La mayor fiesta del fútbol español, la Copa del Rey, ha vivido un pequeño lunar en sus momentos previos. Mientras la mayoría de aficionados, se calcula que en torno a 100.000, acudió a Sevilla a animar a su equipo y a celebrar la final entre el Athletic de Bilbao y el Mallorca, un reducido grupo de radicales ha aprovechado el evento para hacer una quedada para pegarse.
Un centenar de ultras se ha enfrentado en los alrededores de la Alameda de Hércules, una céntrica plaza de Sevilla muy próxima a la Fan Zone del Mallorca, con bengalas, piedras, sillas, taburetes y demás mobiliario de los establecimientos cercanos.
La Policía Nacional se ha visto obligada a intervenir para disolver esta batalla campal en la que no ha habido heridos graves, pero sí daños materiales tanto en el espacio público como en las cafeterías cercanas. Tras la refriega, se ha identificado a cinco personas.
Al parecer, se trataba de una cita entre el grupo radical del Athletic de Bilbao, Herri Norte Taldea, de ideología de extrema izquierda frente a un compendio de ultras del Mallorca y de los radicales de extrema derecha del Betis, los Supporters Gol Sur, y del Atlético de Madrid, los Suburbios Firm.
Este último grupo se trata de una escisión del principal grupo ultra del Atlético de Madrid, el Frente Atlético. En el Suburbios Firm milita el asesino de Aitor Zabaleta, el aficionado de la Real Sociedad apuñalado en los alrededores del Vicente Calderón hace ya 25 años.
Los radicales de Betis y Atlético ya protagonizaron una riña, esta vez entre ellos, en las proximidades del Metropolitano hace justo un mes. Tampoco hubo que lamentar heridos de gravedad.
Los Herri Norte Taldea, por su parte, estuvieron implicados en las agresiones a varios aficionados del Atlético así como a enfrentamientos con la Ertzaintza en Bilbao en la previa del partido que enfrentó al Athletic Club y al Atlético de Madrid en las semifinales de la Copa del Rey.
LaLiga Santander
LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Miércoles,
28
junio
2023
-
03:54Ver 1 comentarioUn intento de agresión cuando tenía 14 años le reafirmo...
Eran los favoritos. Unos por la sorpresa de la ida y otros por plantilla. Pero la Champions es una competición inclemente. No perdona los errores. Y los equipos españoles tuvieron muchos. Pero es resultadista recurrir a los 90 minutos que FC Barcelona y Atlético de Madrid jugaron en Montjuïc y Dortmund, respectivamente. Quizás haga falta echar la vista atrás para explicar la debacle de ambos.
El consuelo de la eliminación se lo llevan los rojiblancos, y no es poco. Hablamos de los 50 millones que los colchoneros recibirán por clasificarse para el Mundial de clubes que se jugará el año que viene en Estados Unidos entre el 15 de junio y el 13 de julio. El Barcelona debía llegar a la final de Wembley para enjuagar los seis puntos de ventaja que le llevaban los rojiblancos en la clasificación.
Volviendo al drama. La eliminación en la Champions a manos del PSG ha dejado al Barça casi en tierra de nadie. A ocho puntos de distancia de un Real Madrid al que se antoja muy complicado poder arrebatarle el título de Liga y con un pequeño colchón de cinco respecto al tercer clasificado, un Girona que debe recibir a los azulgrana en Montilivi, en los despachos barcelonistas ya pueden empezar a acelerar sus planes para el curso que viene y no será fácil.
El primero de ellos es el banquillo. Xavi, por mucho que algunos abriguen aún alguna tímida esperanza, no parece que vaya a reconsiderar su marcha. Con este panorama, la opción más plausible para tomarle el relevo sería la de un Rafa Márquez que ya se postuló para ello tras conocerse la decisión del ex centrocampista. Las arcas de la entidad que preside Joan Laporta siguen lejos de permitir grandes dispendios y el mexicano, a pesar de escasa experiencia apenas como técnico del Barça Atlètic, cuenta aparentemente con muchos apoyos para dar ya el salto. Tal vez, recordando en parte al que dio en 2008 un Pep Guardiola que pasó de lograr el ascenso a Segunda B con el filial a sentarse en el banquillo del Camp Nou.
Las circunstancias son muy diferentes. Entonces, la columna vertebral del equipo, con nombres como los de Xavi, Iniesta o Messi, atesoraba una calidad enorme. E, incluso, hubo margen para mejorarla con fichajes estratégicos. Con vistas a este verano, Deco es muy consciente de que apenas podrá cerrar un par de llegadas, más allá de los intentos por lograr que sigan Joao Cancelo y Joao Félix. Un mediocentro defensivo y un jugador de ataque que se sienta cómodo moviéndose por la banda izquierda serán las prioridades. En cuanto a las despedidas, Marcos Alonso no va a seguir, Íñigo Martínez, ante la opción de que no pueda ser inscrito, está también en la rampa de salida y el club necesita hacer caja con, por lo menos, un par de ventas. Y allí aparecen nombres como los de Raphinha, revalorizado en la Champions, Christensen, que llegó a coste cero, Koundé e, incluso, el de un Araujo por el que sigue suspirando mucho el Bayern de Múnich.
