Gareth Southgate ha dimitido este martes tras ocho años como seleccionador de Inglaterra. Su renuncia se produjo a los dos días de su derrota contra España en la final en Berlín y tras haber llevado a su equipo a dos finales sucesivas de la Eurocopa, incapaz de acabar con la sequía de títulos internacionales que dura ya 58 años.
“Como un inglés orgulloso, ha sido un honor jugar para Inglaterra y entrenar a Inglaterra”, escribió en su carta de dimisión. “Ha significado mucho para mí y lo he dado todo. Pero es el momento del cambio, de escribir un nuevo capítulo. La final contra España en Berlín ha sido mi partido final como entrenador de Inglaterra”.
“El equipo con el que fuimos a Alemania está lleno de excitantes jóvenes talentos que pueden ganar todos los trofeos con los que sueñen”, agregó el ex seleccionador de 53 años y ex jugador del Crystal Palace y del Aston Villa. “Estoy muy orgulloso de ellos y espero que todos les arropemos día a día para mejorar el fútbol inglés y entender el poder del fútbol para impulsar cambios positivos”.
El Príncipe Guillermo, al frente de la federación inglesa de fútbol, aceptó su dimisión y reconoció sentirlo por su doble calidad de hincha, testigo de la derrota ante la Roja el pasado domingo junto a su hijo George. “Gracias por mostrar humildad, compasión y verdadero liderazgo bajo la más intensa de las presiones”, escribió en las redes el heredero de la Corona. “Debes sentirte increíblemente orgulloso de lo que habéis conseguido”.
Southgate había sido duramente criticado durante la fase de grupos de la Eurocopa por el juego aburrido, cauteloso y defensivo de Inglaterra, pese a contar con algunos de los máximos goleadores de las ligas europeas en su equipo. Las críticas tocaron techo con el empate a cero contra Eslovenia que predispuso en su contra a la hinchada británica, silbando a su propio equipo.
Bellingham (ante Eslovaquia), Trent Alexander Arnold (con su último penalti ante Suiza) y Watkins (ante Holanda) consiguieron salvar la piel al entrenador y alcanzar la final ante España con relativas expectativas, y con un estallido repentino de triunfalismo en su propio país, pese a no partir como favoritos.
Según varios medios británicos, las fricciones entre el seleccionador y los jugadores llegaron hasta la misma final, cuando el propio Jude Bellingham (criticado por su labor errática en los últimos partidos) no pudo ocultar su frustración por el juego del equipo y se encaró directamente con él. Southgate fue acusado también de apostar por Harry Kane pese a llegar en baja forma a final de temporada, por ubicar a Foden fuera de su demarcación habitual y por no haber dado más cancha a jugadores ofensivos como Palmer, Watkins, Eze, Toney o Gordon.
El entrenador del Newcastle Eddi Howe y los ex preparadores del Chelsea Graham Porter, Mauricio Pochettino y Thomas Tuchel figuran en la lista de posibles sucesores. Howe y Porter parten inicialmente como favoritos por el fútbol ofensivo y directo del Newscastle y del Brighton en las últimas temporadas.
Southgate había asumido el puesto de entrenador como Inglaterra en el 2016 tras la renuncia repentina de Sam Allardyce. Su única experiencia como entrenador hasta esta fecha había sido con el Middlesborough entre el 2006 y 2009. Antes de la Eurocopa había insinuado que no seguiría en el puesto sin Inglaterra no regresaba con el título.