Cuando más atragantada parecía España, apareció el discreto Martín Zubimendi para, de una dentellada, destrozar los planes de Dinamarca y poner a España al frente del grupo en la Nations League. Le habían dado galones y los estaba luciendo incluso en el área. Si en la primera parte, justo cuando el equipo empezaba a carburar, se le escapó el gol, en el minuto 79, cuando había fallado el aluvión de ocasiones con el que mantuvo esforzado a Kasper Schmeichel, el balón que se encontró acabó en el fondo de la portería por su colmillo. Un justo premio a un trabajo más insistente que brillante. [Narración y estadísticas]
Era justo lo que De la Fuente pretendía. No le podía saltar las costuras pese a que tuviera que remendar su once. Aquellos que tenían que alzar la mano lo hicieron. Pedro Porro borró su mácula ante Escocia emulando el desparpajo de Carvajal en ataque, ayudando a Lamine Yamal y encontrando cómo evitar que los daneses colapsaran esa banda que peleaban a dentelladas.
Dinamarca en ningún momento se sintió víctima, pero tampoco se lanzó en tromba. Llegó a Murcia a proteger su liderato con la lección bien aprendida. De hecho, Raya fue el primer portero en atajar, un remate de Dolberg ganándole la carrera a un Laporte que, durante mucho minutos, pareció lejos del partido.
España empezó a mostrar sus señas. Otros nombres, mismo estilo. El estadio se estremecía cada vez que Lamine tocaba la pelota, pero el primero en probar fue Grimaldo, que le ganó el lateral a Cucurella porque De la Fuente buscaba profundidad con Oyarzabal con querencia al centro. Apareció también Pedri para sorprender a Morata con un taconazo que le dejaba ante Schmeichel. El capitán ya intuía que le tocaba un partido de brega ante un equipo que enredaba a España conforme se acercaba al área. Reclamó un penalti por un derribo casi en la línea lateral del área, pero la campeona de Europa no conseguía desatar su vendaval aunque generaba ráfagas que parecían presagiar que el gol estaba próximo. Lo tuvo Morata con un disparo cruzado que lamió el poste. De nuevo Schmeichel tuvo que esforzarse en salvar el duro disparo de Yamal que luego, como Pedri, vio cómo los centrales daneses evitaban dos remates con los que hubiera tumbado su portería.
Ahí se acabó se acabó la tensión del equipo de De la Fuente. Dinamarca lo detectó y entendió que era su momento. Comandó una contra Eriksen, venció a Laporte y le ofreció tensa la pelota para que Gronbaek sólo la empujara… pero se encontró con la mano de Raya. España se espesaba por momentos y empezaba a temerse un susto. Lo dio Laporte en un rechace que caso sorprende al meta del Arsenal. Tenía que estirarse la campeona y así lo entendió Pedro Porro al filo del descanso con un pase en profundidad a la carrera de Lamine que, incomprensiblemente, no acabó en el fondo de la portería.
El seleccionador entendió lo que necesitaba el equipo, que arrancó la segunda parte dispuesto a cercar el área danesa como fuera. Lamine, poco acertado en este duelo, no dejó de intentarlo en ningún momento, pero hacía falta más: el talento de Baena y el sostén de Mikel Merino. España volvió a tomar aire, pero su ocasiones no hallaban portería. Hasta lo intentó Laporte con un pase filtrado que dejaba a Morata en el cuerpo a cuerpo con el guardameta danés.
La pelota no quería entrar y la grada reclamaba a Joselu como salvador. No le entregó De la Fuente a Cucurella, pero sí al ex delantero del Real Madrid. Mientras, Dinamarca movía todas sus piezas sin conseguir que nadie inquietara a David Raya. Entonces llegó el gol de Zubimendi, con ayuda de la defensa nórdica y la colaboración de arquero que, como su padre, no se llevará un buen recuerdo de España.
La larguísima revisión del VAR puso en duda un tanto que la grada celebró hasta tres veces en medio de una fiesta que conmemoraba que la campeona de Europa, remendada por culpa de las lesiones, regresaba para entregar la Copa de su afición. Sin bajas, espera Serbia en Córdoba.