Por otra parte, las necesidades del Atlético son públicas y notorias desde principios de temporada y se han ido ocultando por la fortaleza del equipo en casa y por una racha en la delantera que se ha diluido en este final de temporada como un azucarillo. La lesión ha convertido la regularidad de Griezmann en lo contrario y Morata, por desgracia para los colchoneros, ha vuelto a ser el delantero con la falta de contundencia que tan poco le gusta a Simeone.
Simeone en su duelo ante el Dortmund.ODD ANDERSENAFP
"Atravesamos con una jugada de Álvaro que no pudo ser gol y con otra de Correa que lo hizo bien, pero no entró", soltó Simeone en un mensaje subliminal hacia el madrileño que no pasó desapercibido. Es un gol en los últimos 16 partidos para el delantero y el francés, aunque ha aportado a nivel ofensivo goles, no muchos, y asistencias, a la hora de la verdad no ha conseguido rendir al nivel esperado. Sin contar con que no marca fuera del Metropolitano desde octubre.
Y es precisamente el rendimiento fuera de casa otro de los problemas del equipo esta temporada. En competición doméstica el equipo rojiblanco iría líder de contar solo los partidos en el Metropolitano, mientras que sus actuaciones fuera le colocarían en la séptima plaza. En Champions, las cosas no han ido mucho mejor, el equipo sólo ha conseguido ganar un encuentro lejos de Madrid, ante el Feyenoord, el resto son empates o derrotas.
Otra parcela que el Atlético deberá revisar es la defensiva. Son 61 goles en contra en todas las competiciones, la mayor cifra goleadora en contra en la era Simeone. El argentino no ha sabido encontrar una línea sólida este año empezando por el bajo rendimiento de Molina y Savic, las lesiones de Giménez, Reinildo y Hermoso y las bajas prestaciones que ha dado Paulista desde su llegada. Sólo Witsel, uno de los hombres más usados por Simeone, y Azpilicueta, lo poco que ha jugado, han tenido un buen rendimiento.
Mundialito
Así, asegurado el Mundialito de clubes, al equipo le queda certificar la plaza Champions, que supone unos 67 millones de media anuales, para poder intentar una reconstrucción el año que viene. O, al menos, solucionar las urgencias muchas de ellas ya pedidas por Simeone este año como son un cinco, para el que el favorito es Guido Rodríguez, y un central de garantías. También deberán plantearse el fichaje de un delantero si Correa y Morata vuelven a coquetear con salir como hicieron en el mercado de invierno y de verano respectivamente. Aunque, la vuelta de Samu Omorodion, cedido en el Alavés, será más que probable.
Serán siete partidos y un verano interesante donde dos de los tres principales clubes españoles deberán renovarse, uno mucho en el banquillo y otro, muchísimo, en el campo.
Hay dos Jesús del Gran Poder en Sevilla. Uno descansa en la Basílica del mismo nombre y sale, cuando la lluvia lo permite, en La Madrugá del Viernes Santo. El otro es el niño de los ojos azules, el de Los Palacios. Ya no tan niño, quizás, y con más cicatrices, pero su fuerza reside en los confines del estadio Sánchez Pizjuán del que saldrá, por última vez, este sábado a las 18.30 con el Celta como testigo.
¿Qué sentirá ese día?
No sé, muchas emociones, intentaré disfrutar del momento. Llevo tiempo con muchos sentimientos y va a ser muy complicado.
Jesús Navas (Los Palacios, 1985) dice adiós al fútbol, al deporte que se lo ha dado todo y desde el que hizo soñar a una ciudad, Sevilla, con cuatro Europa Leagues, y a un país, España, con dos Eurocopas y, sobre todo, un Mundial. Él es el último de la generación de 2010, la última punta de la única estrella que España tiene en el pecho. Las otras son Torres, Iniesta, Cesc y Puyol, los cinco que tocaron el balón en la jugada que dio inicio al gol más importante de la historia del fútbol nacional.
Es el último de la generación de 2010.
Al final es todo fruto del trabajo, el sacrificio. A pesar de mis dolores, aquí he seguido durante estos últimos seis meses en los que he querido estar con el equipo y mira, me ha hecho conseguir cosas.
Todos preguntan por lo que sintió Iniesta en aquel gol pero, ¿y usted?
Pensaba que, en el momento del partido que estábamos, había que llegar rápido arriba. El equipo contrario estaba desgastado y sólo quería transportar el balón delante y al final salió todo muy bien.
¿Ha sido el mejor momento de su carrera?
Es lo máximo, conseguir un Mundial... Es el sueño de todo niño.
También tiene cuatro Europa Leagues, Eurocopas y otros títulos...
