El pertiguista canadiense Shawn Barber, campeón mundial en Pekín 2015, falleció este jueves a los 29 años en su casa de Kingwood, en Texas (Estados Unidos), por motivos que aún se desconocen.
Barber, que no competía desde 2020, se proclamó campeón del mundo en Pekín 2015 con solo 21 años gracias a un salto de 5.90 metros, una marca que no pudo repetir en 2016, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en los que fue décimo con una marca de 5.50 metros.
Ese mismo año, el 16 de enero de 2016, en una competición en Reno, el atleta canadiense llegó a alcanzar los seis metros, una marca que no volvería a conseguir en su corta carrera profesional.
“Más que un atleta increíble, Shawn era una persona de tan buen corazón que siempre anteponía a los demás a sí mismo. Es trágico perder a una persona tan buena a una edad tan temprana”, dijo su agente Paul Doyle a The Associated Press para informar de la noticia.
Barber también ganó una Liga de Diamante en Zurich (Suiza) en 2015, los Juegos Panamericanos en Toronto (Canadá) el mismo año y cinco campeonatos nacionales de la NCAA entre 2013 y 2018.
Compitió por primera vez a los 7 años
Barber compitió por primera vez en salto con pértiga a la edad de siete años, destrozando el récord de la escuela secundaria de Estados Unidos por más de un pie antes de ganar títulos consecutivos de la NCAA en pista cubierta para la Universidad de Akron en 2014 y ’15 y luego el título de la NCAA 2015 al aire libre, informa Reuters.
El saltador tenía doble nacionalidad, ya que su padre George, su entrenador durante la mayor parte de su vida, nació en Kincardine, al noroeste de Toronto. Cuando fue nombrado por primera vez para un equipo canadiense, dijo que eligió competir por Canadá para seguir los pasos de su padre.
A Barber le sobreviven su padre, su madre Ann y su hermano David.
Es la gimnasta con más títulos: cuatro oros olímpicos, ha hecho saltos y movimientos que nadie había logrado antes, hay cinco que llevan su nombre y quiere añadir un sexto en estos Juegos de París. Pero en su medallero olímpico, al mismo nivel que todo lo logrado en lo deportivo, cuenta también su renuncia en los Juegos de Tokio hace tres años: retirarse a tiempo de una competición y admitir que un atleta no es un ser invencible y que, también para ellos, la salud mental está por encima de la resistencia física.
Simone Biles (Ohio, 27 años) es en estos Juegos de París 2024 como una diosa que vuelve al Olimpo. Es una de las grandes estrellas llamadas a triunfar en el evento, de las deportistas que más expectación genera, tras su retirada en los Juegos de Tokio. La prensa francesa no escatima en elogios a la atleta, a la que llaman «la superstar de la gimnasia, la mejor de todos los tiempos», como la aclama el periódico Les Echos, económico. El deportivo L'Équipe aborda también el retorno de Simone Biles, a la que se refiere como «un icono en vías de redención», que en París se vengará del lado amargo que vivió en Tokio.
La atleta estadounidense no estuvo presente en la ceremonia de inauguración que se celebró en el Sena. Ausente en el barco de su delegación bajo el diluvio universal del viernes, la prensa francesa sigue atentamente cada uno de sus movimientos. Como su entrenamiento el pasado jueves en el Arena Bercy, donde arrancan hoy las pruebas de gimnasia artística.
Un nuevo movimiento
De momento, la gimnasta norteamericana va a intentar apropiarse de un nuevo movimiento, y así bautizar seis con su nombre: se trata de una pirueta realizada por otro deportista. Campeona olìmpica, quiere rizar el rizo, y si completa limpio este giro, será nombrado en su honor.
Hoy se hace selfies en los entrenamientos y luce sonrisa renovada, pero estos últimos años no han sido fáciles para la gimnasta estadounidense. Se retiró en los Juegos de Tokio por un bloqueo psicológico que le llevó a padecer los llamados «twisties». Esto sucede cuando los deportistas pierden el sentido del espacio y de la dimensión cuando están girando en el aire. Cabeza y cuerpo se desconectan. En una de las pruebas de Tokio, Biles tuvo problemas para aterrizar y fue entonces cuando decidió abandonar para centrarse en su superación mental.
«Si piensas en todo lo que he tenido que pasar durante los últimos siete años, te das cuenta de que nunca debí haber formado parte de otro equipo olímpico (...) No quiero que ningún otro atleta olímpico pase por esto», dijo la deportista entonces.
A esto se añade que la estadounidense tuvo que testificar, junto con otras tres deportistas, por los abusos sufridos por Larry Nassar, ex médico del equipo de gimnasia femenino de EEUU. «He ganado en total 25 medallas en Mundiales, siete en Juegos Olímpicos, y soy una superviviente de abuso sexual». Así se presentó Biles ante el comité del Senado estadounidense que investigaba el escándalo.
La declaración prosiguió entre lágrimas. Acusó a la Federación de Gimnasia de Estados Unidos (USAG), y al comité olímpico y paralímpico de EEUU de saber desde «mucho antes» que había sufrido abuso. En 2018 la atleta ya había confesado haber sido víctima del ex médico, que ha sido condenado por abusos cometidos durante décadas a más de 200 gimnastas.
«recordarme que aún puedo hacerlo»
Estos tres años su futuro ha sido una incógnita, pero decidió volver: «En realidad, nadie me obliga a hacerlo», explicó la deportista al anunciar que regresaba a París. «Me levanto todos los días y elijo trabajar en el gimnasio y rendir sólo para recordarme a mí misma que todavía puedo hacerlo».
La competición femenina arrancará este domingo en el citado Arena de Bercy, con las pruebas clasificatorias, y seguirá el próximo martes con la final por equipos, antes de la decisión del concurso general individual que tendrá lugar el jueves.
Considerada como la mejor gimnasta de todos los tiempos y ganadora en total de 37 medallas, Biles tiene una poderosa trayectoria deportiva. Al poner sobre la mesa los problemas de salud mental que afectan a los atletas, se coloca la más grande de sus preseas: la de evidenciar que otro de los valores de un deportista olímpico no está en presumir de las fortalezas, sino en reconocer las propias vulnerabilidades.