Entre la prensa que sigue los pasos de la selección desde hace tiempo, hay un chascarrillo cuando, en el reparto de entrevistas, a alguien le toca Unai Simón (Vitoria, 27 años). «¿Cómo vendrá hoy?», se escucha, y alude la pregunta a si aparecerá el Unai sonriente, simpático, o si lo hará el Unai serio, distante. Siempre educado, eso sí, siempre amable, eso también, pero hay una distancia enorme entre el primer Unai, sonriente y simpático, y el segundo Unai, serio y distante, aunque Unai es Unai. Es el portero que, cuatro años después, logró hacer olvidar a Casillas.
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Porque, desde 2016, cuando Del Bosque sentó a Iker para poner a De Gea en plena Eurocopa de Francia, el baile en la portería había sido intenso. Entre el propio De Gea y Kepa se generó un debate motivado porque ninguno de los dos fue capaz de atrapar el puesto con Lopetegui primero y Luis Enrique después. El asturiano fue quien, un noviembre de 2020, puso a Unai Simón para ya no quitarlo. «Hasta que no coincidí con él, yo no entendía el papel del portero en la salida del balón. Él me enseñó a buscar al hombre libre, y en buena medida, lo que soy capaz de hacer hoy es gracias a él», explicó ayer, cuestionado por su error frente a Croacia, al fallar un pase ante Majer.
Lo explicó, con su 1,90 sentado y con una camiseta de la selección de 1996 -«la que me han dado», dijo-, con la misma naturalidad con la que contó que viene arrastrando una lesión en la muñeca y que se operará tras la Eurocopa. A la segunda pregunta sobre ello, zanjó: «No me supone ningún problema y no quiero hablar más de esto». El dueño de la portería desde ese noviembre de 2020, en un Amsterdam Arena vacío por la pandemia, ha jugado todos los partidos oficiales menos uno contra Chipre, y los dos del debut de De la Fuente porque estaba lesionado.
Despedido Luis Enrique, en esa primera convocatoria del actual seleccionador, marzo de 2023, jugó Kepa. Pero en junio, para la Nations League, y ya recuperado de su dolencia en el tendón de Aquiles, De la Fuente le llamó. En la zona de la Ciudad del Fútbol donde se instalan las carpas para las entrevistas de prensa, el técnico y su preparador de porteros, Miguel Ángel España, estuvieron media hora sentados con Unai. Le explicaron lo que querían de él y, desde esa charla, todo quedó claro.
Atrás quedaban los recelos del guardameta del Athletic, cuya última experiencia con el entrenador no había sido muy agradable. Hablamos del Europeo sub’21 de 2019. En el primer partido, España va ganando 0-1 a Italia con gol de Ceballos. Sin embargo, Chiesa empata aprovechando un error grosero de Unai, que deja libre su portería ante la posibilidad de un centro. El resto del campeonato lo jugó Antonio Sivera, hoy portero del Alavés.
«Es muy serio, y muy educado. Pero ha cambiado, porque antes era muy vacilón, muy bromista, y ahora es más prudente. Eso sí, se lleva super bien con los otros porteros», dicen fuentes de la concentración. «Lo más importante es saber que todos remamos en la misma dirección. Los títulos van a llegar gracias a los tres. Alex y David no tuvieron la oportunidad de jugar el primer partido, pero quizá jueguen contra Italia. Lo importante es que debemos apretarle las tuercas al compañero manteniendo el buen rollo, porque eso siempre va a estar, el buen rollo», explicaba ayer antes de reflexionar sobre las declaraciones de Kylian Mbappé, que el domingo pidió el voto de los jóvenes contra la ultraderecha de Le Pen en Francia.
MBAPPÉ
«Él es una persona muy importante, que tiene mucha repercusión. Yo soy jugador de fútbol, y comparezco ante vosotros en calidad de profesional del fútbol, con lo cual creo que de lo único que debería hablar es de deporte, dejándole el tema político a otras personas», afirmó alguien que, más allá de las videoconsolas, es de los fijos en la sala de recreo que tienen en el hotel, jugando casi siempre a las cartas, casi siempre al póker. Sin redes sociales (ni Instagram, ni Twitter, ni Facebook, ni nada parecido) empezó en su día Fisitoerapia, pero lo dejó y luego, durante la pandemia, empezó Administración y Dirección de Empresas (ADE). Dice que no sabe si está en su máximo nivel, «porque no sé dónde está eso».
Una reflexión final: «Esto ha cambiado. Antes de la Eurocopa del 21, jugamos un amistoso y hubo gente que nos pitaba, leíamos en prensa cosas que no tenían ningún sentido, y ahora, el buen hacer de aquella Eurocopa, el título de la Nations League, ha conseguido que este grupo ilusione».