Han pasado 4.053 días desde que Jenni Hermoso se enfundara por primera vez la camiseta de la selección española. Fue el 21 de junio de 2012. Debutó en un partido frente a Turquía en el que el conjunto nacional venció 4-0. La madrileña salió al campo en el minuto 69, luciendo el número 11 en su camiseta. En ese encuentro ya demostró su talento, contribuyendo en la jugada del último gol al poner un centro que una de las jugadoras del equipo rival anotó en propia puerta.
Pues bien, ayer Hermoso consiguió llegar a los 100 partidos. Es la segunda jugadora española que más encuentros ha disputado, sólo por detrás de Alexia Putellas, pero no es sólo eso lo que logró en el 5-0 frente a Zambia. Hizo un doblete que la mantiene como la máxima goleadora del equipo, y que le ha ayudado a redondear otra cifra, los 50 tantos con la selección. Por ello no es de extrañar que se llevara el premio a la mejor jugadora del partido. Pero no sólo marca goles, también los da. La ex jugadora del Atlético de Madrid asistió a Tere Abelleira en el primer gol. “Dar el último pase para crear ocasiones y que mis compañeras marquen es una de las cosas que más disfruto”, destacó tras el partido.
Su primer gol con la selección
Con la selección marcó su primer gol en un amistoso ante Rusia en enero de 2013, en la previa de la Eurocopa, donde tendría un papel protagonista al anotar frente a Inglaterra y Noruega. Muy distinta fue su andadura en el Mundial de 2015. Era la primera vez que participaba en la competición y su presencia se limitó a 84 minutos frente a Costa Rica.
Con la llegada de Jorge Vilda al banquillo, ese mismo año, Jenni recuperó galones en el equipo. En la Eurocopa de 2017 disputó tres de los cuatro partidos, quedándose fuera frente a Austria, y en el Mundial de 2019 jugó todo, anotando tres tantos (dos ante Sudáfrica y uno frente a Estados Unidos). Sin embargo, su mejor cifra goleadora la consiguió en febrero de 2021, cuando la selección se enfrentó a Kazajistán y lograron una victoria de 0 a 13; cinco de los tantos llevaban el sello de la madrileña.
Podría haber superado mucho antes el medio centenar si el año pasado no se hubiera perdido la Eurocopa debido a una lesión. Afortunadamente Jenni pudo reincorporarse al equipo, y lo hizo justo en el momento en el que saltó la polémica en torno a Vilda. La jugadora no pertenecía al grupo de las 15 rebeldes, e intentó mantenerse ajena al conflicto, pero la realidad es que estuvo fuera de la convocatoria durante varias ocasiones, hasta febrero de este año, cuando regresó de manera oficial.
Pieza clave en el equipo
Sin duda es un pilar fundamental en el equipo. Ya se ha podido comprobar, y no sólo de cara a portería sino por la buena combinación que hace con jugadoras como Aitana o Alexia, con las que compartió vestuario en el Barcelona antes de irse al Pachuca, en México .
De hecho la propia Hermoso lo reconoció después de la victoria frente a Zambia: “La conexión que tengo con Alexia, Aitana o Mariona es de muchos años. Al final te conoces sin hablar. Al fútbol se juega con los pies y nosotras sabemos muy bien lo que queremos en cada momento. Tengo la suerte de que, aunque ya no esté en el Barcelona, eso se queda”.
España acaba de arrancar la Nations League con una remontada ante Bélgica y ya tiene enfrente a su principal rival por la clasificación. Se trata de Inglaterra, en un duelo que tendrá como escenario un estado mítico, vetado durante décadas al fútbol femenino, pero hoy es la casa de la selección inglesa, sin distinción de sexos. Wembley acoge un partido con mucha rivalidad y la Federación Inglesa (FA) lo ha querido vestir de gala llevándolo a uno de los campos más emblemáticos del mundo, con capacidad para 90.000 espectadores y donde el fútbol femenino ha batido récord de asistencia.
España lo visita por primera vez, coronada por dos títulos en menos de dos años: la Copa del Mundo, en el que se impusieron a las inglesas, y la Nations League, torneo en el que las británicas no lograron clasificarse para la Final Four. De hecho, la última vez que las lionesses jugaron en este estadio londinense fue en diciembre de 2023 ante Países Bajos. Congregaron a 71.632 aficionados, pero perdieron 3-2 y se quedaron fuera de la fase final del campeonato.
