica lesión de rodilla sufrida en los primeros meses de la temporada 2020-21, pesó mucho. También le presionó el hecho de heredar, previa consulta con los capitanes del club, el dorsal número 10 que había dejado sin dueño la traumática salida de Leo Messi del club, anunciada en agosto de 202.
La fulgurante irrupción de Ansu desde que Ernesto Valverde le hiciera debutar con el primer equipo el 25 de agosto de 2019, con una asombrosa facilidad para relacionarse con el gol, parecía condenada a apagarse sin remedio. Algo que su aterrizaje en el Mónaco, casi contra pronóstico, parece haber cambiado de un plumazo. ¿Será esta vez capaz de renacer de sus cenizas? Todo apunta a que sí. Bienvenido, Asu.