En los años sesenta, Bobby Fischer denunció que los rusos actuaban en equipo en los torneos de Candidatos. Solían ser mayoría y no era infrecuente que hicieran tablas entre ellos, para evitar el desgaste. Y si hacía falta, incluso sabían contra quién debían perder para que el gran maestro elegido o el que estuviera más en forma se escapara en la clasificación. Al menos esa era la sospecha del americano, que forzó a la FIDE a cambiar el formato del torneo. Este abandonó el sistema de liga para pasar a las eliminatorias, imposibles de manipular.
Seis décadas más tarde, el Candidatos se juega en Toronto de nuevo como cuando los rusos dominaban el mundo del ajedrez, solo que ahora son los indios los más numerosos. Por lo visto hasta ahora en Toronto, en solo tres días se ha comprobado que, si juegan en equipo, su estrategia es diabólica: quemar todos los tableros en los que juegan, incluso cuando se enfrentan entre ellos, para que sus rivales salgan huyendo.
Ayer, los protagonistas fueron los hermanos Vaishali y Pragg Rameshbabu, de 22 y 18 años. Ya es inédito que un chico y una chica de la misma familia compitan cada a la vez en el Candidatos masculino y en el femenino. Van siempre acompañados por su madre, una de las personas más reconocibles y queridas del circuito. Algo ha hecho bien esa señora, que como mínimo ha inculcado una capacidad asombrosa de esfuerzo y sacrificio a sus hijos, por no hablar del inmenso talento transmitido.
Praggnanandhaa RameshbabuMaria EmelianovaFIDE
En la segunda jornada del torneo, los dos perdieron, pero en la tercera se presentaron con la misma alegría que siempre. Arriesgaron como solo lo hacen los grandes campeones o quienes no tienen nada que perder. Pragg venció a su compatriota Vidit Santosh Gujrathi, que el día anterior había tumbado al número 3 del mundo, Hikaru Nakamura. Mejor aún es el modo en que lo hizo: jugando una apertura tan agresiva que nadie de la élite se atreve a practicarla. “Después de su derrota, hay que tener pelotas para jugar algo así”, comentaba el gran maestro español Miguel Santos en la retransmisión de Chess24 en español.
Su primer logro fue no quedarse perdido; el segundo fue orientarse en una posición diabólica, contra un rival en racha y cargado de moral. Los dos están jugando un ajedrez que aúna valentía y calidad; son un soplo de aire fresco en el ajedrez moderno, que a veces peca de prudente, porque todos son tan buenos que es arriesgado permitirse la menor alegría. Es difícil considerarlos favoritos, al igual que a su compatriota Gukesh, el más joven del torneo con 17 años, porque no tienen tanta experiencia como Caruana, Nepo y Nakamura, ni la prensa de Alireza Firouzja.
En el torneo femenino, Vaishali siguió los pasos de su hermano. La búlgara Salimova planteó la rocosa defensa rusa, pero la joven india llevaba los explosivos preparados. En la jugada 14 sacrificó un caballo que hizo saltar por los aires el enroque negro. La lucha duró 33 movimientos, pero estuvo decidida mucho antes.
El Mundial Femenino de Ajedrez ha terminado en Chongqing con la victoria de Ju Wenjun, que revalida su título por cuarta vez y puede compararse ya con las mejores de la historia. Con solo 34 años, es una de las cuatro ajedrecistas que han logrado cinco coronas o más de ajedrez absoluto. Es la primera vez, además, que lo logra con gran ventaja sobre su oponente. El 6,5 a 2,5 final recuerda a grandes jugadoras del pasado, como Vera Menchik, primera campeona de la historia, que solía ganar sus títulos con enorme ventaja.
El duelo jugado en China y con dos representantes de aquel país se presentaba igualado. Las dos rivales pertenecen a la misma generación (Tan Zhongyi tiene 35 años), tienen experiencia como campeonas y se conocen a la perfección. La aspirante se adelantó en la segunda partida, lo que daba aún más emoción al campeonato, pero luego Ju Wenjun se encargó de liquidar sus esperanzas por la vía rápida.
Ju Wenjun, campeona desde 2018, igualó el marcador en la siguiente partida, sin permitir que Tan consolidara su ventaja, luego resistió de forma heroica en la cuarta y ahí encadenó una racha de cuatro victorias seguidas. Cada día que pasaba, el Mundial estaba más sentenciado. El 6,5 a 2,5 final es de los resultados más contundentes de las últimas ediciones, por la ventaja final de cuatro puntos y, más aún, por el altísimo porcentaje de victorias. Son cinco partidas ganadas, frente a tres tablas y una única derrota, lo que da idea de su dominio, como mínimo matemático. Como suele ocurrir, la realidad fue algo más igualada, al menos al principio, cuando la campeona tuvo la «suerte» de salvarse en un par de partidas críticas.