Nadie espera otra cosa que hoy no se vea un partidazo. «Es con los que sueñas la noche anterior. Me motiva mucho jugar en este estadio, que sólo con el nombre se te eriza la piel», confesó Aitana Bonmatí, doble ganadora del Balón de Oro.
«inadecuado» durante décadas
La selección femenina apenas había disputado partidos en Wembley hasta 2014. De hecho, pese a que el estadio se alzó en 1923 y fue sede de los equipos de la FA a partir de 1966, las mujeres empezaron a jugar allí en 1989. Pero es que el fútbol femenino fue considerado «inadecuado para las mujeres inglesas» durante décadas, algo por lo que en 2008 la Federación pidió disculpas públicas.
Fue entonces, en el contexto de los Juegos de Londres, cuando comenzaron a fraguarse los planes que hicieron despegar a la Women's Super League, en la que hoy juegan intencionales españolas, como Mariona Caldentey, Laia Codina, Laia Aleixandri, Maite Oroz o Leila, y a la selección. Su primer partido en el nuevo Wembley, reformado en 2007, fue un amistoso en noviembre de 2014 ante Alemania con 45.619 espectadores. Cinco años después, frente al mismo rival, ya serían 77.768.
«Un ejemplo donde mirarnos»
Por este campo pasó también Irlanda del Norte en 2021, pero el gran hito fue la final de la Eurocopa de 2022, cuando Inglaterra, tras vencer a España en los cuartos de final, se alzó con el título ante Alemania. 87.192 aficionados vieron proclamarse campeona de Europa a las chicas de Sarina Wiegman. Para entonces, ya presidía la Federación una mujer, Debbie Hewitt, y las jugadoras recibían la misma cantidad que los chicos de Gareth Southgate por cada convocatoria: 2.000 libras (2.400 euros). Las primas, sin embargo, siguen siendo una asignatura pendiente, porque lo es también que FIFA y UEFA igualen los premios.
«Es un ejemplo cómo tratan el producto y llevan los campos. Aprovecharon su momento al ganar la Eurocopa para desarrollar el fútbol femenino, creyeron en él. Es un ejemplo donde mirarnos», reconoció Bonmatí, que advirtió de que las inglesas no serán un rival fácil. Su seleccionadora señaló que no se parecen al equipo al que derrotaron en Australia, pero España tampoco. «Jugamos a tener el balón, a atacar. Ahora somos más verticales, más versátiles», resumió Aitana.
P-E-S-E-T-E-R-O. En letras mayúsculas, el calificativo encabezaba un billete de mil pesetas tuneado, con el rostro de Luis Figo. El póster había sido editado por el periódico Sport, entonces el mejor tensiómetro del barcelonismo, ante el regreso del portugués al Camp Nou después de una marcha de telenovela, con llanto, despecho, dinero y mentiras, al Real Madrid de un ecléctico Florentino Pérez. Poco se sabía entonces de aquel candidato con aspecto de registrador de la propiedad que iba a cambiar el fútbol. Muchos socios se llevaron el póster a su asiento y lo levantaron cuando saltó el equipo blanco al césped, en mitad de un napalm acústico con la contribución del speaker azulgrana y su deliberada paradinha al llegar al nombre del delantero mientras recitaba la alienación madridista. Otros hinchas lanzaron copias reducidas del póster y billetes caseros fotocopiados. Fue lo más inocuo que escuchó y cayó sobre Figo en una noche que, 25 años después, no ha concluido, como quedó claro la semana pasada en Montjuïc, una coral del rencor: «¡Ese portugués...!»
Este mes de octubre se cumple un cuarto de siglo del clásico de la ira y la vergüenza, inmortalizadas, dos años después, en otro partido con Figo en la diana, por la cabeza de cochinillo, boca arriba sobre el césped del Camp Nou. El clásico disputado el 28 de octubre de 2000 fue resuelto con victoria por el Barcelona (2-0), con un primer gol de Luis Enrique, conectado a Figo en el voltaje amor-odio. Eran como el chile y la pimienta en la misma olla: el Camp Nou. El euro sustituyó a la peseta al año siguiente, pero el rencor permanece como moneda de cambio en las transacciones emocionales entre el Barcelona y el portugués. Es mutuo. Incluso quienes ya no usaron la peseta, nacieron después de aquel 21 de octubre de 2000 o jamás han probado un buen cochinillo, tienen la convicción entre la gent blaugrana de que Figo fue un pesetero, convertido ya en el icono de la traición que todo relato necesita, desde la Biblia al Barça.
