Todo está por decidir. En el primer partido de las semifinales del playoff de ascenso, Oviedo y Eibar han cerrado un empate sin goles con pocas ocasiones claras.
Luis Carrión apostó por alinear a dos delanteros centros como Alemao y Borja Bastón para intentar hacer daño a la defensa armera y durante los primeros compases, parecía estar dando resultado. Sin embargo, los de Etxeberria encontraban en Mario Soriano una vía de escape y Stoichkov disparó al lateral de la red en el minuto 20.
El Oviedo tuvo la mejor en los últimos compases de la primera mitad con un cabezazo del delantero brasileño, pero se encontró con el muro de Luca Zidane. Antes del final, el conjunto vasco también estuvo cerca de abrir el marcador con un nuevo remate del ex del Mallorca, pero Luengo impidió que ese balón terminara dentro.
Luca Zidane
En la segunda mitad, el Oviedo metió al Eibar en su campo y ambos entrenadores decidieron mover el banquillo para intentar desatascar el encuentro. Aun así, la ocasión más clara llegaría ya en los últimos minutos, cuando Paulino volvió a obligar a intervenir a Luca Zidane con un cabezazo. El marcador no se movería.
El Eibar se marcha contento con el resultado obtenido e intentará aprovechar el factor campo para certificar su pase a la final después de que la pasada temporada se quedara a las puertas al perder con el Alavés.
Karl-Heinz Schnellinger, leyenda del fútbol alemán de la década de los sesenta, ha fallecido a los 85 años en la ciudad italiana de Milán, en la que residía, informa su familia a los medios germanos.
Defensa histórico del club lombardo y de la selección de la entonces Alemania Occidental, destacó por su desempeño y polivalencia en la zaga -podía jugar de lateral zurdo, central y líbero- y en la regularidad en su rendimiento, razón por la que recibió el apelativo de "Volkswagen".
Nacido en la localidad de Düren, en la región de Renania del Norte-Westfalia, Schnellinger se inició en el fútbol en las categorías inferiores del club de su ciudad, de donde pasó, con 19 años, al FC Colonia.
Tras asentarse como uno de los defensores más punteros de Alemania y consolidarse como uno de los baluartes de la selección, inició su periplo por Italia en 1963, cuando fichó por el Mantova.
Después de un año, pasó al Roma y de ahí, también tras una única temporada, desembarcaría en el club en el que se haría un hueco en su historia: el AC Milan.
Con los rorroneri Schnellinger jugaría más de 300 partidos a lo largo de nueve temporadas y alcanzaría la cúspide de su carrera, obteniendo por el camino una Serie A, tres Copas de Italia, una Copa de Europa, dos Recopas de Europa y una Intercontinental, teniendo un papel relevante en todas las conquistas, además de haber sido incluido en el Salón de la fama del club milanés.
También fue muy relevante su paso por la Selección de Alemania. Durante los 13 años, de 1958 a 1971, que defendió la camiseta de la Mannschaft, disputó 47 partidos oficiales y participó en cuatro Mundiales, desde Suecia 58 hasta México 70, con el subcampeonato del Mundial de Inglaterra 66 y el tercer puesto del campeonato mejicano como mayores logros.
Su momento más épico con la Nationalelf vendría en un partido que, curiosamente, acabó en derrota.
En la semifinal del Mundial de México 70 entre Alemania Occidental e Italia, el país en el que jugaba el emblemático defensa, Schnellinger puso el empate a uno frente a los transalpinos en el minuto 92, después de que los centroeuropeos, liderados por Franz Beckenbauer y Uwe Seeler, hubieran estado perdiendo durante toda la contienda.
Posteriormente, ya en la prórroga, tendría lugar uno de los momentos más icónicos de la historia del fútbol, cuando Italia, tras sucesivas alternativas en el marcador, se impondría por 4 a 3 en un tiempo extra en el que se anotaron cinco tantos. Fue el conocido como "El Partido del Siglo".
Schnellinger dejaría la selección poco después de aquel choque y se retiraría definitivamente del fútbol en 1975, tras jugar un último año en la Bundesliga en las filas del Tennis Borussia Berlin.
