Algo se quebró en Novak Djokovic el pasado enero en Melbourne. Ante Jannik Sinner, en semifinales del Open de Australia, cayó desprovisto de su tenis y su carácter, indolente y dócil y no encontró explicación a lo ocurrido. Cómo sería el golpe que el día después renunció al ATP 500 de Dubai para recuperarse. Pero no funcionó. Por lo visto estos días en el Masters 1000 de Indian Wells todavía no lo ha conseguido. El número uno del ranking mundial volvió a sufrir una decepción y en la rueda de prensa posterior aceptó el debate: ¿Está en crisis? La derrota en tercera ronda por 4-6, 6-3 y 3-6 fue lo de menos pese a que su rival, el italiano Luca Nardi, es el número 123 del mundo. Lo peor fueron las sensaciones.
“Estoy sorprendido por mi nivel de juego actual, es realmente malo. Debo analizar bien qué ha ocurrido en el partido. He cometido algunos errores no forzados terribles y he jugado muy defensivo. No tengo excusas, debería haberlo hecho mucho mejor y ya está. Ha sido un partido muy pobre por mi parte”, reconoció el serbio, que no se había inscrito al siguiente torneo, el Masters 1000 de Miami, pero que posiblemente se apuntará a última hora para cambiar la dinámica.
Pese a que la temporada acaba de empezar, un dato demuestra el mal momento de Djokovic: a estas alturas siempre había levantado un título excepto en los años 2006, 2018 y 2022. En 2006 era un adolescente, en 2018 venía de una lesión de codo y en 2022 apenas podía jugar por no haberse vacunado contra el covid. El resto de cursos o ya había vencido en el Open de Australia -10 veces- o había celebrado en el ATP 250 de Doha, el ATP 500 de Dubai o el propio torneo de Indian Wells.
“No estoy acostumbrado a esta situación porque en la mayoría de temporadas de mi carrera he ganado un título pronto, pero es parte del deporte. Sólo queda aceptarlo y seguir adelante. Supongo que el próximo trofeo que obtenga será grandioso porque querrá decir que he recuperado mi nivel”, comentaba Djokovic que, eso sí, mantendrá el número uno pase lo que pase. El año pasado no jugó en Estados Unidos así que no defendía puntos en esta gira y llegará a la tierra batida en lo más alto de la lista. Si no mejora, eso sí, antes de Roland Garros podría perder la corona ante el empuje de Carlos Alcaraz y, sobre todo, de Jannik Sinner.