Ni Schuster ni Laudrup
Milla, Schuster, Laudrup... Ha habido más casos de grandes jugadores que cambiaron el Camp Nou por el Bernabéu en la era moderna, sin necesidad de remontarse a Zamora, y ninguno fue ajeno a las controversias. Todos, sin embargo, han vuelto a Barcelona sin ira con el paso del tiempo, incluso reconocidos por los aficionados por su contribución al club azulgrana. «¡Tú, no!», espetó Hristo Stoichkov a Figo en un programa de Univisión, en el que le preguntó si le insultaban en la ciudad. El portugués dijo: «A lo mejor me insultas tú».
«Figo estaba encantado con su vida en Barcelona, él y su familia, y ahora prácticamente no puede volver sin que le escupan. Laudrup explicó en una rueda de prensa por qué se marchaba. No aguantaba más a Cruyff. Schuster había tenido muchos problemas con Núñez. Figo, en cambio, no ha sabido explicar en todo este tiempo cuáles fueron las razones que le llevaron a irse al Madrid, con sinceridad, sin mentiras. Al contrario, se ha comportado siempre de forma soberbia, y el tema se ha enquistado», explica Josep Maria Casanovas, fundador y editor del Sport durante la era dorada del rotativo, y uno de los creadores de opinión que mejor pulsaban la sensibilidad barcelonista.
Figo, en su regreso al Camp Nou, en octubre de 2000.MARCA
"Es alguien de sangre caliente"
«Ha quedado como el traidor de nuestra historia, mientras que a Laudrup y Schuster les piden autógrafos en la ciudad», continúa Casanovas, pionero del marketing y las promociones ligadas a un club de fútbol. Sport recibió críticas de muchos sectores por aquel póster de Figo, que todavía puede comprarse, como un fetiche para muchos barcelonistas. «Éramos un periódico valiente, que creaba mucha opinión, y cuando eres valiente siempre estás expuesto a las críticas. Las asumimos», contesta su antiguo editor, hoy «semiretirado».
Casanovas cree que «si Figo no hubiera venido con la UEFA a Montjuïc [con motivo del partido de Champions Barcelona-PSG], habría tenido algún altercado, y eso es un problema, porque hablamos de alguien de sangre caliente».
El portugués ha dado sobradas pruebas de ello. Se agarró los genitales y se encaró con un aficionado que le llamó «traidor», cuando se disponía a acudir a la cena de gala previa a la final de la Champions femenina, el pasado mayo en Lisboa. Semanas antes, había mantenido un escabroso careo con Toni Freixa, ex directivo azulgrana, en las redes sociales. Ante el duelo en semifinales de la Champions masculina con el Inter, el portugués dijo que era fan del club italiano, en el que jugó tras dejar el Madrid y con el que también regresó al Camp Nou. Freixa reaccionó con un «de cerdo y de señor se ha de venir por naturaleza». Figo no bajó el listón en la réplica: «Saliste de la tumba con la boca llena de mierda. Hueles mal».
Billete lanzado al Camp Nou.
Disputas con Florentino y Pedro Sánchez
La frontalidad, incluso desafiante, es un rasgo de su personalidad que Figo no sólo ha mostrado en las disputas con el Barça. También en sus irónicas opiniones políticas, muy crítico y vitriólico en general con la izquierda española, pese a ser ciudadano portugués. En concreto, con Pedro Sánchez, sea por la pandemia, la exhumación de los restos de Franco o la Ley de Amnistía, por ejemplo.
Las discrepancias han llegado también con el hombre que lo llevó al Madrid. «Yo me caso con nadie», suele decir, aunque ha reconocido que «por hablar de política tengo más enemigos, aunque no me dan de comer. Dedicado a los negocios, con inversiones hoteleras, y a labores de representatividad en el fútbol, como sucede con la UEFA, Figo, a sus 52 años, tiene más visibilidad que muchos futbolistas de su generación.
¿Una provocación de Ceferin?