En el mundo del fútbol hay egos desmedidos, y la industria, en general, tiende a alejarse del aficionado en virtud de un ridículo elitismo. Es algo así como decirle al hincha no voy a explicarte el fútbol porque no lo entenderías, así que los protagonistas, cada vez más escasos, tiran de inanes lugares comunes. Por eso sentarse con dos miembros de un cuerpo técnico de élite y que hablen con naturalidad de su trabajo es algo excepcional. Pablo Amo, segundo entrenador de la selección, y Carlos Cruz, preparador físico, charlan con EL MUNDO sobre cómo es el día a día, el trabajo, del staff que ha puesto a España en la primera fila de los favoritos para ganar la Eurocopa. "Somos un cuerpo técnico democrático, porque Luis es el más democrático", avanza Pablo Amo.
El grupo de trabajo de Luis de la Fuente, compuesto por siete personas, es el siguiente: Carlos Cruz, preparador físico; Pablo Peña, analista y técnico audiovisual; Luis de la Fuente, claro, el seleccionador; Miguel Ángel España, entrenador de porteros; Antonio Gómez, readaptador físico; Javier López Vallejo, psicólogo; Pablo Amo, segundo entrenador; Juanjo González, técnico auxiliar.
Hechas las presentaciones, es momento de contar cómo trabajan. Todos viven en Madrid menos López «Yaviejo», como llaman cariñosamente al psicólogo, que vive en Pamplona, y Juanjo González, en Asturias. «Tenemos semanas que programamos para vernos todos en persona, pero durante el año, si no hay concentración cerca, nos juntamos por videoconferencia», explica Pablo Amo a este periódico. Según se acercan las convocatorias, el contacto ya es físico, se ven todos juntos en Las Rozas, donde trabajan en el despacho de Luis de la Fuente durante muchas horas. Comen habitualmente en el restaurante de la Ciudad del Fútbol, aunque tienen un lugar «secreto», allí muy cerca, donde se escapan a comer de vez en cuando. «Pero queremos que siga siendo secreto», bromea Amo.
Conectados siempre en el chat de Whatsapp, se reúnen todos los lunes o martes, tras cada jornada de fútbol, para poner en común sus conclusiones sobre los jugadores a los que sigue cada uno. «Nos dividimos los futbolistas para organizar mejor el trabajo», dice Amo, que se ha trasladado a vivir a Las Rozas. «Lo nuestro es mucho análisis, muchas horas, muchos vídeos... La comunicación con los jugadores no es mucha, es más observación que otra cosa. El que habla con los jugadores, sobre todo si están lesionados, es el míster», explica Carlos Cruz, el preparador físico.
Ambos, Amo y Cruz, hablan de un cuerpo técnico «cómplice» y «democrático». «Cómplice porque somos todos amigos, podemos hablar de cualquier cosa, argumentar lo que queramos. Tenemos un líder que nos guía y que nos tiene en cuenta, aunque luego las decisiones últimas son suyas, claro», dice Cruz, y confirma el segundo entrenador: «El cuerpo técnico está jerarquizado. La opinión más preponderante es la del responsable del área concreta sobre la que hablemos. Luis muestra mucha seguridad en sí mismo admitiendo las opiniones ajenas». Miguel Ángel España 'manda' al hablar de porteros, Cruz si hablamos del estado físico... "Juanjo, por ejemplo, es nuestro especialista en ABP", dijo ayer De la Fuente. ABP son las siglas de a balón parado, es decir, que Juanjo es quien trabaja las jugadas de estrategia. De la Fuente, por cierto, habla siempre con un extremo cariño, y en plural, de sus ayudantes.