Solo en la última partida del Mundial, este miércoles, Ju Wenjun ha estado conformista, sabedora de que las tablas le daban el título de forma automática. Pese a todo, los cronistas presentes en China aseguran que se podía percibir cierta tensión, con Tan Zhongyi dispuesta a dejarse la piel en su última oportunidad, sin nada que perder. La campeona exhibió su pragmatismo y se dedicó a ir cambiando piezas, sin comprometer su seguridad. No le costó demasiado lograr el medio punto definitivo.
El poder de la concentración
Más allá de su excelente estado de forma, el triunfo de Ju Wenjun es el de la seriedad en el tablero. Algo menos espectacular que su oponente, solo cuando servía para rematar las partidas se permitía algún sacrificio, concesiones necesarias al espectáculo que servían para rematar las partidas. Uno de sus características en este Mundial ha sido también la concentración, rasgo que ella misma resaltaba hace unos días. Apenas se levantaba de la silla en las cuatro o cinco horas de lucha. No se ha permitido la menor distracción, con una actitud que se ha demostrado rentable.
Ju Wenjun se une así al selecto grupo de ajedrecistas que han ganado el Mundial Femenino cinco veces o más: Vera Menchik, Nona Gaprindashvili y Maia Chiburdanidze fueron las anteriores. Susan Polgar es otra pentacampeona, aunque sumando otros títulos diferentes al de ajedrez clásico. La húngara, sin embargo, no se puede considerar inferior a las citadas, dado que solo quiso participar en el Mundial Femenino para callar a sus críticos, que decían que era la número uno del mundo porque jugando contra hombres era más sencillo ganar puntos Elo. En su única participación, ganó con enorme claridad, con otro 6-2, además de cinco tablas, frente a la china Xie Jun.
Con las hermanas Polgar retiradas, en cualquier caso, el ajedrez chino mantiene su hegemonía, aunque las jugadoras indias ganaron la Olimpiada y parecen el relevo natural. La última campeona del mundo de otro país fue la ucraniana Mariya Muzychuki, en 2015.
Imagine el lector un Manchester-Real Madrid de cinco horas y media. Es lo que ocurrió este miércoles en Toronto, un drama entre dos jugadores formidables con el que el ruso Ian Nepomniachtchi alcanzó el primer puesto de la clasificación del torneo de Candidatos. El ajedrez es el mayor espectáculo del mundo. La mayor diferencia con el fútbol, aunque les parezca increíble a los no iniciados, es que requiere de cierta formación del público.
El fotógrafo Michal Walusza dejó varias estampas que seguiremos admirando dentro de unos años. En una de ellas, Vidit Santosh Gujrathi se levanta, con las manos en la cabeza, sin terminar de creer la tragedia que acaba de coescribir y protagonizar. Nepo, al que hemos visto resoplar varias veces, cierra los ojos en su silla, sin terminarse de creer el milagro. Estuvo contra las cuerdas dos veces y no lo remataron. Luego, Vidit no se conformó con el empate, porque necesitaba ganar, y acabó cayendo. El propio árbitro parece reflexionar sobre si todo ha sido legal, si su papel podría haber sido más activo.
Es otra de las diferencias con otros deportes. Por suerte, en ajedrez un árbitro puede advertir a un jugador si está haciendo demasiado ruido, pero lo normal es que solo intervenga como notario. Los propios grandes maestros escriben las actas, que son sus planillas con las jugadas.
Este miércoles, vimos varios hechos extraordinarios en Toronto, en una jornada que pudo ser aciaga para los rusos, pero que al final favoreció a Nepo, como siempre. El ruso juega su tercer Candidatos y solo conoce dos posiciones: líder o colíder. Es su torneo, cuando el resto del año parecer uno más entre la élite. En la undécima jornada de esta liga a doble vuelta parecía que podría ser superado por fin por Hikaru Nakamura, pero una vez más se salvó, como el Real Madrid en la Liga de Campeones. Más allá de los caprichos del azar, algo hará bien.
Nakamura, pluriempleado
Lo del estadounidense de origen japonés también es insólito. En la víspera de su partida contra Praggnanandhaa, jornada de descanso, Naka jugó y retransmitió los torneos semanales de rápidas de la plataforma Chess.com. Ganó el último, además, un buen augurio y a la vez una aparente irresponsabilidad. En las redes celebró la victoria y comentó medio en broma que volvería a su "torneo de vacaciones", que es el Candidatos.