La presencia de Figo en la delegación de la UEFA liderada por Aleksander Ceferin no fue muy comprendida por pesos pesados del entorno azulgrana. «Tuvo un punto provocador», señala un ex directivo. El portugués es miembro del Board del organismo, uno de sus embajadores, pero eso no implica que su presencia sea siempre necesaria. A Joan Laporta no le quedó más remedio que reprimir su perfil de hincha para dar la bienvenida a Figo al estadio, mientras Joan Gaspart, el ex presidente que sufrió su marcha y, en su opinión, el «engaño» y la «traición», podía permitirse el desahogo.
Gaspart, como muchos barcelonistas, no ha olvidado los cánticos de Figo, en el balcón de la Generalitat, en 1998: "¡¡Blancos, llorones, felicita a los campeones"!! El cántico le convirtió en un icono en Barcelona. Dos años después, recibía el Balón de Oro en el Bernabéu básicamente por los méritos contraídos en su último año como azulgrana, además de con la selección lusa.
Figo, junto a Aitana Bonmatí, en Montjuïc.Siu WuEFE
Con el caso Negreira pendiente en Nyón y la multa rebajada por las palancas que la UEFA no ve como LaLiga, Laporta necesita engrasar la relación con un Ceferin al que le gusta marcar territorio. Quizás con una salida del Barça de la Superliga.
"Si vendes a tu mujer pagamos bien"
Sentado junto una tensa pero diplomática Aitana Bonmatí, Figo escuchó en Montjuïc el insulto de catálogo inmortalizado con Cristiano. Una minucia si se compara con todo lo dedicado a él y a su esposa, Helen Svedin, hace 25 años. "Si vendes a tu mujer pagamos bien". "¿Harías lo mismo con tu hija?". Fueron algunas de las pancartas que el club retiró preceptivamente, pero después de dejar que se desplegaran lo justo para ser captadas por las televisiones, Figo y el resto de los jugadores del Madrid, cuyo autocar atravesó el estrecho túnel que daba acceso al Camp Nou como un carro de combate en Mogadiscio. Una piedra impactó en los cristales cerca de donde se sentaba Vicente del Bosque, impertérrito.
Cosas difíciles de olvidar, en definitiva, en un partido para el olvido. Decía Josep Pla que "el cultivo de la capacidad del olvido es algo excelente para saber vivir", y pocos sabían tanto de su gente y de lo peligrosa que es la palabra traición. Quizás también conviene que Figo lo incluya entre sus lecturas.
Mariona Caldentey (Felanitx, 1996) nunca sabes por dónde puede salir, ni en el campo ni durante una conversación. En un segundo plano en todas las polémicas, tampoco se muerde la lengua al hablar de los problemas de su tierra y de su generación. Los del fútbol, a los 29 años, se nota que los tiene bajo control. Por eso ha sido la sensación en su primer año en la Premier con el Arsenal (con el que ha ganado la Champions a sus ex compañeras del Barça) y figurará en la lista de firmes candidatas al Balón de Oro. Ella, que nunca pierde la sonrisa, sabe que eso pasará por lo que haga España en esta Eurocopa. Un torneo donde ayer empezó a rodar el balón y hoy lo hace para el grupo de Montse Tomé, que se mide a Portugal en la primera jornada del grupo. Siempre el partido más difícil.
¿No hay concentración sin accidentes?
Es verdad que la concentración ha comenzado un poco accidentada. Cosas como la de Aitana [ingresada por un episodio de meningitis] asustan, y más cuando no tienes conocimientos de si puede ser grave, pero estamos ya contentísimas de que esté aquí, porque es muy importante para nosotras. La Eurocopa es un objetivo grande y nos centramos ya en el torneo.
Ha habido muchos cambios desde la Euro 2022, ¿está todo más cerca de lo que reivindicaban?
Ahora mismo la posición en la que estamos es privilegiada. Tenemos todo lo que necesitamos para poder centrarnos en jugar y rendir. Y luego, además, toda la gente que nos sigue, que nos apoya... eso también ha cambiado muchísimo, por suerte. Están ilusionados con nosotras.
¿Cómo ha cambiado la relación con Montse Tomé desde aquella concentración de Oliva a hoy? De usted habla maravillas y la ha metido en el grupo de las capitanas...
La concentración de Oliva fue dura e intensa, pero nos hemos adaptado y hemos seguido creciendo juntas, haciéndonos como equipo y creo que, como he dicho, estamos en un momento muy bueno. Nos sentimos escuchadas y eso te hace estar cómoda.
Ha publicado un libro, no sé si como terapia o como desahogo...
Ha sido un repaso de todo. Se habla de muchas cosas de mi vida, no sólo de todo lo que pasa en la selección.
