Comparto la satisfacción, pero no la euforia. Que España pase a octavos de final de una Eurocopa como primera de grupo es una obligación, y cumplir con las obligaciones puede hacer feliz a un funcionario prusiano pero no alcanza para cincelar la jeta de Luis de la Fuente en el risco de La Pedriza. Por eso y porque este seleccionador me cae simpático no me gustó verlo despeñarse por la autocomplacencia tras el unocerismo a Albania: “Tiene mucho mérito lo que estamos haciendo. Nunca ha pasado en la historia de Eurocopas o Mundiales eso de ganar y dejar la portería a cero”.
Hombre, don Luis. Le me
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