Por si fuera poco, cada noche el americano graba un vídeo en el que comenta cada una de sus partidas. Es su trabajo de verdad, con el que más dinero gana, y no lo deja ni cuando podría concentrarse en otra empresa temporal, para todos sus rivales la más importante del año y en general de sus vidas.
Michal WaluszaFIDE
Después de su exhibición multitarea, Naka planteó contra Pragg una partida muy inteligente. El indio, de 18 años, demostró talento, recursos y valor, pero el americano demostró que la experiencia no es menos importante. Se anotó la victoria y todos pensaban que acabaría la jornada entre los líderes, dado el empate entre Gukesh con Caruana (demasiado perfectos los dos para que ocurriera otra cosa) y la situación difícil de Nepo contra Vidit.
India, Estados Unidos o Rusia
Al final, el título se lo juegan entre tres potencias muy distintas. Hay millones y millones de aficionados indios que sueñan con la victoria de uno de sus tres representantes. Gukesh, de solo 17 años, tropezó y se repuso, y ha desplegado un juego impecable, increíble para un muchacho de su edad. Está a tiempo de ganar, pero enfrente tiene unos rivales tan buenos como él y con muchas más tablas, no solo ajedrecísticas.
En Estados Unidos y en buena parte del planeta suspiran por una victoria estadounidense. Nakamura es el mayor 'showman' de los tableros y le daría aún más popularidad al ajedrez. Solo por las caras que pone, el juego de las 64 casillas se convertiría en un espectáculo televisivo de primera. Mi hija pequeña lo llama "el misterioso". No hace falta entender demasiado para disfrutar sus actuaciones, que un director estricto trataría de controlar. Este miércoles lo vimos además con su padre adoptivo, quien lo trajo de Japón cuando era un bebé. Era una señal de fortalecimiento familiar, después de que Naka confesara que logró reponerse de una derrota anterior gracias a su mujer, también ajedrecista y de origen iraní.
Si Nakamura vence en Toronto, sería el gran favorito para derrotar a Ding Liren en el Campeonato del Mundo que se celebrará a finales de año. Podríamos tener al primer campeón americano desde hace más de medio siglo, cuando Bobby Fischer protagonizó la mejor película de la historia del ajedrez.
El tercer aspirante y el mejor colocado ahora es Ian Nepomniachtchi. Ha ganado siempre los Candidatos en los que ha participado, aunque luego le fue mal en los Mundiales. Es el único invicto en Canadá, pese a que ha bordeado la derrota varias veces, y parece tener la suerte de los campeones, que también es necesaria en ajedrez. Guardiola decía anoche, ingenuo, que intenta creer que la suerte no existe. Lo que ocurre es que su reparto no es por azar puro, como vemos una y otra vez en el césped y en las 64 casillas.
El cuarto clasificado en Toronto es otro americano, Fabiano Caruana, que salvo un milagro se quedará sin el premio final. De los cuatro primeros es el que menos alma ha puesto en sus partidas. Muy cerebral y sin duda el más completo después de Carlsen, necesita entregarse más en estas citas, dejarse la piel y no solo las neuronas.
Candidatos femenino
En el torneo femenino, el nivel es inferior y los vuelcos en las partidas aún más sorprendentes, pero los astros han querido que la emoción se diluya antes. El título es cosa de las dos ajedrecistas chinas y la ganadora se enfrentará a la campeona del mundo, también china, Ju Wenjun. Poca tensión internacional. La dictadura del gigante asiático en el ajedrez femenino permite pocas alegrías y convierte este torneo en un suceso menor al lado del absoluto. La FIDE programó ambas competiciones a la vez para dar realce al Candidatos femenino, pero el efecto parece contraproducente. El eclipse se ha visto claro en Canadá.
Después de 11 partidas de las 14 programadas, Tan Zhongyi es líder después de salvar también varias pelotas de partido. La sigue a medio punto Lei Tingjie, que lleva una racha extraordinaria. Gracias a eso ha conseguido mantenerse en la estela de su compatriota. En tres partidas necesita recortar medio punto para llegar a los desempates en partidas rápidas. La situación es complicada, pero si mantiene su inercia ganadora todavía es más que posible.
La decepción en Toronto han sido las rusas, Aleksandra Goryachkina y Kateryna Lagno, que habrían necesitado que Nepo les repartiera un poco de suerte o les diera una lección de supervivencia. Seguramente son cosas que no se heredan ni se transmiten tan fácilmente.
En las entrevistas posteriores a las partidas, supimos también que Alireza Firouzja no piensa en la retirada. Son cosas que se dicen en caliente, explicó, que él mismo ha repetido «mil veces». Piensa seguir jugando y, algún día, demostrar por qué Carlsen lo eligió como heredero, un papel que tiene pendiente interpretar.