Hace un año salió del oasis del Barça camino del Arsenal y ha vuelto a ganar la Champions...
Como futbolista me ha hecho crecer muchísimo porque llevaba en el Barça 10 años, jugando el mismo fútbol con las mismas jugadoras. Estaba súper cómoda y era, entre comillas, fácil. Ha sido un reto adaptarme a la Premier, un juego más de arriba y abajo, la parte defensiva y física... Puedo decir que ha sido una experiencia muy positiva tras este primer año.
Mejor jugadora, 18 goles, nueve asistencias... ¡Menuda adaptación ha tenido!
La verdad es que el primer gol en liga tardó un poco en llegar, pero lo he disfrutado muchísimo. Tenemos la espinita de la Liga, que iremos a por ella el año que viene.
¿Inevitable pensar en Mariona para el Balón de Oro?
Siempre decimos, porque es verdad, que lo importante son los títulos colectivos, pero ojalá a nivel individual estemos bien para ganar. Y, si ganamos esta Eurocopa, ayudará a que el Balón de Oro se quede en España también.
Sería la tercera española en ganar y la tercera criada en el Barça, ¿es casualidad o responde a un modo de trabajar?
En España siempre ha habido muchísimo talento y, en el momento en el que ese talento se ha podido potenciar, pues están llegando todos los resultados. Aita y Ale son las dos máximas exponentes, pero hay otras muy buenas jugadoras como Patri Guijarro, Ona Batlle o Vicky Losada, que está ya asomando la cabeza. No es casualidad. Es que el talento que hay en España no lo hay en ningún otro sitio. Y era cuestión de tiempo que ese talento pudiera florecer.
¿Superado vivir sin sol, sin jamón y conducir por la izquierda? Además del inglés, claro, que no siempre es una cuestión sencilla...
El sol sale [se ríe], pero hay meses, sobre todo enero, que a las cuatro es de noche. Y eso se hace duro. Como la comida, que es diferente. Lo de conducir por la izquierda ya lo tengo dominado después de reventar las ruedas y chocarme contra varios bordillos. Ahora me pasa que cuando vuelvo a España tengo que pensar por dónde voy. Con el idioma, yo pensaba que tenía buena base, pero es verdad que cuando habla mucha gente a la vez y habla muy rápido, cuesta. En algún momento me dije «igual no sabes tanto inglés». He mejorado mucho, aunque no sé si después del verano hablando mallorquín, me acordaré.
¿Y el piano?
Desde que fui a Inglaterra, abandonado. No tengo teclado allí y ha sido un año de adaptación a muchas cosas. En cuanto esté más instalada y más tranquila, volveré a poner un teclado en casa, porque es algo que me gusta mucho.
RFEF
Con 29 años tiene casa en propiedad en Mallorca. Será una privilegiada entre su pandilla con el problema de vivienda que hay en la isla. Bueno, y en todos lados, pero en la isla especialmente...
Cuando me compré la casa en Mallorca tenía 26 o 27 años, y lo hice sola. La verdad es que es una suerte. Somos unas privilegiadas. Tengo amigas que se han hipotecado y han podido comprar o han heredado de sus abuelos, pero no es fácil.
¿A Fenalitx ha llegado el turismo masivo?
El turismo ahora mismo está descontrolado y así lo sentimos en Mallorca. He estado dos semanas y me impactó, y eso que mi pueblo no es de los más turísticos y todavía era junio... El turismo preocupa mucho en las islas y, de alguna manera, hay que controlarlo y regularlo porque, si no, para la gente local no es vida.
¿Hay equipo femenino en Felanitx jugando en el Mariona Caldentey?
Aún no, pero en la isla está el Collerense, pionero, y ahora el Atlético Baleares. Cada vez hay más gente queriendo jugar en las islas y hay más referentes, como Patri Guijarro y Cata Coll. Ojalá esto sirva para seguir incrementando la afición al fútbol en un futuro.
Usted creció jugando con chicos, no había más opción. ¿Es mejor o peor? ¿Está a favor o en contra de los equipos mixtos en las categorías del fútbol base?
A mí me encantó jugar con chicos y, hasta que se da el cambio físico, en el fútbol base me gusta que haya equipos mixtos. Fui durante muchos años la única chica y lo que quieres es pasártelo bien, aunque también te hace espabilar y buscarte las castañas.