Y De la Fuente se aflojó la corbata: “No es malo sufrir, no me da miedo, es inherente al deporte”

Y De la Fuente se aflojó la corbata: "No es malo sufrir, no me da miedo, es inherente al deporte"

Eurocopa 2024

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El seleccionador confiaba en que sus jugadores “maduraran el partido” y, cuando se atascó, activó su ‘plan B’ que Joselu bordó

De la Fuente, en la banda de La Rosaleda.CARLOS DÍAZEFE

Cuando la volea de Sorloth se perdió por encima del larguero de Kepa, Luis de la Fuente miró a Joselu, que se besó las espinilleras y, a sus casi 33 años, fue el primer jugador al que le da una internacionalidad que no olvidará. El centro al segundo palo de Fabián también lo quiso empujar el seleccionador peroJoselu no falló su testarazo. Su voracidad la demostró recogiendo un rechazo para marcar el segundo gol, un doblete en 4 minutos y 15 segundos. «Al seleccionador se agradezco todo y creo que le he respondido con creces. Se demuestra que la edad no importa, porque me siento como un chaval de 18 años», admitió.

Esos dos goles, unidos al de Dani Olmo, hicieron que el seleccionador debutara con una amplia victoria engañosa, porque hubo algunos minutos de sufrimiento ante los que activó su ‘plan B’. «No es malo sufrir, no me da miedo, es algo inherente al deporte. Sabíamos que Noruega es un rival muy físico, bien trabajado y fuerte en los duelos. Hemos ido de menos a más y esperaba que el equipo madurara el partido y reaccionara. ¿Si hemos defendido en bloque más bajo? A veces los partidos te llevan ahí. No me duelen prendas en defender, solo hay que hacerlo bien», confesó el riojano, que apenas ha tenido unos días para trabajar. «Aún así, se ha visto que han asimilado conceptos y eso tiene mucho mérito en cuatro días. Además, la actitud que he visto me hacen ser muy optimista. Estoy feliz por los jugadores, que si ya me tenían ganado, ahora más», aseguró en las entrañas de La Rosaleda.

De lo que no quiso atribuirse mérito es de haber citado a Joselu, convertido en el segundo jugador más veterano en debutar solo por detrás de Puskas en 1961. «Conocer a los jugadores y darles confianza es nuestro trabajo, pero todo el mérito es suyo. Le hemos reconocido el gran trabajo que hace cada día en su club y estoy feliz por él y por todos los demás. Hemos traído perfiles diferentes para que sean capaces de revolucionar», insistió. En polémicas no caerá este seleccionador, que peca de prudente.

No mostró nervios Luis de la Fuente hasta que la pelota echó a rodar, pero no paró durante el partido. Ha tenido el riojano meses para digerir su papel en el vestuario, pero no se había visto en un banquillo. Atravesar el túnel, escuchar el himno abrazado a sus ayudantes con el impecable traje oficial y la corbata -esa que nunca llevaba Luis Enrique– en tonos azules con franjas rojigualdas. Criado en la trastienda de una modista, De la Fuente no podía ser otra cosa que un hombre elegante.

Gol a los 13 minutos como Luis Enrique

Pitido y cambio de semblante. Afloraron los nervios. De pie en la esquina del área técnica daba alguna instrucción sin aspavientos para intentar que su idea de fútbol derrumbara el muro que se había propuesto alzar los noruegos. Tardó 13 minutos en hacerlo Dani Olmo, con un toque imposible. Puños cerrados para una celebración rabiosa pero comedida, abrazo con todos sus ayudantes y vuelta a la concentración. De las mil diferencias que el actual seleccionador tiene con su antecesor, una no será el minuto en el que llegó el primer gol de su etapa. Para Luis Enrique también fue en el 13, de Saúl en Wembley ante Inglaterra, en septiembre de 2018.

Pareció que España descosería a al rival con el paso de los minutos, pero no fue así. Comenzó a sufrir y se convirtieron en protagonistas jugadores a los que De la Fuente ha devuelto la internacionalidad. Un paradón de Kepa salvó el empate, 899 días después de la última vez que puso bajos los palos nacionales. Algo le pesó la responsabilidad, aunque supo sostenerse.

Nacho tuvo otra intervención magistral en un regreso que ha esperado 1.622 días, casi un año más que Iago Aspas, que durante la primera parte no estuvo cómodo alejado de la banda, sin espacios ni la movilidad que disfruta en el Celta. La encontró en la segunda parte y tuvo su oportunidad al cabecear un centro que De la Fuente acompañó con el giro de cuello desde el banquillo antes de lamentarse por la ocasión perdida. Sería la última del gallego.

Ceballos, Pino y Joselu

Era hora de echar mano de dos jugadores fetiche: Dani Ceballos y Mikel Oyarzabal. Al vasco no sólo le tiene fe en el campo, sino en su capacidad de liderar fuera y lo ha convertido en el cuarto capitán.

No se aclaró el panorama y buscó el descaro de Yeremi Pino. Del canario fue otra ocasión que, de nuevo, el seleccionador acompañó con un movimiento de remate desde el área técnica. Lamentos y aplausos a la intención del equipo, que estaba incómodo. De ese estado de nerviosismo lo sacó Joselu Mato, su ‘plan B’, la revolución para la delantera después de mandar a la grada a Borja Iglesias . Con los goles del delantero del Espanyol, De la Fuente, por fin, se aflojó la corbata y volvió a sonreír.

kpd