Sucedió en enero de este año. Primero avisó al árbitro y diez minutos después, como la situación no cambiaba, Mike Maignan inició su camino hacia el banquillo. Se negó a jugar hasta que se detuvieran los gritos racistas de la grada del Stadio Friuli de Udine. Sus compañeros le siguieron hasta la banda y el Udinese-Milan estuvo suspendido durante unos minutos. Era el primer futbolista en parar un partido del Calcio por un incidente racista. Unos meses después, el guardameta del Milan es el salvador de esta histórica Francia, el peor ataque de un semifinalista de Eurocopa en el siglo XXI, sostenido por Le Mur, como le apodan. Sólo Robert Lewandowski, y de penalti, ha sido capaz de superarle en este torneo.
A sus 29 años, Maignan está ante la oportunidad de su vida. La retirada del eterno Hugo Lloris le ha entregado la titularidad de la selección francesa, aunque el entorno de la Federación ha dudado un poco de él. Una lesión en el aductor derecho a finales de abril hizo encender las alarmas en Clairefontaine, donde su suplente es Alphonse Areola, ex del Real Madrid.
Cuatro semanas más tarde, ya en mayo, una luxación en el dedo meñique de la mano izquierda, su quinto problema físico en una temporada en la que no había sido tan constante como en las anteriores. El Milan encajó 49 tantos en 38 jornadas y vio cómo el odiado Inter levantaba el Scudetto.
15 paradas
La respuesta de Maignan en la Eurocopa ha sido impecable. Francia es la selección menos goleada del torneo. Ha recibido un tanto, y de penalti ante Polonia, en cinco partidos y ha rechazado los otros 15 disparos a puerta que han realizado sus rivales. El mejor ratio del torneo. Es, obviamente, el mejor portero de esta edición hasta ahora. En el encuentro de cuartos contra Portugal mantuvo con vida a su selección hasta los penaltis, donde Joao Félix envió al palo su lanzamiento y los galos obtuvieron el pase a la final.
«Maignan nos salva cuando la defensa no hace el trabajo», le elogió William Saliba, líder de la zaga francesa y líder también de la defensa del Arsenal, el conjunto menos goleado de la última Premier. Francia es un muro por Le Mur Mike (El muro Mike), como le apodan en la concentración.
«Tenemos a Mike, chicos, calma», gritaba Marcus Thuram a sus compañeros en el corrillo previo a los penaltis contra Portugal. «Tenemos un gran portero. Mike es la crème de la crème. Somos buenos defensivamente, pero cuando consiguen pasarnos él está ahí», admitía Aurelien Tchouaméni hace unos días en la zona mixta de Hamburgo tras ganar a Portugal. Buena defensa, pero mejor portería.
25% de acierto en los penaltis
En Paderborn, hogar de la selección francesa durante la Eurocopa, destacan su trabajo con los pies. Acierta en el 82,9% de sus pases, el tercer mejor dato del torneo tras Diogo Costa y Koen Casteels. «Nos da mucha tranquilidad tenerle ahí detrás, habla mucho y da mucha información», explicaba su compañero Jonathan Clauss. Estos últimos días, además, se le ha visto perfeccionando su técnica para las tandas de penaltis, algo que también ha mejorado con los años. A lo largo de su carrera le han marcado 33 penaltis y ha detenido 11, por lo que tiene un extraordinario 25% de acierto.
«Es un portero de gran nivel. Es bueno bajo palos, con los pies, lanzándose al suelo o yendo por arriba. Es un líder», le elogió Didier Deschamps en Múnich, durante la previa de la semifinal.
Problemas en ataque
Pero todo lo bien que está Francia en defensa lo sufre en ataque. Es la selección semifinalista de una Eurocopa con menos goles a favor de todo el siglo XXI. Hasta ahora era Grecia en 2004 (sin octavos), cuando había anotado cinco y terminó ganando el torneo con siete. Los bleus sólo acumulan tres: dos en propia puerta de sus rivales y uno de penalti, el de Mbappé ante Polonia. «Escucha, pues si te aburres, ve otra cosa», contestó ayer el seleccionador, siempre amable. «No estáis obligados a ver los partidos de Francia».
Ahora, Maignan, criado en la cantera del PSG, se enfrentará al ataque de España, que con 11 goles es la mejor ofensiva de la Eurocopa. Y lo hará en unos días complicados para él, porque ayer se supo que cuatro ladrones intentaron robar en el domicilio de sus padres en Soisy-sous-Montmorency, en Val-d’Oise, al norte de París. Rompieron una ventana y no pudieron completar su idea por la alerta de los vecinos.
Un partido y un torneo especiales para uno de los porteros más valiosos del mundo. 38 millones que subirán, seguro, si siguen salvando a Francia en la Eurocopa.