Sí, todos son muy especiales. Sobre todo el primero con el Sevilla, el gol de Antonio Puerta que nos abrió las puertas de la final y todos los títulos que vinieron después, fue tremendo.
El jugador del Sevilla en la entrevista con El Mundo.Gogo Lobato
Es, en este momento, en el de los amigos perdidos, en el que Jesús Navas sí desearía tener el gran poder de traerlos de vuelta. El lateral del Sevilla adoptó el número de Puerta como homenaje a él y se emociona al recordarle, pero tampoco se olvida de José Antonio Reyes. "Siempre serás eterno amigo Antonio Puerta", escribió hace tiempo en Instagram. Él ha tenido el poder de hacerlo realidad.
¿Qué le hace sentir el 16?
El número de Antonio y lo llevo con todo el cariño, con entrega, con sacrificio, como estoy haciendo, darlo todo por él y por la afición. Se lo merece y lo que intento hacer cada día.
¿Se acuerda mucho de él?
Sí, tanto de él como de Reyes. Fueron momentos muy duros, las pérdidas que tuvimos y además amigos míos. Pero los llevamos siempre con nosotros, tanto en los títulos que conseguimos como en las alegrías.
Han sido 21 años en la élite. Desde que aquel agridulce 23 de noviembre de 2003 en el que Joaquín Caparrós, «como un padre» para él, le da la alternativa ante el Espanyol en un partido en el que terminarían perdiendo en Montjuic por 0-1.
Navas, delante del estadio que lleva su nombre.Gogo Lobato
¿Se recuerdan los grandes escenarios, pero cómo vivía el fútbol cuando iba por Los Palacios?
Siempre en la calle, en la plaza del pueblo, jugando hasta altas horas. Todo el día fútbol y disfrutando de ello. Todo lo que he conseguido es gracias a esa ganas y a esa ilusión.
¿Soñaba con la carrera que ha tenido?
Sí, la verdad que todo ha sido maravilloso y me enorgullezco de no haber cambiado desde el primer día. He seguido siendo el mismo, con esa humildad, esos valores que me han enseñado mis padres, mi mujer, eso es lo principal.
¿Cuándo dice hasta aquí?
Hace un año fue a más y, sobre todo, cuando juego un partido entero sufro mucho.
La ansiedad sí la pudo superar.
La situación de estar jugando en tu pueblo y llegar con 15 años al Sevilla y en dos estar jugando en el primer equipo... fue todo muy rápido. Quien me conoce sabe cómo soy y es un salto muy drástico. Al final fui asimilándolo porque el fútbol es mi vida y poco a poco, con ayuda de la familia, todo salió bien.
Fue de los primeros en hablar de salud mental.
Yo creo que esto le pasa a mucha gente, es algo muy común. Manteniendo la ilusión y con la ayuda de la familia, lo pasas.
Navas en la ciudad deportiva del Sevilla.Gogo Lobato
¿Qué le diría el Jesús Navas de hoy al de entonces?
Le daría las gracias. Sobre todo por no haber cambiado desde el primer día.
¿Tiene alguna espina clavada ?
No, todo lo que he conseguido ha sido maravilloso, tanto en Sevilla, en el City como en la selección.
¿Qué deja Navas en el fútbol?
El legado aquí en Sevilla y en la selección es darlo todo, hasta el final. Y el cariño de todo el mundo.
La 'jubilación'
¿Cómo será su primer día sin tener que ir a entrenar?
Nunca se está preparado para ello, pero a todo el mundo le llega e intentaré disfrutar de estos 15 días.
¿Qué le dice la familia, sus hijos?
Al pequeño le va a costar más, porque estuvo viviendo conmigo en la tele la despedida de Rafa Nadal y él estaba llorando. Entonces le dije que yo estaba prácticamente igual, que me dolía y que lo dejaba por algo así. Y bueno, yo creo que él seguramente se va a emocionar.
¿Qué echará más de menos?
Todo, es mi vida. Levantarte por la mañana, tocar el balón... es lo que llevo haciendo desde pequeño.
¿Qué es el fútbol para usted?
Es lo que amo y lo que me ha dado tantas alegrías.
¿Seguirá vinculado al Sevilla?
Ahora pienso en esta semana que viene por delante de tantas emociones y, con tranquilidad, veré. Al final Sevilla es mi casa y ya tomaré la decisión con tranquilidad.
¿Deja muchos amigos?
Todos los compañeros con los que he compartido vestuario en la selección, el Sevilla y el City nos tenemos un cariño increíble.
¿Ramos será especial?
Es como un hermano, hemos vivido muchos momentos, las familias. Hemos crecido juntos en el fútbol, en la selección, en Sevilla. Su vuelta fue espectacular porque tenía muchas ganas. Siempre le deseo lo mejor y ojalá siga disfrutando del fútbol.
El niño de los ojos azules, el del gran poder, ya no puede más y dice adiós.