De izquierda a derecha, y de arriba abajo, Carlos Cruz, preparador físico; Pablo Peña, analista y técnico audiovisual; Luis de la Fuente, claro, el seleccionador; Miguel Ángel España, entrenador de porteros; Antonio Gómez, readaptador físico; Javier López Vallejo, psicólogo; Pablo Amo, segundo entrenador; Juanjo González, técnico auxiliar.P. G.RFEF
Las listas de convocados, también la de esta Eurocopa, terminan de confeccionarse en las horas previas. Siempre hay alguna duda de última hora que termina resolviendo el seleccionador. «Nos movemos mucho también por estados de forma de los jugadores. Mira el caso de Ayoze esta vez», explica Pablo Amo. Y una vez concentrados, dentro de un gran campeonato como este, el primero a nivel absoluto para casi todos, pero no atendiendo a las categorías inferiores, hay mucho trabajo hecho. Por ejemplo, el análisis previo de los rivales. «Primero Juanjo [González] me pasa unos análisis previos, yo veo uno de los partidos importantes del rival, y Luis los ve todos. Nos juntamos para unificar criterios y dónde vamos a poner el énfasis a los jugadores, por ejemplo en cómo hay que jugarle a Albania. Luego tenemos a Spielberg [Pablo Peña, el analista y técnico audiovisual], que busca las imágenes que queremos. Cuando no llegamos con las imágenes, hacemos presentaciones en Keynote, que es lo más parecido a una pizarra», cuenta con tono didáctico.
¿Qué imágenes les ponen a los jugadores? «Son situaciones reales de juego, suyas y del equipo contrario. Se trata de que el jugador vea que, cuando hace determinado movimiento que nosotros le pedimos, eso encaja perfectamente en las debilidades del rival. Es un trabajo duro, porque igual la situación de juego que le queremos poner a un jugador no se produce durante 88 minutos del partido anterior del rival, igual se produce sólo dos veces. Pues son esas dos veces las que hay que enseñarle». Es un proceso estructurado, mecánico, porque si no, no daría tiempo. Todas las selecciones que son posibles rivales tienen su informe preliminar y sus partidos grabados.
En su fortín de Donaueschingen, en una de las salas del impresionante resort donde se aloja la selección estos días, pasan las horas estos siete hombres mientras los jugadores están con la Play o jugando al golf. Luego, en las sesiones de vídeo, llega el momento de transmitir toda esa información a los chicos. «Para eso son fundamentales las keywords», avanza otra vez Pablo Amo.
Antonio Gómez, con Lamine Yamal.PABLO GARCÍARFEF
«Son palabras que nosotros utilizamos para provocar situaciones de juego. Son palabras muy entendibles y que desencadenan comportamientos muy identificables. Son palabras llave, que han de ser fácilmente identificables durante el juego, un juego que va muy rápido, donde no hay dos jugadas iguales», continúa el técnico, y pone un ejemplo. «Nosotros decimos: 'cerca del área, compañero...'». La frase no está completa por expreso deseo del cuerpo técnico. Esa es una de las keywords de la selección, y significa, traducido al castellano, que si al poseedor del balón le ocurre una situación determinada, los desmarques han de ser hacia un lugar concreto. Eso sí, matiza el que sabe de esto: «Eso genera unos movimientos preestablecidos por unos lugares determinados».
Otro ejemplo: «Mal control, presión al hombre más cercano por dentro». Y si oyen eso, o si lo ven, los jugadores saben que deben ir a la presión del rival más cercano por dentro, es decir, dejándole la salida hacia la banda en el mejor de los casos. «La clave de la presión que nos caracteriza, o de un buen bloque medio, es la seguridad. Que el jugador sepa que, cuando él salte a la presión, los demás van a ir con él». En todo caso, el objetivo último es «que el jugador se sienta bien». Por cierto, ¿qué harán si ganan la Eurocopa?
Pablo Amo sonríe. «No quiero pensarlo. No estamos dejándonos llevar. Seguimos igual, y detectamos, y para eso nos ayuda mucho Vallejo, el psicólogo, que enseguida detecta el ambiente emocional de un grupo, detectamos, te decía, que todo está como tiene que estar, que los chicos están tranquilos. Yo, en 21 años de carrera, he sentido sólo dos veces ese algo mágico que se produce cuando un grupo de personas se junta y de repente, todo fluye. Estamos bien, queremos seguir así. Nada más».